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domingo, enero 17, 2010

Cada cierto tiempo en el pasado o periódicamente fuimos capaces de hacerlo. Insistíamos en pensar: Nuestra manera de comer puede estar fuera de control en este momento, pero algún día tendremos la fuerza de voluntad suficiente para controlar nuestros excesos en el comer, y ese día, ya no la volveremos a perder. Sin embargo, para muchos de nosotros, los días de comer controladamente se fueron volviendo menos numerosos y mas lejanos, hasta que al fin, recurrimos a CCA en busca de una nueva solución."

Recuerdo como antes de entrar en Oa tenía ciclos en los que dejaba de comer y a los varios días caía en el atracón. Los días en los que estaba sin comer era por miedo a comer, por que sabía que si comía no iba a ser capaz de parar.

En esta ultima recaída, me he notado una regresión a aquel estado. Estaba dos días abstinente, y al tercero recaía, buscando cualquier excusa para hacerlo.


"En CCA aprendimos que no es la falta de fuerza de voluntad lo que nos convierte en comedores compulsivos. De hecho, los comedores compulsivos a menudo demuestran poseer una cantidad excepcional de fuerza de voluntad.

Comer Compulsivamente es una enfermedad que no puede ser controlada por la sola fuerza de voluntad.

La fuerza de voluntad no me vale como recurso para enfrentarme a la compulsión por la comida. La enfermedad tiene el poder de retorcer mi voluntad hasta hacerla inservible y volverla contra mi. La compulsión por la comida nubla mi mente y es capaz de hacerme creer cosas muy dispares, con lo que no tengo claridad mental ni se lo que tengo que hacer ni que determinación tomar. Noto que la compulsión por la comida usa la confusión para desorientarme y así anular mi voluntad. Lo hace con la semilla de la duda, no sabiendo si un alimento es compulsivo o no, si debo llamar o no, si estoy abstinente o no, etc, etc, etc. Contra esto solo tengo la fe en el programa y en un poder superior.

Ninguno de nosotros escogió tener este desorden más que si hubiera decidido tener cualquier otra enfermedad. Podemos dejar ahora de CULPARNOS O DE CULPAR A OTROS a causa de nuestra forma compulsiva de comer.

A mis padres ya no les culpo por mi enfermedad. Ya he comprendido que mi madre lo hizo lo mejor que pudo dentro de sus capacidades y la situación en la que vivía, y que ella no da para mas. Y a mi padre no le culpo por que esta igual de enfermo que yo, y no lo sabe. No es culpable de trasmitirme todas sus actitudes enfermas, por que no sabía que estaba enfermo. Ellos dos tampoco eran culpables de que su matrimonio fuera mal, y que yo sea una personas con un trastorno alimenticio que creció en una familia disfuncional. Su matrimonio no funciono y ellos no son culpables. Mi padre era o es adicto a la lujuria y a la comida, y solo repetía patrones aprendidos de su padre, o sea, mi abuelo, que en paz descanse. A mi madre le toco el comedor compulsivo y el adicto a la lujuria, cuando a otras tías mías les toco el alcohólico. Tampoco es culpable. Culparles a ellos no me sirve de nada.

Sin embargo, además de la familia fallida en la que crecí recolectora de actitudes enfermas de una generación anterior, esta la situación de abusos que viví de niño adolescente. Es tal la situación de miedo y terror que solo pensar en ello basta para ponerme emocionalmente fatal y muy compulsivo. Aun no he podido perdonar, ni dejar de culparles por lo que mi hicieron todos durante tanto tiempo. Y lo que es peor, dejar de culparme a mi mismo por ser débil en aquel momento y permitirlo, o hacerme blanco del acoso por ser distinto, por ser GORDO.