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jueves, enero 28, 2010

pensamiento

Tener un trastorno de la alimentación es como estar en guerra conmigo mismo.

domingo, enero 24, 2010

continuacion primer paso finales 2009, inicio 2010 (2)

La enfermedad de la comida compulsiva es de tres naturalezas: FISICA, EMOCIONAL Y ESPIRITUAL.

Comer compulsivamente no se origina simplemente de los malos hábitos alimenticios aprendidos en la infancia, ni a causa de problemas y desajustes, ni únicamente por amor a la comida, a pesar de que estos tres factores pueden influir en su desarrollo. Es posible que muchos de nosotros hayamos nacido con una predisposición física o emocional para comer compulsivamente. Cualquiera que sea la causa, la realidad hoy es que, en lo concerniente a comida, nosotros no somos como la gente normal."

A veces he escuchado que saber el origen del la enfermedad no ayuda a curarse. No hay un botón de encendido y apagado en mi cabeza, o eso me dicen, por el cual yo voy a dejar de ser comedor compulsivo. El origen de mi enfermedad es ese vacío emocional, y falta de afectividad, que se gesto en mi niñez por la infancia que tuve. Por el hogar en el que crecí y el ambiente escolar y en el barrio en que crecí.

Si bien a mi familia he podido perdonarlos y comprender que ellos están tan enfermos como yo, el resto de personas con las que me cruce hasta los dieciséis años, no. Mis iguales, chicos de mi generación que me avasallaron y que tanto dolor me hicieron. Ese dolor esta ahí, y solo pensar en ello me pone muy triste y compulsivo. Yo no se lo que tenia cada uno en su casa. Quizás todos ellos estaban tan enfermos como yo, y yo solo era el chivo expiatorio. El caso es que yo sigo sufriendo por aquello que paso hace más de 15 años. Necesito curar esa herida. No por que crea que puede curar mi compulsión por la comida, si no para dejar de sufrir por ello, y dejar de atacarme a mi mismo, repitiéndome una y otra vez que fui un débil por dejarme avasallar. Necesito perdonarme y perdonarles. Para mitigar ese dolor. No espero curar mi compulsión por la comida así, pero si al menos tener una causa menos por la que ponerme compulsivo, y yo diría la que más directa y rápida me pone compulsivo, al menos actualmente.

Igual que los comedores compulsivos, los comedores normales en alguna ocasión encuentran placer y evasión de los problemas de la vida consumiendo comida en exceso. Los comedores compulsivos, sin embargo, a menudo presentan una REACCION ANORMAL: cuando abusamos, no podemos detenernos.

Un comedor normal se siente lleno y pierde interés en la comida.

Yo a veces si tengo el impulso de parar y dejo de comer. Pero solo para volver a comer horas más tarde aunque no tenga hambre. Antes no podía parar, hasta que el cuerpo me dolía tanto que era o parar de comer o reventaba. Supongo que ahora paro por que me acuerdo del dolor que supone un cólico biliar.

Nosotros, los comedores compulsivos, ansiamos más. Algunos de nosotros, inclusive, tenemos una reacción hacia determinados alimentos: mientras otros pueden sentarse confortablemente y comer porciones sencillas, nosotros nos sentimos impulsados a comer otra porción después de terminar la primera.... y otra mas.... y otra mas. No todos los comedores compulsivos podemos identificar estos alimentos determinados que nos causan problema, pero muchos si podemos hacerlo.

Identificarlos y reconocerlos, admitir que tal alimento es compulsivo, por que muchas veces no he querido reconocerlo. O un alimento sano, lo vuelvo compulsivo y lo empiezo a usar como sustitutivo. Con los alimentos compulsivos la línea no esta tan clara como con el alcohol. Ojala. La de veces que me he engañado a mi mismo, o racionalizado que un alimento no era compulsivo cuando en verdad si lo era. Una compañera dijo una vez en un grupo que un alimento dudoso era un alimento compulsivo el cual no quiero reconocer como compulsivo. No recuerdo haber leído en ninguna parte de la literatura nada sobre alimentos dudosos. Parece que eso es un invento de nuestras mentes enfermas vencidas por la gula, que no quieren dejar de comer esos alimentos. Y le dan el beneficio de la duda. No saber si un alimento o no es compulsivo es una cosa. Pero otra es no querer reconocerlo como compulsivo. Es un maquillaje de la recaída. Si no es con honestidad no funciona.

Lo que todos nosotros parecemos tener en común es que NUESTROS CUERPOS Y NUESTRAS MENTES parecen mandarnos señales acerca de la comida, que son muy diferentes de los que reciben los comedores normales.

Yo no tengo una buena percepción de lo que es poco o mucho, y también me engaño mucho con cuando tengo hambre y cuando no, sobre todo cuando ya he comida, diciendo que me he quedado con hambre para añadir ese “extra” compulsivo.

viernes, enero 22, 2010

continuacion primer paso finales 2009, inicio 2010

La enfermedad de la comida compulsiva es de tres naturalezas: FISICA, EMOCIONAL Y ESPIRITUAL.

Comer compulsivamente no se origina simplemente de los malos hábitos alimenticios aprendidos en la infancia, ni a causa de problemas y desajustes, ni únicamente por amor a la comida, a pesar de que estos tres factores pueden influir en su desarrollo. Es posible que muchos de nosotros hayamos nacido con una predisposición física o emocional para comer compulsivamente. Cualquiera que sea la causa, la realidad hoy es que, en lo concerniente a comida, nosotros no somos como la gente normal."

A veces he escuchado que saber el origen del la enfermedad no ayuda a curarse. No hay un botón de encendido y apagado en mi cabeza, o eso me dicen, por el cual yo voy a dejar de ser comedor compulsivo. El origen de mi enfermedad es ese vacío emocional, y falta de afectividad, que se gesto en mi niñez por la infancia que tuve. Por el hogar en el que crecí y el ambiente escolar y en el barrio en que crecí.

Si bien a mi familia he podido perdonarlos y comprender que ellos están tan enfermos como yo, el resto de personas con las que me cruce hasta los dieciséis años, no. Mis iguales, chicos de mi generación que me avasallaron y que tanto dolor me hicieron. Ese dolor esta ahí, y solo pensar en ello me pone muy triste y compulsivo. Yo no se lo que tenia cada uno en su casa. Quizás todos ellos estaban tan enfermos como yo, y yo solo era el chivo expiatorio. El caso es que yo sigo sufriendo por aquello que paso hace más de 15 años. Necesito curar esa herida. No por que crea que puede curar mi compulsión por la comida, si no para dejar de sufrir por ello, y dejar de atacarme a mi mismo, repitiéndome una y otra vez que fui un débil por dejarme avasallar. Necesito perdonarme y perdonarles. Para mitigar ese dolor. No espero curar mi compulsión por la comida así, pero si al menos tener una causa menos por la que ponerme compulsivo, y yo diría la que más directa y rápida me pone compulsivo, al menos actualmente.


Igual que los comedores compulsivos, los comedores normales en alguna ocasión encuentran placer y evasión de los problemas de la vida consumiendo comida en exceso. Los comedores compulsivos, sin embargo, a menudo presentan una REACCION ANORMAL: cuando abusamos, no podemos detenernos.

Un comedor normal se siente lleno y pierde interés en la comida.

Yo a veces si tengo el impulso de parar y dejo de comer. Pero solo para volver a comer horas más tarde aunque no tenga hambre. Antes no podía parar, hasta que el cuerpo me dolía tanto que era o parar de comer o reventaba. Supongo que ahora paro por que me acuerdo del dolor que supone un cólico biliar.

Nosotros, los comedores compulsivos, ansiamos más. Algunos de nosotros, inclusive, tenemos una reacción hacia determinados alimentos: mientras otros pueden sentarse confortablemente y comer porciones sencillas, nosotros nos sentimos impulsados a comer otra porción después de terminar la primera.... y otra mas.... y otra mas. No todos los comedores compulsivos podemos identificar estos alimentos determinados que nos causan problema, pero muchos si podemos hacerlo.

Identificarlos y reconocerlos, admitir que tal alimento es compulsivo, por que muchas veces no he querido reconocerlo. O un alimento sano, lo vuelvo compulsivo y lo empiezo a usar como sustitutivo. Con los alimentos compulsivos la línea no esta tan clara como con el alcohol. Ojala. La de veces que me he engañado a mi mismo, o racionalizado que un alimento no era compulsivo cuando en verdad si lo era. Una compañera dijo una vez en un grupo que un alimento dudoso era un alimento compulsivo el cual no quiero reconocer como compulsivo. No recuerdo haber leído en ninguna parte de la literatura nada sobre alimentos dudosos. Parece que eso es un invento de nuestras mentes enfermas vencidas por la gula, que no quieren dejar de comer esos alimentos. Y le dan el beneficio de la duda. No saber si un alimento o no es compulsivo es una cosa. Pero otra es no querer reconocerlo como compulsivo. Es un maquillaje de la recaída. Si no es con honestidad no funciona.

Lo que todos nosotros parecemos tener en común es que NUESTROS CUERPOS Y NUESTRAS MENTES parecen mandarnos señales acerca de la comida, que son muy diferentes de los que reciben los comedores normales.

Yo no tengo una buena percepción de lo que es poco o mucho, y también me engaño mucho con cuando tengo hambre y cuando no, sobre todo cuando ya he comida, diciendo que me he quedado con hambre para añadir ese “extra” compulsivo.

domingo, enero 17, 2010

Cada cierto tiempo en el pasado o periódicamente fuimos capaces de hacerlo. Insistíamos en pensar: Nuestra manera de comer puede estar fuera de control en este momento, pero algún día tendremos la fuerza de voluntad suficiente para controlar nuestros excesos en el comer, y ese día, ya no la volveremos a perder. Sin embargo, para muchos de nosotros, los días de comer controladamente se fueron volviendo menos numerosos y mas lejanos, hasta que al fin, recurrimos a CCA en busca de una nueva solución."

Recuerdo como antes de entrar en Oa tenía ciclos en los que dejaba de comer y a los varios días caía en el atracón. Los días en los que estaba sin comer era por miedo a comer, por que sabía que si comía no iba a ser capaz de parar.

En esta ultima recaída, me he notado una regresión a aquel estado. Estaba dos días abstinente, y al tercero recaía, buscando cualquier excusa para hacerlo.


"En CCA aprendimos que no es la falta de fuerza de voluntad lo que nos convierte en comedores compulsivos. De hecho, los comedores compulsivos a menudo demuestran poseer una cantidad excepcional de fuerza de voluntad.

Comer Compulsivamente es una enfermedad que no puede ser controlada por la sola fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad no me vale como recurso para enfrentarme a la compulsión por la comida. La enfermedad tiene el poder de retorcer mi voluntad hasta hacerla inservible y volverla contra mi. La compulsión por la comida nubla mi mente y es capaz de hacerme creer cosas muy dispares, con lo que no tengo claridad mental ni se lo que tengo que hacer ni que determinación tomar. Noto que la compulsión por la comida usa la confusión para desorientarme y así anular mi voluntad. Lo hace con la semilla de la duda, no sabiendo si un alimento es compulsivo o no, si debo llamar o no, si estoy abstinente o no, etc, etc, etc. Contra esto solo tengo la fe en el programa y en un poder superior.

Ninguno de nosotros escogió tener este desorden más que si hubiera decidido tener cualquier otra enfermedad. Podemos dejar ahora de CULPARNOS O DE CULPAR A OTROS a causa de nuestra forma compulsiva de comer.

A mis padres ya no les culpo por mi enfermedad. Ya he comprendido que mi madre lo hizo lo mejor que pudo dentro de sus capacidades y la situación en la que vivía, y que ella no da para mas. Y a mi padre no le culpo por que esta igual de enfermo que yo, y no lo sabe. No es culpable de trasmitirme todas sus actitudes enfermas, por que no sabía que estaba enfermo. Ellos dos tampoco eran culpables de que su matrimonio fuera mal, y que yo sea una personas con un trastorno alimenticio que creció en una familia disfuncional. Su matrimonio no funciono y ellos no son culpables. Mi padre era o es adicto a la lujuria y a la comida, y solo repetía patrones aprendidos de su padre, o sea, mi abuelo, que en paz descanse. A mi madre le toco el comedor compulsivo y el adicto a la lujuria, cuando a otras tías mías les toco el alcohólico. Tampoco es culpable. Culparles a ellos no me sirve de nada.

Sin embargo, además de la familia fallida en la que crecí recolectora de actitudes enfermas de una generación anterior, esta la situación de abusos que viví de niño adolescente. Es tal la situación de miedo y terror que solo pensar en ello basta para ponerme emocionalmente fatal y muy compulsivo. Aun no he podido perdonar, ni dejar de culparles por lo que mi hicieron todos durante tanto tiempo. Y lo que es peor, dejar de culparme a mi mismo por ser débil en aquel momento y permitirlo, o hacerme blanco del acoso por ser distinto, por ser GORDO.

viernes, enero 15, 2010

Primer paso

He vuelto a trabajar de nuevo el primer paso. Tras recaer estas navidades, que estaba trabajando el noveno paso, las reparaciones, he tenido que volver al principio. Creo que todavia no estaba preparado para el noveno. Pero bueno, no pasa nada, otra vez desde el principio y a levantar cabeza.

Primer Paso:

"Admitimos que éramos impotentes ante la comida y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables."

"En comedores compulsivos anónimos comenzamos nuestro programa de recuperación admitiendo que éramos impotentes ante la comida.

Con la última recaída se me olvido que soy impotente ante la comida. Fue el no aceptar la ingobernabilidad de mi vida lo que me llevo al estado mental que me precede antes de la recaída al miedo y la ansiedad, en este caso por la inseguridad económica y el estar en desempleo. En el fondo creo que deseaba encontrar trabajo, y quería encontrarlo, queriendo controlar mi vida para llevarme a ello. Y asi no aceptaba mi situación. Todo esto era una pelota emocional dentro del estomago que junto con otras muchas cosas termino estallando.

Se que mi abstinencia no es mía, es un don que me regala dios a través del programa. Yo entiendo mi poder superior como ese ente oculto que esta detrás de las coincidencias de mi vida. Y también se que tengo un umbral de dolor que si lo sobrepaso el peligro de la recaída me acecha sobre todo si se juntan otros factores, como estar revuelto emocionalmente o dejar de trabajar los pasos. (Esto es precisamente lo que me ha pasado).

Lo que trato de expresar es que mi abstinencia no es mía, ni las recaídas tampoco. Suceden por que tienen que suceder, por que mi poder superior lo quiere así, y yo tengo que aprender de ello. Si hubiera seguido 6 meses más en el paro, a lo mejor sigo 6 meses más en recaída. Por que me he comido el agobio de buscar trabajo y de las entrevistas. Yo soy impotente ante la comida, ante mi vida, ante pasar de abstinencia a recaída. Pero puedo hacer mi parte, y en este momento, lo que noto es que tengo que poner las herramientas a funcionar como nunca. Y también que mi abstinencia requería que me pusiese las pilas para encontrar trabajo rápido. Dar mas de mi en la búsqueda de empleo, y así poner mi parte en la promesa de “y perderemos el miedo a la inseguridad económica”. Esta promesa la veo unida a mi orgullo y avaricia, a mi autocompasión, y es una de las puertas de doble bisagra que conducen a la abstinencia o la recaída en mi día a día. Cuidar este aspecto de mi vida es vital para mi abstinencia. Solo puedo hacer mi parte y dejarle los resultados a dios.


Muchos de nosotros nos rebelamos cuando nos desafiaron a admitir la derrota para controlar nuestra forma de comer.

Rebelamos. Esta en mi enfermedad es una palabra clave. Como enfermo comedor compulsivo soy muy rebelde. Y eso es muy peligroso. He aprendido a poner la rebeldía no como un obstáculo si no como un motor en mi vida. Por ejemplo a negarme a aceptar estar a merced de una enfermedad destructora como es un trastorno de la alimentación y ponerme en camino para buscar la solución. Ahora entiendo la rebeldía como un camino a la acción, no como un salirme con lo que yo quiero hacer. El haber trabajado los pasos que tratan sobre defectos de carácter, creo que han logrado transformar ese defecto en virtud. Si esta de moda ser malo, el mas malo, pues yo soy bueno. Trato de ser dócil y amable con la gente. Acepto aquellas cosas que no me gusta oir, como una forma de rebeldía, por que otros lo que hacen es que se rebelan contra eso. Yo trato de aprender de ello, de los errores.

Otro ejemplo practico de cómo uso la rebeldía transformándola de defecto en virtud. Hace nada leía en el solo por hoy una entrada que decía que debía decirme siempre SI en vez de NO. SI puedo estar abstinente, SI puedo llamar. SI puedo recuperarme. La positividad como arrolladora fuerza constructiva. Durante muchísimo tiempo he dicho que no a mil cosas a mil situaciones por mi enfermedad, por miedo a la comida, por miedo a personas enfermas. Eso ha alimentado mi miedo y mi autocompasión y me ha llevado a sentirme mal conmigo mismo, limitado, y atrapado con la enfermedad. He renunciado a mil cosas por la enfermedad, por miedo a recaer. Por MIEDO, una decisión por un defecto de carácter. Me niego a ser menos que nadie por ser comedor compulsivo, yo puedo con la ayuda de dios, del programa y de mis compañeras, recuperarme y llevar una vida digna un día a la vez. Me niego a dejar de hacer cosas o dejar de vivir por miedo a la comida. Cualquier cosa con programa, puedo hacerla. Admitir la derrota es saber que necesito el programa para hacer esas cosas, como un viaje, como ir a un albergue con muchos jóvenes, o a casa de unos amigos por navidad. Pero necesito llamar, escribir y leer para hacer esas cosas. No puedo pretender hacerlas a las bravas pasando de todo. Admito que soy comedor compulsivo y que necesito una ayuda para vivir, y que no puedo pretender ser una persona normal. Estoy enfermo, necesito ayuda, incluso para las actividades mas triviales que me superan. Mi rebeldía estupida es querer hacerlas basándome en mis solos recursos sin pedir ayuda. Nadie llama a su madrina o a una compañera , o tiene que rezar antes de entrar a un supermercado. Yo siento que lo necesito. Debo dejar mi orgullo al lado, y cuando siento el impulso, hacerlo. Me va la abstinencia en ello.

Es como una doble vuelta de tuerca. Siempre he visto a los rebeldes como seres hiperorgullosos e individualistas que luchan continuamente con salirse con la suya. Yo, a base de palos, he aprendido. Soy mas rebelde que los rebeldes, tanto que yo escucho y hago lo que me dicen, por que el papel de rebelde ya no me vale ni me ayuda. Es mas, la rebeldía, con la comida, me lleva a recaer.

martes, enero 05, 2010

05-01-2010

Desayuno: Zumo y fruta
½ mañana: zumo y fruta
Comida: Menestra, garbanzos con verduras, piña en su jugo
Cena: Ensalada

Tentaciones: coger comida abandonada en la calle (que ni siquiera estaba alli)

Agradecimientos:

Gracias por las luces de navidad de la calle antes de entrar a la oficina
Gracias por equivocarme en la parada de autobus, y asi darme cuenta de que no lo se todo.
Gracias por que no esta lloviendo
Gracias por dormir muy poco y aun asi no sentirme cansado
Gracias por el rato que pase ayer en la tienda con J y con V
Gracias por un nuevo juego al que estoy jugando
Gracias por la idea de encargarle a J un libro de importacion
Gracias por que hoy me siento abstinente
Gracias por que dios me habla aunque yo no le escuche
Gracias por un ahijado que ha vuelto a ponerse en contacto
Gracias por ver una pelicula con V
Gracias por que V y me cepillara el pelo

Como estoy con la comida: saliendo de una recaida, hoy traigo mucha comida a la oficina. No quiero pasar hambre y asi irme por hambre a los alimentos compulsivos.