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sábado, agosto 10, 2024

Preguntas primer paso 2023-2024

Primer paso:

1 ¿Qué hemos hecho para evitar la obesidad: dietas, ayunos, exceso de ejercicio? ¿ Hemos usado laxante, purgantes, pastillas o hemos vomitado? Aquí sigue un inventario del primer paso de mi historia de comedor compulsivo.

Dietas recuerdo haber hecho de pequeño, solo una o dos, porque mi madre me había llevado al médico. Pero era incapaz de cumplirlas y de llevarlas a buen término, a mí no me funcionaban. Y a la vez mi madre me sobrealimentaba y mis abuelos también. Yo no le daba importancia, y me daba igual, creo por que no era consciente, como si me llevaran al medico por cualquier otra cosa. Por aquella época otros niños ya se reían de mi por mi cuerpo y por eso mi madre me llevo. Otra dieta fue de mano de mis padres que fueron los que me llevaron a un endocrino siendo adolescente.  Recuerdo al endocrino poniéndome malas caras, como la enfermera me pesaba en una bascula antigua no digital como las de hoy y yo sintiéndome avergonzado y culpable. Era una humillación para mi. También mi padre y mi abuelo hacían dieta y  tomaban medicación para adelgazar y me la daban a mí.  Lo que tomaba mi padre eran diuréticos, y un niño como yo con doce años, no podía parar de ir al baño con aquellas pastillas. Recuerdo salir a correr con mi padre.  Y que él me daba las mismas pastillas que el tomaba, que eran estimulantes para hacer ejercicio.  Nada me funcionó.  Y la verdad es que de aquello me queda el que soy muy rebelde a que me impongan maneras de comer, y no quiero saber nada de medicación para adelgazar. 

Laxantes no he usado nunca excepto una vez que me los mandó el médico después de haber tenido un cólico biliar por haber comido compulsivamente. Y solo tomé uno o dos, el resto se quedaron en la caja. El medico me las dio por que decía que tenia un atasco en los intestinos. Me enseño una radiografía, y todo mi intestino estaba lleno hasta arriba. Tanto que yo mismo me había provocado un cólico. Yo me sentía en esta situación totalmente hundido, vencido, derrotado, y culpable por hacerme tanto daño a mi mismo. Cuando salia del medico, me juraba no volverlo hacer y al tiempo caia de nuevo en la peligrosa tentación. Llegue a pensar que podía reventar por dentro de un atracón. A veces lo deseaba.

Pastillas para adelgazar si he tomado, por inducción de otra personas (a través de mi padre). Él y mi abuelo las tomaban porque un gurú de la nutrición, una especie de médico extranjero de mucha fama, se las habían recetado. Y a mí me las daban también. Mi abuelo y mi padre habían estado luchando toda la vida contra la obesidad, y me incluyeron en su lucha. Aquellas pastillas eran diuréticas y a mí me hacían ir mucho a orinar continuamente.

Vomitar lo he intentado pero no he sido capaz. Hasta tal punto ha llegado mi locura. He vomitado cuando he comido demasiado, y mi cuerpo ha rechazado tal exceso de comida. La primera vez me pasó en la boda de un primo mío cuando yo todavía era menor de edad. Después he vomitado estando en recaída, en episodios de cólico biliar, mi cuerpo era incapaz de digerir todo lo que había comido en exceso, y el dolor en el hígado era tal que en la última recaída mi sistema digestivo estaba tan dañado ya, que en los episodios de cólicos biliares, vomitaba. Recuerdo que una vez vomité en urgencias. Totalmente avergonzado le pedí disculpas a la limpiadora que vino a quitar aquello del suelo. Y me pasaron al grupo de los más graves en la sala de triaje. Y además no me dejaban beber agua para quitarme el sabor horrible de aquello de la boca. Me sentía un despojo humano rodeado de sufrimiento y que me merecía sufrir por hacerme tanto daño a mi mismo voluntariamente.

Sobre el ayuno yo llegué a OA siendo anoréxico, o viniendo de una época de restricción muy fuerte. Fue en un momento en el que había perdido mucho peso pero como ya no quería adelgazar más había empezado a comer alimentos que no me había permitido durante un tiempo de nuevo y eso me había llevado a comer en exceso compulsivamente. Como si fuera del restringir en exceso a comer en exceso. De la adicción a adelgazar a la adicción a comer compulsivamente. Hoy se que son dos caras de la misma moneda.

Hubo un momento de mi vida que una chica me rompió el corazón. No quería estar conmigo porque no quería salir con alguien con obesidad y entonces mi cabeza hizo como un clic y me fui a la restricción. Pensé que si mi peso era un problema para encontrar pareja tenía que solucionarlo. Un día delante de la nevera de mi madre que tantas veces había asaltado, pensé ¿por qué siempre tengo que comer lo peor y lo que más engorda? ¿por qué no como lo más sano para mí, lo que mejor me lleve a tener un peso saludable?. Recuerdo que aquel día elegí en vez del pollo las espinacas, que tuve que descongelarlas y hervirlas en vez de simplemente echar la pechuga de pollo a la sartén.

Empecé a escoger lo que yo pensaba que era más sano o menos calórico, y me funcionó. Con el tiempo poco a poco fui perdiendo peso y yo me creí que estaba siendo vegetariano. Usé esa dieta o ese manera de comer del vegetarianismo para perder peso. Y efectivamente como manera de comer el vegetarianismo o el veganismo funciona para perder peso porque se comen muchas menos grasas animales, menos grasas saturadas, alimentos más sanos, etc, etc. Solo que yo lo deforme para llevarme a una restricción horrible. Y por supuesto no sabía que tenía que tomar una medicación específica para compensar la falta de proteína animal, lo que me causó problemas de salud. Era la primera vez que adelgazaba en mi vida y me sentía flotando de felicidad, y sin embargo muchas personas se empeñaron en tirar por tierra mi cambio criticándome o preocupándose por mi salud. Yo simplemente les rechace y me encerré en mi mismo.

Durante un año antes de entrar en OA, tuve una época en la que solo comía una vez al día. No desayunaba y no cenaba. Y me funcionó muy bien para perder peso, pero me volví totalmente loco, con cambios de humor muy profundos y bruscos. Y además estaba encerrado en mi casa en mi cuarto sin querer ver a nadie. Recuerdo que mi madre estaba preocupada, y yo me sentía atacado. Un comentario suyo sobre mi peso y mi manera de comer, y yo me hundía en un abismo de depresión. Por eso ahora mi madre toda su preocupación es que yo coma y que este gordo. Y sin embargo años antes, toda su preocupación era que no estuviera gordo. Con ella me he sentido como un perro al que le dan tirones de la correa. A la par he descubierto como siempre ha tratado de controlar cada faceta de mi vida para que yo fuera como ella quería. Y si me dijera cosas con lógica, le haría caso, pero en su enfermedad (comedora compulsiva en activo y coadicta), solo proyecta sus miedos y odios sobre mi. Así que cuanto mas lejos de mi mejor.

En esa fase de restricción noté como se me iba la cabeza, y tenía extremos de alegría o euforia. Cualquier cosa me sumía en la tristeza más profunda. Fue justo antes de entrar a OA, que esta fase de restricción se tornó en atracones, y entonces para no perder el peso saludable que tenía a base de atracones, lo que hacía era ayunar durante días para compensar mis atracones. Hasta 15-20 días llegue a estar sin comer, y cada vez que abría la boca me daba un atracón. Incluso llegue a tenerle miedo a la comida, y no quería comer por que sabia que si comía lo que fuera devoraría todo a mi alcance en un atracón demencial.

En esta fase de encierro y restricción que tuve, era capaz de salir de casa de mi madre y ponerme a andar durante horas por la montaña, con grandes cuestas durante muchas horas. Creo que lo más largo que he caminado ha sido durante ocho horas. Y todo esto con un sobrepeso excesivo. Recuerdo que andar en exceso me hacia sentirme bien y feliz conmigo mismo. Así que con apenas 35 años me empezaron los dolores de rodillas, da igual el peso que tenga ahora, los tendones de mis rodillas están desgastados a una edad prematura por exceso de ejercicio físico. Y vivo en un dolor continuo por ello, que me recuerda continuamente de donde vengo y por que necesito estar abstinente cada día.

Aquella fase de una sola comida diaria se convirtió en el atracón diario. Ahora a base de prueba y error he encontrado un plan de comidas que me funciona, y sé cómo he de comer tanto para bajar de peso y tengo una intuición de cómo era hacerlo para mantenerme.

La mayoría del tiempo en mi vida esta o subiendo de peso a base de atracones o intentando bajar sin conseguirlo, o bajando muy poco a poco. Solo hubo cinco años de mi vida en los que estuve delgado y pude mantener un peso sin grandes variaciones y fue al principio de estar en oa y es básicamente el mismo plan de comidas que hago ahora solo que con más cantidades.

Ahora tengo el límite de no saltarme comidas aunque alguna de ellas sea muy ligera normalmente la cena. También porque he comprobado que cenar ligero me viene mejor, así no tengo ardores de estómago por la noche, ni reflujo, y me duermo más rápido. 

1a) ¿Qué otras soluciones he probado y cuáles han sido los resultados? ¿todavía busco la solución fuera de oa? 

Yo nunca he buscado soluciones fuera de OA. Lo primero que encontré cuando me di cuenta que tenia un problema con mi manera de comer fue OA. He visto venir a muchísimas compañeras rebotadas de psicólogos, psiquiatras profesionales de la salud varios, gurús, nutricionistas, centros de internamiento, etcétera, etcétera. Todas dicen que lo que más les ha funcionado ha sido OA. Aprendo de su experiencia, escucho sus historias, y he llegado al convencimiento que yo ya no tengo ninguna necesidad de ponerme a buscar otra solución fuera. Estoy convencido de que OA funciona, he visto muchos ejemplos y lo he vivido en mí mismo. Estoy cansado de ver llegar a compañeras que vienen de centros, de psicólogo, de psiquiatras, etcétera, etcétera, etcétera y dicen que nada les funciona les funciona a excepción de oa.  Ahora bien sé que dentro del programa de oa hay maneras y maneras de trabajar el programa. Yo necesito una que sea intensa y diaria, no me valen medias tintas. Solo me funciona un trabajo diario, uso de las herramientas constante y un plan de comida súper limpio.  Porque si no empiezo el descenso a los infiernos. No puedo descuidarme ni un solo momento. Ese fue mi error en la ultima recaída, confiarme.


Yo no me puedo permitir estar en los grupos calentando silla sin trabajar el programa como hacen muchas personas nuevas o en recaída. Son personas que están todavía viniendo solo a reuniones, usando poco el teléfono y las herramientas, a ver si algún día les convence el programa y empiezan a trabajar. Yo estar así no puedo por que es estar en recaída o preparándome el camino para ir hacia ella. Ademas que hacer servicio, y trabajar el programa, me gusta mucho, y me han dado muchos beneficios a parte de la abstinencia. He visto en mi cumplidas casi todas las promesas.


Mi herramienta favorita es el servicio. Pero tampoco puedo centrarme solo en hacer servicio. Puedo cometer el error de estar tan ocupado por el servicio que me olvido de trabajar los pasos porque que no me da tiempo a trabajar en mi propia recuperación. El servicio es una herramienta más pero no puede ser todo. Ya me ha pasado: el servicio me mantiene abstinente pero no me hace avanzar en mi recuperación.

Las soluciones que he probado fuera de OA, antes de llegar al los grupos, eran parciales y sólo atacaban el problema desde el punto de vista físico. Y no las he probado voluntariamente, sino que mis padres me llevaron en un par de momentos de mi vida, en mi infancia y adolescencia a profesionales de la salud. Una vez mi madre me llevo al endocrino, y otra vez mi padre me llevo a un gurú de la nutrición que también les atendía a mi padre y a mi abuelo. Este gurú nos daba pastillas diuréticas. Ninguna de estas dos cosas funcionaron para mí. Y por lo tanto no tengo ningún interés en buscar nada fuera de oa.

Alguna vez he pensado en buscar ayuda profesional, por complementar, pero cuando pienso lo que cuesta, y escucho lo que cuentan las compañeras (que les ha ido mal con profesionales de la salud) se me pasan las ganas.

A otras hermandades si he ido para temas específicos, como la lujuria, pero no por refugiarme en otro programa de doce pasos para no trabajar la comida como he visto hacer a otras compañeras; sino para tratar los problemas específicos cuando lo he necesitado. Sin embargo no me he sentido cómodo en esas otras hermandades, ni identificado, ni su problemática era igual a la mía, así que al final me quede solo con OA.

Si bien los temas de pareja los tengo bien encarrilados (Es un tema que he soltado al poder superior), el tema de la infancia, y el bullying, y mi familia disfuncional es algo que todavía me supera. Creo que necesitare en su momento ir a ACA (hijos adultos de alcohólicos) o al menos leer su literatura. Pero esta no es una solución a mi compulsión por la comida, es una solución para el dolor extremo de mi infancia y adolescencia, del que en parte surge mi compulsión por la comida, pero que con OA no logro superar del todo. He escuchado de compañeras de los grupos que dicen que hasta que no esta uno estable del todo con la sustancia de consumo de elección (en mi caso la comida) no es bueno ir a ACA por que remueve mucho. Así que por ahora no me lo planteo. Y estar en dos hermandades a la vez, o trabajar dos programas a la vez no creo que pudiera hacerlo.

Antes de entrar en OA, la única solución que intenté por mi cuenta, fue la filosofía vegana o vegetariana. Y no era una solución para mí trastorno de la alimentación que aun no sabia que tenia, sino simplemente para mi obesidad, porque yo por aquel entonces no sabía que era comedor compulsivo. A mí me funcionó bien, pero es que a la vez lo unía la restricción, con lo que retorcí y deforme esa manera de comer con la enfermedad. Porque de hecho hay mucha gente que es vegetariana o vegana y no come carne para adelgazar. Pero yo usé esa manera de comer para adelgazar pensando que la obesidad era mi único problema porque no sabía que mi problema era soy compulsivo.

Tiempo después, dentro de OA hablando con una madrina descubrí que para mí la carne tiene un factor adictivo. Es el hecho de las barbacoas que se come con mucha cantidad. Es la cantidad de grasas que tienen ciertos embutidos y la comida (carne asada crujiente), pero por salud a veces me permito comer carne o me obligo a ello. Solo que prefiero permanecer alejado de la carne. También es el factor primal de cazador que llevamos los humanos como primates que somos. Recuerdo el episodio claro en mi adolescencia en el que me hice daño con el embutido. Así que para mí el veganismo es una manera de abstinencia de esos alimentos compulsivos que giran alrededor de la carne.

Durante un tiempo pensé que el veganismo me defendía de la comida compulsiva como un plan de comida mas de tantos que hay y que el programa era con lo que atacaba mi enfermedad para recuperarme de ella. Por supuesto esta es mi propio plan de comidas, el producto de mi experiencia y lo que yo he vivido. Yo no le recomiendo a nadie que sea vegano, ni considero que el veganismo sea una solución para la compulsión por la comida. Ahora veo que es solo un plan de comida más. Y de hecho a veces por adaptarme ,porque es muy complicado comer siempre vegano fuera de casa, prefiero claudicar y si algo lleva un poco de carne o lleva lácteos, lo que sea no montó un pollo, ni un circo, ni le doy 50.000 vueltas. También porque no me fío del todo de dejar los alimentos de origen animal porque en el pasado he tenido problemas de salud por ello porque no estaba tomando los suplementos vitamínicos que tengo que tomar que ahora sí los tomo. También hace 10 años no había la facilidad que hay ahora para comprar vitamina B-12 como ahora, que la puedo conseguir fácilmente y barata por internet.


1b) ¿Cómo he usado el exceso de comida para huir de los problemas de la vida? 


Creo que empecé a tapar el dolor con la comida compulsiva alrededor de los 26 y 27 años, al menos de manera consciente. Antes era pura glotonería y simplemente era de comer mucho a todas horas, pero no esa consciente de que estuviera conectado con mis emociones. Empecé con los atracones justo después de haber adelgazado, haber salido al mundo de las relaciones sin experiencia y entonces paso que una chica me rompiera el corazón, y me pusiera una situación social muy delicada. Ella era la ex-novia de un amigo mio, y se lio conmigo por que lo estaba haciendo con todos los amigos de su ex uno tras otro para darle celos. Yo solo fui uno mas, y cometí el error de no saber decir que no, y darle una oportunidad. Me metí en un jaleo del quince.  Sentía como si el mundo se me viniera encima. Y ahí fui cuando empece con los atracones conscientes. Y fue mas o menos a la vez que estaba trabajando en una empresa del mundo de la música que descubrí que era una tapadera de venta de drogas.


Ahora se que soy coadicto.  Hay personas que beben, fuman o se drogan.  Y yo para soportar su compañía, como compulsivamente.  Lo llamo adicción por simpatía. Al principio de mi adicción, recuerdo que en ese trabajo que tuve me relacionaba con varias personas que andaban en el mundo de las drogas,  y la empresa es una tapadera.  Mi jefe vendía drogas, aunque yo nunca estuve implicado ni lo vi directamente.  Yo tenía mucho miedo y para soportar aquella situación, comía.  Dejé aquel trabajo y me fui directo a OA. Solo tarde un año desde que empezó mi adicción en activo. Y apenas tarde tres meses en poner un pie en un grupo desde que descubrí OA.

 

Fue poco antes de entrar en OA, cuando empezó el mecanismo en mí de la adicción, de empezar a tapar los problemas de la vida con atracones. Era buscar en el placer momentáneo de la comida un sentimiento de bienestar que tapara el dolor que sentía real o imaginario fuera lo que fuere. Ahora sé que esa es una de las mentiras de la enfermedad. Que en el momento me promete placer y alivio, que dura lo que dura la comida en mi boca, pero luego inmediatamente después empieza no solo la culpabilidad y el arrepentimiento, sino el dolor físico, las digestiones horribles, las diarreas, y la reacción más fuerte que he tenido: los cólicos biliares. Que han sido capaces de llevarme al hospital.  Mi sistema digestivo ha llegado a estar tan dañado que los cólicos biliares que he tenido entrado en los 40 años en la última recaída, me hacían vomitar, cosa que antes de entrar a OA no me pasaba, por que los llevo teniendo desde los 20 años. Después de comer compulsivamente siempre me sentía muy culpable, me sentía horrorosamente asqueroso por terminar en urgencias, y siempre me preguntaba por qué me hacía tanto daño a mí mismo. No sabia que era lo que me hacía odiarme tanto a mí mismo para hacerme tanto daño. Me sentía muy culpable por destruir mi cuerpo, y por robarme a mi vida todas las cosas buenas que me da el vivir en un peso normal y saludable.

Llegó un momento en mi recuperación que ya no me compensaba darme un atracón. El falso placer que la enfermedad de comer compulsivamente era tan efímero que no compensaba el daño que me hacía. Y vi claro como la enfermedad me mentía. Aprendí a identificar mi gula, y dejé de usar el exceso de comida para huir de los problemas de mi vida. Después de trabajar los pasos entendí que oa me propone una alternativa a los atracones y el exceso de comida, que es escribir, trabajar mis problemas, pasarlos por los 12 pasos, llamar a alguien y así no tener que comer compulsivamente por ellos. Para mí este descubrimiento fue muy importante, porque significó la neutralización del mecanismo de la adicción, un día a la vez. Lo que llaman el indulto diario. Ya no necesitaba comer para evadirme de  los problemas, sino que podía procesar mis emociones enfermas de otra manera, es decir trabajando el programa y usando las herramientas. 

La primera vez que fui consciente que usaba usando la comida para tapar mis problemas, fue una vez que después de una llamada de teléfono por trabajo muy tensa, comí para tapar el dolor que me había causado esa llamada. Ya estaba en OA, acababa de entrar, todavía no tenia una abstinencia solida, y fue cuando un antiguo compañero de trabajo me llamó para preguntarme si yo le había robado a nuestro antiguo jefe cuya empresa era una tapadera de drogas. Recuerdo la  llamada de teléfono y la otra persona fue muy brusca,  y fue para mi una situación muy tensa. Fue terminar la llamada por teléfono e ir directamente a comer compulsivamente.  Ahí que veo que soy un comedor emocional y busco la comida para compensar el dolor de mis emociones. Cómo si estuviera buscando tapar ese dolor con el placer de la comida.

He comido también muchísimo para aliviar la soledad, de hecho es actualmente el principal motivo que me ha llevado a comer en la última recaída. Recuerdo ver una pareja haciéndose arrumacos o besándose, o ver una mujer en el autobús con un niño, y esto activarme mis peores defectos de carácter. Que son la autocompasión, el egocentrismo, la codependencia, la lujuria, la envidia, los celos. Entonces estos defectos de carácter se acumulaban en mi mente y era incapaz de soportar la situación. Me entraba un dolor tal, que volviendo a casa tenía que comer compulsivamente para tapar ese dolor. Pensaba que mi pareja era la comida, y que yo nunca iba a tener otra vez pareja porque mi cuerpo era asqueroso para el sexo opuesto. Que con la edad que ya tenía jamás iba a poder encontrar una mujer que quisiera tener hijos conmigo. Esto era futurizar totalmente y es todo lo contrario a lo que me dice el programa. Me comparaba con otras personas, algo que es totalmente absurdo. Salir de esa mentalidad enferma me costó, pero al final aprendí que el tener o no pareja no depende de mí, que está en manos del Poder Superior. Y que comer compulsivamente es todo lo contrario a ese objetivo, si es que realmente quiero eso o no, que ahora no lo sé, por que lo he dejado en manos del poder superior.

Ahora se que la comida es muy mal ansiolítico, porque tiene muchos efectos secundarios, me dura solo lo que dura el sabor en la boca, es decir apenas unos bocados.  Y después me encuentro muy mal del estómago,  me siento culpable,  me dan cólicos biliares,  subo de peso,  no me vale mí ropa.  Es como una sensación de vértigo.  De no poder parar y saber que me estoy destruyendo y haciendo mucho daño sin saber porque.  


Estando en recaída he llegado a llorar al entrar al supermercado por que sabia lo que iba a pasar, lo que iba a hacer, y era incapaz de parar. Sin embargo trabajando los pasos y usando las herramientas, he pasado por momentos en los que ver comida, o ver a otras personas comer mis alimentos compulsivos, no me pone compulsivo. Es decir he llegado al estado de neutralidad con la comida. Sin embargo en otro momentos como tener acceso a dinero, pasar delante de un supermercado si me ponía compulsivo. Como si esas circunstancias fuera lo que me pusiera compulsivo. Es  extraño como la enfermedad evoluciona en mi.  Ni yo mismo lo entiendo. El dinero es uno de los factores que facilita mi compulsión con la comida. O pasar delante de ciertas tiendas a ciertas horas,  sobre todo volviendo a casa tarde.

Creo que lo que hace la comida es que me desconecta de mí mismo y de lo que siento.  Soy adicto y uso el placer de la comida para huir del dolor de mi vida.  Ese placer de sentirme lleno, con el qué trato de compensar el vacío que siento.  Pero ese vacío se siente cada vez más y más fuerte y solo sé que se llena con fe y con despertar espiritual.  Con la comida nunca se llena y es como un agujero negro que lo absorbe todo y lo destruye toda mi vida a su paso.

Y además ya he aprendido que tener una familia propia siendo padre, para compensar el dolor de mi niñez y de venir de  una familia de origen totalmente enferma disfuncional, es codependencia y lujuria a la par de la autocompasión. Nadie va a venir a salvarme de mi mismo, de mi pasado y a completarme para curarme. Solo mi poder superior tiene esa capacidad. He aprendido que mi objetivo en la vida a lo mejor no es tener una familia como me venden los estándares de la sociedad. He aprendido que mi objetivo en la vida puede ser ayudar a otros a dejar de comer compulsivamente, que también es salvar vidas y es muy importante. Además una compañera me enseñó lo que es el concepto de los hijos emocionales, es decir el apadrinamiento. Personas a las que he ayudado tanto a lo largo de mi vida apadrinándoles que he salvado sus vidas mientras ellos me ayudaban con la mía.

El estrés del trabajo también me ha llevado a comer compulsivamente. Recuerdo una época en la que tenía dos trabajos y al final me di me di cuenta que todo ese agobio, prisas, estrés, salir de un trabajo a las seis de la tarde, para ir directamente a las 8 o 10 de la noche ponerme a trabajar en otro trabajo, hasta las 12 una de la mañana, no me compensaba por el dinero que me daban. Recaía para tapar ese estrés. Así que al final terminé dejando mi segundo trabajo, y ya no suelo aceptar trabajos extras a menos que tenga mucho tiempo libre o no esté trabajando en mi trabajo principal. Esa fue una gran liberación y estoy muy agradecido al programa por ella. Para mi fue también admitir que hay cosas mas importantes en la vida que el dinero. Y que mi salud, serenidad, y abstinencia, van antes que el dinero y el trabajo.


1c ¿Hay algunas comidas o comportamientos con la comida en particular que me causan problemas? 

Inventario de alimentos compulsivos:

Comidas son muchas.  Todo lo que sea muy rico en hidratos de carbono es decir comida muy energética.  Soy adicto a  los alimentos muy calóricos.  También a los muy procesados. 

Cualquier cosa que lleve harina, azucares o edulcorantes, me es compulsivo, por separado o en su combinación.

Como la pastelería o Bollería industrial, bocadillos, sandwiches, pizzas, pan, etc. Sea con o sin gluten. Especifico por que se que hay compañeras que dicen que sin gluten no le es compulsivo, pero para mi todo es igual.


El helado de cualquier tipo me es compulsivo, por eso para mi el verano es peor época que la navidad. No sé cuando empezó mi relación adictiva con el helado. Creo que fue en la recaída larga que tuve de cuatro años cuando vivía con una ex pareja en un sitio rodeado de supermercados. Creo que el helado me retrotrae a esa época de mi vida en la que siempre era verano. Aquellos años que viví en Málaga durante mi adolescencia y juventud. En Málaga también había un sitio donde había helados de muchos sabores y muy raros. Como el helado de tortilla de patatas, helados de paella, helados de fabada, helado de chorizo. Yo nunca fui a ese sitio, pero creo que por ahí viene la conexión al helado. Por que es como algo muy típico de la ciudad en la que siempre es verano.

Recuerdo que en aquellos años tenía una fantasía que era irme a unos baños termales que había en un pueblo de Granada, a una hora de coche de Málaga, donde me había llevado una chica una vez. Era un sitio típico de parejas. La fantasía, que nunca realice, era irme con ella o con cualquier otra, y comernos un litro de helado mientras teníamos sexo en aquellas aguas termales. Y esto es muy peligroso porque se une la compulsión por un alimento a la sexualidad. Que es lo que veo en los anuncios de helados que siempre te venden el placer máximo y no sé qué historias raras. Y veo en el anuncio a la chica de turno comiéndose un helado que parece que esta teniendo un orgasmo. Parece que más que un helado está la anunciando una droga. Odio esta clase de anuncios. Veo que este alimento compulsivo esta muy unido a mis orígenes y a mi sexualidad.


En un piso compartido en el que estaba cuando llegue a la capital, al año de estar en OA ,cuando me fui de casa de mi madre, había un compañero de piso amigo mío que era diabético. Siendo joven el chaval empezó a tener diabetes. El caso es que un día estaba limpiando la nevera y había allí mucho helado sin azúcar que él tomaba. Esto llevaba muchísimo tiempo en la nevera y estaba ya cerca de caducarse. A todos los compañeros de piso nos dijo, venga chicos comer helado, que esto es para todos, que tengo tenemos que gastarlo o se pone malo. Por aquel entonces yo estaba abstinente y les dije que no quería comer eso. Otro de los compañeros me dijo: vaya cómo te pones,  anímate que esto es uno de los placeres de la vida. Yo le dije que para mí eso era veneno. Que para mí los placeres de la vida eran por ejemplo subir unas escaleras y no cansarme, que me valiera la ropa que me gustaba, y mirar a una chica y que ella me devolviera la mirada y que no la apartara la mirada con asco. Fue poco después que ahí rompí mi anonimato y les conté estos compañeros de piso lo que me pasaba y entonces lo comprendieron.

A mí no me gustan los helados de polo o los helados de kiosko. A mí me gustan los helados grandes de tarrina. Una recaída que tuve empezó porque fui a una comida familiar con la familia de mi pareja por aquel entonces. De postre sacaron una barra de helado de nata y chocolate. Yo la vi, y no la comí, pero se me quedó grabada en el cerebro. Me despertó el deseo y estuve dos semanas aguantando, trabajando, usando las herramientas, pidiendo ayuda. Pero al final caí en este alimento porque lo deseaba. Recuerdo que en la recaída que tuve después compraba este mismo tipo de helado y estaba dando viajes continuamente a la nevera para llenarme un tazón tras otro. Incluso trabajando, por que en esa época trabajaba desde casa.

La última vez que fui a casa de una tía mía, con mi madre y estaban allí mis tías, con mis primas (muchas de ellas rozando la obesidad mórbida) después de la comida y de haber sacado fruta de postre, volvieron a sacar el segundo postre. Y fue helado y yo no quise. Les dije que para qué sacaban eso, si ya habían sacado sandia de postre antes. Lo sacaban como algo especial, como algo prohibido, como vamos a comer esto pero que no se entere nadie. Por que claro todas ellas excepto una o dos, tenían mucho peso que querían perder. Sin embargo mi tía la mayor, hermana mayor de mi madre, no paraba de meterse conmigo porque yo no quería comer esos alimentos (ni helado ni pan comí en esa comida) que según ella engordaban y decía que me faltaba un cocido porque en aquel entonces estaba delgado. Ese día ni mire el helado ni lo probé. Y me sentí muy incomodo allí. Fui por que me confié por que pensaba que estaba bien, pero los días con mi madre, y esa comida me dejaron muy tocado emocionalmente, por el trato de mi familia hacia mi. Esas dos tías mías, mayores que mi madre, han estado las dos casadas con alcohólicos, ya fallecidos. 

Recuerdo que en la última recaída, durante el verano, muchas veces incluía una tarrina o dos de medio litro de helado de sabores distintos en los asaltos al supermercado a golpe de tarjeta. Ahí veo que el helado para mí era una forma de llegar al azúcar y que me he hecho mucho daño con él. Creo que lo escogí porque, al quedarse líquido en el interior del cuerpo, tenía una digestión más fáciles con él. En esto veo como manipuló la enfermedad, como intento controlar mi manera compulsiva de comer. Como aquel compañero que conocí en los grupos, que ya operado del estómago  pasaba los alimentos compulsivos por la batidora minipimer para poder comerlos. Y al final al licuar los alimentos, que queda, el azúcar, como el alcohol que es todo azucares. ¿Que son los helados para mi? Comida alcohol. Para mí el helado es como el alcohol para un alcohólico.

Patatas fritas, tanto de bolsa, como hechas en plato.

Mi madre tenia una freidora enorme de estas que se llenan con litros de aceite. Compraba las patatas fritas congeladas de bolsa. Y todo lo acompañaba con patatas fritas. A mi me encantaba echarles distintas salsas. Mi madre sabia hacer mayonesa casera y alioli casero y a mi me encantaba. De vez en cuando yo se lo pedía, y ahí veo mi gula. Las fuentes de patatas fritas acompañadas de cualquier otra cosa, era un plato que se hacia rápido, que llenaba rápido, pero no era nada sano. Me acostumbre a ellas, sin saber el daño que podían hacerme a la larga. Mi madre se quitaba de problemas y de tener que hacer cosas elaboradas, simplemente echando las cosas a la freidora, y a correr. Cada X tiempo limpiaba aquel aparato y yo recuerdo que de allí salia de todo. Era como barro. Una mugre grasienta asquerosa.

Cuando tenia 14-15 años recuerdo que empece a salir con amigos, a pasar las tardes por ahí, y unas pocas veces recuerdo ir a una hamburguesería. Todo lo que se pidiera allí, iba con patatas fritas. Por aquel entonces yo ya empezaba a tener un poco de sobrepeso. Pero ahora veo las fotos y me veo tan normal.

Recuerdo que de joven, cuando hacia escalada con mis amigos, y terminábamos, bajábamos de la montaña buscando algún bar o restaurante barato donde reponer fuerzas, normalmente en algún pueblo. Comíamos de raciones, y todo llevaba patatas fritas en cantidades industriales. Yo sentía una especie de orgullo insano, como si me sintiera orgulloso de ser capaz de hacer ese deporte de riesgo con el peso que tenia, y ademas comerme aquella ingente cantidad de comida. Eran bandejas de patatas fritas enormes, con huevos, o cualquier tipo de carne. Era barato y llenaba.

Tuve una época con veintipoco que quedaba con unos amigos para jugar a juegos de mesa en casa de uno de ellos. Siempre había picoteo en la mesa. Y uno de los alimentos estrella eran las patatas fritas. Estar sentados a la mesa jugando, picando y charlando. Y yo sin embargo me volvía loco por que no quería comer aquello y no podía parar. Recuerdo que al final me tuve que salir de ese grupo por que era incapaz de no comer mientras jugabamos. Y luego yo me daba atracones al volver a casa de mi madre. Preso de la impotencia, y derrotado por la comida, decidí dejar aquel grupo para no comer compulsivamente.

Al año de entrar a OA fui a trabajar a otra ciudad. Iba en periodos de 15 días y me alojaba en casa de mi jefe. Nos tirábamos horas programando en su oficina en aquel sótano donde el tenia montados los servidores de la empresa. Recuerdo que una de mis primeras abstinencias la perdí en uno de aquellos viajes de trabajo, por que salimos a airearnos de todo el día programando, y me llevaron de tapas. Recuerdo estar en el mostrador con mi bebida, charlando con otras dos personas (mi jefe y un amigo suyo) y ver las patatas fritas en una bandeja en el mostrador. Y estar dándole vueltas a la cabeza, si me las comía o no me las comía. Y como era ya la hora de cenar, y se supone que íbamos a cenar de tapas, no pude resistirme y caí. Aun no sabia que el tema tapeo es peligroso para mi.

Ya viviendo en la capital una vez recuerdo estar en un parque con unos amigos. Había una chica que tenia obesidad, y que tomaba medicación para la ansiedad. Esta chica y unos amigos estaban sentados en el parque, picoteando, y tenían una alfombra a su alrededor de bolsas de picoteo, donde la estrella eran las patatas fritas de bolsa. Yo por aquel entonces estaba delgado, y abstinente. Viendo esa escena, fui consciente por primera vez de la conexión con las patatas fritas de bolsa, la compulsión, y la obesidad. Por supuesto el paso doce que intente con aquella chica salio muy mal, por que yo no estaba preparado, y estaba haciendo el paso doble (el uno y el doce), y aun era muy novato en OA. Se que esta chica anda por ahí con operaciones, e inyecciones, y sigue con su obesidad mórbida. Yo la conocí delgada, y eran dos hermanas, su hermana sigue delgada, pero ella sigue en la adicción a la comida. He rezado mucho por ella por que un día ponga un pie en los grupos.

Tuve otra época, antes de la pandemia, en la que conocí a otro grupo para jugar juegos de mesa en casa de uno de ellos. En esa época yo estaba abstinente, y llevaba mucho tiempo, años. Pero no era una abstinencia limpia. Por que salia a restaurantes, y comía de todo, pero en mis tres comidas. Y luego no me daba atracones. En aquel grupo, muy de vez en cuando si ponían algo para picar, incluyendo patatas fritas. Recuerdo que las comía, por que estábamos allí muchas horas. Y luego no me ponía compulsivo. Volvía a mi día a día, y seguía mi plan de comidas. Pero esto no me dejaba seguir avanzando con la parte de la recuperación física que es la perdida de peso. Aunque no se me despertara la compulsión, era picar entre horas, y siento que me mentía a mi mismo.

En Normadia, de viaje con los amigos de recreación, recuerdo que llegamos un día a St Mere Eglise, y en los puestos de comida solo había frites (como les dicen allí a las patatas fritas) y salchichas de estas alemanas enormes. Era eso o quedarme sin comer, por que el supermercado de la plaza estaba cerrado. Tuve que claudicar y comer eso, aunque me sentí incomodo, raro. Sabia que eso no era lo mejor para mi.

Durante la recaída tuve el antojo de una fuente enorme de patatas fritas, con todas estas cosas añadidas que le ponía mi madre o que comíamos de raciones. Compre las patatas, las pele, y las freí yo mismo en sartén (por que no tengo freidora). Y pensaba que estaba mejorando por que al menos cocinaba, en vez de simplemente devorar cualquier cosa empaquetada.

Muchas veces que no podía evitar entrar en el chino de enfrente de mi casa cuando volvía tarde, uno de los alimentos que compraba era una bolsa de patatas fritas. Pero las compraba de las mas artesanas. En mi locura e incapacidad para decir que no pensaba que eran mas sanas, si eran patatas fritas naturales,  y no las industriales hechas de pasta de patata con miles de aditivos y sabores añadidos. Pero el daño me lo hacia igual. Trataba de cabalgar la enfermedad y hacerme el menos daño posible con los atracones. Me comía estas patatas fritas, junto con muchos otros alimentos compulsivos, normalmente viendo una película, buscando una evasión, un llenar un vacío, un meterme en la historia de la película y olvidarme de la soledad y la tristeza. Estas patatas a veces me cortaban la garganta, y me quemaban los labios, por que eran muy saladas.

Cuando descubrí que podía pedir comida a domicilio por internet, en varios sitios pedí platos que llevaban patatas fritas en buena cantidad. Supongo que por que buscaba la conexión con la niñez, con la infancia perdida, reconectar con aquel momento de alegría cuando mi madre hacia fuentes de patatas fritas. Sin embargo, como los repartidores en moto tardan lo suyo, las patatas fritas llegaban frías, y no me gustaban, por que estaban malas. Así que deje de pedir, por que pensaba que no estaban buenas, y eso me ayudo a ir dejando de pedir comida a domicilio.

Hace poco entre a un bar con unos amigos a tomar algo. Yo pedí un agua con gas. Mis amigos sus cosas, y nos pusieron de tapa el típico plato de patatas fritas. Yo no las toque. Pero mis amigos las devoraron. El camarero lo vio, y les puso otro plato. Yo no tuve el deseo de tocarlas.

Veo que en mi las patatas fritas es un alimento muy ligado al ocio. También muy dado a las grandes cantidades, y al exceso, al comer despreocupadamente y no ser consciente de lo que como. Es un alimento compulsivo que me lleva de vuelta a la juventud y adolescencia. Como si buscara en este alimento compulsivo en reconectar con la infancia perdida, volver al momento de mi vida en que era inocente, que se supone que iba a ser feliz y aun no había sufrido por el divorcio de mis padres y por el bullying, y por todo lo que vino después. También es un alimento llave con el que empiezan mis recaídas, por que me lo encuentro solo muy comúnmente por la vida, en bares, en grupos de gente para picar, etc.

El pan: en mi juventud y adolescencia, me comía yo solo una barra de pan comiendo. Recuerdo que mi madre tenia que comprar 3 barras de pan diarias. Una para mi, otra para mi hermano, y otra para el resto de gente en las otras comidas. Recuerdo ver a mi abuela materna cada vez que íbamos al pueblo tostar pan en la lumbre, y luego untarle una cabeza de ajo directamente, y echarle aceite. A mi eso me parecía muy entrañable, como muy de hogar, muy de pueblo, y me gustaba hacerlo también. Mis primos hacían cosas raras con el pan, merendaban tostadas de pan con aceite y colacao. En el pueblo sobrevivían como podían. El pan en el pueblo era enorme. Era redondo y lleno de miga. Muy distinto al que había en la ciudad donde vivíamos nosotros, que solo era barra. El pan siempre iba a acompañado con aceite, y me encantaba mojarlo en todo.

Recuerdo en el instituto pasar solos los recreos,  comiéndome bocadillos. Mis favoritos eran los de tortilla. En aquella época veo como utilizaba el bocadillo del recreo para consolarme de la soledad que sentía por el bullying. Tenia pocos o casi ningún amigo y prefería esconderme solo para comerme los bocadillos que compraba en la cafetería del instituto, que juntarme con los demás, por que se reían de mi continuamente.

Cuando me propuse perder peso por mi cuenta antes de entrar en OA, lo primero que me quite fue el pan. Lo consideraba como si fuera el diablo para mi. Luego durante la época que estuve abstinente en oa tanto tiempo, pero que no trabajaba la perdida de peso, comía muy de vez en cuando pan negro de centeno, mucho menos calorico, y con un sabor que sabia a rayos. Hacia sandwiches de cosas sanas, pero al final creo que me estaba engañando a mi mismo. Era como si un alcohólico bebiera cerveza sin alcohol.

Otra vez fui a un evento de recreación histórica que consistía en una marcha por el monte vestidos de uniformes históricos. La organización nos daba de comer un bocadillo de jamón a casa asistente. Yo me comí una lata de lentejas que llevaba, pero aun así me quede con hambre, y cedí a mi gula. Me comí un bocadillo de jamón. Como sobraron, luego me comí otro, y luego otro. Ese día aprendí que el ejercicio físico me abre el apetito. Y de lo peligroso que es para mi la mezcla de aceite, pan y embutidos, por que me retrotrae al pasado, al pueblo a la juventud.

Antes de mi ultima gran recaída, tuve un resbalón con una especie pan alemán que era como tostadas, que sabían a cartón. Fui a un evento de recreación histórica de la segunda guerra mundial, yo iba de americano, y los del otro bando los alemanes, tenían esa clase de pan que era lo que ellos comían. La organización tenia una casa rural cogida que era donde yo iba a dormir también. Y se dejaron allí todo el pan que habían comprado para ellos, y que sobraba. Me quede solo en aquella casa, y la obsesión me pudo. Creo que el hambre por el ejercicio físico fue lo que hizo que se me despertara el deseo. Empece a comer esa comida que no era para mi. Sin embargo cuando me fui de allí, y volví a mi casa, me levante de nuevo y no seguí comiendo. Eso paso a mediados de julio, y en septiembre ya había recaído, por que en agosto decidí ir a ver a mi familia y  volví muy tocado emocionalmente.

Cuando voy a un bar o a comer fuera, y ponen pan para acompañar lo que sea, siento que es como si me estuvieran clavando un hierro al rojo. Me pongo muy tenso. He aprendido a pedir que se lo lleven, o a ponerle servilletas por encima para no verlo.

Uno de los alimentos estrella durante mis recaídas era el pan. Si iba al chino cogía varios sandwiches preparados. Y me los comía en la mesa del salón. Si iba al supermercado cogía un pan grande, o una barra. Si podía ser que fuera integral, o pan tipo de pueblo. Y luego lo llenaba de cualquier embutido que pudiera comprar barato, o de jamón y tomate, o de tortilla. Dejaba mi cocina llena de migas. Con estas comidas siento que me reconectaba con mi adolescencia, y el huir de otras personas durante el recreo para comer. Buscaba la misma evasión para huir de mi dolor y de la soledad. Y en realidad comer así ahondaba mas en mi dolor y me aislaba mas y mas. Es irónico buscar compensar el dolor de mi vida en aquel momento con las comidas de un pasado de mi juventud / adolescencia revestido de añoranza y melancolía, y que si lo pienso no fue tan bueno. Al coger pan de integral o de semilla, pensando que era mas sano, lo que buscaba era controlar la recaída, intentando que los efectos del atracón no fueran tan malos, en el sentido de tener mejor digestión y no llegar al cólico biliar.

Chocolate: de cualquier tipo, incluso negro o sin azúcar. Especialmente el chocolate blanco. Recuerdo cuando era niño  cuando mi madre nos llevaba a mi y a mi hermano al colegio pronto por las mañanas. Siempre hacíamos una parada en una panadería / pastelería de camino al colegio. Nos compraba dulces para desayunar, casi siempre con chocolate, o rellenos de chocolate, y los comíamos de camino al colegio. Eran unos dulces enormes, o al menos a mis ojos de niño me lo parecían. Unos dulces típicos de la capital. No me cuestionaba por que mi madre hacia eso. Ahora se que era por que era por sus prisas o pereza. No recuerdo desayunar en casa en familia. Solo recuerdo desayunar en la calle, caminando al colegio. Esta conducta paro cuando eramos lo suficientemente mayores como para ir al colegio solos.


Cuando ya era joven, tenia mi independencia y mi propio coche, recuerdo que el chocolate a la taza era un alimento que estaba presente durante el fin de año. Recuerdo al menos dos ocasiones en que tome chocolate con churros durante la mañana de año nuevo. Esto fue mucho antes de entrar a OA, y de pensar que tuviera un problema serio con la comida. Recuerdo una vez que era ya año nuevo y volviendo a casa pocas horas antes de amanecer, debían ser las 6 o 7 de la mañana, encontré un sitio de taxistas abierto en año nuevo, y desayune allí chocolate, antes de volverme a casa solo. Otra vez, otra nochevieja / año nuevo, si que estaba con un grupo de gente, chicos y chicas, y volvíamos de una fiesta o discoteca o algo así, y volviendo caminando para ya irnos a casa cada uno por su lado, paramos en un sitio a desayunar, creo que cerca de calle Granada. Y la vez que mas recuerdo, o que fue mas llamativo, fue un año nuevo que lleve a un grupo de gente a los baños termales de aquel pueblo de granada durante la noche vieja, y durante la mañana de año nuevo buscamos algún sitio para desayunar y terminamos en un pueblo tomando chocolate con churros. Luego fuimos a la estación de esquí de sierra nevada, y hacia tanto frio, que yo me fui de la nieve, y me metí a una cafetería de la estación de esquí y me pedí un cola cao, que al fin y al cabo es chocolate con leche. Yo por aquel entonces todavía era joven y no tomaba café.


En estos tres casos, lo que veo es que el chocolate a la taza, ha estado ligado en mi vida a momentos de celebración y ocio, y a relacionarme con otras personas jóvenes. Y también ha sido un instrumento contra el frio. Yo en estas ocasiones no le daba importancia, por que aun no tenia la compulsión por la comida en activo, como tuve tiempo después. Pero este alimento se estaba colando en mi cabeza poco a poco. No veía el daño que me hacia con el. Aun no relacionaba alimentos con mi obesidad.


Cuando tenia sobre 20 años, tenia un grupo de amigos con el que quedaba para jugar juegos de mesa. Muchos días íbamos a cenar a un restaurante, y solíamos pedir una tarta de postre que se llamaba muerte por chocolate. Llevaba como tres tipos de chocolates, y yo siempre esperaba con deseo aquel momento. Deseaba aquel sabor por el placer que me despertaba el comerlo. Aun no sabia nada de la compulsión por la comida, y no sabia como ese mecanismo adicto de la gula llevada al extremo, me destruiría después.


Años después, ya en oa, viviendo con mi pareja de aquel entonces, recuerdo salir con ella de noche, y terminar en una chocolatería muy famosa en el centro de la capital. Y tomar chocolate los dos. No recuerdo si yo estaba en recaída, o si hice una excepción ese día, pero recuerdo que no me causo un atracón. Creo que fue a lo mejor una época que tuve que comía de todo sin importarme el peso, y que me estaba centrando en parar los atracones pero me estaba engañando a mi mismo. Lo que si recuerdo es que la utilizaba a ella para ir a comer a sitios. Lo que era una expresión de mi adicción a la hostelería. Y ese día toco una chocolateria de casualidad por que pasamos por la puerta. Ella sabia que yo estaba en oa, y no se lo que pensaría. Ese día para mi no fue una compulsión salvaje y abrasadora, si no mas bien fría, oculta y sibilina, por que baje la guardia, y use la relación social como excusa para darme permiso. No me sentí culpable, ni compulsivo. Pero como el tabaco en la vida de un fumador, el chocolate seguía ahí y no se iba de mi vida.


Cuando vivía en aquel piso rodeado de supermercados, recuerdo salir un día de casa camino a la estación de tren. Y como tenia que pasar por delante del supermercado, me metí y compre un par de tabletas de chocolate. Eran sin azúcar, pero en su lugar llevaban edulcorante artificial. Creo que era Xilitol, que es como un alcohol que usan para edulcorar. Fue una entrada al supermercado deprisa y corriendo, era un fin de semana, y no se por que me metí. Creo que estaba abstinente. Y cabalgue la enfermedad y en vez de darme un gran atracón solo compre esas dos tabletas de chocolate, como un mal menor en vez de un atracón, lo que es mentirme a mi mismo. El caso es que este chocolate me sentó mal. Creo que por el edulcorante. Y tuve un dolor de estomago muy serio durante unas horas. 


En un trabajo en el que estuve, era una empresa que trataba de ser moderna, y cuidar a los trabajadores. Así que de vez en cuando traían para para desayunar chocolate con churros. Ahí yo ya estaba abstinente de tiempo y había renunciado. Veía a los compañeros ponerse tibios de chocolate con churros y a mi me daba igual. Sabia que ese alimento no era para mi. Sin embargo, en aquella oficina teníamos la maquina de café gratis, y yo me acostumbre a sacarme café capuchino, que al final era café con leche y chocolate. No me di cuenta de que estaba usando el café para llegar al chocolate y al azúcar. Yo seguía sin atracones, pero no era una abstinencia limpia. Y seguía tonteando con la hostelería, comiendo mucho fuera, y la perdida de peso era muy lenta. Me ponía a mi mismo palos en las ruedas aunque no se me despertara la obsesión. Pero un día se acabo el capuchino en la maquina, y saque chocolate que si había. Y cuando me lo acabe, y vi que todo el fondo del vaso era azúcar, me di cuenta de lo que estaba haciendo. Y vi claro que tenia que renunciar a eso también, por que era un medio para llegar al chocolate.


En otra ocasión, estando abstinente, termine en un restaurante chino de buffet libre y en la zona de postres tenían una fuente de chocolate, con toda clase de cosas para que la gente se sirviera y bañara en chocolate. Me encontré una situación similar en la boda de una amigo mio. En ambos casos iba con mi pareja de aquel entonces. A mi aquello me pareció una obscenidad, un monumento dedicado a la gula y al exceso, y por supuesto no toque nada de esas fuentes. Veia a la gente servirse tazones llenos de chucherías e inundados de chocolate, y yo pensaba que estaba viendo las puertas de mi autodestrucción si yo me comiera eso.


Durante la ultima recaída larga que he tenido, recuerdo que cuando iba a los supermercados, pillaba chocolate a la taza de litro, como si fuera un cartón de leche. Sobre todo cuando hacia mucho frio. Asociaba el chocolate al bienestar de entrar en calor. Y buscaba con ese confort mitigar el dolor de mi vida. Recuerdo que una vez calenté tanto la taza en el microondas que el chocolate salto y se puso todo perdido por dentro. Lo tuve que limpiar todo por dentro. Me recuerdo a mi mismo rebañando hasta la ultima gota del tetrabrik de chocolate a la taza. Abriéndolo con unas tijeras para coger hasta la ultima gota con unas tijeras. Yo no existía, todo era ansiedad por conseguir mi droga. El chocolate que llevaba azúcar a mis venas, y de ahí al cerebro. Ahora que lo pienso, y escribo sobre ello, me siento muy culpable, humillado y fue denigrante para mi. Como me podía la comida hasta tal punto.


Durante esa misma recaída, en otra ocasión fui a un chino cerca de casa que abre hasta las doce de la noche. Y tenían el mi el mismo tipo de dulce de chocolate de mi infancia. Un par de veces pude comprarlo como postre para toda la recaída. Es otro alimento mas que me lleva a mi niñez, y con el siento que busco volver a ser niño de nuevo, y no tener que preocuparme de nada. Como si quisiera empezar mi vida desde cero otra vez, y no ser comedor compulsivo. Y sin embargo comerlo me destruye y hace todo lo contrario. Esa es la ironía de las mentiras de la enfermedad en mi cabeza.




Pasta: Siendo un niño, estaba con mi familia de visita en casa de mi tía, hermana mayor de mi madre. No recuerdo la edad que tenia. Debía de ser menos de doce años. Y me preguntaron que quería para comer. Y yo dije que spaguettis con tomate. Mi tía la mayor, que era muy de pueblo no sabia hacer aquello, y le pregunto a mi madre. Cuando me los comí, recuerdo que me extrañe por que eran spaguettis muy cortos. Eran fideos de sopa, pero con tomate. Los hicieron por complacerme. Y yo me los comí la mar de contento.


Mi madre hacia unas fuentes enormes de pasta con nata y bacon. Un chute enorme de hidratos de carbono. Supongo que por que eran fáciles de hacer para ella y tenia que alimentar de una sola sentada a 3-4 personas. A mi me encantaban. Y mi hermano y yo esperábamos con ilusión que tocara el día que mi madre hiciera pasta.


Cuando estuve viviendo con una pareja 10 años, ella no sabia cocinar. Siempre tenia que cocinar yo. Y no me importaba por que así podía cocinar yo de manera sana y abstinente. Pero entonces por tema de trabajo coincidió que yo ya no podía estar a la hora de comer en casa y tenia que cocinarse ella. Y como no sabia nada mas que hervir, ella hacia pasta y hacia unos tapers enormes de macarrones con tomate que guardaba en el congelador. Y que los iba sacando por la mañana así se le descongelaban cuando ella volvía a casa a comer a las tres de la tarde y yo todavía estaba trabajando. Nunca le cogí nada de eso, por que sabia que era su comida. Pero me sentía un poco intranquilo sabiendo que esa comida estaba ahí.


Cuando vivía con esta chica, a ella le gustaba mucho la comida oriental, y a veces íbamos a un supermercado de comida asiática que nos pillaba de camino en nuestras idas y venidas de la ciudad. Yo compraba fideos chinos hechos de arroz. Y los hacia en casa como si fueran pasta. Me engañaba a mi mismo pensando que eran “abstinentes” y seguros para mi, cuando en realidad, la forma y el sabor era los mismos. Ahora veo que es el mismo tipo de mentira que escuchado muchas veces en oa, como tomar versiones sin azúcar, pero con edulcorantes de los alimentos compulsivos. O tomar cerveza sin alcohol para un alcohólico. Yo me contaba la misma clase de mentira con estos fideos de arroz. No los compre muchas veces, y como ya nos mudamos, ya no paso por allí, y ya no pienso volver a comprarlos, por que es comer el mismo alimento, pero en su versión “sin”, lo que al final es autoengañarme.


Una vez salí a comer con unos amigos. Me llevaron a un restaurante de buffet de pasta. Había muchísimos tipos de pasta distintos, lasañas, y demás comida italiana. Yo accedí pensando, bueno, seguro que hay lo que llaman en Italia “antipasti” que son las verduras y todo lo que se cocina en Italia que no sea pasta. Y había y comí de eso, verduras salteadas y vinagretas y demás. Pero según pasaba el tiempo allí, y veía a mis amigos comer distintos tipos de pasta, empece a comer yo también. Venga un poco de lasaña o canelones que no son pasta. Mentira, llevan tomate, carne picada, y el mismo tipo de harina, solo que en vez de hecho fideos, es como si fueran sandwiches.  Y recuerdo que termine comiendo pasta. Caí. Me engañe a mi mismo. Pero me di cuenta que los sitios donde se come a granel, los buffets, son peligrosos para mi, y mas si son de tipos de comida que yo no puedo comer.


Mas adelante, estando ya abstinente, viaje a Italia como delegado de oa España a la región 9, y ademas me quede unos días antes por mi cuenta en casa de una compañera de allí. Fueron como unos 10 días en el país del mundo mas conocido por la pasta. Como estaba abstinente no probé pasta en todo el viaje. En el alojamiento de la asamblea y convención, siempre ponían en la comidas dos cosas: pasta y otra cosa diferente, lo que fuera. Me choco mucho que a las compañeras de allí la pasta no les resultaba compulsiva. Y era un plato tan común, que para las compañeras de oa para casi nadie les era compulsivo. Y sin embargo para mi, que soy de un país y cultura distintas, si me es compulsiva la pasta.


En la ultima recaída, recuerdo que era capaz de hacer un kilo de pasta y comérmelo yo solo.  Nunca antes había hecho esto. Y me dio por hacerlo pensando que como era algo barato, al menos no dañaría tanto mi economía. Pero fue peor. Por que me salían unas fuentes enormes de pasta, que luego no me podía ni moverme de la cantidad que había comida. Pero empece a servirme en platos, y a que me durara la pasta un par de días, con lo que los atracones se moderaban. Entraba al chino de la esquina al volver a casa, y compraba un kilo de pasta, la salsa, y añadidos, y muchas mas otras cosas que comía mientras la pasta se hacia. Al día siguiente, me levantaba con la obsesión y desayunaba la pasta que me había sobrado del día anterior. Terminaba tirado en el sofá sin poder moverme, con unas digestiones horribles y maldiciéndome a mi mismo por haber caído otra vez. A veces en los alimentos preparados que compraba para comerme mientras se hacia la pasta, incluía también latas de ensalada de pasta. Carisimas, y que apenas llevaban mi cantidad, pero que saciaban mi ansia por comer compulsivamente.




Embutidos ibéricos (chorizo, jamon, salchichon, etc): Mi historia con los embutidos empezó de niño. Recuerdo merendar bocadillos de chorizo con mantequilla y a mi me encantaban. 


Durante unas vacaciones en el pueblo una vez hicieron mis tíos matanza del cerdo y a mi me toco sujetarle una pierna mientras degollaban al animal, que gritaba y gritaba. Menudos tirones pegaba. Días después recuerdo a mis tías haciendo masa de chorizo con una picadora en grande barreños. Lo del cerdo asesinado me dejo marcado. Pero a mi y a mis primos robar carne a medio hacer de la mesa donde trabajaban las mujeres haciendo la matanza nos encantaba.


Recuerdo que una vez, mas o menos cuanto estaba terminando el instituto, vino una visita a casa, y mi madre sirvió una tapa de comida típica de mi pueblo para agasajar a los visitantes, que eran rodajas de diferentes embutidos del pueblo. Se fue la visita y yo me la quise terminar, ya que había sobrado medio plato. Me encabezone, me entro una pataleta. Aquella clase de embutido grasiento me gustaba mucho.  Mi madre me lo negó. No, no y no. Era todo su freno ante mi compulsión, como a muchas otras cosas. Ella no quiso, y yo reventé un cenicero contra el suelo de rabia. El cenicero se rompió y me corto la mano. Cinco puntos y veinte minutos de hemorragia. Y aquel año por que no podía escribir por tener el canto de la mano lleno de puntos, no me pude presentar a los exámenes de mis estudios. Me ofrecieron hacer los exámenes oralmente, pero yo dije que no asustado, por que hablándole al profesor no me daba tiempo a pensar. Fue un año de estudios tirado a la basura. Todo por medio plato de chorizo, un curso al traste. Ahora soy consciente de como mi adicción a ese alimento me ha hecho mucho daño.


Ya siendo un joven adulto, después de haber adelgazado, y antes de entra en OA y siendo vegano, una noche fuimos un grupo de amigos a un concierto. Como era tarde nos toco cenar lo que pillamos estando en la calle. Fuimos en mi coche y yo estaba sentado en el asiento del conductor. Un amigo, que estaba sentado en la parte de atrás de mi coche, paso la mano por entre los asientos me puso en la cara unas rodajas de chorizo, creo que era. Yo le dije que no quería, que era vegano. Y el chico me pidió perdón, y me dijo que no lo sabia. Con este episodio veo el contraste que he tenido con esta clase de alimentos. O lo deseaba o lo alejaba de mi totalmente. El mismo patrón enfermo de pasar del atracón al ayuno, pero expresado en este alimento.


Otro episodio de negación o control frente a esta clase de alimentos fue cuando un amigo que quiso tentarme con jamón. Fue antes de entrar en OA, y estaba visitando a este amigo en su casa. Yo había adelgazado mucho en aquella época comiendo vegano. Mi amigo no se lo creía, y me ofreció jamón repetidas veces. Cuando le dije que no, y me negué en rotundo dijo: pues va a ser verdad que si eres vegano.


Otra vez fui a un evento de recreación histórica que consistía en una marcha por el monte vestidos de uniformes históricos. La organización nos daba de comer un bocadillo de jamón a cada asistente. Yo me comí una lata de lentejas que llevaba, pero aun así me quede con hambre, y cedí a mi gula. Me comí un bocadillo de jamón. Como sobraron, luego me comí otro, y luego otro. Ese día aprendí que el ejercicio físico me abre el apetito. Y de lo peligroso que es para mi la mezcla de aceite, pan y embutidos, por que me retrotrae al pasado, al pueblo, a la juventud.


En mi ultima recaída, al principio, cuanto estaba que si recaía que si me levantaba, un día quede con unos amigos para hacer una caminata por el monte. Como iba a ser larga, el plan era comer en el campo. Había que llevar comida fácil de llevar. Yo me lleve mi comida abstinente, pero un par de amigos, llevaron embutidos y queso para compartir. No me pude resistir y al final termine comiendo. Recuerdo que todos habíamos terminado de comer, y yo seguía comiendo chorizo, que un amigo cortaba y me daba. Cuando nos íbamos me empezó a dar un dolor en la espalda. Pensaba que era por haber cargado peso en la mochila. Pero no. Era otra vez un cólico biliar. Mi vesícula no pudo procesar la cantidad de grasa que le estaba metiendo al cuerpo y aquella noche termine en urgencias.


Cuando avanzo la recaída, y se enquisto, que duro dos años, uno de los alimentos que compraba de forma recurrente eran los embutidos. Compraba una barra de pan y me hacia uno o dos bocadillos enormes. Buscaba el embutido mas barato. Me lo comía con las manos directamente del envoltorio mientras hacia el bocadillo. Recuerdo que en momentos saltaba al pavo, por que pensaba que era mas sano, pero eran barras muy grandes y me las comía cortando rodajas incluso sin meterlo en bocadillos. Y  metía también vegetales en los bocadillos. Y pase a usar panes integrales y con mucha fibra. Trataba de hacerlos sanos, y de facilitarme las digestiones. Por que sabia todo el daño que me hacia. Ahora se que por mi vesícula biliar tengo que evitar alimentos ricos en grasas por que no los digiero bien y me puede dar un cólico biliar. Así que he asumido que los embutidos son veneno para mi. Me son adictivos por que son muy calóricos. Pero no me gusta que se me queden los dientes llenos de tendones y restos de carne. Así que el único camino es renunciar a ellos. 



Pizzas:


Mi primer recuerdo con las pizzas, fue una vez que volví a mi ciudad de visita después de haberme mudado. Fui a ver a un amigo a su casa. El había pedido pizza el día anterior y le había sobrado. Le pedí las sobras y me las dio. Recuerdo salir por el portal comiendo la pizza que me habían dado que les sobraba fría del día anterior. Y que me viera un amigo con el que siempre iba a montar en bicicleta. Recuerdo que mientras charlaba con el amigo que siempre hacia ejercicio, yo estaba comiéndome lo que me habían dado. Yo un tenia mucho sobre peso. A la larga pienso en lo que pensaría mi amigo con el que iba a montar en bicicleta, y me siento juzgado por mi peso y mi glotonería en aquel momento.


El viaje de fin de curso con el instituto fue a Italia. Recuerdo que un día nos dejaron a nuestro libre albedrío, creo fue en Florencia. Esta vez si que comí algo similar a las pizzas, era como una pizza enrollada sobre si misma pero solo con queso y tomate. Calzzone creo que lo llamaban. Fue lo primero que encontré en los puestos callejeros, y me lo comí andando por la calle, con las manos. Tenia 18 años y aun no sabia como esto me podía hacer daño, y como se desataría en mi la compulsión por la comida después. No sentí nada esa vez que comí eso, no tenia la compulsión en activo todavía, solo latente, pero ciertamente mis elecciones a la hora de comer no eran las mas sanas ni las mejores para mi.


En una ocasión, años después, fui con mi pareja y unos amigos a cenar fuera. Estos amigos me llevaron una vez a un sitio donde por poco dinero podías comer toda la pizza que quisieras. Para mi esto era un atracón encubierto. Pero yo no me daba cuenta, por que esto lo hacia los fines de semana, y al volver a mi casa seguía con mi plan de comidas rutinario. Y me creía que estaba abstinente. Pero era como un consumo social de fin de semana, como el alcohólico que solo bebe cuando sale de fiesta. Mi pareja, sabiendo que soy comedor compulsivo, me veía comer así, y no decía nada. Como no terminaba en una serie de atracones entre semana, pensaba que estaba bien. En otro momento con estos amigos, fuimos a otro sitio a cenar, y les llegue a hacer cambiar de restaurante para ir al sitio buffet libre de pizzas. Y sin embargo estaba lleno hasta la bandera, y tuvimos que volver al primer sitio que dijimos de ir. Estos amigos tiempo después los termine dejando de lado por que emocionalmente me metieron en un gran problema, había mucha toxicidad y defectos de carácter de por medio. Y me di cuenta de que uno de ellos, el mas amigo mio, se había convertido para mi en un compañero de atracones, por que siempre que nos veíamos terminábamos comiendo fuera. Detrás de esto se escondía mi codependencia, mi gula, mi adicción al exceso de comida, y la adicción a la hostelería, a comer fuera de casa.


Años después estando ya en OA, en 2018, estuve de viaje en Italia. Fui como delegado representado a España a la Región 9 que se celebraba en Roma. Y esa vez que estuve en Italia no comí nada parecido a una pizza, ni pasta. Por que iba abstinente y estaba en recuperación. Iba con miedo a recaer allí, pero al estar rodeado de compañeras, y en una convención se me concedió la gracia de estar abstinente la semana que estuve allí. Un gran cambio respecto a la vez anterior que estuve en Italia 20 años antes. Gracias al programa.


En otra época posterior tuve que ir de viaje a Alemania por trabajo, donde se comía y cenaba muy pronto, a unos horarios totalmente distintos a los de España. El día que volamos, llegamos tarde y estaba todo cerrado. Solo había abierta una pizzeria italiana abierta, y termine allí con los compañeros. Pedí una pizza vegetariana, pero era mucho exceso de comida, y seguía llevando harina. No fue la mejor elección para mi. Prácticamente no había otra cosa en aquel restaurante. Disfrute de aquella comida, sabiendo que no era la mejor opción, pero era lo único disponible. Era eso o quedarme sin cenar. Fui poco previsor e imaginativo. Podía haberme buscado la vida de otra manera. La situación social me llevo a ese callejón, y mi gula me hizo ceder. Podría haber tirado de herramientas, haberme buscado la vida de otra manera. Ahora se que por ejemplo en las mismas aplicaciones en las que yo he recaído con comida rápida, también se puede buscar comida sana, verduras, comida vegana o similar. Podría haber buscado alguna solución similar, en vez de dejarme arrastrar  y ceder. 


Dos o tres días después, tuvimos que volver a aquel sitio,  esta vez ya no pedí una pizza vegetariana, sino que accedí a compartir varias de distintos tipos con mis compañeros de trabajo. Otra gota para llenar el vaso hasta que se desbordara la presa y se convirtiera en recaída. Es así como me vienen las recaídas, bajando la guardia y cediendo poco a poco, y cuando me quiero dar cuenta estoy otra vez inmerso en el desenfreno de los atracones.


Durante la ultima recaída, cuando iba a los supermercados justo antes de la hora de cierre al volver a casa, a veces compraba pizzas ya precocinadas. Como el horno no funcionaba y hacia saltar la electricidad en casa, las hacia en el microondas. Así que quedaban blandurrias y no estaban buenas. Deje de comprarlas por que no me gustaban.


Pero entonces descubrí que podía pedir pizzas a domicilio por internet, con solo unos clicks y sin tener siquiera que usar la tarjeta. Hay una pizzeria  de una cadena muy conocida a dos calles de mi casa. Esta abierta hasta las doce de la noche. Varias veces me dio por ir allí al volver a casa y estar comiendo pizza de madrugada. No había ya nada abierto, por que otros sitios cerraban a las once de la noche. Pedía dos pizzas familiares yo solo. Le contaba una mentira al dependiente haciéndole creer que era un pedido para mas gente y que me habían mandado a mi, por que me daba vergüenza que pensaran que un pedido tan grande era para mi. Cuando me las comía el principio me gustaban pero llegue a hacerme daño hasta en la boca comiendo eso. No solo por quemarme la boca de lo calientes que estaban, si no también por que me raspaba los bordes la parte dura de la masa. Después veía las cajas de las pizzas al lado de mi cubo de basura durante días y me sentía muy culpable.


Dulces:


Recuerdo entrar de pequeño en las pastelerías del barrio, y siempre compraba algún dulce relleno, que eran los que a mi me gustaban. Eran como un objeto de deseo, la chispa alegre del día. Y me iba feliz comiéndomelo por la calle. Este sentimiento se me paso a lo largo de la adolescencia. Si mi madre me mandaba a comprar el pan algún día, normalmente los sábados por la mañana, me recuerdo verme mirando las estanterías de la pastelería, y a veces compraba algo. Años después, ya en recuperación, aprendí a cruzarme de acera para evitar las pastelerías, o a mirar para otro lado. Incluso tengo una al lado de casa y no he entrado ahí nunca.


Cuando yo era pequeño, mi madre era mucho de hacer comida por su cuenta en plan artesanal. Cogía plantas por el monte que se comían, hacia aceitunas en vinagre, cosas así. Pero una cosa que hacia eran roscos vino o anís con azúcar. Y hacia grandes cantidades. Aquello duraba semanas en casa, por que hacia cantidad como para un regimiento. Los dejaba en fuentes por casa, y yo siempre me comía uno o dos siempre que pasaba por ahí. Terminaba comiéndolos en todas las comidas.  Eran para mi como el tabaco para un fumador de varios cigarrillos diarios. Eran un alimento que se convertía en el día a día cuando mi madre los hacia. A veces mi hermano y yo nos poníamos a comer roscos delante de la fuente y mi madre nos decía que nos parasemos que nos los íbamos a comer todos.


Cuando íbamos al pueblo, mi madre se juntaba con mis primas para hacer tartas con galletas con licor típicas que hacían las mujeres de mi familia en el pueblo. Todos los niños las esperábamos con ansia. Se juntaban para hacerlas en casa de la abuela, que era donde nos alojábamos nosotros, así que al final como lo que sobraba quedaba en la casa donde yo vivía temporalmente, terminaba pillando mas trozo que los demás, por que buscaba las sobras. Como niño era preso del deseo irrefrenable sobre este alimento.


Una dificultad que he tenido relativa a este alimento compulsivo han sido  los cumpleaños en los trabajos, siempre con bandejas de dulces. Fui a un nuevo trabajo, y en esta nueva empresa que ocupaba todo un edificio, trabajamos allí cerca de 400 personas. En mi planta eramos entre 50 y 100 personas. Era raro el día que no es el cumpleaños de alguien. Y todos tenían la costumbre de traer comida, dulces, para invitar a todos y celebrarlo. He caído mucho en esta situación. Aprendí a mentir en los cumpleaños para decir que ya había comido, decir que tenia diabetes. Y así poco a poco fui alejándome de estas tentaciones rezando mucho y pidiendo ayuda en la medida que podía. En aquel momento no sabia que podía decir simplemente “no puedo comerlo por que me sienta mal”. En las ultimas ocasiones que me ha pasado esto he aprendido a decir No directamente.


Antes de la pandemia estaba en una empresa en la que había una compañera de trabajo que era de fuera. Ella venia a la oficina cada 15 días, y algunas veces traía dulces típicos de su zona cuando venia a la oficina. Los compañeros se los pedían, y tenían un nombre muy inocente como de niño pequeño: “miguelitos de la roda”. Algunas veces los comí, otras no. Pero aquella caja allí abierta puesta en la oficina para que cualquiera se sirviera para mi era como un peligro, una puerta abierta al infierno. Ella los traía como una forma de agradar a los compañeros, pero para mi era un momento muy peligroso, y que me despertaba muchísimo la obsesión.


De los dulces veo que es un alimento que consumí mucho en mi niñez como asociándolo a un juego  o a la diversión, unido a mi glotonería o gula. Y que luego han vuelto a mi circunstancialmente sin yo buscarlos, poniéndome en peligro en situaciones sociales normalmente en el trabajo. Yo ya hace mucho que deje de celebrar ocasiones con dulces, de regalar dulces. Pero sin embargo en las recaídas vuelven a mi por que cojo los mas industriales y baratos, no por que los desee, sino por que están allí en los sitios a donde voy a recaer y para alternar con el sabor salado. No soy de ir a pastelerías ni de dulces caros. Hay una cafetería en la estación de metro mas cerca de mi casa, y nunca he comprado ahí nada, ni estando en recaída. También hay una pastelería en frente de mi casa, y nunca he recaído ahí. Y no se por que. 



Roscón de reyes: Mi primer recuerdo con el roscón de reyes fue cuando tenia sobre unos 20 o ventipocos años y trabajaba en un cibercafe. Era navidad y salí de trabajar, y había un vendedor con un cargamento de este dulce en la esquina de mi trabajo. Compre uno para llevarlo a casa de mi madre. Creo que buscaba compartir un momento de unidad y cariño con mi familia a través de ese alimento, por que aquel entonces era mas o menos cuando mis padres se estaban divorciando, o se habían divorciado ya. Yo aun no estaba en OA, ni sabia lo que los dulces significarían para mi en un futuro.


Años después el roscón de reyes se convertiría en un momento de compulsión para mi señalado en el calendario. Antes era un alimento de un solo día, y si ese día lo podía evitar, estaba salvado. Pero entonces empezaron a estar disponibles durante toda la navidad. Mi ultima navidad en recaída estaba disponible casi desde diciembre y recuerdo comerme varios durante toda las navidades. Era incapaz de no hacerlo, y ademas estaba disponibles en sitios donde no esperarías encontrar un alimento así, típico de pastelerías, pues estaba en tiendas como el supermercado del barrio o el chino de la esquina.


Para mi este dulce pervierte el sentido de la navidad, de encuentro con la familia, de amor y lo convierte en mi cabeza en pura gula. Por que es como si este alimento significara un encontrarse con la familia, y no es así en mi caso, si no que es pura gula, unida a la tristeza de tener una familia que su manera es hacerme daño de varias formas distintas, no solo con la comida.


La mermelada:  Recuerdo de pequeño vagamente como en el pueblo mis tías hacían conservas de fruta triturada. Recuerdo el desayunar en casa de mi madre, cuando ya tenia era un joven adulto sobre los 20 años, comía tostadas de mantequillas y mermelada. 


Cuando conviví con una pareja durante 10 años, ella también desayunaba eso. No es que me quitara especialmente la serenidad.  Yo no desayunaba así y no me creaba mayor problemas. Pero si que durante una época tomaba mermelada sin azúcar, mezclada con la fruta, llena de edulcorantes. Normalmente en los postres de las comida, troceaba varias piezas de frutas distintas, y luego les echaba esta mermelada sin azúcar. Y pensaba que eso era un postre sano. A veces era mermelada de fresa, a veces de melocotón. Si ya estaba comiendo fruta, no tenia ninguna necesidad de añadir esta mermelada. Creo que era por llegar al sabor dulce del edulcorante. Aun no sabia que para mi los edulcorantes son iguales que el azúcar.


Luego aprendí a hacer  yo una especie de crema de manzana, troceando manzana, calentándola en el microondas y luego machacándola. Todo esto era por llegar a un sabor dulce pero de manera sana. Nunca me di atracones con esto, pero buscaba simular otro alimento, la mermelada o los yogures, como si un alcohólico tomara bebidas sin alcohol. Era como si estuviera toreando a la enfermedad, buscando un sustituto sano y no compulsivo a mis alimentos compusivos. Ahora veo que eso es una forma de control y de negociación con la enfermedad.


Durante una época compre unos postres de fruta triturada, como de compota de manzana, que aunque no llevaban azúcar si me recordaban a esa mermelada. Estaba abstinente, sin darme atracones, pero comiendo esta clase de postres de fruta triturada supuestamente mas sanos, pero similares a yogures, me sentía raro. Primero eran caros, segundo me recordaban a otras cosas,  y tercero pensé que era mejor comer la fruta natural, menos procesada y con menos aditivos y edulcorantes. Así que deje de comprarlos y tomarlos.




En la recaída siento que tengo una especial preferencia por cierto tipo de dulces pequeños que se comen rápidamente de uno en uno con la mano: donettes, pastelitos, magdalenas rellenas o con trozos de chocolate, chocolatinas y cosas así. No lo llamaría comer, sino devorar, por que los como rápidamente y lleno de ansiedad y deseo.


En casa de mi madre siempre había magdalenas. Las compraba en bolsas enormes. Cuando volvía a visitarla, es uno de los alimentos que mas absorvian como si me estuviera cayendo en un pozo y no pudiera escaparme de ellos. Y ver a mi madre desayunar café con leche con magdalenas. En la recaída puntualmente he comprado magdalenas rellenas. No han sido un alimento de preferencia que siempre repitiera. Pero cuando caían, me gustaban. Y el comerlos junto con leche me recordaba a los desayunos de pequeño en la época que mi madre ya nos llevaba al colegio. Y comerlos con placer y alegría. Es como si las magdalenas me llevaran de nuevo a aquel tiempo de mi vida.


Los donettes de chocolate blanco son para mi como la cocaína. De este tipo de dulces es quizás el tipo que mas he repetido en recaída. Es un alimento que no recuerdo haber comido hasta después de estar en OA. En la recaída larga de 4 años que tuve siempre los comía. En la ultima recaída, también los comia de vez en cuando. Están en el chino de la esquina apenas a 2 minutos de mi mesa, y también en el supermercado de la esquina. Ahí también cogía cualquier clase de dulces variados e industriales. En los asaltos al supermercado a veces cogía alguna clase de chocolatina justo en la linea de caja. Veía el etiquetado en rojo indicando que era un alimento insano, pero me daba igual. Pero llego un momento que sentía que estos dulces me hacían daño. Recuerdo que me provocaban reflujo, y me volvía un sabor horrible a la boca por las noches. Llego un momento que el dolor que me causaban era tal que no podía comerlos mas, y menos de noche. Encontré un tipo de dulces hechos con harina integral y frutas, que eran mas caros y me parecían mas sanos. Me engañaba a mi mismo diciéndome que con estos me hacia menos daño, pero eran igual, por que no me permitían alcanzar la abstinencia.


La tarta de queso es un tipo de postre que he comido, sobre todo en restaurantes. Es como si mi mente me dijera, no es dulce, no es todo azúcar y harina, es queso, y así me justificara para poder comerla. Cuando otros alimentos compulsivos míos también llevan queso. Este es un alimento que nunca comí en mi niñez, y que recuerdo haberlo empezado a comer ya estando en oa siendo adulto, durante las recaídas, o durante fases de no estar dándome atracones, pero no tener una abstinencia limpia. Sin embargo la he comprado poco en supermercados estando en recaída. Ha sido mas una cosa de pedir postre en los restaurantes. Solo la he comprado alguna vez en el supermercado, y no en la ultima recaída, si no en aquella larga que tuve al principio de llegar a oa que duro cuatro años. Creo que después no la compre mas por que la de los supermercados no es igual que la de los restaurantes, es mas industrial, mas insípida, y ademas prefería irme a dulces que se comieran rápidamente con la mano, no tuviera que usar cubiertos ni añadirles nada. Por que es eso, que a la tarta de queso siempre le ponen como mermelada o similares, y se une a ese otro alimento compulsivo. Ahora se que este alimento es una trampa para mi, y hago la renuncia consciente de no comerlo por que es la puerta a algo mucho peor.


Fui de viaje a un Normandia con unos amigos, como ya he ido varias veces. Estábamos acampados a las afueras de un museo. Pase allí varios días. Alejado del programa, con mis rutinas totalmente alteradas,  una de las cosas que me paso fue que inconscientemente quería ser como ellos. Al lado del museo había como una feria de pueblo con una noria y puestos. Uno de ellos era de dulces y me deje arrastrar, entre mis amigos y mi gula para terminar comiendo dulces (crepes rellenos de nutella) en un puesto sin ninguna justificación. Por que todos lo estaban comiendo. Por que quería ser uno mas. Por que si ellos los comen, yo también. Por que no fui capaz de decirme NO a mi mismo. Y luego en el viaje de vuelta en las interminables horas de coche, termine rompiendo mi anonimato y contándole a un amiguete de la recreación mi trastorno de la alimentación.


Caramelos: Yo de pequeño no era de caramelos. Nunca he pensado que tuviera un problema con ellos. No me daba cuenta.


Recuerdo alguna ocasión coger caramelos el día de reyes con mi hermano, y terminar con una bolsa enorme de caramelos en casa, que nos duraba semanas. Había unos en concreto que simulaban ser rodajas de frutas. Aquellos caramelos eran como un imán, y siempre tenia que estar comiéndolos. Pero no de continuo, pero si me comía al día dos o tres. Aunque era muy pequeño y no lo recuerdo exactamente. Pero si lo pienso ahora, veo lo perverso que es darle la forma a un caramelo lleno de azucares y totalmente artificial, la forma de algo sano y natural como es la fruta. Como para engañar a los niños y tenerlos enganchados. Nunca me lo había planteado hasta ahora que escribo esto.


Mi novia tuvo un tarro de caramelos con forma de flor, como violetas, durante años en casa. Y nunca me dio por comerlos. Hasta que durante una época que tenia el plan de comidas no muy limpio, abrí el bote, y me los fui comiendo poco a poco. Y aquellos estaban rancios del tiempo que llevaban ahí. Pero a mi me dio igual, los comí sin plantearme nada. Y no recuerdo si aquello me llevo a una recaída peor o no. Creo que fue en la época que comía de todo pero no me daba atracones, pero no lograba bajar de peso.


Hasta que me di cuenta que tomaba caramelos cuando me dolía la garganta, y los prefería sobre tomarme una infusión caliente que era mejor para mi. Y no me iba por un tipo de caramelo de menta o algo así, buscaba un tipo concreto de caramelo de crema que me gustaba. Me compraba una bolsa, y no paraba de comerlos uno tras otro hasta que se acababa la bolsa.


Y la excusa era que me dolía la garganta, o que estaba malo. Recuerdo en la recaída, yendo a no se donde, parar en un chino en mi barrio y comprar una bolsa al peso. Y luego que me duraran dos días. Y luego estar deseando tenerlos en la boca continuamente. Me engañaba a mi mismo pensando que como es un caramelo, es pequeño, y es sin azúcar, no pasa nada. Pero al final es comer entre horas, y estar satisfaciendo mi compulsión. Cuando hay elecciones mas sanas y abstinente para mi, como tomar un infusión.


También en las gasolineras, volviendo de algún viaje, habiendo pasado frio, o habiendo estado hablando mucho, me sentía la garganta dolida, y terminaba comprando caramelos al repostar. Y luego me los estaba comiendo sin parar.  Y no paraba de pensar en ellos. Era el inicio de ensuciar el plan de comidas. Eran la puerta a mas cosas. Era comer fuera de mis tres comidas, y mantenerme en la obsesión.


Así que veo que con los caramelos me he engañado mucho a mi mismo dándome excusas. Me he saltado con ellos el 3-0-1. Me han hecho bajar la guardia sin darme cuenta, y me llevaban a no mantener mi plan de comidas limpio y me mantenían en la obsesión, aunque no me llevaban a grandes atracones, como la borrachera de un alcohólico, sino mas bien a la compulsión mas sibilina y de menos cantidades similar a quien esta enganchado al tabaco.


Leche condensada: Mi madre limpiaba una fabrica los fines de semana. Mi padre también venia. Y nos llevaban a mi hermano y a mi. Jugábamos entre las maquinas y nos metíamos por las oficinas. Tenían en las oficinas los trabajadores una maquina de café, y latas de leche condensada. Mi hermano y yo siempre atacábamos aquella lata de leche condensada. Chupábamos de la lata con excitación, con el subidón de saber que estábamos robando y que mi madre nos gritaría si nos pillaba. 


Años después en recaída, recuerdo comprar tubos de leche condensada, y comermelos de una sola vez sorbiendo el tubo entero. Este alimento me producía una especie de subidón y excitación. Un ansia insana por consumirlo. No lo compraba siempre que iba a los supermercados estando en recaída, pero si de vez en cuando. A lo mejor, 2 o 3 veces en una recaída de 2 años. Pero si recuerdo abrir los botes o cortar los tubos para rebañarlos por dentro con una cuchara. Una vez encontré una versión sin azúcar, y la compre pensando que era mejor. Pero es lo mismo por que para mi edulcorantes y azúcar son iguales.




Dulces árabes de teteria, rellenos de pistacho y con mucha miel. Me recordaban a los dulces de semana santa que hacían las mujeres de mi familia (pestiños), con los que nunca tuve mucho problema, pero si me recuerdo comerlos con alegría cuando los hacían en semana santa siendo yo pequeño y estabamos en el pueblo.


Cuando vivía en mi ciudad había una serie de locales todos de estilo árabe, como Teterías, que eran regentados muchas veces por marroquíes o por gente alternativa. Era un tipo de local de tipo romántico bohemio y a mí me gustaba mucho ir. Había tes de diferentes sabores y mucha variedad como nunca he vuelto a ver. Podías tomar un té calentito barato y pasar el tiempo charlando. Pero había en algunos sitios, no en todos, que tenían dulces de estilo marroquí, hechos con harina, hojaldre, rellenos de frutos secos y bañados en miel. Mientras vivía allí antes de entrar en OA creo haberlos probado alguna vez circunstancialmente. Pero no fueron un elemento de gran preferencia, de gran obsesión, para mí. Claro que todavía no estaba en OA, ni había llegado al punto de mi vida en que la compulsión se me desato, ni era consciente de mi enfermedad.

Años después viviendo ya en en la capital. Durante el tiempo que me cociné una recaída de cuatro años y vivía con mi pareja, hubo un fin de semana que tuve que escoger entre una convención de OA o ir a un evento en un pueblo medieval. Por supuesto escogi irme a la Convención de oa. Pero no pude desprenderme del todo de organizar aquel fin de semana en el pueblo medieval. Así que fui antes y después de la Convención a ayudarles en la organización. Uno de los alimentos que compraron para ambientar aquel evento medieval, en el cual participé en la organización pero no asistí, era estos mismo dulces árabes marroquíes. Con toda la vorágine de la compulsión de aquel fin de semana, de aquella época, incluida la Convención (porque fueron tres viajes seguidos), ya él tercer fin de semana recuerdo no haber sido capaz de decir que no a comer los que habían sobrado. Porque habían comprado una bandeja grande y apenas se habían comido un tercio. Prácticamente el tercer fin de semana después del evento fue quedar a limpiar y a recoger todo lo del fin de semana anterior, pero la organización nos invitaba a todo lo que había sobrado. Y como yo no estaba bien, tenía el deseo encendido, y me habían hecho cocinar para un grupo de seis personas porque nadie sabía cocinar. Y yo prefería cocinar porque así lo hacía de manera sana. Recuerdo que tenía la gestión de las cantidades y el deseo totalmente trastornado. Pensaba “como uno solo, no pasa nada”,  luego otro,  “venga que solo dos y no pasa nada”,  otro con el café y cuando me quise dar cuenta me los estaba comiendo de dos en tres cada vez que pasaba por la cocina. El deseo imperioso totalmente descontrolado. Era su rehén, la comida era mi dueña, este alimento me había vencido. Había caído como un cervatillo en una trampa. Y el mundo a mi alrededor dejó de existir. Yo no estaba allí para nada más que para comerme aquellos dulces. Pero cuando volví a mi casa recuerdo que no lo busqué supongo que seguía recayendo con otras cosas. Pero no los busque más. Pero sí me sentí fatal y totalmente triste derrotado y hundido.

Con el tiempo en el programa he aprendido que cuando voy a sitios así es mejor llevar mi propia comida y comer lo que ten muy grande comidas comer exactamente igual que en mi casa porque si empieza a hacer excepciones o me salgo una milímetro de mi plan de comidas empieza a romperse la presa poco a poco hasta que se derrumba. Así que he aprendido que a menos que tenga que viajar en avión prefiero llevarme mi comida.

Alguna vez los he vuelto a ver por Teterías en la capital, y no los he vuelto a comer. Por que se que son muy peligrosos para mi. Y no los he comido mas en recaídas por que son difíciles de encontrar. Siempre me ha dado cierto reparo volver a comerlos.

Ademas este alimentos siento que me conecta con mi juventud y la época que viví en aquella ciudad de la costa, revistiendo el deseo de este alimento de nostalgia, y recuerdos. Lo que es muy peligroso.


Postres variados comiendo en bares de menú:

Muchas veces obligado por los turnos de trabajo me he visto obligado a comer fuera; o he cogido esa costumbre de por lo menos llevarme comida varios días en semana y puntualmente un día comer fuera. Normalmente por pereza para no andar cargando tapers, o por no haberme sabido planificar.


Recuerdo una vez que trabajé en una gran cadena de televisión, que comía allí por poco dinero. En la cafetería pedía una ensalada y una tortilla francesa, sin postre. Era poca comida y o además me movía bastante porque tenía ir caminando hasta el transporte publico para ir y volver del trabajo. Una vez a la semana sin embargo me permitía ir a comer de menú enfrente del trabajo. Y en aquel bar de trabajadores, estando abstinente, aprendí que podía pedir de postre fruta porque tenían piña, que para mí no es compulsiva.


Sin embargo años después, estando en recaída, con la obsesión en totalmente encendida tuve una época en la que no tenía que ir a trabajar a la oficina. Solo un día muy de vez en cuando. Estando en recaída los bares de menú para mí eran una trampa, porque además de que ponían pan, había postres de que eran diferentes tipos de dulces. Y yo siempre caía, era como si esperara a buscar ese momento. Y luego ese postre me sabía a poco, y cuando volvía a casa volvía con la compulsión totalmente encendida. Por lo que no podía evitar meterme en el supermercado o el chino de la esquina de casa. Además que veía que era mi oportunidad de probar diferentes tipos de cosas, como si se hiciera real el dicho en la variedad está al gusto. Que si tarta de X que, si  dulce de aquel, que sin un postre casero de tal y cual, y detrás de todo esto harina y el azúcar.


Ya estando abstinente he vuelto incluso a los mismos bares de menú y el pan ni lo he deseado. Incluso ha estado ahí durante todo el tiempo que he estado comiendo allí. Y ahí en la mesa se ha quedado. Lo he tapado con una servilleta y de postre simplemente me he pedido un café descafeinado. Es como ver el peligro al otro lado de un espejo, como un león encerrado en una jaula y que lo estas está viendo desde fuera. Lo veo ahí justo delante sé que me puede matar pero no le hago caso.


Galletas: De chaval comía mucho vasos de leche con galletas. Creo que fue cuando ya fui lo suficientemente mayor como para que mi madre no me llevara al colegio y dejo de comprarme dulces en la panadería de camino a la escuela. Entonces empece a desayunar por mi cuenta en casa, y llenaba los vasos de leche de galletas partidas hasta que formaban una especie de papilla o barro. Era un desayuno que me llenaba rápido y que no tardaba nada en tomar y con el que podía salir corriendo por la puerta. También tomaba eso cuando iba al instituto. Aun no era consciente de mi compulsión por la comida, o del peligro de ese alimento para mi. A veces simplemente mojaba las galletas en leche, y siempre quería mas galletas.


Años después, estando ya en el programa, el momento de perder mi primera abstinencia larga, recuerdo una recaída en el trabajo con galletas. Recuerdo perder mi abstinencia larga con galletas de la oficina, comiéndomelas a escondidas. Me encerraba en un pequeño pasillito de aquella oficina donde tenían las cosas del desayuno y me comía las galletas a puñados, y manipulando los paquetes para que no se notara que había cogido, y con miedo de que me pillaran. Comía a escondidas y con ansia, sintiéndome terriblemente culpable y escondiéndome por que me sentía avergonzado de comer así comida que estaba ahí para todos y de la que yo estaba abusando.


Aquella recaída que tuve tan larga de 4 años que me hizo volver a un peso poco saludable para mi, lo peor era al volver del trabajo. Cuando estaba en aquella empresa con personas tan toxicas, cuando salia totalmente estresado y revuelto emocionalmente, me iba a una gasolinera que había de camino al metro. Y allí el alimento que solía comprar eran galletas rellenas, normalmente de limón. Con este acto comiendo esto al salir justo del trabajo, buscaba tapar el estress y la ansiedad que me generaba aquel trabajo por estar rodeado de personas toxicas y con adicciones en activo.


Una vez que fui al campo con un gran grupo de amigos a una simulación militar, compre una caja grande de galletas y como eran muchas para mi invite a los demás compañeros a desayunar. No tuve mejor ocurrencia que llevarme una caja entera de galletas para tres días en el campo, durmiendo en el monte  y comiendo lo que nosotros llevábamos. Era la época que comida de todo, sin darme atracones, pero no me preocupaba por mi peso. Podría haber hecho mejor elección. Recuerdo estar todos desayunando, y yo ofrecía a quien quisiera, para no sentirme culpable por comer galletas una detrás de otra, y para vérselas comer a otras personas también. Como queriendo justificarme con los demás en mi subconsciente, pensando “si ellos las comen, esta bien, yo también puedo comerlas y no pasa nada”. Esa vez iba con mi pareja, que sabia de mi enfermedad y había estado en reuniones abiertas, y sin embargo no me dijo nada.


En otra oficina, años después, la empresa nos ponía el desayuno gratis. Allí había leche, café y galletas, todo lo que quisiéramos. Lo reponían cada poco tiempo. Por aquel entonces yo estaba abstinente, y jamas toque las galletas de allí. Tuve problemas con otros alimentos en esa oficina que me pillaron con la guardia baja, mas en la zona de dudosos, pero las galletas no las toque.


En la ultima recaída durante los asaltos a los supermercados abiertos hasta tarde o al chino de la esquina al volver a casa, un alimento que compraba de forma recurrente eran las galletas rellenas, de distintos tipos y marcas. Había un par de tipos que mas me gustaban, unas rellenas de naranja y otras rellenas de crema. Todo química y azucares. Las incluía en toda la vorágine, mezcla de dulce y salado que al final me terminaba produciendo unos dolores de estomago horribles, unas digestiones pesadisimas, y en ultima instancia cólicos biliares ocasionalmente.


Comida mexicana:


Mi primer recuerdo con la comida mexicana fue siendo adolescente que iba a un club de juegos y cuando terminábamos, cerca había un restaurante de comida mexicana. Iba allí con amigos a comer después de jugar. Aquella comida me encantaba, sobre todo por el hecho del queso fundido, y lo picante que era. Poníamos un plato al centro y todos comíamos con las manos. A veces me generaba  ansiedad ver quién comía más o menos de aquel plato, que eran nachos con queso fundido, verduras picadas y guacamole y salsas picantes. Era una forma de comer que por aquel entonces no le daba importancia, pero hoy si comiera así creo que me daría bastante angustia y compulsión.

Ese alimento se me quedó grabado. Durante los años en los que tenía una abstinencia no limpia y que no bajaba de peso, recuerdo que tenía la tradición con mi novia de aquel entonces, de hacer lo que yo llamaba la “noche de nachos”. Era intentar replicar ese mismo plato pero yo en casa. En el fondo estaba recayendo con la comida sin darme cuenta, pero no con atracones pero sí comiendo en exceso comida que mi cuerpo no necesitaba. Comer así no me permitía avanzar en la parte de la recuperación física referente al peso, ni me permitía encontrar una serenidad a los tres niveles. Y yo no le daba importancia, y lo convertía en algo lúdico y especial. Asociaba emociones positivas a ese alimento. Sin darme cuenta seguía enganchado a ese alimento. No me daba atracones, pero no podía dejarlo.

En otro trabajo tuve un compañero que era mexicano. Una vez que nos visitó un cliente y tocaba salir a comer fuera, pagado por la empresa, y este señor, que era como jefe de equipo, buscó un restaurante mexicano aquí en la capital. Yo en ese momento estaba abstinente y recuerdo que dentro de lo que es la comida mexicana, me adapté y pude pasar la comida sin dificultades. Porque la comida mexicana también hay nopales, que es como cactus, y bueno también una cosa que le llamaban arroz azteca, lo que era al final era arroz con verduras, que si bien en aquel momento el arroz no me era compulsivo, ahora sospecho que sí. Aquel día sobreviví y no terminé en un atracón, pero sí es cierto que comí un poco distinto al resto. Ellos fueron un festival de carne y queso y diferentes cosas hechas con harina de maíz.

Un tiempo después, estando en recaída, descubrí que podía pedir comida por internet con solo dos o tres clics y sin siquiera tener que usar la tarjeta de crédito. Y uno de los tipos de comida que mas pedía era comida mexicana. Tortillas rellenas de queso, quesadillas, nachos con toda clase de ingredientes y diferentes cosas. Un subidón de hidratos de carbono que iba directo a mi cerebro. Yo creo que lo que más buscaba era al queso y la harina de maíz que son elementos muy energéticos. El chute de subidon de glucosa en sangre, no a través de la azúcar sino a través de elementos muy energéticos, muy calóricos.

Una de las varias veces que he estado representando a España como delegado en Estados Unidos recuerdo que terminé comiendo con un compañero  de allí en un restaurante mexicano y pedir unos huevos rancheros. Aquello era como un plato combinado lleno de todo lo que usan en México: huevos fritos, frijoles, arroz, carne, queso. Aunque estaba en una asamblea de mundial de OA, con un compañero yo no pude calibrar la cantidad de comida que me pondrían. Y aquello era cantidad como para un señor que trabajara en el campo y fuera un armario empotrado de dos por dos. Ese día sentí que me pasé con las cantidades. Termine muy lleno. Era claramente la adicción al exceso de comida, la adicción a las grandes cantidades de comida.

Otra en otra ocasión, otro año que también estuve allí en la mundial, como aquello es Nuevo México, es muy difícil encontrar comida que no sea mexicana, a parte de ir de ir a restaurantes asiáticos que era lo que terminamos haciendo varios compañeros de allí. Pues también fuimos a un restaurante. Pedí una ensalada esperando que no fuera totalmente comida mexicana y resulta que la ensalada venía dentro de una fuente hecha de un nacho de maíz enorme y con nachos también dentro de la ensalada. Sin embargo los nachos, que en Estados Unidos o en México les llaman totopos, los que hay allí son mucho más reales y artesanales, no tan industriales como los que hay aquí en España y sospecho que son muchos menos calóricos. La diferencia es que allí  no me resultaban compulsivos como aquí.

Durante la recaída aparte de las pizzas, también intentaba replicar el plato aquel de mi adolescencia haciendo los nachos yo en el microondas y comiéndomelos con las manos. Por supuesto los nachos de aquí son más artificiales y terminaba comiéndolos también directamente de la bolsa. En un plato enorme que apenas me entraba en el microondas fundiendo el queso, echándole toda clase de alimentos que ni cuadraban y por supuesto no me quedaban tan bien como cuando se compran cocinados en restaurantes o los pedía a domicilio. Recuerdo una de las veces que pedía a domicilio, que las tortillas del restaurante mexicano que pedí estaban frías, el maíz no estaba bueno y pensé “esto es asqueroso, que hago comiendo esto que me ha salido carísimo y ni siquiera me gusta lo único que hago es hacerme daño”. Deje de comprar comida mexicana a domicilio totalmente asqueado de ella y culpable por hacerme daño comiéndola.

Durante la recaída uno de los alimentos precocinados que compraba a veces era una especie de burritos rellenos de carne a la barbacoa. Yo les ponía queso por encima y los metía al microondas. Buscaba su sabor intenso y fuerte. La salsa barbacoa lleva azúcar. Me encantaba el queso derretido y mezclarlo con mas cosas. Buscaba el subidon. El chute. Estaba totalmente enganchado a ellos.

Hubo una compañera de OA de México, que se quedó en mi casa durante un tiempo dos o tres meses que estuvo de visita aquí en España. Aunque ella hacía comida mexicana, se quedaba con la parte sana de la comida mexicana. Fue un placer tenerla en mi casa porque me ayudó mucho a estar abstinente esos meses, y aprendí que la comida mexicana también se puede hacer de manera que resulte sana y abstinente.

Durante la recaída cuando iba al club de juegos uno de los sitios a los que fuimos varias veces. Era un restaurante mexicano donde siempre más o menos tenía el mismo tipo de comida. Solo que variaba cómo te lo servían, que te lo podía servir en una ensalada, dentro de un burrito que es una tortilla de harina, o en unos nachos con todo. Yo me di cuenta que había un par de salsas que especialmente me daban tirón, que me gustaban mucho. Una era una especie como de salsa agria que luego aprendí que era nata batida, y quizás el guacamole. Aunque yo el guacamole en casa a veces lo compro o se lo he hecho las ensaladas y no me da tirón.  Aprendí que yendo a este local podía simplemente pedir una ensalada. De hecho he ido a este mismo local alguna vez en el trabajo y al pedir solo ensalada,aunque lleve lo mismo que le ponen dentro de los burritos, pues como no lleva esas tortillas de maíz ni lleva a los nachos no tengo problema.


En definitiva la comida mexicana es muy variada y lo que yo creo que a mí más me la tirón, lo que uso para buscar el chute de comida son los nachos industriales, el queso fundido y las salsas industriales hechas de lácteos. Es como si la comida mexicana fuera un medio para llegar a otros alimentos. Y por supuesto la comida mexicana que nos llega aquí a España es un tipo de comida rápida, que cuando se hace de manera artesanal y casera no me es tan compulsivo pero tengo que tener mucho cuidado con esto. Es como una especie de zona gris, no es tan sencillo como con la comida italiana que sé que toda lleva harina. Es como simplemente me dijera no esa harina de maíz no pasa nada porque no es trigo y si pasa. Tengo que tener mucho cuidado, ser honesto y no engañarme a mi mismo.



Queso:


Recuerdo que mi madre compraba cuñas de queso o quesos grandes y yo cuando empezaba a cortar, era incapaz de parar siempre estaba cortando un trozo y luego otro trozo y luego otro trozo y luego otro trozo. Me entraba como una ansiedad por cortar mas. Creo que el problema era el formato, por que al venir en un formato tan grande, me sentía como obligado a seguir hasta acabarlo.

Mi madre siempre tenía queso en casa. De unos tipos o de otros pero siempre había queso. Era una cosa a la que recurrir entre horas. A mí el queso me enseñó lo que es el picoteo. La memoria me trae frases como “si tienes hambre come un poco de queso”, o “come queso que es muy bueno para los huesos”. Era como si me sintiera obligado a comer queso.

Sin embargo cuando mi madre quería que yo adelgazara lo que hacia era comprar queso blanco. Tiempo después yo compraba también ese queso y se lo echaba a las ensaladas. Revivía el control que mi madre quería imponer sobre mi forma de comer, intentando yo utilizar el mismo alimento como método para adelgazar. Comiendo un sustituto de un alimento peor en su versión sana, o menos calórica. Detrás estaba sin duda para mi la obsesión con la comida y con el adelgazar.

Recuerdo que cuando salía de noche de madrugada por mi ciudad siempre terminábamos comiendo algo a las 4 de la mañana por ahí después de estar en las discotecas. Era en hamburgueserías baratas que abrían de madrugada. Quizá mis compañeros para bajar a borrachera, y yo porque era una hora en la que me daba hambre. Había un sitio en el que ponían unos bocadillos que eran de un queso como azul de cabrales muy fuerte. Ese sabor a queso tan fuerte me encantaba y yo siempre pedía el mismo tipo de bocadillo porque llevaba ese queso de azul de Cabrales. No considero que fuera un atracón consciente, por que aun no se me había desatado la enfermedad, pero si era un indicativo de mi gula, deseo, y preferencia por este alimento.

Para mí el queso es una cosa de pura gula, en un amor al placer del queso, primero en la textura derretida, untada o lee casi líquida para mojar en el cualquier otra clase de alimento compulsivo, y los sabores muy fuertes muy extremos como los que son muy curados o el queso azul casi picante.

Recuerdo que en la época en la que tuve una abstinencia larga, pero no limpia, y que no bajaba peso, de vez en cuando compraba queso azul, y lo tomaba por las noches junto con salmón, jamón u otra clase de embutidos. Era el momento de la semana para darme un pequeño placer a través de la comida. Como si relajara el plan de comidas solo ese día. Y lo comía siempre después de ir a hacer la compra, al llegar a casa, a la hora de la cena, como si fuera el caprichito que me permitía a mi mismo, por haber vuelto a la compra sin haber comprado otra clase de alimentos que yo consideraba mucho peores. Ya he dejado de hacer esto y considero que me engañaba a mi mismo.

Recuerdo un viaje en coche a Francia que compramos queso de allí para llevarlo de vuelta a casa, y como al como al coche le dio el sol, luego todo olía muchísimo a queso, así que tuvimos que comérnoslo por el camino, y no llegó a casa obviamente.

Tuve un compañero de trabajo que era griego. El traía queso Feta griego al trabajo y yo lo probé. Me gusto mucho, y durante una época lo compre. Tenia un sabor fuerte y me gustaba. Se lo echaba a las ensaladas. No me disparaba la compulsión, ni me daba atracones después de comerlo.

Una novia que tuve, cuando yo iba a su casa, ella también tenía queso siempre en casa. Y yo recuerdo que cuando yo comía con ella el queso a mí me atraía de especial manera. Era empezar a comer y caía la cuña que ella tenía. Y lo comía mezclado con otros alimentos a modo de picoteo y con la mano. Eso me hacía bajar la guardia y perder las nociones de la cantidad. Sentía que cuando comía con ella en su casa, mi plan de comidas se ensuciaba

Durante la recaída me compraba botes de queso en aceite con un sabor súper fuerte. Los metía en bocadillos o Las pizzas siempre las pedía con doble de queso o una vez pedí con relleno del borde de queso. Derretía queso sobre otros alimentos compulsivos. Era como. Añadir un extra de sabor al otro alimento compulsivo.

El queso para untar también me ha resultado compulsivo en el sentido que es un alimento que he comido en recaída. Había unos sándwiches de estos preparados que he comprado durante la recaída que era queso de untar mezclado con nueces o con pasas o con salmón los llamaban sándwiches nórdicos noruegos o algo así y a mí me gustaban especialmente siempre que los veía cuando saltaba al chino de la esquina de casa siempre caía a uno así. También se lo echaba a las verduras calientes recién hervidas a modo de salsa por que se derretía. Creo que haciendo esto, lo que buscaba era simular la pasta con queso derretido por encima, que era lo que comía en la recaída. Es decir buscaba sustituir un alimento con otro, y siento que esto era como cuando un alcohólico dice que solo bebe cosas sin alcohol, o una bebida de menos graduación que las mas fuertes, o cuando un drogadicto toma metadona.



Cereales de desayuno: 

Nunca he sido de tomar muchos cereales de desayuno. De pequeño no me los daban. 

Ya de adolescente o joven, recuerdo a mi madre alguna vez comerlos mezclados con el yogur de manera muy puntual, y ni siquiera recuerdo si yo los comía también

De adulto he descubierto que el problema con este alimento es que suelen ir muy edulcorados y con muchos añadidos, como chocolates, y distintos tipos de frutas secas, y cosas así. Por mi adicción a las cosas dulces.

Tenia una novia que siempre los tenia en casa. Yo siempre los comía cuando iba a su casa. La usaba a ella para llegar a ese alimento, igual que otros, o para salir a comer fuera. Ahí veo como estaba enganchado a este alimento, por que su presencia me atraía como un imán.

Cuando he tenido cereales de desayuno en casa me ha pasado el abrir un paquete y servirme un tazón y luego otro y luego otro. El problema creo que es el formato en el que vienen a granel, y por supuesto el azúcar que llevan y la textura crujiente.

Durante una época, estando abstinente de mucho tiempo pero sin una abstinencia muy limpia, compre salvado de avena sin nada añadido para desayunar. Me preparaba paquetes de 50gramos en un pequeño taper y me los llevaba al trabajo por que allí me daban la leche gratis. El problema es que me hacían sentir raro, y termine dejando de comerlos por que me sentía extraño, y no avanzaba en la  parte de la recuperación física que es la perdida de peso. Y también eran un medio para tomar mucha leche. Algo que quizás no me me venia muy bien.

Estando en recaída los compre alguna vez suelta, pero no eran un alimento de preferencia que repitiera cuando me daba atracones.

En viajes al extranjero vi que allí comían avena hervida sin nada, y alguna vez los comí sin que me causaran mayor problema. Era servirme un tazón y ya. Tanto en viajes de trabajo como en viajes a convenciones de oa. El problema con este tipo de alimentos creo que me viene por los azucares añadidos y el formato a granel que suele tener.

Durante algún evento de recreación me he encontrado que los compañeros hacían una olla grande de avena hervida, por que eran lo que comían los soldados en la guerra. Alguna vez lo comí, pero como le echaban mucha azúcar, y hacían mucha cantidad, empece a evitar esto. Era el formato de gran cantidad y el añadido de la azúcar de nuevo. Al final preferí quedarme solo con mi café con leche. Me daba esto mucho mas tranquilidad. Creo que detrás de esto estaba mi adicción a las grandes cantidades de comida y a la azúcar.

Durante un tiempo hubo una compañera de oa conviviendo conmigo en casa, por un problema que tuvo. Ella me ayudo mucho a estar abstinente. Aunque comíamos totalmente distinto. Y recuerdo que en aquella época si comí algo de avena, por que ella la comía y sin embargo estaba abstinente, aunque con mucho esfuerzo y sintiendome muy inestable. En esta época la avena, la comía mezclada con yogur de soja. Buscaba una manera sana de alimentarme. Aunque quizás esta manera de comerlos fuera simular otros alimentos, como buscando comer de manera sana, abstinente y segura algo que se pareciera a un alimento compulsivo mas fuerte, como los yogures edulcorados y los cereales de desayuno mas industriales y edulcorados.


Ahora paso por los pasillos de los supermercados y veo los paquetes de cereales de desayuno y no siento nada al veros. Por que se el daño que me puedo hacer con ellos, así que prefiero no comerlos. Detrás de esto esta mi adicción a los alimentos muy calóricos. Y sin embargo puntualmente de manera controlada, sin azúcar, y de manera limitada en cantidad moderada los he comido y no me he sentido compulsivo.


Barritas energéticas:


No recuerdo cuando fue la primera vez que me comí una barrita energética. Cuando yo era pequeño, no existían. No recuerdo haber comido una de esas ni en mi época de joven cuando hacia ejercicio. Por que no se vendían todavía.


Una vez fui a un centro comercial a comprar ropa de deporte y como era a ultima hora, y tenia hambre, compre una de estas barritas energéticas, para tapar el hambre. Me salte el comer entre comidas. No termino en atracón, ni recuerdo ponerme compulsivo, pero era comer algo cuando no me correspondía. Y por evitar males mayores. Sin embargo ese día no fui capaz de planificarme bien el plan de comidas, ni de ponerme a mi mismos limite. Fue la primera gota que colma un vaso.

En mi memoria esta la vez que estuve en la asamblea mundial de OA. Fui unos días antes y me quede a dormir en un hotel de carretera pagandolo de mi bolsillo. Como esos días antes corrían de mi cuenta y tenia que  y las tomaba de desayuno. Y uno de los alimentos que escogí fueron unas barritas energéticas, aunque eran distintas de las de aquí, como mas naturales, de frutos secos crudos, pero seguían llevando algo de azucares, por que en este tipo de alimentos se usan para aglutinar los frutos secos o cereales que los forman. En aquel momento no me sentí compulsivo, ni me llevaron a un atracón. Pero claramente no tenia un plan de comidas limpio que me permitiera avanzar hacia un peso normal y saludable. Fue durante la época que tuve una abstinencia larga pero no bajaba de peso, o bajaba muy lentamente. No había renunciado del todo todavía.


Durante la recaída recuerdo comprarme paquetes de seis barritas y comérmelas como si fueran dulces. Supongo que trataba de facilitarme las digestiones durante los atracones, comiendo cosas que fuera parecidas a otros alimentos compulsivos, pero que tuvieran fibra (cereales etc), para no hacerme daño. O quizás era una manera de acallar mi conciencia, engañandome a mi mismo en plan, esto no no me hace tanto daño, son frutos secos y avena. Pero lo que no pensaba era que llevaba mogollón de azucares, miel, chocolate, y otras cosas así. Era como si un alcohólico dijera no tomo whisky, pero tomo licor de hierbas, oye son hierbas y como es mas natural y casero me sentara mejor. Pero en el fondo es un alimento compulsivo mas. Es dulce, pequeño, se come con la mano, y viene en paquetes. Es el mismo formato que la pastelería industrial. Así que en el fondo es lo mismo. Y por muy sano que crea que es me hace el mismo daño.


Yo veo que este alimento esta hecho a base de otros que me son compulsivos, y que los combina (azucares, cereales). Y son en su conjunto muy energéticos. Como soy adicto a los alimentos muy calóricos, por que busco en ello el subidón de glucosa en sangre directo al cerebro, este es un alimento que he comprado y consumido bastante en la ultima recaída, y con el que tengo que tener cuidado. Me resulta irónico que incluso cuando voy a alguna salida al campo o a algo de deporte, incluso lo recomienden quien organizar estas clase de cosas. Y para mi son veneno.  Como el alcohol para un alcohólico. Así que no me fio de publicidades, recomendaciones de que comer para hacer ejercicio, y cosas así.


Tortilla de patatas:


La tortilla de patatas es un alimento que ha estado presente durante gran parte de mi vida. No estoy seguro, pero recuerdo que mi madre las hacia muy grandes y muy ricas.


Durante mis años de instituto, durante los recreos, a media mañana yo me compraba bocadillos de tortilla que me comía en soledad, escondido en unos soportales lejos del patio. Me escondía alli para refugiarme en la comida para huir del acoso de otros chicos. Yo me escondía para comer en los recreos, en el mismo sitio que otros chicos iban a fumar después de clase. Ahora veo como aquel momento era mi momento de huida,  usaba la comida como via de escape para huir de la situación en la que vivia, puesto que yo me sentía marginado por ellos.


Los bares con tortillas enormes  en los expositores siempre me han despertado mucho deseo. Y siendo adulto recuerdo que si me tocaba desayunar en la calle,  mi elección de preferencia era un pincho de tortilla de patatas con café con leche. Pensaba que eso era normal y sano para mi. Y que era lo mejor que podía hacer. Cuando siempre podría haber llevado fruta conmigo.


Recuerdo un viaje que fui a la zona norte de España y allí vi unas tortillas de patatas enormes que estaban rellenas de mil cosas distintas. Me parecieron exóticas. Nunca las había visto hechas asi, y se me grabaron en la mente. Durante la recaída alguna vez intente hacerlas igual, añadiendo cosas a las tortillas que compraba en supermercado. Pero a mi no me salia nunca igual. 


En el trabajo durante una época me traían a mi tortilla de patatas para desayunar por que sabían que era vegetariano y no comía dulces ni bollería y era lo que a mi me traían. Los compañeros preguntaban por que yo comida distinto, y también querían, pero como solo había un trozo era para mi, por que yo no comía nada de harina como ellos. Yo me sentía especial, y como si estuvieran alejándome de otros alimentos como los dulces y la bollería que les daban a ellos. Pero en el fondo no era algo abstinente del todo. Por que era demasiada comida, demasiada energía para estar luego todo el día sentado delante del ordenador en la oficina. Y ademas yo lo disfrutaba con placer. Esto fue durante la época que estuve mucho tiempo abstinente, pero no bajaba de peso, o bajaba muy lentamente. No me llevaba al atracón, pero era una compulsión de baja intensidad. Me mantenía enganchado a la gula y a asociar a ese alimento el sentirme especial, y como si lo usara como tabla de salvación. Seguía cargando emociones en este alimento.


Durante la ultima recaída, algunas veces me daba por comprar tortillas ya cocinadas en el supermercado, y hacérmelas en bocadillo. En esta elección veo como buscaba en comer este alimento el mismo momento de huida de mi vida y de mi mismo como cuando estaba en el instituto.


Durante una época que estuvo una compañera de oa conmigo en casa de fuera de españa, yo trataba de salir adelante, y ella me ayudo mucho a estar abstinente. Teniamos planes de comidas muy distintos. Como ella era de otro pais, quería probar cosas españolas, y alguna vez compramos tortilla de patatas. Recuerdo comer un plato con media tortilla con ensalada y otras cosas. En aquel momento era para mi mejor comer eso que estar dándome atracones de cosas peores. Estaba todavía en transición hacia lograr una abstinencia estable con un plan de comidas limpio.


A veces he comprado la versión vegana de este alimento, hecha con harina de garbanzo en vez de huevo como aglutinante para las patatas. Me sabia igual.  Era un sustituto. Era para mi como la metadona de un drogadicto. Un sustitutivo, que me hacia sentir menos culpable. Me engañaba a mi mismo diciéndome que era la versión sana. Pero en el fondo era como si un alcohólico tomara licores sin alcohol. Era demasiado acercarme al peligro. Seguía siendo un alimento demasiado calorico para satisfacer mi adicción a los alimentos muy energéticos y cargados en hidratos de carbono.


Irónicamente creo que nunca he hecho una tortilla de patatas por mi mismo. O como mucho una vez. Las tortillas de patatas es un alimento que me quita mucho la serenidad, que mezclado con pan para mi es muy  compulsivo. Me siento muy intranquilo comiéndolo, me atrae mucho, por que asocio muchas emociones a comerlo, y también un componente de huida y búsqueda de placer en su consumo. Aunque a veces lo haya comido sin llegar al atracón, detrás si que había gula, así que prefiero por ahora mantenerme lejos de el. Por que el huevo y la patata, en otros formatos, también me son compulsivos, asi que cocinados así, también. Cualquier combinación de plato que lleve huevo y patata, o patata y harina. 


Empanadas (gallegas, hornazo de salamanca, empanadillas rellenas.):


Estos alimentos son muy parecidos, son masa de harina rellena de algo, metida al horno.


Es un tipo de alimento lo tengo muy asociado a comer de pie, a comerlo en celebraciones, a alimento para comer con las manos y para compartir.


Mi madre era de comprar bolsas de empanadillas congeladas y echarlas a la freidora eléctrica que había en la cocina. Era su manera de alimentar a un grupo de hombres que comiamos como un regimiento. Hacer comida a granel, en grandes cantidades, que se hiciera sola, y que nos diera energía. Yo esa comida la disfrutaba, pero aun no sabia el daño que me podía hacer comer así a la larga. Aun estaba en los inicios de mi carrera como comedor compulsivo.


En una tienda de informática en la que trabajaba, me tocaba comer allí. Justo enfrente había un sitio que vendían empanadas argentinas. Eran como las empanadillas rellenas de atún de toda la vida, pero rellenas de otras cosas. Muchas veces terminaba allí, comprando varias de esas empanadas rellenas de carne para comerlas con las manos, o de cualquier manera, en la calle o en la mesa del ordenador. No era ni la mejor manera de comer, ni el alimento mas sano. Aun no era consciente. Mi obesidad ya era evidente, y fue aquí, aunque con otros alimentos, la primera vez que tuve un cólico biliar. No sabia alimentarme de manera sana y beneficiosa para mi.


En el grupo de los jueves al que voy, justo en la esquina, hay un local de comida típica española de castilla león, y tiene puesto mucha comida a la vista, jamón, y también hornazo de salamanca. No es el único local así que hay por la ciudad. Ahora cuando paso lo ignoro, pero es imposible para mi evitar mirarlo fugazmente. Ya no siento deseo, y nunca he entrado ahí. Este grupo lleva ahí años, y ha estado ahí jueves, y viernes. Y nunca he entrado en esa tienda. Pero se que ese alimento esta ahí, y eso me despierta la obsesión como si tuviera un agujero negro atrayéndome hacia el.


Creo recordar en un cumpleaños que trajeron unas empanadas enormes. Eran hechas por encargo y estaban muy ricas. Las comí con el resto, como queriendo ser como los demás, y atraído por el alimento, engañándome a mi mismo. Como van rellenas de verduras con tomate y carne y atún, me engaño a mi mismo diciéndome que no es para tanto. Pero al final vuelvo a lo mismo. Tomate frito, cebolla frita, que dan un sabor dulzón, sobre todo si el tomate es industrial que lleva azúcar y ya he tenido problemas con el, peor si es cocinado y caliente. Y harina. Siempre la harina. Es como si este alimento fuera la combinación de otros, y el hecho de que se coma con la mano y en eventos sociales, me desatara la compulsión por el. Por que bajo la guardia y me engaño a mi mismo. Es lo de siempre “un poco no me hará daño”.


Fui de viaje a viaje a salamanca, de donde es típico el hornazo. Estuve todo el fin de semana abstinente, pero me permití comer hornazo “por probarlo”. Entre a una tienda el día que ya nos íbamos, pedí un solo trozo y me lo comí. No me pareció nada del otro mundo. Muy seco y como si estuviera comiendo un ladrillo. Pero sacie así mi gula y deseo por aquel alimento. Y me olvide de el. De hecho ha sido la única vez en mi vida que lo he comido.


Hace tiempo hubo en mi oficina un encuentro con el presidente de la empresa. Vino a contarnos cifras y la evolución de la empresa. Y después nos pusieron un picoteo y había empanada y tortilla de patatas. Las comí con gusto y placer. No me podía separar de la mesa alta donde los tenían puestos. Eventos sociales y comida. Es un momento donde siempre caigo. Por que soy comedor social y rodeado de gente bajo la guardia. En aquel momento no le di importancia, pero no podía parar. Me doy cuenta de como usaban la comida como reclamo para que la gente se quedara a la reunión y escuchara al jefe. La comida usada como lubricante social, como elemento para facilitar las relaciones sociales.


Durante mi ultima recaída, en el supermercado al lado de casa recuerdo comprar repetidamente las empanadas gallegas. A veces me duraban dos días. Por que no solo comía eso, compraba muchos mas alimentos compulsivos. Y no siempre los compraba. Eran congeladas y las calentaban en un horno de allí. Los bordes estaban duros, y no me gustaban. A veces me sabían como si me estuviera comiendo un ladrillo, algo muy pesado y que sabia que me hacia daño. Y sin embargo no podía dejar de comerlas.


El arroz:


De pequeño no recuerdo haber comido mucho arroz. Mi madre no lo hacia mucho, por que era algo bastante elaborado. Si hacia sin embargo otros platos de cuchara como patatas guisadas, judias o lentejas pero por que cerraba la olla y se olvidaba del tema.


Sin embargo una vez que teníamos un perro en casa, mi padre la única vez que se preocupo por el animal lo que hizo fue una olla grande de arroz que el animal devoro. Mi madre odiaba los animales, mas bien el tener que ocuparse de ellos, puesto que había crecido en el campo teniendo que trabajar y ocupándose de animales. Mi padre trajo aquel perro a casa y mi madre se enfado con el tiempo, por que no se encargaba del animal. Así que un día mi padre hizo el esfuerzo y  como no sabia, lo único que le salio fue hacer una olla grande de arroz para el animal. No salio de el otra cosa, como comprarle un saco de comida, o llevarlo al veterinario, no. Fue hacerle una olla express enorme de arroz que le hecho casi entera al perro. Mi madre por supuesto, se llevo las manos a la cabeza con aquello. Y ahora veo como en aquel hecho en mi familia el arroz se asociaba a comida de batalla, para grandes cantidades, y para salir del paso. A mi aquel exceso se me quedo grabado. Debería tener yo unos 18 años cuando esto ocurrió.


Tiempo después, ya independizado, vivía con mi novia y recuerdo cocinar yo unas ollas enormes de arroz con verduras para los dos. Como no pesaba la comida,  me servia mucha cantidad y aquello no tenia mesura. Aquello era mas arroz que verduras. Fue durante la época en la que estaba abstinente por que no me daba atracones, comía de todo, pero no bajaba de peso. Aun no veía como era adicto al exceso de comida.


En un viaje fui a un pueblo de valencia. El domingo antes de volver a casa, nos invitaron a todos los que estábamos allí a una gran paella comunal que habían hecho las personas del pueblo. Como muchas personas ya se habían de viaje de vuelta, nos dijeron que comiéramos que si no aquello se iba a quedar allí. Así que me deje llevar y comí paella. Me deje llevar por el hecho de que era gratis, de que estaba comiendo con mucha mas gente, y por la gran cantidad de aquella paellera enorme. Ahora se que en publico bajo la guardia, y que me puedo comer en exceso sin darme cuenta. Ademas recuerdo rascar la paellera para comer el fondo, que es el arroz quemao o pegao, que en valenciano le llaman socarrat. 


Este arroz negro crujiente a mi me recuerda a la costra del pan. Y por eso creo que me gusta. Son hidratos de carbono, me recuerda a otro alimento (el pan), y como es arroz me engaño a mi mismo, diciéndome que no pasa nada por que son hidratos de carbono de absorción lenta, que en los países de Asia lo come todo el mundo y están delgados. Son excusas de mi yo enfermo para darme permiso para comer en exceso compulsivamente.


Durante una época compraba las bolsas de arroz congelado con verduras. Solo tenia que echarlas a la sartén, un chorreón de aceite y olvidarme por que se hacia solo durante unos minutos. Me quedaba aceitoso, y dulzón. Llevaba jamón y tortilla. Yo no le daba importancia. Y seguía comiendo este alimento procesado.


Con la ultima pareja que tuve, salíamos mucho a comer fuera. Me di cuenta que la usaba a ella como excusa para terminar comiendo fuera. Intente ponerle freno, cocinando yo, llevando comida de casa para comer los dos, y demás limites que me ponía a mi mismo. Pero una de las cosas que me paso es que a veces íbamos a restaurantes chinos y recuerdo pedir arroz tres delicias en los chinos que no servían en bandejas grandes. Siempre con mucha aceite. A veces también el arroz blanco con salsa de soja que se le quedaba un sabor muy salado. Después de que estas comidas terminaran, yo no seguía comiendo compulsivamente después, pero el exceso de comida estaba ahí. Todavía tenia peso que perder, aunque me mantenía estable, y no bajaba ni subía, pero la compulsión no se iba. Por que aunque había renunciado a muchos alimentos y conductas, el hecho de seguir comiendo en exceso en restaurantes, sobre todo en los que ponían estos alimentos en grandes cantidades, se estaba convirtiendo para mi claramente en una conducta compulsiva. Yo me di cuenta, e intente ponerle freno.


El sushi, ahora se que lleva azúcar, por que lo mezclan con una clase de vinagre dulce para que este pegajoso y así poder formar esa especie de bolas. Una navidad se me metió en el cerebro el comer sushi. Se me antojo ir a un restaurante donde se podía comer sushi sin parar todo lo que uno quisiera. Era mi adicción al exceso de comida, a la hostelería, al azúcar a través del arroz, y a los alimentos altamente calóricos. Comía sin darme cuenta de que aquello era un atracón. Comía en esta clase de restaurantes hasta que no podía mas y me sentía mal. En aquel momento no sabia todo esto. Después lo he comido puntualmente, en un formato mas medido, con un principio y un fin. En restaurantes con mucha menos cantidad, y no he tenido problemas. Me he quedado con las piezas de sushi que fueran solo arroz y pescado, sin mucha salsa y fantasias, y me sentido mucho mejor. Sin embargo siempre he pensado que el sushi me recuerda a pastelitos salados, que eran como la repostería pero a la japonesa, y que para mi eran un sustitutivo de las bandejas de pasteles. Así poco a poco me he ido alejando de el. Y a día de hoy prefiero no comerlo. Por que me genera muchas dudas e intranquilidad.


Sin embargo durante mi ultima recaída si recuerdo que a veces compraba sushi o lo pedía a domicilio. Era mucho mejor que darme atracones de otras cosas peores. Pero me seguía manteniendo con el deseo de comer compulsivamente en activo y el pedir a domicilio. Unas veces pedía solo sushi a domicilio, y otras veces lo compraba en el supermercado ya hecho para iniciar así un atracón para luego continuar con muchos alimentos compulsivos.


Recuerdo que en una película una salia una chica llevándose sushi al instituto para comer. Así la película expresaba que era una chica sofisticada y elegante. Yo veo que al sushi asocio una serie de emociones o sentimientos, como de algo especial, de algo exótico, de comerlo fuera de casa en compañía, del exceso sin limite, que son muy peligrosos para mi, por que detrás esta mi gula, y la gula es el camino hacia mi compulsión.


Durante la recaída, recuerdo comprar arroz que se hacia rápidamente en el microondas para después echarle tomate y atún. Creo que buscaba el sabor intenso metálico del atún, con el sabor dulzón del tomate (sobre todo el industrial que lleva azúcar), y mezclarlo con las calorías del arroz. Era como si pensara que eso era un dulce, y me recuerda a otros alimentos. Este creo que fue un alimento de transición mientras buscaba la manera de seguir comiendo compulsivamente sin hacerme daño físicamente y tener mejores digestiones. En mi mente pensaba que era mejor esto que otros alimentos peores consistentes en harina y azúcar. Pero la realidad es que me engañaba, por que seguía comiendo ambos tipos de alimentos. Y seguía enganchado a los alimentos muy calóricos ricos en hidratos de carbono.


El arroz lo puedo comer mezclado con mas alimentos, y en poca cantidad. Pero platos que sean solo arroz en gran cantidad, me siento raro comiéndolos. Sobre todo en la manera de cocinarlo en grandes cantidades, por que eso me invita al exceso. Y sobre todo en grandes formatos (grandes ollas, servido sin limite, paelleras), tengo que tener cuidado. Por todo esto y por no andar jugando con zonas grises, y como no lo tengo muy claro, por ahora prefiero mantenerme alejado del arroz.

Lácteos azucarados (yogures líquidos, batidos, horchatas, leche merengada, etc):


Mi madre compraba botellas grandes de yogur liquido de tamaño de litro. Mi hermano y yo siempre estábamos dando viajes a la nevera para dar un trago del yogur liquido. Con el calor, casi sustituía al agua. Creo que aquí aprendí a comer entre horas, y a comer sin darme cuenta de que estaba comiendo. Al ser un liquido, no me daba cuenta de la cantidad de alimento que me estaba metiendo en el cuerpo. El azúcar de aquello me tenia enganchado. Aun no era consciente de mi compulsión, pero me la estaba preparando para un futuro.


De la zona en la que viví de joven, un alimento típico era la leche merengada, o leche con canela y limón. Recuerdo una vez ir a un pueblo de la costa de paseo con mis padres y  con el calor fue lo que pedí para beber mientras paseábamos. Con el calor lo único que me apetecía era algo fresquito y dulce. Y sin embargo aquello era una manera de meterme azúcar en el cuerpo, y seguir alimentando mi adicción hacia el azúcar sin darme cuenta.


Sobre los 20 años fui a visitar a un amigo a su casa. Y como cortesía me ofreció algo de beber. El se hacia batidos de leche con helado. El tenia sus kilos y aquella forma de hacer batidos se me quedo grabada. Yo nunca hice nada así. Si los he hecho ha sido con leche de avena y con fruta. Aquello no me gusto. Y me impresiono, pero para mal. No se me pareció raro. Creo que mi yo anorexico restrictivo estaba saliendo a la luz en aquella ocasión, pero todavía no había llegado al momento de mi vida en el que la restricción extrema me llevaría a los atracones.


Antes de entrar en OA, durante mi juventud y adolescencia, recuerdo comprar batidos de vainilla para beber puntualmente, como quien bebe agua, o para acompañar otras comidas alguna vez que he comido en la calle comprando algo en un supermercado. Recuerdo tomarlos en el parque con amigos. El sabor de vainilla era mi preferido, que también era el mismo en helados. Y el mismo sabor del que mi amigo se hacia los batidos. Que curiosa coincidencia. Era como los borrachos que beben litronas de cerveza en la calle, solo que yo bebía batidos, por que mi droga de preferencia era el azúcar, y ese liquido me permitía llegar a ella rápidamente. Por aquel entonces yo no lo sabia.


Años después, un par de años después de entrar en OA, volví de vacaciones, y me aloje en casa de una tía de mi novia de aquel entonces, por la zona típica donde se hacia esta bebida. Y con la tensión de aquel viaje, una bronca que tuve con ella, el verme fuera de mis rutinas, y que todavía mi programa no era fuerte, tuve una recaída que incluyo este alimento. Recuerdo que como estaba fuera de mi casa, en una cocina extraña, y en supermercados que no eran lo habituales, me dio por incluir este alimento. Baje la guardia. Y me la pegue pero bien. De esta recaída aprendí que los líquidos dulces son igual de dañinos para mi como cualquier alimento que lleve azúcar o edulcorantes. Ese punto débil por el que entraba la compulsión lo vi claro y lo aprendí. Vi claramente mi compulsión con esto. Y no volví a probar este alimento durante años.


Compre durante la ultima recaída un par de veces botellas de leche con canela y limón, que en el fondo lo que llevan es azúcar. Me hizo gracia ver este alimento, típico de mi zona, y que de repente ahora estaba en los supermercados a los que iba. El comprarlo fue como volver años atrás en el pasado, como si quisiera reconectar con la ciudad que deje atrás para huir de mi familia toxica. Un sentimiento de nostalgia y tristeza, como queriendo recuperar la juventud a través de los alimentos de mi juventud. Eso fue lo que me llevo a comprar este alimento.


Yogures, natillas y toda clase de postres de cuchara:


De pequeño mi madre tenia una yogurtera eléctrica y hacia ella los yogures. Los dejaba toda la noche haciéndose, y eran de sabor natural. No recuerdo si les ponía azúcar, pero creo que si. En un momento dado aquella yogurtera se rompió y dejo de hacerlos.


En casa de mi madre ella siempre hacia natillas y flanes. Hacia el liquido en una olla enorme, y luego los distribuía en pequeños recipientes con caramelo añadido. Nos tirabamos una semana comiendo estos postres dulces. Era un momento especial, que yo siempre esperaba. Era la manera que mi madre tenia su manera de expresar su amor, a través de la comida. Su orgullo ante las vecinas era que sus niños comían muy bien, y lo buena cocinera que era. Sin embargo en lo personal era muy estricta y severa. Yo la notaba siempre sufriendo, enfadada con la vida, y siempre en oposición a todo lo que yo quería y me gustaba. Sin embargo con la comida su manera de querernos era darnos cosas ricas de comer en exceso. Ella cocinaba como para un regimiento. Y ahora veo que cuando hacia esta clase de postres salia muchísima cantidad, y teníamos la cocina llena de postres toda la semana. Creo que fue ahí cuando aprendí el exceso, al ver durante días la cocina llena de postres caseros.


Cuando tenia alrededor de 23-24 años, trabajaba en una tienda de informática en la costa y me tenia que quedar a comer allí, el jefe, que también era un señor con cierto sobrepeso, nos descubrió un tipo de yogur con sabor galleta que llamaban “yogureta”. Aquel postre estaba muy bueno. Lo fabricaba una marca local de productos lácteos, y recuerdo que se podía encontrar solo en ciertos sitios. Recuerdo ir a buscarlo una vez en concreto a cierto supermercado. Esto me demuestra como me podía dejar llevar por la gula o amor excesivo por este alimento. Mas tarde recuerdo yo tratar de replicarlo en casa, triturando galleta y hechandosela al yogur. Aquel alimento me tenia atrapado.


Cuando convivía con mi novia, recuerdo encontrar en un supermercado paquetes de doce yogures cada uno de un sabor a una tarta distinta, de tarta de queso, de tarta no se que, de sabor galleta. Por supuesto todo a través de sabores artificiales. Buscaba llegar a otros alimentos compulsivos a través de los yogures. Un sustitutivo, como tantos otros alimentos.


Hubo una época en que deje toda esta clase de postres, y me quede con los mas insípidos, la cuajada, sin ninguna clase de edulcorante añadido. Me comía uno solo de postre o en la cena. Pero poco a poco lo fui dejando también, por que mi di cuenta que me gustaban demasiado. Eran un sustituto insípido de otros alimentos compulsivos, como la metadona para un drogadicto en un centro que se esta desenganchado de otras sustancias peores.


Una vez a la salida de una reunión fuimos un grupo de compañeras a tomar algo después del grupo. Había una de ellas muy veterana con mas de veinte años de abstinencia. Cuando nos sentamos en el bar y pedimos distintas bebidas, esta persona saco un yogur y se lo empezó a tomar. La camarera le dijo que allí no se podía consumir comida de fuera y tuvieron una discusión. Así que la compañera veterana se cabreo y se fue. Era su tentempie y no podía renunciar a el, o ni siquiera salir  10 minutos a la calle y tomárselo fuera. Yo pensé que ella estaba enganchada a ese alimento, y me hizo ver lo adictivos que pueden llegar a ser, incluso dentro de alguien que se dice abstinente. Esta compañera es la que luego se reía de mi por los grupos a mis espaldas cuando yo estaba en recaída y pedía ayuda en las reuniones, y decía que llamaba por teléfono hasta 5 personas seguidas y nadie me lo cogía. Tal obsesión por un alimento, y no saberse adaptar a mi no me suena a una buena recuperación. Pero alla ella con su vida, de esa ocasión yo me quedo con lo adictivo que puede llegar a ser un yogur, y la obsesión que puede generar. Por que la veo en mi mismo.


Cuando estuvo conviviendo conmigo un par de meses una compañera de oa, recuerdo comprar los yogures hechos con leche de soja. Era igual, solo que sabían menos intensos. Pero era lo mismo, por que seguían estando edulcorados. Los mezclaba con frutas de distintos tipos. Pero al final llegue a la conclusión de que era mejor para mi tomar estas frutas en solitario, o solo con leche de avena. Por que me di cuenta de que tenia especial preferencia por estos yogures de soja supuestamente sanos, pero que seguían llevando azúcar o edulcorantes.


En la ultima recaída hubo veces en los asaltos al supermercado que compraba paquetes de esta clase de postres industriales de cuchara. Los buscaba de los mas dulces o parecidos a repostería de pastelería. Hubo un momento que encontré unos supuestamente “bio” o “de leche de soja con proteínas”. La trampa de lo light, o supuestamente “sano” pero que sigue siendo igual de industrial. Supongo que trataba dentro de la recaída hacerme el menos daño posible, pero es la trampa de darme atracones de cosas sanas. Al final para que voy a tomar algo que simula ser otra cosa, es seguir engañandome. Y los deje completamente. Y aunque fueran yogures de frutas. Para mi es mejor tomar la fruta directamente. Me siento mejor, me da mas paz, y creo que es mejor para mi.


Del yogur y otra clase de postres de cuchara, veo que como otros alimentos, son un medio para satisfacer mi adicción al exceso de comida, a la adicción al azúcar, y que son alimentos que también me conectan con mi infancia y juventud.


Bocadillos, sandwiches y hamburguesas (pan con algo dentro): De niño, recuerdo merendar bocadillos de chorizo con mantequilla y a mi me encantaban. A veces también me daban bocadillos de pan con chocolate. Mis primos en el pueblo también comían bocadillos pero eran totalmente distintos a los que a mi me daban en la ciudad. Usaban mucho aceite, el pan era distinto, y a veces les ponía cosas raras, como colacao sobre el propio aceite, o azúcar sobre la mantequilla. El tipo de pan distinto, de pueblo, con mucha miga, y aquellas combinaciones tan raras a mi me parecían muy exóticas, y me generaban cierto deseo y mucha curiosidad.


También recuerdo alguna vez de pequeño ir a un cumpleaños y que hubiera bandejas de sandwiches rellenos de distintas cosas, y yo disfrutaba con esto. Primero por la variedad de sabores, pero segundo, y peor un, por la enorme cantidad de sandwiches que había, y por el que se comiera con la mano. Era un comer con la mano sin limite y con mucho desenfreno.


Una vez fui de visita con mi familia a casa de una prima mía y se vino mi mejor amigo de por aquel entonces. Yo era aun todavía un niño y mi amigo era algo mayor. Yo le admiraba mucho, pero ahora veo que yo proyectaba en esa amistad mi codependencia. Uno de los episodios que recuerdo es que cuando estábamos en casa de mi prima decidieron hacer hamburguesas para cenar, y yo totalmente ilusionado me fui a la ventana a decirle a mi amigo a gritos que había hamburguesas para cenar, por que había ido calle abajo no se a que. La ilusión de aquella comida exótica especial, con mi gula, unida a mi codependencia, hizo que como un crio dijera lo que había de comer a gritos por la ventana, de una manera totalmente irracional. No me di cuenta de mi salida de tono, pero los adultos me miraban con extrañeza.


En la época en la que empece a salir por las tardes con amigos, entre la niñez y la adolescencia, recuerdo que un sitio que teníamos de reunión era una hamburgueseria que estaba lejos de mi casa. Pasábamos alli la tarde charlando, riendo, relacionándonos, mirando a las chicas, intentando reunir valor para hablar con ellas, y gastandoles bromas, todo ello acompañado de patatas fritas, refrescos, hamburguesas y cocacolas. A mi me llevaron alli, llevado por los amigos de aquella época, pero veo que no era la elección mas sana, en vez de por ejemplo hacer deporte, y que la comida basura era la alternativa al alcohol que la edad nos permitía hacer manera permisible y legal. Por que los mas mayores ya fumaban y bebían, pero eso a mi no me gustaba o me parecía peligroso, y sin embargo cai sin darme cuenta en consumir comida en exceso cargada de azucares y calorías, mientras aprendía (o no) a relacionarme con el sexo opuesto. Ahora lo veo claro, por aquel entonces no me di cuenta de nada, simplemente no sabia. Podía haber hecho otras cosas, como deporte, o cualquier otro hobby. Afortunadamente esta fase duro poco, apenas un par de veranos, por que a la vez también estaba volcado en la bicicleta de montaña y también empece con los juegos de mesa por aquella época.


Recuerdo en el instituto pasar solos los recreos,  comiéndome bocadillos. Mis favoritos eran los de tortilla. En aquella época veo como utilizaba el bocadillo del recreo para consolarme de la soledad que sentía por el bullying. Tenia pocos o casi ningún amigo y prefería esconderme solo para comerme los bocadillos que compraba en la cafetería del instituto, que juntarme con los demás, por que se reían de mi continuamente.


De joven recuerdo que cuando salía de noche de madrugada por mi ciudad siempre terminábamos comiendo algo a las 4 de la mañana por ahí después de estar en las discotecas. Era en hamburgueserías baratas que abrían de madrugada. Quizá mis compañeros para bajar a borrachera, y yo porque era una hora en la que me daba hambre. Había un sitio en el que ponían unos bocadillos que eran de un queso como azul de cabrales muy fuerte. 


En mi ciudad había unos tipos especiales de bocadillos, muy parecidos a hamburguesas. Eran un poco distintos, no solo por el pan, sino por la combinación de lo que llevaban dentro. Eran un pan redondo especial, y eran de alimentos sanos por su cuenta, pero el hecho de que estuvieran hechos a la parrilla, calientes, y que fueran baratos, a mi me hacia comerlos mucho. Recuerdo que eran el típico recurso para comer siempre que estaba fuera de casa y terminaba por la ciudad. Y eso era la mayoría de fines de semana por que yo huía de casa de mis padres por las broncas continuas que tenían por su divorcio en ciernes.


Cuando me propuse perder peso por mi cuenta antes de entrar en OA, lo primero que me quite fue el pan. Lo consideraba como si fuera el diablo para mi. Luego durante la época que estuve abstinente en oa tanto tiempo, pero que no trabajaba la perdida de peso, comía muy de vez en cuando pan negro de centeno, mucho menos calorico, y con un sabor que sabia a rayos. Hacia sandwiches de cosas sanas, recuerdo que aun me seguía haciendo sandwiches muy de vez en cuando de pan de centeno, lechuga, tomate, y embutidos veganos hechos con sustitutivos de la carne. Pero al final creo que me estaba engañando a mi mismo. Era como si un alcohólico bebiera cerveza sin alcohol.


Estando en OA, he comido fuera de casa muchas veces con compañeras. En un par de ocasiones me ha chocado que había gente que se pedía hamburguesas y no les eran compulsivas. No sabia por aquel entonces que no todo el mundo tiene los mismos alimentos compulsivos. Yo pensaba que todo el mundo mas o menos coincidía con la harina y el azúcar. Y por eso me chocaba tanto ver a estas compañeras comer hamburguesas como si nada. Mi mente me decía, ves para ellas no son compulsivas, tu también podrías comerlas. Pero no es así, es otro alimento compulsivo mas para mi. Y yo tengo que centrarme en lo que puedo comer yo, y no copiar los planes de comidas de los demás. De esto saco que soy muy permeable a la manera de comer de los demás (tanto fuera como de dentro de oa), se une mi codependencia y mi gula, en esta situación, en vez de pensar que es lo que tengo que comer yo y que es lo que me da la serenidad.




Una expresión de esto es cuando tuve un amigo que se convirtió en compañero de atracones. Cuando nos veíamos terminabamos comiendo por ahí. Y era muy común que siempre me llevara a hamburgueserías, por que usaba los tickets de ofertas para comer barato. Rápido, insano y barato. Y yo me dejaba arrastrar, por que era incapaz de decirle que no. Aunque me sentía incomodo y sabia que no era lo mejor para mi. Cuando la amistad se rompió por otros motivos, una de las cosas que le dije es que era muy mala influencia para mi.


Durante un viaje a Francia con amigos, en coche, ya volviendo, recuerdo parar en un sitio a cenar, y ya era tarde. Lo único que quedaba abierto era una hamburguesería de cadena. Era eso o quedarme sin comer. La comida que me había llevado se me había acabado después de diez días en Francia. Mientras yo estaba ayudando con los coches, fue otro compañero a comprar la comida, y como en Francia tienen otros horarios, lo único que pudo traer eran hamburguesas. No me quedo mas remedio. Esa vez no me puse compulsivo, pero me quede intranquilo. En otro viaje similar, recuerdo terminar también en una hamburguesería similar, por que íbamos a lo barato, esta vez a comer, y lo que hice fue pedir una ensalada, que descubrí que también las tenían en esta clase de hamburgueserías. Incluso empezaron a ser lugares que ya no me resultaban compulsivos.


Otra vez fui a un evento de recreación histórica que consistía en una marcha por el monte vestidos de uniformes históricos. La organización nos daba de comer un bocadillo de jamón a casa asistente. Yo me comí una lata de lentejas que llevaba, pero aun así me quede con hambre, y cedí a mi gula. Me comí un bocadillo de jamón. Como sobraron, luego me comí otro, y luego otro. Ese día aprendí que el ejercicio físico me abre el apetito. Y de lo peligroso que es para mi la mezcla de aceite, pan y embutidos, por que me retrotrae al pasado, al pueblo a la juventud.


En la ultima recaída, cuando avanzo la recaída, y se enquisto, que duro dos años, uno de los alimentos que compraba de forma recurrente eran los bocadillos o los sandwiches. Compraba una barra de pan y me hacia uno o dos bocadillos enormes. También podía comprar bolsas de pan de molde y hacer platos enteros de sandwiches relleno con los mas barato que pillara. Buscaba el embutido mas barato. Me lo comía con las manos directamente del envoltorio mientras hacia el bocadillo. Recuerdo que en momentos saltaba al pavo, por que pensaba que era mas sano, pero eran barras muy grandes y me las comía cortando rodajas incluso sin meterlo en bocadillos. Y  metía también vegetales en los bocadillos. Y pase a usar panes integrales y con mucha fibra. Trataba de hacerlos sanos, y de facilitarme las digestiones. 


Uno de los alimentos recurrentes que casi siempre compraba en el chino de la esquina, eran los sandwiches preparados. Compraba dos o tres, a veces cuatro, junto con muchas otras cosas. Y los comía por que eran simplemente abrir y comer, sin nada mas que hacer. Esto lo hacia mucho. Por que los tenían en la nevera. La dependienta me miraba raro, y yo le decía que estaban bien por que me los llevaba al trabajo, cosa que era mentira. Mentía avergonzado por ver que la dependienta veía que me llevaba sandwiches de estos continuamente para casa. Sin embargo este mismo tipo de bocadillos los he visto en las maquinas de comida en el trabajo, y nunca he comido nunca uno de ahí. Por que no me coincidía con el momento de mayor compulsión que era el volver a casa solo cansado y triste.


Una de las conductas que  tenia durante la recaída era pedir comida basura de hamburgueserías a domicilio a través de internet. Me ponía compulsivo a ultima hora de la mañana cuando me entraba hambre, y como estaba delante del ordenador, tenia la posibilidad de pedir comida a solo tres o cuatro clicks de ratón. Estas hamburgueserías de cadena repetí en ellas varias veces. Pedía las ofertas, y eran menús para dos o tres personas. A veces me llegaba la comida fría, y ni siquiera estaba buena. Despues de haber pedido, entre que me la servían a casa, me sentía culpable, no sabia por que me hacia daño. A veces pensé en intentar cancelar el pedido, arrepentido. Era un amor odio, por el placer de esa comida compulsiva, pero que sabia que a la vez me hacia mucho daño. Como tardaban mucho en servirme, a veces me llegaba fría, e incluso, una vez me cancelaron el pedido, deje de pedir esta clase de comida para que me la trajeran a casa. Las mismas hamburgueserías las tengo en una zona como de polígono industrial a 10-15 minutos andando de mi casa, también en una zona de supermercados. Y a veces volviendo a casa tarde, cuando pasaba el autobús por delante, me daban ganas de bajarme y meterme allí. Pero como me daba vergüenza comer solo mis alimentos compulsivos en publico, no lo hice nunca.


Ya estando abstinente de nuevo, he descubierto que aquí en la ciudad han abierto un sitio donde ponen los mismos tipos de bocadillos de mi ciudad. Creo que incluso una vez he pasado por la puerta. No he tenido el mas mínimo deseo de ir allí, ni de comerlos. Cuando pase por la puerta, vi el cartel, me gire y seguí mi camino. Ni me detuve a mirar el escaparate.


En un viaje con compañeras a una convención de oa en otro país, estábamos tirados en la calle en una ciudad extranjera. Estábamos paseando por la calle y solo había sitios de comida rápida. Les dije a las compañeras que en una hamburguesería de estas de cadena yo podía sobrevivir por que me pedía una ensalada y con eso tiraba millas. Sin embargo una compañera no quiso ir ni plantearse entrar, por que aun ese sitio le quitaba la serenidad como a mi en el pasado.




Snacks de bolsa industriales (patatas fritas, palomitas, cortezas, gusanitos y similares…):


Cuando vivía en el pueblo, tenia un grupo de amigos para quedar a jugar juegos de mesa. Yo estaba empezando con la compulsión, justo antes de entrar a oa. Y cada vez que quedábamos para jugar en casa de uno de ellos, siempre había picoteo de bolsa en la mesa. Para mi era imposible no comerlo en aquel momento. Luego me sentía fatal, muy culpable conmigo mismo. Hasta que llego un punto que deje aquel grupo para huir de ese alimento compulsivo.


Una vez me invitaron a una barbacoa en casa de un amigo. Se supone que cada uno íbamos a llevar una cosa distinta. Yo lleve 30 euros en bolsas enormes de picoteo que recuerdo compre en un mayorista. Aquello no se termino aquel día. Recuerdo volver otro día, y aquellas bolsas enormes seguían allí, y se habían puesto rancias. Después el organizador de la barbacoa, que ponía la casa, se enfado con varios del grupo de amigos (yo entre ellos) por que decía que habíamos ido allí a aprovecharnos sin llevar nada, y en mi caso era falso, por que yo había llevado esas bolsas enormes de mis alimentos compulsivos. Y que sin embargo se habían quedado alli a medio consumir. Como en otros momentos de mi vida un alimento, en grandes cantidades, estaba en medio de una situación emocionalmente tensa.


Estando abstinente sin darme atracones, durante el periodo en el que comía de todo, pero no perdía peso, recuerdo que iba también a casa de otros amigos a jugar a juegos de mesa. Y no siempre, pero alguna vez habia algo de picoteo de bolsa. Yo lo comía, pero no me ponía compulsivo. Era un alimento que yo pensaba que tenia su momento y su lugar, tampoco era en gran cantidad, y no lo consumía en ningún otro momento de mi vida de aquel momento. Y ademas no me ponía compulsivo tras consumirlo. Pero sin embargo, no bajaba de peso. Seguia en el exceso, aunque fuera sin atracones, pero no tenia un plan de comidas limpio. No le daba importancia. Por que como volvia a mi casa, y solo lo comía esporádicamente, y no iba a mas, no me parecía peligroso. No me daba cuenta del daño que me hacia aquello interfiriendo con mi perdida de peso, saltándome el 3-0-1 y ensuciando mi plan de comidas.


Recuerdo Ir a un rodaje, y ver que había las mismas bolsas enormes, del tamaño de un saco y no poder separarme de ellas durante todo el rodaje, dando viajes continuamente para comer esa comida. Me atraían como un imán. Entre escena y escena yo iba allí y metía las manos con avidez en aquel saco enorme. Recuerdo quedarme solo en la carpa con las mesas de todo el equipo, y la comida, mientras hacían alguna otra escena, y yo me quedaba allí comiendo aquello solo, con desenfreno. Con miedo de que alguien me dijera algo. Incapaz de parar, y avergozando por haberlo hecho.


Recuerdo comer este alimento durante la recaída de forma repetida. Siempre caia algo cuando entraba en los supermercados o en el chino de la esquina volviendo a casa, o cuando tapaba con comida el stress del trabajo. Me lo echaba en un bol rojo de plástico que tengo, que era de una ensalada grande que compre una vez. Y me los comía viendo la tele, o delante del ordenador trabajando. Con este alimento desconectaba totalmente, de repente no pensaba en nada, ni siquiera en el daño que me hacia comiendolo.


Otro  alimento de este tipo que compre varias veces durante la recaída fueron las palomitas para hacer en casa en el microondas. Venían tres paquetes en una sola caja. Los compraba por que me parecían mas baratos y mas sanos. Al fin y al cabo solo es maíz, me decía a mi mismo. Como de cada paquete no siempre se hacían todas las palomitas, juntaba el maíz que se había quedado sin hacer y luego metía en este bol de plástico el maíz que había sobrado. Una vez se prendió fuego. Llegue a hacer saltar la electricidad de casa con el microondas. No me importaba nada. Solo quería comer. Era capaz de hacer daño, de romper cosas sin darme cuenta.


Sin embargo, creo que nunca he comido palomitas en un cine, por que me ha parecido una estafa los precios que tienen alli y por que no escucho la pantalla. Las ultimas veces que he estado en el cine, ni siquiera he deseao comprarlas ni comerlas.






Leche:


Recuerdo abrir la nevera y beber leche directamente del cartón siendo adolescente.


Un tío mio, hermano mayor de mi madre, se había quedado la vaquería de mi abuelo. Recuerdo ver ordeñar las vacas, y verla hervir. Aquella leche era espesa como el petroleo. Nunca he vuelto a probar leche igual. Tenia toda la nata, y no había pasado por ningún proceso químico, solo hervirla.


Mi madre siempre compraba leche semi desnatada o desnatada. Decía que engordaba menos. Creo que fue ella la que me inculco la idea de que la leche engorda.


Nunca he tomado leche durante los atracones, o he considerado que la leche fuera un alimento compulsivo. Pero desde que empece tratar de perder peso por mi cuenta fuera de oa, empece a evitarla. Pensaba que al final la leche es un alimento cuyo objetivo es hacer que la cría de la vaca coja peso y crezca, y se me metió esa idea en la cabeza.


Recuerdo una vez que estaba abstinente y perdiendo peso. Estuve un tiempo trabajando desde casa, pero luego volví a la oficina. Allí nos daban café gratis y podía tomar todo el que quisiera. Cuando me di cuenta, me estaba tomando tres o cuatro cafes con leche diarios. Lo que es casi un litro de leche diario. Me di cuenta de que tomando tanta leche diariamente, no avanzaba en la perdida de peso. Era claramente un exceso de comida que no necesitaba. Por no hablar de comer entre horas.


Cuando Rozanne definió el concepto de abstinencia en los principios de OA, dijo que entre horas solo tomaba café negro, te y bebidas sin calorias. Creo que en base a este concepto, andar tomando tres o cuatro cafés con leche diarios, fuera de las comidas, para mi era como si estuviera picoteando todo el dia. Cuando me di cuenta de esto, pase a tomar solo dos cafés con leches, uno con el desayuno, y otro con la comida, y pase a tomar te (sin edulcorantes) entre las comidas. Eso me ayudo mucho a rebajar la compulsión, a tener un plan de comidas limpio, y a avanzar con la perdida de peso.


Ahora en casa solo tomo leche de avena. Y muy de vez en cuando, si fuera de casa tomo un café con leche, no me importa que sea de leche de vaca, pero no es una cosa que me ponga compulsivo.




Frutos secos:


En casa de mi madre siempre había nueces del pueblo en el frutero, y siempre las estábamos picoteando. Las partíamos con una piedra, las abríamos con un cuchillo, o incluso una epoca habia un cacharro de metal para abrir nueces. Eran de un nogal que estaba al lado del cortijo de los abuelos, y cuando yo iba de vacaciones a veces nos llevaban a coger nueces de aquel arbol. Lo mismo pasaba con un almendro. En el frutero de la cocina de mi madre, siempre habia a parte de fruta, nueces y almendras de los arboles de alrededor de casa de mis abuelos.


Siendo un chaval, recuerdo ir a unas jornadas de juegos de mesa, y en cada mesa había preparada una bandejita con frutos secos. Ese día vino muy poca gente, y nos comimos los frutos secos nosotros.


Recuerdo comprar bolsitas pequeñas y comerlas caminando por la calle de pequeño. De kikos o de panchitos, muy salados. Me las compraba en algún kiosko cuando iba a los sitios, y me los comía caminando por la calle. Me encantaba su sabor salado intenso. Nunca fui un niño de chucherías, si no de frutos secos salados.  Pipas no compraba por que había que pelarlas y me daba mucha pereza.  He comido frutos secos hasta quemarme la boca y los labios de la sal.


He visto a compañeras que los comen entre horas. Una vez yendo a una convención de oa en tren vi a una compañera que comía unas almendras crudas en su merienda,  me ofreció, acepte y me dio unas pocas. No fui capaz de decir que no. Pensé, si ella las come, yo también puedo, no pasa nada, esta bien. En aquella época al principio de llegar a OA, yo copiaba los planes de comidas de las compañeras por que no sabia como comer, y me fue fatal. Por que no era capaz de llevarlos mismos planes de comidas que ellas y recaía continuamente. Finalmente deje de hacer eso y busque mi propio plan de comidas. Y eso incluyo dejar de comer lo que otras compañeras si comían, como los frutos secos.


Los frutos secos han sido un alimento que he comprado repetitivamente durante la recaida. Compraba bolsas grandes a granel, muy baratas, y las hechaba en tazones. Los dejaba cerca del ordenador, y estaba todo el dia picando mientras trabajaba.


Los que me son mas compulsivos son los mas fritos e industriales. Sin embargo los crudos y naturales no me resultan compulsivos. Creo que es por el proceso de freirlos. Y por lo energeticos que son.




Tortitas de arroz o de maíz:

Mi madre las compraba mucho. Las tomaba para desayunar en vez de tostadas. Creo que por que se sentia culpable, esto era como comer algo mas sano y ligero que el pan, pero que cumplia su misma funcion. Para mi son como un sustituto del pan. 

Cuando estaba adelgazando por mi cuenta antes de entrar a OA, trabajaba en un mayorista de informática y una compañera las tomaba. Yo me pesaba por aquel entonces de semana en semana, y me di cuenta de que si las comía (por que mi compañera me ofrecía) esa semana no perdia peso. Eran demasiado caloricas y energéticas para mi. Y ahi fue cuando se convirtieron en un objeto de deseo prohibido para mi, y empezó mi tira y afloja con este alimento.

Hubo un tiempo que una compañera de oa que convivió conmigo unos meses, y ella tomaba este tipo de alimento, aunque me decía que le costaba muchísimo adelgazar.  Yo también las comí con ella alguna vez. Aunque estaba abstinente, era con mucha dificultad y la obsesión no se iba.

Había un tipo de estas tortitas que a mi me sabían totalmente a gusanitos. Y ademas eran como un sustituto del pan. Para mi era estar engañandome a mi mismo. Claramente era tomarlas por que no podía comer pan, pero surtian en mi el mismo efecto. Ademas de que no me permitían avanzar en la parte de la recuperación física que es la perdida de peso. Y el hecho de que vinieran en un formato de bolsa, el hecho de que se quede ahí la bolsa en la cocina, hacia que me obsesionara con ellas.

Como me recuerdan al pan, me quitan la serenidad, y no me van bien para la perdida de peso, es un alimento que prefiero no tomar, y que a día de hoy esta fuera de mi vida.

Coca-cola, y refrescos: 

Son dulces, llenas de cosas artificiales y edulcorantes. Prefiero no tomarlas. Solo tomo cocacola sin azúcar si he de conducir y tengo que estar despierto, pero esto es muy raro, pueden pasar meses sin que me tome una cocacola. Prefiero el café.

En casa de mi madre, recuerdo que ella compraba una especie de refresco de naranja en botellas grandes, que se llamaba Florida, que se hacia pasar por algo mas sano que la fanta, pero que tampoco era zumo. Directamente era agua con azúcar con sabor a naranja. Las botellas eran enormes, y a mi hermano y a mi nos encantaba. Era un especie de refresco de naranja americano, cargado de azúcar, y lo irónico es que se vendía como si fuera algo sano, cuando en realidad no lo era. A mi me encantaba por que estaba lleno de azúcar. 

Con la primera pareja estable con la que estuve, que duramos 11 años, ella compraba un tipo de limonada, llena de azúcar. Con un punto de sabor a hierba buena. Se llamaba limon y nada. Pero lo de nada es ironico, por que si que llevaba añadidos, un montón de azúcar. La compraba en los viajes para beber en el coche, cuando ibamos por ahi, en lugar de beber agua. Y a mi por supuesto el azúcar que llevaba me traia de cabeza. No la comprabamos en casa, pero cuando aparecía por la circunstancia que fuera, era en un momento en que se me rompían las rutinas, y era en aquellos momentos cuando estaba mas inestable, tanto con el plan de comidas, como emocionalmente. No me ayudaba nada tomar esta bebida. Aunque no me obsesionaba, ni me daba cuenta, ahora si veo como era un escollo mas que tenia superar. Ahora he aprendido que cundo viajo o salgo de casa, mi plan de comidas tiene que ser, en la medida de lo posible, lo mas parecido posible a cuando estoy en casa, por que es lo que me da serenidad. Y mucho menos puedo permitirme alimentos como este que lleven azúcar, o que asocie a circunstancias especiales, por que detrás se esconde mi gula.

Una vez que fuimos al campo con unos amigos, uno de ellos trajo un paquete de latas de Fanta de naranja. Yo note que me gustaban especialmente,  y tenia especial deseo por ellas. Me tome varias seguidas.

Durante la recaída, cuando pedía comida a domicilio de hamburgueserías me traían bebida también en vasos enormes de litro, y una de las bebidas que pedía era Fanta de naranja.

Con la fanta de naranja me engañaba a mi mismo diciendome que estaba bien tomarla por que al fin y al cabo era naranja. Pero Se que es una bebida toda artificial y que ahi no hay nada natural, es todo gas, azucares y edulcorantes. Y se que el tirón que me da es por que lleva azúcar.

En la oficina una vez trajeron coca colas en un formato o tipo nuevo, por que las daban de regalo, y las dejaron por ahí para el que quisiera cogiera una. Yo cogí alguna en momentos distintos, pero me sentí raro. Esta misma promoción se volvió a dar tiempo después, y yo vi las latas en la cocina de la oficina, y ni se ocurrió coger ninguna. Preferí no hacerlo.


El nestea o refresco de te con edulcorantes:

Siempre he tenido una especial predilección por este refresco sin gas hecho supuestamente de te. Ahora se que  es por que lleva azúcar. He descubierto que mejor tomar una infusión o agua con gas. O hacerme yo el te frio.

Cuando vivía en la costa, recuerdo comprar botellas frías de Nestea en los quioscos del barrio. Era la manera de pasar el calor. No me daba cuenta de la cantidad de azúcar que me metía en el cuerpo con ese refresco, que siendo Te, lo que en realidad es agua con azúcar.

Había un sabor que me gustaba especialmente, que era el te de sabor a melocotón. Era difícil de encontrar, y cuando lo encontraba era como un momento especial.

Cuando viaje a Estados Unidos, en algunos restaurantes las camareras ponían te frio y lo iban rellenando continuamente. Sin azúcar ni nada.  Aprendí esa conducta y desde entonces tomo mucho te. Es algo que me da mucha paz. Me acuerdo de lo que decía Rozanne cuando definio el concepto de abstinencia: nada entre horas, a excepción de  café negro, agua, te, y bebidas no caloricas.

Recuerdo quedar con una chica y la tia me hecho la bronca por tomarme un nestea. Ella había sido anorexica. Pero estaba fatal de la cabeza. Según ella se había “curado” de la anorexia, pero tenia un insomnio crónico, y su manera de comportarse era muy toxica. Para mi fue un ejemplo de borrachera seca, o dejar de ejercer la conducta adictiva pero encauzarla de otra manera. Esta mujer estaba totalmente perdida, y con una codependencia terrible. Al final sali corriendo sin mirar atrás. Y se me quedo grabado que se permitiera recriminarme que me hubiese tomado un nestea, cuando el aperitivo que nos pusieron ni lo toque.

-Carne:

Ya he escrito sobre los embutidos. Ahora hablare sobre la carne asada.

Mi madre compraba filetes enormes de ternera. También hacia muchos filetes de pollo empanados. Todo acompañado de patatas y huevos y en cantidades industriales. Todo frito y rebozado. Comí así durante gran parte de mi juventud y adolescencia. Así aprendí lo que era el exceso. Y me enganche a los fritos.

Cuando salia por ahí por mi cuenta, en mi ciudad se comía mucha carne. Recuerdo las raciones baratas de carne asada, con patatas, en bandejas enormes en los bares de universitarios donde se juntaba la gente joven. La gente pedia esas bandejas de raciones de tamaño industrial para acompañar el alcohol que tomaban. Yo sin embargo no tomaba alcohol. Mi alcohol era la comida. Recuerdo bajar de la montaña de hacer deporte, y buscar el primer bar de barrio de raciones que encontráramos y pedir raciones grandes de carne de cualquier tipo con patatas, con la excusa de reponer fuerzas, pero la verdad es que yo disfrutaba ese momento sin plantearme nada.

Mi ciudad tenia mar. Todos los años por San Juan se organizaban multitud de fiestas en la playa, donde la estrella era la barbacoa. No recuerdo exactamente cuantas veces fui a una parrillada de estas en la playa. Pero supongo que fueron algunas veces. Para mi lo de la comida era lo de menos en aquel momento. Lo importante era conocer gente y perseguir alguna chica. Recuerdo que no bebía nada de alcohol, por que le tenia miedo. Ya sabia como soy con la comida, y me daba igual engancharme al alcohol.

Hubo un momento en mi vida, fue el día que elegí entre las espinacas y el pollo. Estaba delante de la nevera de mi madre, y solo había pollo y espinacas congeladas. Me acaban de romper el corazón. Una chica me había rechazado por mi obesidad, después de acercarse ella a mi. Con la puerta de la nevera abierta, y aquellos dos alimentos delante miá, pensé: “ por que siempre escojo lo rápido y fácil, en vez de lo mas sano para mi “. Aquel día escogí el camino lento, es decir hervir las espinacas y luego saltearlas, en vez de comerme el pollo. Fue cuando empece a comer de manera que favoreciera mi perdida de peso, estando fuera de programa. Y lo que deje de comer, ademas de muchos otros alimentos, fue carne. Creo que ese fue el principio de mi factor restrictivo con esta clase de alimento.

Una de las muchas historias que me conté a mi mismo para negarme comer carne, fue que a los animales ahora les dan hormonas artificiales para que engorden, y que luego esas hormonas pasan a los consumidores. Si encima yo soy propenso a engordar, por mil historias mas, por mi profesión sedentaria, por mi factor hereditario, por mi compulsión por la comida, lo que ademas me faltaba era meter en mi cuerpo sin saberlo medicamentos que les dan a los animales para que engorden rápido. Todo esto me lo creía, lo investigaba por internet, y solo servia para una cosa. Para convertir este alimento en un oscuro objeto de deseo prohibido y compulsivo para mi.

De las varias veces que me han apadrinado desde otro país, una vez tuve una madrina vegetariana que me hablaba del factor adictivo de la carne, del yo primario cazador. Comer carne conecta con mi yo primigenio, con el hombre de las cavernas cazador que llevamos dentro, que caza y mata para sobrevivir. Que se deja llevar por sus impulsos mas primarios y que usa la violencia como método de supervivencia. Que es algo que yo también he hecho en mi vida, sobre todo en mi adolescencia cuando me vi enfrentado al bullying, usar la violencia para defenderme y sobrevivir.

Recuerdo llevar a mi novia a restaurante brasileño de carne asada. Allí se podía comer gran cantidad de carne asada, sin limite. Yo le decía a ella que a pesar de ser vegetariano, me daba miedo quedarme bajo de alguna proteína, y que por eso puntualmente hacia excepciones. En realidad me estaba contando a mi mismo una coartada para darme permiso para comer carne asada. La usaba a ella como excusa para comer fuera. Me estaba mintiendo a mi mismo. Seguía buscando el exceso de comida, y ademas me gustaba mucho lo crujiente de como cocinaban allí, y había un tipo de carne que cocinaban con miel y quedaba dulce. Estaba buscando ese alimento que me había prohibido a mi mismo, y ademas mezclado con el sabor dulce.

Un día que quedamos con los padres de ella, por que querían conocerme y fuimos a cenar a un sitio cerca de la casa de los padres. Era un sitio al que ya habíamos ido varias veces. y se quedo una tapa de cinta de lomo con pan sobre la mesa y todos se empezaron a pelear por ver quien se la comía, y como nadie quería dije: no pasa nada, me la como yo. Era una situación muy tensa la de conocer los padres de la chica. Y creo que por no andar con tonterías, y que vieran que tenia determinación, o que era decidido, que me salio comer aquello que había sobrado. Ni siquiera lo pensé. Simplemente lo hice. 

Tuve un compañero de trabajo que era griego. Me invito a su boda en su país. Pensé que era una oportunidad única en la vida, asi que fui a una boda en Grecia. Durante la cena vi que estaban asando animales enteros. Puestos como en unos palos sobre una hoguera enorme. Era como un asado a tamaño industrial. Creo que había como dos cerdos y dos vacas enteras. Aquel día no comí nada. No sentí nada al ver aquellos animales alli. Recuerdo centrarme en la ensalada, en lo que podía comer, e ignorar lo demás. En aquel momento estaba abstinente. Y ver tanta cantidad de comida no me puso nervioso. Aunque no tenia una abstinencia perfecta, no recaí ese día.

Recuerdo después de la pandemia ir a una cena de navidad a casa de unos amigos. Uno de ellos cocino un costillar entero, hecho con cocacola  y ketchup. Yo estaba abstinente y había perdido peso. Lo único que me extraño fue que no pusimos mesa ni nada. Recuerdo comerme mi plato con las manos sentado en una silla, lleno de avidez y deseo por una comida que yo no comía habitualmente. Todos habían parado de comer y yo seguía comiendo. Sin embargo, cuando salí de allí, no me fui a buscar mas comida, ni tuve obsesión, ni recaí. Fue una comida puntual por la ocasión, y no fue a mas.

Durante la recaída, la carne asada se convirtió en un alimento recurrente. No compraba carne para hacerla en casa. Prefería los embutidos por que se podían comer directamente sin tener que cocinar. Recuerdo ir a un evento de recreación histórica y que nos dieran barbacoa para comer. Yo repetí y repetí. Varias veces. Recuerdo ver luego las fotos de aquel día y verme a mi mismo enorme. Llevaba una camisa blanca y parecía que llevase encima un saco, o una sabana. Esa foto me hizo ser consciente del peso que habia cogido, y me hizo sentirme fatal conmigo mismo.

Durante la recaída, cuando se desato mi conducta de pedir comida a domilicio, recuerdo pedir en este mismo restaurante a domicilio de carne asada a lo brasileño al que iba tiempo atrás con mi novia. Seguía buscando el exceso y el sabor. Usando la comida para compensar mi vacío emocional.


-Alimentos hechos con frutas desecadas (plátano seco, piña desecada, pasas, revueltos de estos alimentos con pasas y dátiles, pan de dátiles, pan de higos).

Este tipo de alimentos, creo que me son compulsivos por que son muy dulces y energéticos, y son un trampa, pueden ir recubiertos de azúcar. Otros tipos de fruta desecada, tampoco me fio de ellos. También por lo tramposos que son, en el sentido de que es una fruta, que en el fondo esconde azúcar. Son un medio para llegar a el azúcar, y me autojustifico diciéndome que no pasa nada por que solo es fruta. Pero en el fondo es lo mismo que un dulce, solo que en vez de harina y azúcar, es fruta y azúcar, o cualquier forma de azúcar.

El pan de dátiles es una masa de dátiles triturados con almendras. O el pan de higos, que es igual, higos con nueces o almendras. Son muy tipicos aquí en la zona en la que vivo por navidad.


En el pueblo, alrededor de la casa de mis abuelos, habia una higuera enorme. Yo una vez tuve una reaccion alergica y me salio un sarpullido en reaccion al polvo que criaba la higuera mezclado con su savia. Pero mis familiares alli estaban todo el dia comiendo higos. No paraban. Era un picoteo constante. El patio de la casa de mis abuelos estaba lleno de higos caidos, y recuerdo a mis tias hacerse sus inventos como pertigas hechas de cañas para coger higos. Creo que es otro ejemplo de como aprendi lo que es el picoteo constante viendolo en adultos a mi alrededor. 


El caso es que recuerdo en alguna ocasión verles hacer pan de higos, aunque tengo un recuerdo muy vago. Creo que secaban los higos al sol y los mezclaban con azucar y otros frutos secos triturados que cogian de los arboles de alrededor, ya que habia por alli tambien plantado un almendro y un nogal.


De joven sobre la veintena, recuerdo caminar por los puestos de navidad a lo largo del paseo de la ciudad. Era recurrente el ver estos puestos de comida entre todos los del mercadillo. Era fruta que dejaban secar, y luego añadian azucar, glucosa o miel, y la ponian a vender. Piña desecada, platano desecado y cosas asi. Nunca le di importancia a comer esta clase de alimentos. Pero cumplian el papel de los dulces. Recuerdo comprar alguna vez una bolsa de platano seco, totalmente empalagoso, y comerlo por la ciudad. Me gustaba por que era crujiente como las patatas fritas, pero me engañaba a mi mismo diciendome que era sano.


Los albaricoques secos, llamados orejones, recuerdo haberlos comprado en el supermercado alguna vez que he ido de pateada a la montaña. También me los han ofrecido. Son dulces y agrios a la vez. El problema es que vienen en bolsas a granel. Y eso me invita al exceso y al picoteo. 


En una ocasion sali a caminar con una compañera de trabajo, en el descanso del trabajo, ver unos puestos, y comprar piña desecada por que me había quedado con hambre en el trabajo o no había comido nada de postre. En esa ocasión ella me pregunto por mi sueldo. Yo fui inocente y se lo dije. Esta persona tiempo después me estuvo haciendo la vida imposible, por que pensaba que ella se merecía mas dinero que yo. Este alimento me duro dos o tres dias en el trabajo y lo comia picoteando. No me daba atracones, pero era comer entre comidas.


Con las pasas tengo una historia de tira y afloja. Recuerdo una vez que me compre una bolsa de pasas y me la comi entera y termine con el estomago suelto. Mis platos favoritos  de comida que hacia justo ante de entrar en oa, cuando adelgaze mucho por mi cuenta llevaban pasas: arroz con setas y pasas, o ensalada con pasas y almendras con salsa de yogur. Ahora veo que era meterle dulze a cosas sanas. Y eso es como cuando un alimento esconde otro. Un amigo mio que tambien era muy grande como yo, cuando yo adelgaze y le decia que era vegano se reia de mi, y yo le dije que si hacia yo de comer lo podia hartar. El seguia enganchado al exceso de comida. El dia que quedamos y cocine yo, lo que hice fue la ensalada esta con salsa de yogur, pasas y almendras. Eso de ensalada solo tenia la lechuga. Era como estar comiendose un batido enorme, o un helado. Lo llene, el chico no podia mas. Y me di por satisfecho de que mi manera de comer podia con el. Como una competicion.  A dia de hoy, el que no es comedor compulsivo, años despues, adelgazo por su cuenta.


Las ciruelas pasas, una vez que me las ofrecio un amigo en el campo. Venian tambien en formato bolsa, muy dulces. Era el tipico alimento que llevas al campo que es pequeño, muy energetico, y con azucares para que luego no te den tirones. Me comi varias y no senti nada en aquel momento. Luego las vi en una convencion de oa. Heche varias a la avena hervida del desayuno. Luego termine hechando pasas y frutos secos. Y luego termine cuando volvi a casa comiendo yo avena tambien. Fue como si un alimento me llevara a otro, y luego al exceso, a cantidades de comida que yo no necesito. 


Los datiles recuerdo darme cuenta de que venian recubiertos de azucar, y empeze a buscarlos naturales. Luego en la recaida alguna vez compre pan de datiles o de higos. Me engañaba a mi mismo diciendome que era como un dulce pero sano. Otro ejemplo de mi enfermedad contandome mentiras y buscando caminos para autojustificarme. Y la realidad es que estos alimentos son una bomba calorica. Detras esta mi adiccion a los alimentos muy energeticos. Supongo que me decia estas cosas para sentirme menos culpable, o que comia estas cosas para no estar comiendo cosas peores. Pero al final el efecto era el mismo. Y no lograba una abstinencia como dios manda.


Este tipo de alimentos lo tengo muy asociado a la navidad, a comprarlos en puestos callejeros o solo en navidad que es cuando suelen aparecer por los supermercados. Y en mucha menor forma, de manera muy sutil a la familia.


Listado de comportamientos compulsivos.

-Volver a casa tarde solo, cansado, triste y hambriento: La primera conducta que me he notado que desecadena mis atracones  es volver a casa tarde solo, cansado, triste y hambriento. Los cuatro demasiados que nombran en el libro de la abstinencia. Es decir:  volver a casa solo, cansado, triste, hambriento, para mí es un comportamiento compulsivo. 

Volver a casa de mi madre después de salir de fiesta, cuando estaba en mis veinte años, fue la primera vez que recuerdo que esta conducta me llevo a la comida.

Recuerdo una noche de fiesta fui con unos amigos a una discoteca. Entro un grupo de chicas, que eran menos que nosotros. En apenas cinco minutos, cada uno estaba bailando con una. Y yo que me quede a parte, no me escogió ninguna. Y aun no me daba cuenta de por que. No pensaba que mi cuerpo o mi tristeza crónica fuera un problema. No me daba cuenta de lo realmente dañado que estoy. Simplemente me lo tome con orgullo, y seguí bailando yo solo a lo mio. Aquello hizo que me hundiera mas en mi soledad y tristeza, y que asumiera mas aun lo que me habían grabado en la cabeza con el bullying, que mi papel en la vida era ser un gordo solitario, rechazado y triste, al que nadie querría jamas, y que nunca tendría pareja. Y por supuesto al volver a casa, yo pasaba por delante de la cocina que era abierta al salón, y no podía evitar parar al volver de madrugada. Recuerdo comer a nevera abierta a de madrugada en muchísimas ocasiones. Pagaba con la comida, la soledad y el rechazo, el ser incapaz de atraer a alguien. No me daba cuenta de como me destruía. No sentía nada. La comida me hacia de anestesia y ocupaba el lugar de mi pareja. La comida era mi pareja, y era una novia muy toxica y destructiva, por que me hacia mucho daño y me poseia.

Durante una época fue el volver del trabajo, siempre recaía al volver del trabajo, porque en mi zona había muchos supermercados y tenía que pasar por delante de ellos para llegar a mi casa. 

Vivía en un pueblo que para ir de mi casa al tren y al revés, había como tres supermercados a menos de 100 metros de casa. Y siempre que entraba o salia tenia que pasar por delante. Y aun así me las apañe para tener periodos de abstinencia. Pero para mi era imposible mantenerme abstinente allí. La obsesión era demasiado fuerte. Era como si un drogadicto se fuera a vivir cerca de su camello. Aquella recaída tan larga me hizo volver a un peso poco saludable para mi. Realmente los supermercados son un sitio muy compulsivo para mi. Lo peor era al volver del trabajo. Cuando estaba en aquella empresa con personas tan toxicas, cuando salia totalmente estresado y revuelto emocionalmente, me iba a una gasolinera que había de camino al metro, picaba algo, casi siempre el mismo alimento. Y luego al volver a casa, iba rotando por cada supermercado para darme el atracon diario.

Entre eso, que el piso era muy caro, y mi pareja de por aquel entonces (a la que conoci despues de adelgazar) quería vivir mas cerca de su trabajo, tomamos la decisión de mudarnos. Un mes antes de mudarnos, con solo ver venir ese cambio, ya estaba abstinente de nuevo. El cambio de piso me vino muy bien. Nos fuimos a una zona mas tranquila. Y aunque también había un supermercado cerca, no tenia que pasar por la puerta cada vez que entraba o salia. Fue una liberación, por que ya no pasaba por una zona de supermercados. Me había alejado de los sitios en los que recaía, cuando volvía a casa, y eso me sentó muy bien. Ya cuando volvía, como no pasaba por ningún sitio, se acabaron las recaídas. Ese fue el inicio de la abstinencia mas larga que he tenido, y duro 8 años. En aquel momento me sentía como si un yonki que viviera en la barranquilla cerca de su camello se hubiera limpiado y se hubiera ido del barrio tan malo y peligroso al que todo el mundo iba a comprar y consumir. O como si un alcohólico hubiera dejado de salir de noche o de ir a los bares donde se sirve alcohol de manera rapida y facil.

Donde estoy ahora es peor porque hay no solo supermercados, sino también restaurantes, tiendas de comida que abren hasta muy tarde. Esto una persona normal de fuera del programa no lo entendería y pensaría que es algo cómodo, pero para mí es como que me enciende mi adicción, saber que a un minuto cogiendo el ascensor y cruzando la calle tengo mis alimentos compulsivos. He hecho rica a la del chino de enfrente de mi casa. Esa tienda esta justo en mi puerta. Y me pone muy compulsivo saber que a dos minutos de ascensor y cruzando la calle esta la recaída. Es como si tuviera alimentos compulsivos en casa. Me hace estar tenso como cuando me ponen un alimento compulsivo delante y tratas de huir de él, o alguien me obligaba a comer algo que no quería. El simple hecho de saber que eso está ahí a tiro de piedra ya me pone compulsivo. He pagado el estrés del trabajo, y la soledad, bajando de mi casa a cruzar la calle para comprar mis alimentos compulsivos. Así tapaba el dolor emocional que sentía. Por supuesto era comer en mi casa en soledad, comiendo en el ascensor sin esperar a llegar a casa. Preso de la ansiedad y el deseo de comer compulsivamente. Lloraba de culpabilidad. Me giraba en el ascensor mientras comía para no verme comiendo, porque me sentía culpable y no me gustaba verme a mi mismo comer compulsivamente. Como si no quisiera asumir la realidad y el dolor del daño que me estaba haciendo a mi mismo con este acto.

Volviendo a casa me ha saltado autocompasión y el egocentrismo, la codependencia y la lujuria a través del pensamiento de que no me espera nadie en casa comparando mi situación actual con mi vida en pareja en el pasado.  Y sufro cuando me veo yo solo.  Me duele ver parejas por la calle.  Y al volver a un piso vacío tengo que atravesar una zona llena de tiendas,  de supermercados,  de restaurantes,  y si llevo dinero o tarjeta me es muy difícil mantenerme abstinente.  Con el tiempo de abstinencia, esto se me pasa, hasta que desaparece y ya no pienso así.

Durante la recaída me pasa que me cruzo con una chica que me atrae, o un madre con un niño, en el autobús, me entra la autocompasión extrema, un dolor muy grande. Pienso que yo no voy a tener nunca algo así en mi vida. Y vuelvo hambriento y cansado. Atravieso la zona de tiendas, restaurantes y supermercados y mi mente enferma quiere seguir callando ese dolor con comida en vez de dejar de pensar así, o hacer lo cambios que tenga que hacer en mi vida para ir a donde quiero ir, o aceptar que a lo mejor mi destino en la vida no es tener pareja y tener crios juntos.

Para superar esto lo que he hecho ha sido dar rodeos para no pasar por la zona peligrosa, o retrasar la vuelta para que cierren algunos sitios, o llamar cuando paso por ahi, o estoy volviendo a casa. El problema es que suele ser a la hora a la que la gente esta cenando y  hubo un momento en que me costaba localizar a alguien.


Este comportamiento compulsivo empezo en mi juventud antes de entrar en OA, que fue comer de madrugada o después de haber llegado a casa de madrugada. Yo no era de despertarme para comer como he escuchado a algunas compañeras. Para mi esto empezo después de una noche de fiesta e insomnio. Recuerdo que salia con mis amigos de noche por que todavía era joven, y ellos pues andaban con unas y con otras. Yo no llamaba la atención de ninguna, nadie se me acercaba. Eso me dolía y me frustraba muchísimo. Pero yo no lo conectaba con mi cuerpo o con el odio que sentía por mi cuerpo o por mi mismo. Simplemente pensaba que esa faceta de la vida no era para mi. Si la noche se alargaba hasta la mañana siguiente, recuerdo que buscábamos cualquier cosa de comida rápida abierta de madrugada. Mis amigos para bajar el alcohol. Yo para tapar el hambre de madrugada, y ahogar mi frustración con las relaciones con comida. También cuando volvía a casa de mi madre, a altas horas de la mañana, después de una juerga, solo, frustrado,y triste, no podía evitar irme a la nevera. Yo no era consciente que aquello fuera un atracon. En parte por que en aquella casa, las escaleras hacia las habitaciones pasaban por delante de la cocina, que no tenia puerta, y ademas estaba abierta al salón. Con lo que a las cuatro de la mañana, me ponía a comer, y me encendía a la tele. No era consciente de por que lo hacia. Pero se convirtió en una costumbre. Puede que la pesadez de la digestión me ayudara a conciliar el sueño después de una noche de insomnio, o que buscara el consuelo en la comida de haber sido ignorado por el sexo opuesto otra vez. No lo se, por que en aquellos atracones nocturnos, estaba totalmente desconectado de mi.


Esto deje de hacerlo cuando me fui de casa de mi madre al año de entrar en oa, y cuando deje de salir de noche. Yo no soy de levantarme de madrugada a comer. Ni en recaídas y ni nunca. No he usado la comida nocturna como somnifero, mas bien era como un sustitutivo a los encuentros con chicas que quería conocer saliendo de noche y no lograba tener, y un tapar con comida esta frustración. Mi madre nunca me dijo nada de que faltara comida o quien se había comido que al día siguiente.

Pero con el paso de los años se ha convertido en comer al volver a casa. 

Primero estresado despues del trabajo.

Segundo cuando estaba soltero por la soledad de volver a una casa vacia y fria. Era ver una madre y su hijo en el autobus y se me venia el mundo encima. Me inundaba de soledad, autocompasion, codependencia y lujuria. Y eso se unia a tener que pasar por delante de varios sitios de comida rapida o de tiendas de comida abiertas hasta tarde.

Trataba de volver lo mas tarde posible a casa para que todo estuviera cerrado. Recuerdo el alivio que senti cuando un supermercado dejo de estar abierto hasta las 11 de la noche y empezo a cerrar a las 10. Aun asi tenia varios locales de comida rapida abiertos hasta la media noche. Y mi mente enferma a veces me arrastraba hasta alli.

Escuche a una compañera llamar a esto “el retorno”.

Durante la pandemia esta conducta desaparecio, por que como no se podia salir de casa, no habia manera. Fue la epoca que estuve tiempo abstinente y trabajando programa, pude llegar a un peso normal y saludable. Pero la comida siempre vuelve. Pasaron ciertas cosas y volvi a recaer. Y entonces como yo seguia haciendo teletrabajo, a diferencia de la mayoria de la sociedad, el volver a casa del trabajo se volvio en volver a casa de los grupos. Era casi el unico momento que salia de casa a lo largo de la semana. Para mi era desconcertante recaer al volver de una reunion de oa presencial. Y tambien me era dificil contactar con nadie a esa hora por que algunas compañeras me decian o que se acostaban pronto, o que no me podian atender por que estaban con sus familias. Alguna vez si logre pedir ayuda y ser atendido, en el trayecto del transporte publico a casa. Pero no siempre salia de mi el llamar. Por que queria comer para no sentir. Y aun asi me sentia peor cuando comia.

Para solucionar esto, me puse llamada con mi padrino mas o menos a la hora de volver a casa. Y tambien me di cuenta de que con lo grande que es OA puedo recurrir a llamar a compañeras que estan en otros paises con otra zona horaria donde si estan disponibles a esas horas. Siempre hay caminos, pero mi obsesion y mi mente enferma, no me deja verlos. Hasta que un dia, me doy de bruces con ellos y me bajo del yo solo puedo.


-Pedir comida por internet:

Durante la epoca que estuve mucho tiempo abstinente pero no perdia peso o lo perdia lentemante, alguna vez suelta que me pillaba de visita en casa de amigos, o nos juntabamos algun grupo grande en mi casa, pediamos comida a restaurantes chinos. para mi no era problematico, por que siempre habia verduras salteadas, o brotes de soja, o ensaladas. Lo único era preocuparme de no caer mucho en el arroz, o en los platos que metían salsas con azúcar o rebozados. Pero nunca fue un acto que me generara ansiedad o deseo de comer compulsivamente. Era una solución para no terminar en algo peor. aunque no fuera lo mejor para mi. No tenia la impresion de estar haciendome daño con ello.


Mucho tiempo despues escuche en una reunión que una compañera tenia un problema con las webs de pedir comida a domicilio por internet. Yo no había tenido nunca un problema con esto. De hecho yo cuando llegue a OA esta clase de paginas web para pedir comida a domicilio no existian. Ella dijo que para poder solucionarlo se había tenido que ir a vivir a un pueblo de guadalajara donde esta clase de webs no llegaban a servir pedidos.


Sin embargo durante la recaida, un dia me dio por mirar, y se abrio la caja de los truenos. Incluso se pedia pedir desde el movil. Pedía y luego me arrepentia, pero una vez hecho el pedido no se podia cancelar. 


Podia poner pedidos hasta muy tarde, y descubri que una pizzeria al lado de casa abria hasta la media noche. De repente era tener comida compulsiva disponible hasta muy tarde con todo cerrado, sin tener que tener efectivo ni tarjetas de credito. Aquello era una locura, un infierno. Un desenfreno. Ya no tenia que ni siqueira ir a los sitios por comida, con tener la idea en mi casa era suficiente. Me dedicaba a abrir la pagina web y revisarla de arriba abajo mirando las ofertas, de lo mas barato, y si pudiera ser, lo mas sano. Pero aun asi caia en el exceso, y en cosas compulsiva para mi.


Recuerdo que durante la recaida habia dias que segun se acercaba la hora de la comida al medio dia, me entraba la ansiedad por comer, y como estaba todo el dia delante del ordenador trabajando, abria la pagina para pedir y le daba vueltas y vueltas y vueltas. Empeze a intentar pedir cosas sanas. Todo era carisimo. Pero tenia un principio y un fin, no era como cuando asaltaba una tienda o supermercado, que me duraba la comida 2 o 3 dias. A veces la comida llegaba fria o estaba mala. Empeze a darme cuenta de que estaba tirando el dinero en hacerme daño en comida que a veces ni me gustaba. Empeze a investigar como ponerle freno a esto. Por que nunca habia escuchado a nadie hablar en OA sobre este comportamiento y como frenarlo. Solo tenia la referencia de la compañera que lo comento y habia ido a un pueblo lejos de donde estas webs llegaban. Hace poco la volvi a ver por los grupos, y estando en un pueblo sin el alcance de esto, habia llegado a perder 25-30 kilos.


En internet, investigando por foros, descubri que habia mucha gente pidiendo ayuda sobre como cortar su adiccion a pedir comida rapida o comida basura a traves de estas paginas web. Nadie daba ninguna solucion. Yo intente, igual que en su dia metia iba sin dinero, o bloqueaba la tarjeta de credito en una caja con temporizador, el bloquear mi cuenta de pagos online. Elimine mis cuentas de usuario. Nada funcionaba. Si el deseo estaba ahi, yo buscaria la manera de llegar a ello. Pero aun asi, esto no era la forma en que mas daño me podia hacer, era un escalon menos que el asaltar un supermercado o el chino de la esquina volviendo a casa.


Recuerdo que si pedia para la comida, como la comida se acababa, luego por el resto del dia, entre la culpabilidad y que no tenia hambre fisica, ya no comia mas. Y eso me ayudo a tender un puente hacia la abstinencia. Quizas no de la mejor manera, pero al menos era un inicio.


Lo peor de esta conducta, es que era tremendamente caro. Veia los extractos en mi cuenta de pagos online y era tremenda las ostias que le metia a mi tarjeta del banco mensualmente. Ahi fui consciente de que esta era realmente una conducta adictiva, por que tambien destruia mi economia, ademas de mi salud, y mi fisico.


Ironicamente, para la empresa tecnologica que yo trabajo, tiene justo enfrente el edificio de una de las paginas web estas de reparto a domicilio donde están todos los restaurantes metidos. A veces pidiendo un cafe para llevar en el bar de la esquina me he cruzado con sus trabajadores. Chavales jovenes que se dedican a programar y hacer funcionar esas paginas webs. Y en ellos me veía a mi mismo cuando empeze a trabajar como programador. 

-Otro comportamiento compulsivo: Futurizar. 

Respecto a esto la principal situación que me pone compulsivo es pensar en mí, en mi vida y en mi futuro. Lo que llaman futurizar. Eso es algo que tengo que evitar. Tengo que vivir solo por hoy. Yo soy mi propio peor juez. No puedo cargar mi vida entera sobre mis hombros en un solo momento. Es demasiado pesado. No puedo evaluarme porque me entra el egocentrismo, la autocompasión y convierto esos pensamientos en compulsión para tratar de soportar la angustia y frustración. Sí vivo pensando en que nadie me quiere, en que estoy solo en que tengo x años y no tengo hijos. Que no sé quién va a cuidar de mí el futuro, en que puedo caer muerto en casa y nadie se daría cuenta... Todo eso me lleva a la compulsión por la comida.  La soledad es mi mayor miedo y mi peor alimento compulsivo.

A mi mente enferma le gusta coger todo lo vivido en mi pasado, y proyectarlo en mi futuro. Eso me genera una serie de miedos y ansiedades que no puedo soportar. Y automaticamente me sale el deseo de comer compulsivamente.

De joven queria ser guapo, rico y famoso. Y como no sabia como hacerlo, esa frustracion me generaba una ansiedad tal que termine comiendo compulsivamente. Esa fue de las primeras veces que recuerdo futurizar.

Recuerdo cuando termine el colegio, hubo una fiesta de final de curso. Y desde mi colegio se veia el instituto a lo lejos que a mi me habia tocado. En aquella ciudad habia muchos institutos y según notas, zona y otros baremos ibas a otro. Metido como estaba en toda la voragine del acoso escolor, me recuerdo a mi mismo sentarme solo en las escaleras del colegio, de tarde noche, al final de la fiesta, y ver el instituto a lo lejos con la esperanza de que alli me fuera todo mejor. Y sin embargo se me venia lo peor encima. No me daba cuenta de que un cambio tenia que empezar por mi. Por cambiar yo. Aun no sabia muchas cosas que se hoy dia.

Futurizar es juzgar tambien. A mi mismo y a otros. Pero lo que mas daño me hace es futurizar sobre mi mismo. Pero tambien me hace daño futurizar sobre como seria una relacion de pareja a largo plazo. Mi ultima relacion de pareja. Yo la deje a ella por tener expectativas de futuro. Yo queria casarme y tener hijos, es decir, tenia unas expectativas de futuro, para  con esta familia compensar el daño de mi familia disfuncional. Ella no queria. Entre eso y otras cosas, como que ella empezo a proyectar sobre mi su codependencia, tratar de controlarme, y la mala comunicación, al final yo corte la relacion, en un momento en el que mas o menos estabamos bien según ella. Yo tenia miedo de hablar con ella por que se montara una bronca (otra vez futurizar), y al final cuando me quede solo, aunque me quite un peso de encima, me dirigi directamente a la soledad. 

Antes de esto nunca habia tenido el miedo de plantearme una vida en solitario. Me paso que desmaye una vez en casa y me desperte no se el tiempo que paso. Aunque se que para mi es muy real, se que son mis defectos de carácter. Preguntarme cosas como “Que pasa si me hago un corte cocinando, si me caigo en la ducha, si tengo otro colico biliar de los malos, ¿quien va a estar ahi para ayudarme?” no me hace nada bien. Vivo en el miedo, no en el hoy, y no tengo fe en que el poder superior va cuidar de mi.

Fue a raiz de terminar esa relacion de pareja, de entrar en una fase larga de teletrabajo, que me volvi mas retraido, mas timido, mas selectivo con quien me junto, y sobre todo, mas temeroso de la soledad en un futuro. Futurizar es la adiccion a la negatividad y la autocompasion, es darme escusas para seguir comiendo compuslvimente. Y darme a mi mismo un dolor ficticio con el que seguir comiendo. Comer por miedos, por soledad, y por una mentalidad que yo me monto en mi cabeza. Es absurdo, y yo pienso que no puedo vivir asi. Mi cabeza es un lugar muy oscuro. Prefiero no escucharme. Lo mejor para mi es trabajar a diario los agradecimientos, salir de mi, ayudar a otros, y centrarme en las cosas que me gustan, estar ocupado. Olvidarme de mi mismo y de autojuzgarme y evaluarme continuamente.

También tener demasiada vida social es una conducta compulsiva para mi. Hoy en dia se socializa con comida y alcohol de por medio. Descubrí que soy muy adicto a la hosteleria, bares, restaurantes y demas que es donde la gente socializa. El tema de los restaurantes y el tapeo, las cañas,  no lo llevo bien del todo. Prefiero evitarlo lo máximo posible. Aunque las últimas veces que he ido a un bar con tapas no he tomado ningún alimento. Me he limitado a mi bebida sin azúcar o edulcorantes, una infusion o un agua con gas. Pero para mi es como ver el peligro desde la barrera. Por que se que soy comedor social, y en grupo con comedores normales bajo la guardia. Inconscientemente quiero ser como ellos. Quiero comer como ellos. La mente me engaña diciéndome que si ellos pueden comerlo, yo también puedo.

Comer en sociedad es una trampa para mi. Muchas veces he bajado la guardia y querido ser un comedor normal. Las mentiras en mi cabeza eran: “no pasa nada, si ellos lo comen, yo tambien puedo”. Eso es usar a los demas como justificación para darme permiso para comer.

No se cuando me empezo a pasar esto, pero creo que empece a ser consciente estando ya en los grupos. Incluso me pasa en las convenciones. Que veo a compañeras comer alimentos y digo “si ella puede, o si todos lo comen aquí, yo tambien puedo”.

Recuerdo una vez, justos despues de entrar en OA, apenas llevaba unos meses, que me tuve que ir por trabajo a otra ciudad. Y alli me sacaron de tapas. Fue la primera vez que yo recuerde que comiera algo bajando la guardia por que estaba con mas personas.

Salir demasiado, ver demasiada gente, quedar con unos y con otros, demasiado rapido demasiado junto, me lleva a un estado de aceleracion y frenesi. Se me acelera demasiado la vida. Siento como que me llevan en volandas. Y cuando me quiero dar cuenta, estoy comiendo demasiado fuera, o comiendo con grupos de gente, y dejandome llevar para comer como ellos. Es la codependencia unida a mi gula. Cuando lo hago no me doy cuenta. Pero luego me siento fatal.

Ultimamente he aprendido a decir no en los viajes. Lo que hago es que ceno yo por mi cuenta, y luego me uno yo despues durante la sobremesa para la charla. Por que mi interes ahi es relacionarme con la gente, no la comida. Asi me evito tentaciones innecesarias y disfruto de la compañía de las personas, de las bromas, y de la charla. Suelo decir que me he traido mi propia comida, o que necesito descansar, o cualquier historia. Y la verdad es que la gente pasa mucho. No me dicen nada. Y asi yo me siento mas tranquilo.


Restricción, controlar mi comida para querer adelgazar:

El tratar de controlar mi peso, querer adelgazar a toda costa me pone compulsivo,  aunque de manera muy sutil. Un comportamiento compulsivo es querer adelgazar cuanto mas cantidad de peso lo mas rápido posible. Mi yo enfermo restrictivo quiere dejar de comer del todo, quiere saltarse comidas. Ha habido momentos de mi recuperación que he tenido que obligarme a comer cuando mi mente y mi cuerpo me decían que no quería, no tenia hambre, o que tenia que perder peso. La abstinencia a veces incluye para mi comer cuando no quiero, por que es cuando me toca en mi plan de comidas. Todo este deseo compulsivo de adelgazar lo máximo posible a toda costa, se modero y desapareció, en el momento en que aprendí a ponerle limites a la restricción. No puedo bajar de peso por debajo de la horquilla entre 70-75 kg. Y no puedo saltarme comidas. Aunque una de ellas la haga muy ligera. 

No puedo usar el plan de comidas como una herramienta de control de mi peso. Por que no funciona así. Yo solo hago lo que tengo que hacer, y dios me da los resultados, o no. Hay temporadas que comiendo lo mismo, puedo bajar de peso o no, y es por que hay otros mil factores que soy incapaz de controlar ni comprender, tanto internos de mi cuerpo, como externos a mi, tema de clima, rutinas de trabajo, etc. Y todo lo que yo no comprendo o se escapa a mi, es asunto de mi poder superior. Incluido el como funciona mi cuerpo.

La primera vez que esto empezo fue cuando tenia sobre 25 – 26 años. Una chica me rechazo por mi cuerpo. Fue ella la que se acerco a mi, y luego a la hora de la verdad se hecho atrás, sin decirme por que. Fue su hermano, que era amigo mio, el que me dijo que realmente el problema era mi cuerpo. Literalmente “ella estaba esperando que yo hiciera algo”, y le chocaba que mis piernas y brazos fueran normales pero mi cuerpo fuera gordo. Caí en una depresión. Me odie a mi mismo y a mi cuerpo. Hasta aquel día mi físico, y la comida, nunca habían sido para mi un problema en mi vida. Fue un punto y a parte. Me cambie el chip en la cabeza de comer a no comer. Quería estar delgado. No por ella. Si no por mí. Para que la próxima vez que se conociera a alguien no estuviera por medio el problema de mi físico. A mi esto me provoco un cambio en la cabeza. Fue entonces cuando empeze a escoger lo que yo pensaba que era mas sano para mi. Recuerdo el dia que escogi entre el pollo y las espinacas congeladas. Aprendí a modificar mi físico con mi manera de comer. Creía que mis problemas se solucionarían cuando encontrara pareja y que eso no pasaría hasta que adelgazara. Pensaba que el hambre era mi amiga, que mientras tuviera hambre era que estaba gastando mis abundantes reservas. Me hice vegetariano. Me lo tome como vivir a dieta. Pensaba que si mi cuerpo estaba en mi contra y quería guerra, tendría guerra. Comí una vez al día durante mucho tiempo. Funciono, adelgacé. Mucho, y rápido. 40 kg en unos 10 meses.


Así fue como sentí que volví a nacer. Pero adelgazar no fue la panacea. Ya no era un comedor normal como las demás personas. Me volví superdelicado con la comida. Conocí lo que era la culpabilidad por comer algo que sabia que me podía hacer engordar. Me tacharon de anoréxico, y admito que puede que rozara la anorexia en algún momento. Y por ello perdí amigos. Adelgazar para mi no fue el paraíso como esperaba, pero si fue bueno. Durante un tiempo fui feliz. Estaba contento con mi nuevo físico. Entonces quise parar de adelgazar, y me pasaron otras cosas, que dieron la vuelta a la moneda, y empezo el lado de sobreingesta compulsiva de mi enfermedad.

Antes de que estableciera estos limites, hubo una época en oa que mi anorexia se disfrazo de abstinencia y llegue a pesar 64 kg, y según yo “estaba abstinente”, pero no me daba cuenta de que estaba en la restricción. Esto fue al principio de estar en OA, solo llevaba un año o dos, y por aquel entonces no se hablaba de restricción o de bulimia. Después vino la recaída en el lado opuesto, en el atracón. Para mi es como un péndulo, primero restricción, inanición y luego atracón. Así que viendolo ahora, aprendi restringir es un comportamiento compulsivo. Solo que siento que la diferencia entre la restricción.

Mas adelante en mi recuperación tuve que ponerme a mi mismo limites. No bajar de cierto peso, que pense que estuviera alrededor de los 70-75kg, ni saltarme comidas, aunque fueran comidas muy ligeras.

Una vez en el trabajo, un compañero de otro departamento nos dimos cuenta de que habia perdido peso. Todas las compañeras le empezaron a preguntar y era el centro de la conversación. Yo sentia que le adoraban. Lo que nos dijo que hacia era que no cenaba. A mi aquello se me quedo grabado a fuego. Yo tambien querai perder peso y ser el centro de atención por ello. Esa sensación me resultaba adictiva.

Cuando salimos de la pandemia, estaba abstinente, y como habiamos estado todos mucho tiempos encerrados en casa, yo me pude dedicar a trabajar la parte fisica de la enfermedad. Sin salir fuera, sin tentaciones, a la mano, y trabajando los pasos duro, logre llegar a un peso saludable. Durante esta epoca, hubo momentos en los que no queria cenar. Se me cerro el estomago y no tenia hambre, asi que tenia que obligarme a cenar cuando me tocaba.




Querer adelgazar, o tratar de controlar mi manera de comer como comportamiento compulsivo que me lleva a recaer y a la sobre ingesta compulsiva. Comer para adelgazar, hacer dieta, es un comportamiento compulsivo para mi. Me lleva a un estado mental similar a una borrachera o subidon, pensar que lo puedo todo, que lo controlo todo, y es adictivo. Adelgazar es adictivo para mi. La delgadez es adictiva. La enfermedad me vende que la delgadez es la panacea, pero no lo es. Es buena, pero a mi me ha hecho mucho daño. Y me la sigue haciendo. Tanto como la obesidad morbida, que es algo de lo que llevo trabajando por escapar de ello durante toda mi vida.

Tengo que tener mucho cuidado con mi plan de comidas. Al final empeze a pesar, por que no tengo nociones de las cantidades, y puedo andar siempre jugando a hecharme menos en el plato. Y eso no es bueno para mi, por que me quedo con hambre y me lleva al exceso opuesto. Ya llevo tiempo que peso la comida.

Empecé pesando el plato servido entre 500 y 600 gramos. Me di cuenta de que así no avanzaba con la parte de la recuperación física, que es la pérdida de peso. Así que bajé a entre 400 y 500 gramos de peso en el plato ya servido. Yo no peso los ingredientes por separado porque eso ya me parece demasiado dieta u obsesión. Llegó un momento en el que, por unas cosas u otras, mi cuerpo se acostumbró a los 400 gramos y no adelgazaba. No me di cuenta de que no estaba haciendo ejercicio físico. Pero mi yo restrictivo quiso controlar la comida y bajé a 350 gramos. Creo que sobrepasé el mínimo de la restricción porque tenía hambre todo el día. Por supuesto, eso me llevó a la recaída. Ahora, he vuelto a un peso de comida más sustancioso en el plato, lo que me permite no tener hambre, que es 400 gramos o un poco más. Lo que no hago es pesar la comida cuando voy fuera de casa. Aún no he pasado la barrera que muchas compañeras en diferentes ramas de OA hacen, que consiste en llevar una báscula a todos lados, incluso a los restaurantes. Eso me parece obsesivo y controlador. Lo que sí hago es llevar mi propia comida ya pesada cuando salgo de casa.

Al final, como en todo en OA, el equilibrio y la moderación son clave: ni demasiado ni muy poco. La virtud está en el término medio.

Otra conducta compulsiva relacionada es tener que comer para mantenerme de peso intencionadamente. 


Solo se comer dándome atracones, o para bajar de peso, no se comer para mantenerme estable de peso. Cuando he de comer para mantenerme de peso, como no se hacerlo, la duda y la incertidumbre se apoderan de mí. Habré subido, habré bajado, y eso me lleva a pesarme más. Solo habré estado delgado unos 5-6 años de mi vida adulta. Y como es una situación a la que no estoy acostumbrado, que me genera intranquilidad, que se traduce en miedo, control de la comida, por miedo a perder el peso perdido, y eso lleva a la compulsión. Esto fue lo que me paso en la ultima recaída, que empezó cuando tenia un peso saludable. Estaba en mi peso saludable. Una parte fue el que no sabia vivir y comer estando delgado. 


Ahora ya tengo una intuición de como hacerlo. No se trata de meter alimentos nuevos o relajarme con el plan de comidas, si no de aumentar las cantidades de lo mismo que como actualmente, que me esta llevando donde quiero ir.




Saltarme comidas, pasar hambre, y el ayuno:

Saltarme comidas también es un comportamiento compulsivo porque el hambre hace que llegue a la siguiente comida con mucho más deseo y apetito, con lo que me puede llevar a un atracón, o a comer más cantidad. El 3-0-1 me salvo de esto. No puedo comer menos veces de tres comidas. Y eso me da mucha paz.

Cuando me propuse perder peso por mi cuenta antes de entrar en oa, llegue a asociaa el hambre a mi bienestar. Sentía alegría al tener hambre, por que asociaba el hambre a adelgazar. Y como tenia tanto peso que perder, y me habian hecho tanto daño por mi peso, pensaba que tener hambre era bueno para mi. Esta idea me la quito tiempo despues una madrina, que me dijo que para evitar los atracones era mejor no pasar hambre.

Justo antes de entrar en OA recuerdo que durante una época que trabajaba en una tienda de informática muy lejos de mi casa, yo no me llevaba comida para comer a mediodía. Lo que hacía era que comía cuando volvía a casa. Esa era mi comida al día, sobre las seis siete de la tarde cuando volvía del trabajo. Por supuesto yo pasaba todo el día con mucha hambre y esa comida diaria era bastante más copiosa. Y eso no es sano ni natural. Yo no me daba cuenta de lo que estaba haciendo, pero como perdía peso me sentía feliz. Estaba en las garras de la restricción, de la adicción a perder peso, de la adicción al hambre. Pero cualquier sentimiento negativo se disfrazaba de euforia y felicidad, porque estaba perdiendo peso por primera vez en mi vida. Ahora sé que como en cualquier otra edición la adicción a la delgadez la adicción adelgazar se puede disfrazar de euforia y alegría.

Cuando ya empecé con los atracones tiempo después, usé el saltarme comidas, es decir la restricción y la inanición, el ayuno ,para compensar el exceso de peso que cogía con los atracones. Aquí lo que me llevaba a saltarme comidas y abrazar el ayuno, era la culpabilidad por haber comido compulsivamente. Veía el hambre como un método de control sobre mi peso. Por supuesto eso no me funcionó. Porque el hambre lleva al atracón y el atracón lleva al hambre. Son las dos caras de la misma moneda para mí. Con el trabajo del programa he aprendido que el único camino es la moderación, el punto medio, el equilibrio.

En aquel momento en el que ya no podía controlar mis atracones, llegué a tenerle miedo a la comida ,al acto de comer en si mismo. Tenia miedo de comer porque sabía que si abría la boca no podía controlar mi forma de comer. Y lo que venía después era un atracón. Así que tenia miedo de comer por que tenia miedo de los atracones. Por aquel entonces aún no pagaba el precio tan caro en mi salud que he pagado después por todos los atracones. Porque aun era joven y mi cuerpo aún lo soportaba. Pero esos ciclos de hambre y atracón hicieron que se me fuera totalmente la cabeza. Mis emociones eran un una montaña rusa. Y por supuesto estaba totalmente aislado del mundo así era como podía soportar pasar mi día y día sin comer.

Despues de entrar en oa, deje de saltarme comidas o de ayunar durante dias. Recuerdo que en un trabajo en una oficina lo que hacia era llevarme dos piezas de fruta al trabajo y eso era lo que comia. Era poco, pero era lo que podia hacer. Y cuando volvia a casa ya comia bien.  Asi me mantuve e incluso perdi peso. Tenia un peso normal y saludable, y aun tenia miedo de la comida, y de subir de peso si comia mas.


Una vez en el trabajo, un compañero de otro departamento nos dimos cuenta de que habia perdido peso. Todas las compañeras le empezaron a preguntar y era el centro de la conversación. Yo sentia que le adoraban. Lo que nos dijo que hacia era que no cenaba. A mi aquello se me quedo grabado a fuego. Yo tambien queria perder peso y ser el centro de atención por ello. Esa sensación me resulta adictiva.


Hace poco un amigo me conto que esta haciendo lo mismo, y que se ha quitado 10 kg a base de no cenar. Pero que cuando se levanta lo primero que hace es desayunar fuerte. No le he dicho nada. No se si es comedor compulsivo o no. Yo no tomo ejemplo. No puedo hacer eso por  que me destruiria a mi mismo. Si me salto una comida, la siguiente llego con mas hambre y es un atracon. Yo necesito vivir en el equilibrio, en el punto medio en la moderacion. Asi que hace tiempo que aprendi que no puedo saltarme comidas, aunque sean comidas muy ligeras, algo tengo que comer o si no la restriccion me lleva al deseo imperioso.

Hay varios pensamientos o creencias que tengo que me llevan a la compulsión: El principal es pensar que no puedo relacionarme con mujeres si no estoy delgado,  pensar que el peso está ligado al éxito y a la felicidad,  que solo las personas delgadas tienen derecho a tener pareja y a ser felices.  Esta clase de pensamientos me llevan a sentirme muy triste y esa tristeza me activa la compulsión por la comida. Con el tiempo he aprendido que no son ciertos, que incluyen un juicio de valor sobre mi mismo, y que es mejor dejarlos de lado, soltar todo el asunto al poder superior y renunciar a mis defectos de carácter.

Empece a pensar asi a base de un aprendizaje enfermo. Me pasaron varias cosas a lo largo de mi juventud que me llevaron a pensar que yo no merecia tener pareja por mi fisico.

La primera vez que me di cuenta que algo pasaba con mi cuerpo fue cuando en octavo de EGB fuimos al final del curso a un parque de atracciones. Recuerdo que nos montamos en una montaña rusa de agua. Al final el guapo de la clase se quitó la camiseta mojada y todas las chicas de la clase suspiraban y se volvieron como locas. Después yo me quité la camiseta también esperando tener el mismo efecto, y sin embargo me ignoraron o empezaron a mirar hacia otros lados. En aquel momento no le di importancia, pero con el tiempo este acto me marcaría. Lo importante de aquel momento es que aprendí que la delgadez o un buen cuerpo significaba atención femenina. 

Al menos en dos ocasiones chicas con un cierto sobrepeso también me rechazaron, y se fueron con chicos más guapos y delgados. Yo nunca le di la importancia al cuerpo a la hora de fijarme en una chica, pero ellas sí parecía que tenían la opción de escoger a otras personas con otros cuerpos y que el cuerpo como el mío, no era bienvenido. Al menos que yo recuerde me rechazaron varias veces y prefirieron a otros chicos delgados. Chicas que no estaban precisamente en un peso normal y saludable. No era solo por mi peso. 

Todo esto me llevo a sentirme siempre rechazado, e ignorado. Y no sabia por que. Era tal el aura de dolor y desesperacion que transmitia a mi alrededor que nadie se acercaba. Y si yo lo intentaba, mi tristeza y dolor, alejaban a quien fueran. No podia querer a nadie por que no me queria a mi mismo.

Al final me canse de intentarlo. Me olvide del tema, y me abandone a un dolor y frustración que me llevo poco a poco hacia la comida, junto con otros temas.

No desperte hasta que una chica se acerco, pero luego se hecho atrás por las opiniones de sus amigas con frases como “como te vas a juntar con el gordo ese”, o “ella estaba esperando que tu hicieras algo (con tu peso)”. Y ese despertar fue como un pensamiento: “ah vale que mi peso es un problema, pues si mi cuerpo quiere guerra, tendra guerra.” Algo se rompio dentro de mi,  pase de comer compulsivamente de manera inconsciente a adelgazar compulsivamente y el exceso de ejercicio fisico. No fue hasta que perdi 40kg de manos de la restriccion mas extrema que no consegui un poco de atencion de potenciales parejas.

Asi que se me grabo a fuego la idea de que para tener pareja tenia que estar delgado, y que tenia que hacer lo que fuese para mantenerme por debajo de cierto peso. Y que esa era la llave de la felicidad. Que mi soledad se arreglaria sola teniendo un peso normal y saludable. Y sin embargo, algunas tambien me rechazaron estando en un peso normal.  No era solo el peso, habia mucho mas detras. Era mi inexperiencia, mi tristeza y dolor, mi falta de referentes, no saber como comportarme, lo que me hicieron pasar por un par de relaciones traumaticas estando delgado, que luego me llevaron a usar el mecanismo de comer para tapar el dolor. Me fui de un extremo a otro, y me destrui por dentro en el proceso.

Aprendi a palos, que ni la delgadez, ni las parejas son la clave de la felicidad. Fue en los grupos donde tuve momentos de alegria y espiritualidad tan intensos que si se podria llamar felicidad plena. 

Hubo un momento en mi recuperacion, que mi pareja de 11 años me dejo diciendome “estas gordo, feo y calvo” y luego se fue con otro igual a mi pero 10 años mas joven. Esto reforzo mi creencia enferma de que solo si estab a delgado podia tener pareja. Sin embargo a los seis meses de que esta chica me dejara, encontré a otra sin buscarla a la que no le importaban mis kilos. Aunque es cierto que en aquel momento no está en mi peso máximo, sino entre medias con una pérdida de peso moderada pero no en mi peso normal y saludable. Esta chica también había tenido peso de más en algún momento de su vida y esta relación me hizo ver que era más importante el encajar como personalidad y cuidarnos en uno al otro, que los kilos que pudiéramos tener. Es decir la parte emocional y espiritual de mi vida no solo mi físico. 

Aunque mi mente enferma se resistía a creer que con sobrepeso podía encontrar pareja, una de las cosas que me llevó a salir de esa creencia enferma o romper mi caparazón, fue el conocer a otros hombres en OA, cuyas parejas no les importaban sus kilos. Supongo que ellas estaban con ellos por otras cosas. Y a mí esto me hacía un cortocircuito a la cabeza. Me llevaba a recordar la ocasión en la que vi paseando por mi ciudad a un chico con sobrepeso con una chica delgada joven y guapa, y me daba envidia como algo que yo jamás pensé que a mí me podría pasar. Ahora con el tiempo he aprendido que para mí es más importante la personalidad y que esa persona me dé paz. 

Los medios tienen mucho que ver con estas creencias enfermas que tengo. Las tengo inconscientemente, y con el programa me esfuerzo en desmontarlas. Pero continuamente a través de películas, publicidad esta creencia vuelve a mí. Pero últimamente esta mentalidad de solo puedes tener pareja si eres joven guapo rico y famoso, ha vuelto a mí a través de Internet.

Hay una serie de personas u hombres que dan consejos sobre mentalidad masculina o sobre sexualidad masculina llámalos influencers de moda, y ellos venden que hay que ser rico famoso tener un Lamborghini, ganar 100.000 euros al año y tener una mujer florero. Incluso hay gente que hace dinero vendiendo cursos de seducción que son puro humo a otros hombres. Yo cuando veo todo esto, veo como la lujuria, la avaricia y el egocentrismo está detrás de todo esto, y aunque trato de coger lo que me ayuda, dejó lo que no a un lado. Aprendo de la parte de Psicología, intento ser mi mejor yo, pero en el fondo es como si la gente que está en Internet presumiendo de su vida fueron totalmente u superficiales. Por eso no me creo nada y he elegido vivir de otra manera aunque me cueste.

Otro momento en el que se me rompieron todos estos esquemas enfermizos en la cabeza de que son los jóvenes guapos ricos y famosos, con cierto físico los que pueden tener pareja fue hace poco cuando vi un documental de luchadores de sumo en televisión.

Este documental mostraba como estos señores comían de manera sana para alcanzar un peso alto que les permitiera participar en su deporte. Con su gran físico son adorados en Japón como divinidades. Y para mí que siempre he recibido mucho odio por mi físico me tocó especialmente la fibra sensible. Luchadores de sumo enormes, con esposas pequeñitas y delgaditas, ricos y famosos. Aprendí viendo esto que el éxito no tiene nada que ver con el físico ni con la comida ni con mi cuerpo, solo con ser la mejor versión de mí mismo.

Otra cosa que me llegó al corazón respecto a esto fue una compañera que durante una reunión compartió que le gustaban los hombres grandes, a pesar de haber sido ella anoréxica. Dijo que le gustaban los hombres grandes porque le parecía que eran un blanditos como un oso de peluche y eran abrazables. Nunca había escuchado hablar a alguien así acerca de un físico parecido a mí, y para mí significó acercarme un poco más a dejar de lado esta mentalidad enferma y y el odio a mi cuerpo. Asi me di cuenta de que esta mentalidad enferma se guía más bien por la vista, y deja de lado otro sentidos como el tacto y el olfato. Yo realmente me he fijado más de las chicas que me transmitían buenas emociones que, que no tenía la explosiones de defectos de carácter, que eran alegres, que olían bien. Creo que puedo aplicar esto a mí mismo. 


Comer de pie, y rápido, también es un comportamiento compulsivo, por que me lleva a un estado de ansiedad y frenesí con la comida. Para mi es mejor comer sentado y en calma.


Este comportamiento empezo en casa de mi madre cuando yo volvia a casa de madrugada despues de una noche de fiesta, solo, cansado y triste. La cocina de mi madre estaba abierta al salon y tenia una especia de barra como tienen algunas cocina modernas. Yo comia a nevera abierta, poniendo las cosas sobre aquella barra y viendo la tele de madrugada.


Era un comportamiento que se repitio contiuamente durante mi juventud, y que creo que hacia para compensar el hecho de haber sido rechazado una y otra vez por cualquier chica que hubiera conocido saliendo de noche. Veia que mis amigos ligaban y yo no, y usaba la comida como consuelo.


Esta conducta paro al irme de casa de mi madre. Creo que aquella cocina lo favorecia, por que estaba abierta al salon y a la tele, y era zona de paso a las escaleras para las habitaciones. 


Solo alguna vez he vuelto a sentir algo parecido cuando he tenido que comer en un bar de pie, en muy contadas ocasiones. Alguna vez en bares de gasolineras, por que nos teniamos que ir, o iba en un autobus, y teniamos poco tiempo para comer. Y comer asi de deprisa me hacia sentir raro. Pero es una situacion que solo se me ha vuelto a dar muy pocas veces.


Sin embargo durante las recaidas, si he vuelto a comer de pie. Sobre todo al principio de los atracones en la cocina de pie mientras iba abriendo paquetes de comida preso del deseo y frenesi. Llego un momento que no era capaz de espera a llegar a casa y comia de pie en el ascensor subiendo a casa. Como no me gustaba verme a mi mismo comiendo reflejado en el espejo del ascensor, me giraba y daba la vuelta al espejo, en un intento de negacion por ignorar el daño que me estaba haciendo a mi mismo.




Comer en estados emocionales alterados o comer en situaciones emocionalmente tensas, también me es compulsivo. Si como estando en una situación tensa, tengo mas posibilidades de que mis emociones me lleven a saltarme el plan de comidas. Para mi es mejor calmarme primero antes de comer. Y si tengo algún problema grave, primero escribir, y llamar antes de comer.  No puedo comer a la vez que recibo muchos estímulos externos, por que relajo la alerta sobre mi Modo de comer. Si hay una discusion a mi alrededor, o mucha gente hablando, tiendo a bajar la guardia con la comida.


Lo de comer en situaciones emocionalmente tensas, me recuerda a cuando mis padres aprovechaban el momento de la comida para discutir y pelearse en su dañado matrimonio que iba cuesta abajo. Yo lo que hacia era meterme en la televisión, ver las noticias y pasar de ellos. Y por eso, al contrario que a mucha gente en oa, a mi ver la televisión mientras como (sentado en la mesa eso si), y ver las noticias, me da mucha calma. Creo que esta conducta empezo cuando me acostumbre a ver a mis padres peleandose mientras comiamos. Era el unico momento del dia en el que nos juntabamos todos y mi madre aprovechaba para sacar a relucir sus defectos de carácter contra mi padre. Recuerdo estar nervioso en la mesa, y como estaba la tele puesta, meterme en el telediario, ignorar lo que decian, y tranquilizarme asi.


Poco antes de entrar en OA, recuerdo que me llamo un antiguo compañero de trabajo de la empresa en la que trabaje que era una tapadera de drogas. Me llamo cuando yo ya me habia ido de la empresa y estaba a punto de entrar en oa. Aquella llamada me puso tan tenso que fue colgar e irme directamente a la comida. Es la primera vez que yo recuerdo que comi estando alterado emocionalmente de manera consciente por eleccion propia. Y fue cuando empeze a ser consciente de que habia algo mal en mi.


Recuerdo especialmente tensas las cenas de navidad con mi familia despues del divorcio cuando yo ya estaba en OA. Mi madre aprovechaba para desahogarse conmigo, y yo no lo podia soportar. Era toda la cena criticando a mi padre, a mi hermano, a la familia de mi padre. Como no tenia nadie con quien hablar, cuando yo iba soltaba contra mi todo lo que sentia que tenia acumulado durante meses. Yo no lo podia soportar. Lo intente varias veces. Incluso le pedi que no me hablara asi. Pero despues de recaer varias veces en navidad en casa de mi madre, decidi que mejor no dejarme caer por alli en esas fechas, por que mi abstinencia es para mi mas importante, que aguantar toda la basura emocional que mi madre suelta contra mi por sistema.


No puedo comer discutiendo. No puedo comer mientras hablo o discuto de un tema que me implique emocionalmente, ya que me altera, estoy al tema de conversación y no a como estoy comiendo. Cuando he vuelto a casa de mi madre estando ya en OA, es lo que hace mi madre. Aprovecha que me tiene sentado para empezar a solarme toda su basura emocional. Luego aprendi de una compañera, a que si mi madre me hacia eso, lo que tenia que hacer era levantarme e irme. A las tres o cuatro veces de hacerlo, cuando veia que hacia el gesto, se paraba y me decia: “tranquilo que ya no te digo nada mas”. Pero deje de hacer esto no se por que. Y las ultimas veces que he vuelto a verla sigue igual. Tengo que volver a hacer esto, a educarla, y decirle que a mi no me puede estar hablando criticando a toda la familia y metiendose en mi vida a manipularme mientras estoy comiendo por que no lo soporto.


Hubo un momento en mi recuperación, que cuando mas emocionalmente tenso estaba, mas limpio se volvía mi plan de comidas, por que sabia que estaba en peligro. Eso me paso después de varios años abstinente. Y no se realmente como paso, o como aprendi ese mecanismo, pero me vino muy bien en situaciones emocionalmente tensas que tuve que pasar: como ser despedido del trabajo, o que mi pareja me dejara, o pelearme con una pareja de amigos y tener que sacarlos de mi vida. Me ponia alerta, me enganchaba a la literatura, y tenia el plan de comidas limpio sin ninguna clase de deseos. Eso me ayudo muchisimo. Era como un mecanismo de defensa, y en este momento senti que ya no me comia las emociones, sino que las procesaba con el programa.


Ahora que me he cambiado de casa, estoy comiendo en la cocina, solo con musica, no delante de la tele, y esto me da mucha mas tranquilidad.


Comer tumbado en el sofá, picoteando cosas de bolsa mientras veo una película, es uno de los comportamientos que mas he hecho cuando he estado en recaída, y que gracias a dios, ya no hago. Creo que es uno de los comportamientos con los que he ejercido la compulsión. Como si el comer viendo una película, fuera de mis horarios de comidas, fuese un placer. Lo que vende la sociedad de ir al cine a ver una película picando algo, como situación de placer. En mi caso tumbado en el sofá y solo. 


Empece a hacer esto en la ultima recaida. Creo que por que cambie el sofa del salon y puse uno mas comodo delante de la tele. Hasta aquel momento nunca habia hecho esto. Y cuando comia delante de la tele tumbado en el sofa, no sentia nada. Era como si mis emociones desaparecieran y de repente no sentia nada. Pero al terminar empezaba el dolor fisico por las digestiones tan horribles.


Me recuerdo a mi mismo tumbado en el sofa, hinchado, con el estomago abultado, y pensaba que tenia un balon de baloncesto pegado a mi mismo y que me odiaba a mi mismo, pero que no era capaz de parar por mi mismo, sin comprender por que me hacia tanto daño, por que me seguia creyendo las mentiras de la enfermedad en mi cabeza.


Revisar armarios buscando comida es una situación a la que llego cuando ya estoy compulsivo. Si me veo haciendo eso sé que estoy compulsivo, porque estoy buscando algo que llevarme a la boca. A veces me sorprendo a mi mismo abriendo la nevera y me digo: pero que hago yo no venia a la cocina a esto, yo lo quiero beber agua, o he venido por un trapo. Esto de rebuscar buscando comida empezo en mi infancia y adolescencia, cuando mi madre escondía la comida por casa y mi hermano y yo la buscábamos por toda la casa. Como si fuera alguna clase de juego de buscar el tesoro, en el que asociamos la alegría de encontrar el tesoro escondido a la comida dulce y rica. A veces en sitios que no son mi casa si estoy buscando alguna otra cosa y abro un armario y me encuentro comida ya sé que esa comida no es mía, lo cierro y me voy sin tocarla.


Me ha pasado alguna vez en los grupos. Como en algunos sitios compartimos sala con otras hermandades donde si comen, he abierto algun armario para ir a coger libros, y he visto paquetes de cosas que tienen los de los otros grupos. Los he ignorado, he ido a otra cosa. En algunas iglesias hay incluso cocinas. Recuerdo un verano que fui a coger agua fresca de la nevera, y habia un plato con dulces en la nevera, por que en verano el chocolate se derrite. Asi que cogi el agua, y pase del plato que habia ahi.




Otra conducta compulsiva es coger comida que no es mía. Pocas veces he hecho esto. 


Recuerdo que en el instituto, sin pedir permiso ni avisar, cogí un cacho de comida de un dulce que se estaba comiendo un amigo cuando la tenia en las manos. Y el chico se cabreo conmigo. Y luego nos peleamos, pero a nivel tontería de críos. Pero aun así me dejaron de hablar, el y otro amigo mas. Ahí me doy cuenta de lo poderosa que era la gula para mi que me llevaba a invadir el espacio personal y la comida de otras personas. Sentí que me había equivocado, y me sentí muy avergonzado, pero no sabia como arreglar la situación ni pedir disculpas. Seguimos peleándonos como críos, medio en serio medio en broma, y al final esa amistad la perdí, por mi gula y soberbia.


Creo que al principio de llegar a OA. Cuando era mucho mas joven, y compartía piso, recuerdo si haber cogido comida de algún compañero de piso alguna vez. Y luego la reponía. Recuerdo haberlo hablado con ellos, y haber roto mi anonimato. En vez de que se montara una gran pelea como yo me esperaba, fueron muy comprensivos conmigo. Y eso me ayudo a no volver a hacerlo.


Algo que esta relacionado con esto es comer del plato de otras personas.


Comer del plato de otras personas es un acto que incluiría también dentro de lo que es “coger comida que no es mía”. Lo he hecho infinidad de veces en restaurantes, ya hace muchísimo tiempo. Por lo menos ya aprendí a preguntar primero por una cuestión de respeto. Detrás esta mi gula insaciable. A mi ex pareja, con la que conviví 10 años, durante un tiempo le cogía comida de su plato. Cocinaba yo, por que ella no sabia ni le interesaba. Yo ponía dos platos iguales. Y como ella era muy pequeñita y delgada, siempre le sobraba. Así que yo siempre le cogía. La chica se dio cuenta y protegía su plato, lo que a mi me sacaba de mis casillas. Luego deje de hacerlo. Me di cuenta de que era una situación tensa y que generaba odio entre los dos. Así que deje de hacerlo con el tiempo, y el trabajo de los pasos. Al final aprendí a pesarme mis comidas, y eso me libro de esto. Tambien aprendi que respetar la comida de otras personas es respetar a esas personas. Respetar sus posesiones y su espacio personal.


Comerme las sobras de otras personas. También lo he hecho incontables veces, sobre todo comiendo fuera de casa. Aprendí de las compañeras que yo no soy el cubo de basura de nadie. Y que tengo que tener dignidad como para mantenerme a mi mismo con mi propia comida. He cogido de platos ya comidos. Esperaba con impaciencia y deseo el momento en que las personas paraban y cuando otros ya estaban llenos, como les sobraba, yo les decía si me podía comer los restos. Algo totalmente denigrante y vergonzoso para mi.


Aprendí con el tiempo que respetar la comida de otras personas es respetar a esas personas. Y nunca lo he vuelto a hacer. La liberación de esto vino cuando empece a pesar mi comida en casa. Eso me ayudo a gestionarme las cantidades. Y saber que toda esa comida extra, esta fuera de mi plan de comidas, por que es comparable a por ejemplo, picotear entre horas. Es comida añadida. Es mi adicción al exceso de comida y las grandes cantidades, la que me habla en ese momento, y por lo tanto tengo que renunciar a ello y decir NO.


Comer en el coche.

No se cuando empezo esta conducta compulsiva de comer en el coche. Lo peligroso de esto es comer mientras conduzco. Por que  estar manipulando envoltorios con las manos mientras sujeto el volante,  o soltar el volante para coger comida, puede provocar que tenga un accidente. Siempre dicen que la comida mata lentamente, pero yo creo que al volante la comida es tan peligrosa como el alcohol y puedo matar rapidamente. Comer compulsivamente en el coche es de las conductas compulsivas que me da mas miedo, por que entiendo que es de las mas peligrosas.

Recuerdo una vez, poco antes de entrar en OA, que trabajaba en otra ciudad como a 1 hora de coche de casa de mi madre. Como siempre iba con prisa, a veces me daba por desayunar camino al trabajo. Si paraba a hechar gasolina, compraba algo, y lo ponia en el asiento del copiloto, e iba picando mientras iba hacia el trabajo. Recuerdo una vez perder el control del coche mientras hacia esto. Fue solo un susto, no tuve ningun golpe, pero aquella era una carretera con muchas curvas, y una gran barrera de hormigon en el centro para separar los dos carriles. Asi que deje de comer en el coche aquella vez por miedo a estrellarme.

Despues de entrar en oa y empezar el trabajo de mi recuperacion me di cuenta de la tentacion de las gasolineras. No solo parando con el coche, si no tambien pasando por delante caminando por la ciudad. Aun me resulta extraño comprender como un sitio que es para repostar gasolina es tambien una tienda cargada de alimentos compulsivos para mi. Al final he entendido el por que de esto. Primero las empresas buscan diversificar lo que venden en la gasolinera para maximizar sus beneficios. Y segundo muchos pasajeros comen para paliar el aburrimiento en viajes largos. 

Durante un viaje un amigo me pidio comer en mi coche. Yo le dije que mejor no. Que mejor parabamos y que comiera lo que quisiera. Y eso hicimos. Asi me evitaba la tentacion de tener comida a la mano y de ir picando mientras conducia. Fue un gran alivio ponerle este limite a este amigo. Y ya que paramos aprovechamos para comer como dios manda, el se sintio satisfecho y no necesito ir picoteando el resto del viaje.

Una vez que estuve de viaje en coche en Francia con un grupo de amigos, les dio por comprar queso Frances el dia que nos volviamos. Yo iba de pasajero esta vez, no era mi coche. Como era verano y el coche estaba al sol, aquello se calento y empezo a oler mucho. Todo el coche empezo a oler a queso. Tuvimos que ventilar. Como los compañeros no se fiaban de que no se pusiera malo con el calor, durante un parada lo abrieron y se lo comieron todo. Yo no recuerdo si participe o no. Pero si recuerdo quedarme mucho mas aliviado cuando se lo comieron y se acabo aquel alimento.

En estos viajes largos o durante epocas en la que he tenido que conducir mucho, recuerdo que las gasolineras eran un sitio que me ponia compulsivo. Estar mucho tiempo al volante solo, me hacia desear el parar y comprar cualquier cosa. Hubo una epoca que recaia asi. Aunque eran recaidas pequeñas y me perdonaba a mi mismo por ello. Deje de hacerlo poniendome audios de oa en el coche, por que tenia reuniones antiguas grabadas en cd. Y tambien musica alegre que me permitiera cantar, por que esto cortaba el discurso de mi pensamiento enfermo y llevaba mi mente a otra cosa.

Al final logre alejarme de las gasolineras como lugar compulsivo. Llenaba el deposito y me duraba mucho tiempo asi que no tenia que ir a la gasolinera tanto. Y luego aprendi a buscar las gasolineras que no tienen tienda, que ademas suelen ser mas baratas. Y esto me libero de la compulsion en las gasolineras. 

Tener dinero suelto, o acceso a la tarjeta de crédito.

Mi problema con el dinero empezo en las maquinas de comida del transporte publico. En la ciudad estan por todos lados, incluido estaciones, oficinas, a veces incluso en la calle. Con dinero en el bolsillo, convertia ese dinero con comida muy rapidamente. Llego un punto que el simple hecho de tener dinero, ya me ponia compulsivo.

Una vez a la salida de un grupo, iba por el metro con una compañera recien llegada. Esta chica era hija de una compañera, y era un poco exceptica con los grupos. Pasamos por delante de una maquina de comida del metro y ella me pregunto que sentia cuando veia los alimentos dentro de esa maquina. Yo le respondi que me daba un vuelco el corazon. Aun no estaba en un punto de neutralidad ante la comida como he tenido tiempo despues. Supongo que ella juzgo el programa por esa respuesta mia y no volvio mas. O como venia por mediacion de su madre, no estaria muy convencida. Siento no haber sido el mejor ejemplo en aquel momento. Yo aun estaba en mi propia lucha.

Recuerdo una vez en la que trabajaba en una empresa en la que habia un par de máquinas de comida. Alli pasabamos muchas horas.  En los largos dias en los que no habia nada que hacer y los jefes no andaban por alli aquella maquina era el centro de atención. Fue aquí cuando empece a dejar de llevar dinero en el bolsillo para no comprar nada alil. Sin embargo un compañero descubrio que si volcabamos la maquina podiamos comer gratis. El lo hacia por que era familia de los dueños de la empresa y no temia que le dijeran nada. Pero a mi esto me parecia peligroso y una aberracion.

Alguna vez he llegado a encontrarme comida gratis en la maquina del trabajo. Algo que alguien se habia dejado olvidado. O como cuando pides y en vez de caer un articulo, caen dos y el segundo se queda ahi. A veces tambien hacia que si una cosa caia y golpeaba a otra, me caian las dos y una era gratis. Supongo que el hecho de la comida gratis, despertaba mi deseo por comer. No eran grandes cantidades, pero si era un picoteo puntual que se producia de vez en cuando. Y que luego al volver a casa si me desencadenaba el atracon.

Como metodo para cuidar mi abstinencia empeze a no llevar dinero suelto. Esto me libero de la compulsion momentaneamente. Pero la compulsion siempre vuelve. Recuerdo que la obsesion me llevaba a ir mirando a ver si me encontraba algo de dinero por la calle para asi poder ir a comprar mis alimentos compulsivos. Si alguna vez tenia que hacer alguna compra en efectivo, me deshacia rapido del dinero. Se lo daba a un mendigo. Compraba loteria, o alguna otra cosa que no necesitara. Llegue a olvidarme dinero en el tren, con tal de no salir de la estacion con monedas en el bolsillo y pasar por delante de las maquinas de comida que habia en aquella gran estacion con monedas en el bolsillo.

Toda mi obsesion por la comida se convirtio en no tener dinero encima por que si no, sabia que lo convertiria rapidamente en comida y recaeria.

Recuerdo una vez que estaba con amigos, que le di el suelto que me sobraba a un amigo. Era poco dinero, apenas unas monedas, y como el estaba sin trabajo, se ofendio. No queria el dinero, y yo le insisti, desesperado, y el se lo tomo como un insulto, como si le estuviera llamando pobre. Cuando en realidad es que ese dinero para mi era peligroso y me daba mucho miedo tenerlo encima.

Cuando empeze a dejar de llevar dinero suelto descubri la tarjeta de credito, que es peor, por que con tarjeta no vas a comprar poca cantidad. Empece a asaltar los supermercados en el camino de vuelta a casa. La tarjeta era mucho peor, por que en muchos sitios habia un minimo de cantidad economica para pagar con tarjeta. Y eso hacia que comprara mas cantidad de comida. Fue el inicio de mi relación adictiva con los supermercados. 

Asi que empece a dejar de llevar tarjeta y dinero por la calle. Con mi documentacion y el abono de transportes era suficiente. Me sentia como en una pelicula de zombies, siempre huyendo del dinero para no tener la posibilidad de convertirlo en comida. Esto fue durante el periodo largo de recaida que tuve despues de llegar al programa que duro cuatro años. Aun no se me habia apagado el deseo de comer compulsivamente.

Una vez me encontre con un amigo y tomamos café y me tuvo que invitar el, por que yo no llevaba ni dinero ni tarjetas. Me senti humillado. Como si fuera inferior a las demas personas, y como si me estuviera aprovechando de mi amigo.

Mil veces me han invitado las compañeras a café despues del grupo por que saben que tengo problemas con el dinero suelto. He estado sin poner en la bolsa septima durante mucho tiempo por este motivo. Lo que hacia era hechar mucha cantidad en las convenciones.  Y cuando subastaban algo lo compraba caro, y luego lo regalaba.

Durante la ultima recaida, estaba en un sitio que vivia rodeado de tiendas. Entrar y salir de casa me resultaba compulsivo si llevaba dinero o tarjeta. Un compañero me recomendo un metodo que usaba el para evitar los atracones nocturnos. El usaba una una caja de seguridad con cerrojo de tiempo donde metia los alimentos que comia de madrugada. Yo  empece por meter la tarjeta de credito ahi, y me funciono. Era bloquear el aparato y la compulsion desaparecia.

Pero entonces se abrio otra puerta. La compulsion es como el agua y siempre busca caminos. Descubri las paginas web de ordenar comida a domicilio. Es como si la compulsion se trasladara de una conducta a otra. Como si buscara siempre su camino, como el agua.

De esta otra conducta tambien trate salir cortandome mi acceso al dinero. Desconfigure mi cuenta de paypal para pagos por internet. El salto habia sido del efectivo a la tarjeta, y de la tarjeta a paypal. Desconfigurarme el paypal tampoco me ayudo. Al final lo que hacia era meter mis llaves en la caja con cerrojo y temporizador. Si no podia abrir al repartidor, no podia pedir. Y eso fue liberador, maravilloso, y me ayudo mucho.

La enfermedad me roba mi independencia economica y mi libertad. La obsesion hace que use mi dinero es para comer compulsivamente. Da igual el medio. Y como he leido en los libros va de poco a mucho, gradualmente. De los poquitos (suelto) a los muchitos (pedir por internet es muy caro). En ese viaje de empezar a recaer con monedas en las maquinas en el trabajo y en el metro, a luego saltar a la tarjeta, y por ultimo a pedir por internet, me doy cuenta de que las cantidades que gastaba en comida se fueron incrementando. Hay me doy cuenta como es mi adiccion, que destruye mi economia, al igual que los adictos a las sustacias que terminan deshauciados y sin dinero.

Comer demasiado fuera de casa.

Creo que fui consciente de mi adiccion a la hosteleria, a comer fuera de casa, poco despues de entrar en OA. Tuve que hacer un viaje por trabajo y quedarme en casa de un jefe mio en la provincia de al lado. El tenia alli los servidores de la empresa. Y por eso iba a trabajar alli de vez en cuando. Era una zona muy tipica de tapeo. Recuerdo una noche que salimos por ahi y cenamos de tapas. Fue de las primeras veces que perdi la abstinencia y lo recuerdo muy bien. Esa vez fue cuando me di cuenta de que tenia un problema con el comer fuera de casa. Por que me rompe la rutina, y pone a mi alcance una serie de alimentos que normalmente no tengo a la mano.

Poco tiempo despues, a la salida de un grupo, una compañera me dijo que cuando estaba en recaida ella iba a los bares de menu por que le ayudaba, por que ahi la comida tenia un principio y un fin y le daban unas cantidades razonables. Y asi poco a poco iba normalizando su manera de comer. Eso me impresiono, y la verdad es que los restaurantes de menu es uno de los sitios que no me es compulsivo. Solo tengo que tener cuidado con el pan y los postres. Creo que es por que se trata de comida cocinada tirando a casera y no de comida rapida e industrial que es donde estan la mayoria de mis compulsivos.

En relación a comer fuera, uno de los temas donde tuve que aprender a sobrevivir fue a comer en el trabajo. Al principio de estar en oa estuve trabajando en un sitio donde podia volver a comer a casa. Pero despues me tocaba llevarme mi comida o buscarme la vida.

Estuve en una empresa que no teniamos comedor, ni cocina, ni nada, para los que eramos trabajadores externos.  Los internos eso si, tenia acceso a un restaurante que era buffet libre. Habia una cafeteria, esos si. Pero habia poca comida. De vez en cuando los externos nos colaban al restaurante de buffet por que les sobraban tickets.

Aprendi a sobrevivir a un buffet libre en aquel trabajo. Los compañeros tenian la leyenda de que la gente alli subia de peso. Normal si todos los dias comian en un buffet libre. Yo para sobrevivir a aquellas veces fue tomar un primero, un segundo, y que los platos tuvieran una cantidad moderada, no llenarlos de todo hasta que hiciera monton no que estuviera liso. 

Comer en el trabajo era como comer fuera. La alternativa era comerme mi comida de casa fria en mi propio sitio o en un parque, o comer en la calle. Como tardaba mucho en ir y volver por que aquel trabajo estaba lejos (como a dos horas de mi casa), empeze a comer en la cafeteria. Que era barata, y podia comer muy ligero. Una ensalada y una torilla francesa. Asi que logre adaptarme y fluir. Y recuerdo que comiendo asi durante una temporada logre perder peso. Solo una vez a la semana, como un descanso, me permitia ir a comer de menu fuera de la empresa, a un bar de trabajadores que habia cruzando la calle. Y descubri que alli tenia fruta de postre, que no en todos los sitios tienen. Esto me ayudo mucho con mi abstinencia. Fue la epoca que estuve mucho tiempo abstinente. Aprendi a fluir con mi plan de comidas fuera de casa, adaptandome a lo que habia, y sacando la gula y el exceso de mi manera de comer.

Fue aquí donde aprendi, que un buen limite para mi era comer fuera una vez a la semana.

Usar a mi novia como pretexto para ir a restaurantes continuamente. Cuando venia a mi casa, a medio dia cocinabamos, pero por la noche saliamos siempre a comer fuera, para no estar todo el encerrados en casa y metidos en la cocina.

Tiempo despues, y en otras circunstancias, cuando ya no trabajaba en esta empresa, poco a poco fui renunciando a los restaurantes de tipo buffet. No me lo propuse, ni me di cuenta. Simplemente salio asi. El tema de estos restaurantes es el peligro de pasarme con las cantidades, y de tener acceso a alimentos que son compulsivos sin que haya limite. Sin embargo, como aprendi a sobrevivir en un buffet, y en algunas convenciones de oa la comida era tambien de este estilo, al final me adapte, supere la dificultad, y esta clase de restaurantes ya no me son compulsivos. La compulsion de estos sitios es la que yo lleve conmigo. Pero si estoy bien emocionalmente, no tengo por que recaer ahi. Primero y segundo moderados, y postre abstinente tipo fruta. Asi que ahora puedo ir a algo asi puntualmente. Pero es muy raro, puedo estar años sin ir a un sitio asi. Alguna vez con amigos, o un viaje, una convencion de oa, por que caiga en un hotel asi. Pero es algo muy raro y excepcional, cuanto antes sentia una fijacion por esta clase de restaurantes e iba continuamente a comer en exceso. Siento que tengo una nueva clase de relacion con este tipo de restaurantes.

Cuando estuve haciendo servicio en oa a nivel internacional, y en algunas convenciones aquí, me he encontrado que en el alojamiento la comida era restaurante tipo buffet. En estados unidos la comida y el desayuno era buffet, pero la cena era fuera del hotel por cuenta de cada uno. Fue una experiencia, estar casi una semana, o 10 dias, comiendo fuera de casa. Aplique lo que ya sabia y aprendi a sobrevivir. Ademas el hotel no era para nosotros solos, si no que era un hotel enorme y habia otras personas que no eran de oa alli tambien alojadas que no tenian nada que ver con la convencion. Asi que en el buffet habia de todo. Aprendi a centrarme en lo que yo si podia comer, y aplique lo que yo ya sabia. Primero segundo y fruta de postre. Pero las cenas era otro cantar. Por que era una pais extraño, cada restaurante era una loteria, y ademas era tipico del pais la comida muy picante. Todo picaba. Solo tras varios años yendo alli, las compañeras me llevaron a un par de sitios que no picaba la comida. Asi que yo ya me dejaba llevar a donde dijeran las compañeras. Por que o bien nos juntabamos para ir en autobus o ibamos en taxi o en el coche de alguien. 

Aqui pude aprender bien lo de adaptarme a las situaciones, el lema que dicen las compañeras “o te doblas o te rompes”. Es decir muchas veces no puedo controlar mi comida y tengo que soltar, y comer lo que haya, aunque no sea lo mejor, por que la otra opcion es o no comer nada, o comer compulsivos. Fluir con las situaciones y con la comida, mas que montar pataletas, o entrar en panico por no poder cumplir el plan de comidas, cosa que he visto que le ha pasado a algunas compañeras.

Un ejemplo de esto son los vuelos transoceanicos. Me tiraba un dia entero metido en aviones. Y en los vuelos largos, de 12, 14 o 18 horas, me daban de comer varias veces las azafatas. Y no habia nada que hacer excepto ver peliculas o leer. Yo en los aviones no puedo dormir por el ruido. En la web de la compañía aerea podia seleccionar el tipo de menu, como “vegano” o “bajo en calorias”, pero es un misterio lo que daban hasta llegar alli. Y ademas no se puede meter comida en el avion. En estos casos la comida si que esta en manos del poder superior totalmente. Recuerdo que el tipo de comida especial solo era para la comida principal, es decir, comida y cena, pero que el desayuno era como los demas. Yo cogia lo que me tocara, normalmente un dulce a parte del café, y se lo daba a otros pasajeros a mi alrededor. Y muchos de ellos quedaban agradecidos. Para mi era una manera de despejar balones fuera. La comida de los aviones no es la mejor, ni es la mejor situacion, pero yo aprendi a sobrevivir y mantenerme abstinente incluso en esa situacion.

La vez que tuve un antojo de  ir a un restaurante de sushi por navidad. No de sushi concreamente, si no de un restaurante concreto. Por que era un buffet y alli podia comer todo el sushi que quisiera. Ademas los platos pasaban al lado como en un cinta transportadora. Y era la cantidad y ese formato lo que me atraia. Este antojo era pura gula y adiccion al exceso.

El sushi, ahora se que lleva azúcar, por que lo mezclan con una clase de vinagre dulce para que este pegajoso y así poder formar esa especie de bolas.  Era mi adicción al exceso de comida, a la hostelería, al azúcar a través del arroz, y a los alimentos altamente calóricos. Comía sin darme cuenta de que aquello era un atracón. Comía en esta clase de restaurantes hasta que no podía mas y me sentía mal. En aquel momento no sabia todo esto. Después lo he comido puntualmente, en un formato mas medido, con un principio y un fin. En restaurantes con mucha menos cantidad, y no he tenido problemas. Me he quedado con las piezas de sushi que fueran solo arroz y pescado, sin mucha salsa y fantasias, y me sentido mucho mejor. Sin embargo siempre he pensado que el sushi me recuerda a pastelitos salados, que eran como la repostería pero a la japonesa, y que para mi eran un sustitutivo de las bandejas de pasteles. Así poco a poco me he ido alejando de el. Y a día de hoy prefiero no comerlo. Por que me genera muchas dudas e intranquilidad. Es muy raro que yo lo coma. He estado años sin probarlo. Y cuando lo he comido ha sido muy de vez en cuando, como una vez al año o asi. Y no me ha supuesto un problema desenfrenado de compulsion como antes.

He pensado que si alguna vez vuelvo a un restaurante asi, lo que puedo hacer es coger las piezas que quiera hasta llenar un plato, y hacer como en otra clase de buffets. Un primero, un segundo y postre saludable. En vez de estar cogiendo piezas sin un principio ni un final.

Comer para tapar las emociones:

He sido incapaz de controlar mis emociones, y he acudido a la comida para apaciguar mi dolor, en vez de enfrentarme a los problemas, las situaciones o las personas.

La enfermedad es una trilera, una mentirosa. Me vende que  como lo he pasado mal me merezco un gustito, una recompensa y no sufrir. Y que la comida me lo va a dar. Y eso mentira. Por que cuando pasa de la boca al estomago empieza el dolor y el sufrimiento. Pero la comida consigue su efecto. Se me olvida lo que fuera emocional que estuviera tapando, y ahora solo queda el dolor de la comida. Asi que la comida como ansiolitico yo creo que es muy mala por que su efecto dura muy poco y todo son efectos secundarios, demasido largos como para exponerlos todos.

No era consciente, simplemente me pasaba algo malo y comia.

Creo que el comer para tapar las emociones viene de haber convivido mucho tiempo con adictos, o coadictos, por haber crecido en una familia disfuncional con todos sus miembros (incluido yo) siendo adictos.

Ademas de en mi familia, tambien me he cruzado con muchos adictos en la vida. Por ejemplo en el trabajo. Recuerdo un verano, que estaba trabajando en una empresa dedicada al espectáculo, la música, y el mundo de la noche, me tope con alguien que era una persona muy adicta a las drogas. Esta persona, además, tenía poder sobre mí, por que era mi jefe. Veía que mi vida, mí sueldo, mi sustento, estaba en manos de alguien que me usaba como una herramienta, y que gastaba mucho dinero en drogas. Pase mucho miedo y angustia. Los tira y afloja con esta persona eran muy dolorosos para mi. Poco a poco el jugar con la comida empezo a entrar en mi como mecanismo de compensación y yo no me daba cuenta. Aunque en aquel momento creo que estaba saliendo de la fase de restricción y pivotando hacia el exceso compulsivo.

Tambien justo a la vez, con poco tiempo de diferencia conoci una chica. Era la ex de un amigo mio que lo habian dejado. Yo inicialmente no queria nada. Primero por que no me atraia y segundo por que habia sido la novia de mi amigo de toda la vida. Ella estaba jugando con unos y con otros y se encapricho de mi. Me persiguio. Hizo lo imposible por estar conmigo. Asi que, inexperto de mi, decidi darle una oportunidad, y ella me trato fatal.  Se lio conmigo y luego me dejo. Me hizo daño, por que me puso en mala posicion social, y eso me hizo comer. Yo solo fui una conquista mas. Ella me estaba usando para vengarse de una relación previa. 

Todo esto se mezclo en mi cabeza y mis sentimientos, junto con los problemas de trabajo, y fue cuando recuerdo que empezaron los atracones conscientes. Y fueron en casa de mi madre. No tenia que irme a buscar la comida fuera, por que la casa de mi madre esta llena de mis alimentos compulsivos.

Al principio de estar en OA, todavia viviendo en casa de mi madre, recuerdo una llamada con un compañero de trabajo muy tnsa, que fue colgar e irme a comer compulsivamente. Aun no habia aprendido a procesar las emociones con el programa, y tenia mis alimentos compulsivos muy a la mano.

Ver a mi madre me revuelve las emociones, toda mi familia enferma y eso me lleva a comer compulsivamente. Ademas que mi madre me incita a comer compulsivamente. Ella ha vivido mi fase restrictiva de la enfermedad, y toda su preocupacion es que coma de todo y mucho, por que es lo que esta acostumbrada a verme comer siempre. Su orgullo siendo yo niño era que comiamos mucho. Ella vivio la epoca de la postguerra de un hambre y pobreza extrema, asi que todo lo que quiere es verme comer mucho y que sea gordo, como es la mayoria de los miembros de mi familia. A ella le dan igual mis problemas de salud asociados al sobrepeso, o la discriminacion que he sufrido a lo largo de mi vida por mi peso. 

Cuando nos vemos, me observa como si fuera un caballo como comprobando mi salud y a mi eso me agobia. Observa todo lo que como al milimetro. Y cuando ve que como algo, lo compra 10 veces hasta el exceso.

Ademas mi madre evalua y controla mi vida. Es su manera de sentirse util. Vivir encima de los demas, diciendoles lo que tienen que hacer. Yo la freno y le pongo limites con esto. Le digo que me deje mi vida a mi y se meta en la suya. Pero sigue siendo asi siempre. Es el control de los familiares de los adictos sobre el adicto. Solo que mi madre es comedora compulsiva tambien.

Por todo esto a mi relacionarme con mi madre me revuelve mucho emocionalmente. Me produce un dolor tal que si ademas ella me esta arrimando comida, la recaida esta servida. Hubo un momento de mi recuperacion que vi claro que no podia convivir con ella, y menos aun comer en su casa. Hay veces que la he visto para llevarmela a un mercadillo y que asi se distraiga  no centre su atencion controladora en mi, pero ni por esas.

Mi madre me tiene idolatrado y subido a un pedestal. Mi hermano es el porretas ladron que le quito muchisimo dinero para fumarselo, y yo como me fui y me puedo mantener a mi mismo y me va bien, soy el ejemplo, el favorito, y mi hermano es un desastre. Y como yo no voy por alli para nada, por lo peligroso que me resulta, entonces se le genera falta, y eso le genera un deseo codependiente controlador hacia mi, que a mi me agobia muchisimo. Ademas siempre ha tratado de sustituir a mi padre por mi despues del divorcio y yo no estuve dispuesto a eso. 

Por todo esto relacionarme con mi madre me revuelve mucho emocionalmente y me lleva a comer compulsivamente. He pensado que quizas necesite el apoyo de otra hermanda, ACA, hijos adultos de alcoholicos, para trabajar esto, por que es cierto que siempre he me he relacionado con mi familia he recaido. 


La soledad y el autoaislamiento.

El autoaislamiento, el refugiarme en la soledad fue un mecanismo que aprendi en la niñez para huir del daño que me podian hacer otras personas.

Creo que en mi vida siempre he tenido dificultad para sentirme integrado en los grupos por el bullying. Siempre tiendo pensar que no encajo en los sitios, por que aprendi a vivir asi siendo excluido y señalado por los demas.


Tuve muchos motes. A mi, ser excluido, ser tratado diferente me dolía mucho. Ahora me doy cuenta de que era muy sensible, todo me dolía. Era tímido, asustadizo, y rellenito.  Huía de otros niños. Solo salía a la calle para ir y volver al del colegio / instituto a casa. Aun así me las apañe para tener algunos amigos, pero me llegaron a decir que yo era culpable de mi situación, por ser tan sensible y por ser gordo, aunque no con estas palabras.


Asi que yo preferia aislarme en mi mismo y no relacionarme demasiado con los demas, por que eran una fuente de dolor. Recuerdo que durante los veranos cuando aun estabamos en casa de mis padres y no en el pueblo, salia muy poco a la calle, y que me entretenia jugando y viendo la tele con mi hermano.


Solo salía a partir de las ocho de la tarde con mi bicicleta. Yo era muy malo en todos los deportes por mi físico y siempre se reían de mí. Incluso mi profesor de karate se reía de mí y deje de ir. Durante una época me refugie en la soledad de la bicicleta. Atacaba mi gordura así, me movía por la ciudad, y era por que podía ir rápido con ella y no me cogerían, era un elemento de huida. De huir de otros niños, mis enemigos, de luchar contra mi cuerpo. 

La primera vez que me aisle del mundo conscientemente para cambiar mi fisico con la restriccion fue cuando teniendo sobre unos 20 años largos se cruzo una mujer en mi vida que parecia interesada en mi. Ella era la hermana de mi mejor amigo y estaba separada. Tenía un hijo de su anterior matrimonio. Yo no me acerque a ella, fue ella la que vino a mí. Buscaba un padre para su hijo y ella se acerco a mí con la intención de usarme, por que le llamo la atención que a mi me gustan mucho los críos. Yo era buena persona con ella, pero a nivel de pareja ella se iba con otros. Aun así yo era tan inocente y estaba tan deslumbrado que no me di cuenta. Yo hasta entonces había pensado que siempre estaría solo por que no me gustaba mi cuerpo y pensaba que jamás iba a ser capaz de gustarle físicamente a nadie. Y efectivamente así fue, ella quería mi mente y mis sentimientos, pero no mi cuerpo. Me vieron sus amigas y le dijeron algo parecido a “como te puedes ir con el gordo ese”. Fue muy cruel. No me lo dijo claramente, pero no quiso ser mi pareja por que no le gustaba mi cuerpo. Mi amigo me dijo que su hermana estaba esperando que yo hiciera “algo”, como que adelgazara, me pusiera a dieta, me operara o algo.

Caí en una depresión. Me odie a mi mismo y a mi cuerpo. Me torture por haber perdido lo que mas quería. Hasta aquel día mi físico, y la comida, nunca habían sido para mi un problema en mi vida. Fue un punto y a parte. Me cambie el chip en la cabeza de comer a no comer. Quería estar delgado. No por ella. Si no por mí. Para que la próxima vez que se conociera a alguien no estuviera por medio el problema de mi físico. Aprendí a modificar mi físico con mi manera de comer. Creía que mis problemas se solucionarían cuando encontrara pareja y que eso no pasaría hasta que adelgazara. Pensaba que el hambre era mi amiga, que mientras tuviera hambre era que estaba gastando mis abundantes reservas. Me hice vegetariano. Me lo tome como vivir a dieta. Pensaba que si mi cuerpo estaba en mi contra y quería guerra, tendría guerra. Comí una vez al día durante mucho tiempo. Funciono, adelgacé. Mucho, y rápido. 40 kg en unos 10 meses. Durante todo este tiempo, como por aquel entonces yo no tenia trabajo, me aisle del mundo en casa de mi madre, me encerre en mi habitacion, y solo salia para dar largas caminatas. Fue en este momento de mi vida cuando asocie el aislamiento y la soledad a adelgazar, y al ejercicio fisico.


Otra de las cosas que he hecho para autoaislarme ha sido irme de un grupo de juegos de mesa por que comian mucho picoteo y yo si tocaba algo terminaba en atracones. Hubo un tiempo también empecé a quedar regularmente con un grupo de amigos en casa de uno de ellos todas las semanas, para socializar un poco, para tener un poco de vida en torno a un hobby, que eran los juegos de mesa. Yo este tipo de juegos lo habia estado jugando desde la niñez y adolescencia, antes de ser consciente de mi enfermedad. Pero en esta faceta de mi vida la enfermedad tambien tenia algo que decir. Es habitual que en esta clase de encuentros siempre saquen algo de comer y de beber. Ya lo viví años antes. Quizás me canse de tener que renunciar a vida social o a compartir una afición por no caer en la comida. Cuando empeze en oa, hacia mucho menos esto, me era muy difícil aguantar sin comer algún alimento compulsivo durante estos días que quedaba con amigos, si no estaba bien emocionalmente. Al final tuve que dejar de ir. No podía soportar ese ritmo de reuniones sociales con comida. Para mi fue como el drogadicto que rompe con sus amigos también consumidores cuando empieza a limpiarse de las drogas. Por supuesto mis amigos no eran comedores compulsivos, para ellos la comida no es un problema, pero comían de una manera que para mi si era un problema. Y el problema lo tengo yo por que en sociedad bajo la guardia y quiero comer como lo hacen los demás. Quiero ser un comedor normal que come lo que le apetece. Pero soy comedor compulsivo y no podía escapar de mi propia compulsión sin tener que renunciar a comer en grupo. Mi poder superior resolvió la situación y me ayudo a renunciar. Hubo un problema de dinero, me excuse, y dije claramente que yo no podía ir mas por que aquella situación tenia un coste personal muy elevado para mi. El coste de comer compulsivamente.

Aquel dia fue la primera vez que me di cuenta que de manos del aislamiento prefiero sacrificar un hobby o afición, para no tener que enfrentarme ala comida o a viajes que me alejen de mis reuniones de oa. Asi hubo unos años en oa, al principio de mi recuperacion, que mi vida era casa, trabajo, grupos, y nada mas. Por que aun no estaba lo suficientemente fuerte. Pero poco a poco, según fui cogiendo resistencia frente a las tentaciones, y tuve una abstinencia mejor, volvi a salir a la vida, y fui recuperando areas de mi vida, a las que habia renunciado para no recaer. Como ya no recaia, podia volver a hacer esas cosas, como ir a sitios a jugar a juegos de mesa, o viajar. Por que el programa no me dice que me encierre como un hermitaño. Me dice que use las herramientas y los pasos para vivir sin comer compulsivamente. Y creo que renunciar por ejemplo a no ir a un viaje por que me coincide con una convencion de oa, o no quedar con alguien el dia que tengo reunion de oa, no es aislarme, por que voy a ver gente, solo que de programa.

Años despues retome esta actividad. Durante la epoca que estuve tantos años abstinente, volvi a ir a casa de unos amigos a jugar a juegos de mesa regularmente, junto con la persona que era por aquel entonces mi pareja. No siempre llevaban algo, pero a veces,muy de vez en cuando alguien si traia algo. Yo no lo compraba, yo no lo buscaba. Y si traian algo a veces comia, y a veces no. Y no me hacia sentir mal, ni me sentia compulsivo. Cuando volvia a mi casa no me iba a comer compulsibamente corriendo. Creo que era por que llevaba muchos años abstinente, y no habia compulsion emocional detras, por que emocionalmente estaba bien. Sabia que ese era el momento de esa comida, yo comia la misma cantidad que los demas, y no sentia un deseo arrollador de arrasar con todo lo que habia alli o cuando volviera a casa. A veces esa era mi cena y lo ponia en el plan de comidas si lo sabia con antelacion.

Durante la pandemia se me repitio el patron de aislarme del mundo para adelgazar. No me aisle voluntariamente, si no que por el covid nos aislaron a todos. Y de repente toda la comida compulsiva desaparecio de mi vida, todas las tentaciones ya no existian. Asi que aproveche para ponerme a adelgazar.

A nivel emocional no estaba bien tampoco. Fui a visitar a mi familia despues de la pandemia y esto me dejo muy tocado. Ademas de  la dureza de la situación de la pandemia, hacia unos meses, que había dejado a mi pareja por que sentía que ella tenia una gran dependencia emocional de mi. Sentía que ella trataba de controlarme para que hiciera lo que ella quería, y era muy insistente en el tema de venirse a vivir conmigo. Ademas sentí que me estaba usando para desahogarse conmigo. Ella era enfermera en una residencia de mayores, y durante la pandemia me llamaba todos los días y terminaba soltando sobre mi toda la dureza de la situación que estaba viviendo. Yo no podía soportar eso, por que me quitaba mucho la serenidad. Yo la podía consolar hasta un punto, pero mas allá necesitaba ayuda profesional de verdad. Ella me uso como paño de lagrimas y se desahogaba conmigo, hasta un punto que llego a superarme. Y ademas, había empezado a monopolizar mi tiempo de manera posesiva, al punto de que se enfadaba si cuando ella estaba libre quedábamos con mas amigos. Sentí que esta chica si no estaba yo con ella, iba a estar en una depresión. Ademas ella no quería evolucionar la relación hacia el matrimonio o los hijos. No creo que fuera bueno vivir alimentando la codependencia de otra persona, así que tras hablarlo con mi madrina, y cuando estaba abstinente, finalmente la deje. Y fue como si me quitara un peso de encima. Aunque tiempo después la eche de menos. Sin embargo eso me llego a sentir una profunda soledad y una sensación de aislamiento. Sin saberlo me estaba dirigiendo a una época de mucha soledad y aislamiento.




Durante meses este tema, la soledad y el aislamiento, habían sido un tema recurrente en mi paso 10 diario. Durante la pandemia me había sentido muy solo y aislado. Primero por la cuarentena impuesta. Segundo por trabajar desde casa. Se que soy muy social, y que me encantan salir con gente y tener amigos. Cuando estaba en la oficina era amigo de mas o menos todos los grupos de gente. Y de repente viví una situación que pasaban las semanas sin tener vida social. Sin tener con quien siquiera ir al cine o salir a dar un paseo por un parque. Eso hizo que me entrara tristeza y una extraña apatía de no tener ganas de hacer nada. Llego el verano y descanse del voluntariado al que iba todas las semanas. También me dañe un dedo del pie y no podía caminar mucho. Tenia que hacer reposo. Eso hizo que me tuviera que quedar en casa. Quedarme encerrado tanto tiempo y no ver gente, hace que mi autoaislamiento se acentuase.


Este sentimiento de soledad y aislamiento se acentuó por que todas las reuniones de oa con la pandemia se habían convertido en virtuales. Así que me refugie en las amistades. En esto veo que actuó mi codependencia. Pero llegue a tener varios desengaños con las amistades. Por mi codependencia acentuada por la enfermedad yo quiero ser el centro de atención. Quiero que me llamen para quedar. Quiero salir de mi casa. Quiero que me salven de mi soledad. Y eso no pasa. 


Me he dado cuenta de que ciertas personas no me tienen en cuenta, quedan entre ellos y luego veo las fotos en las redes sociales. Yo no soy el centro del universo. Pueden decidir quedar ellos y no llamar a mas gente si no les caigo bien, o por el limite de gente en la hostelería. O por mi tono autocompasivo o por que soy un poco mas viejo. He aprendido que gente que yo pensaba que eran amigos mas cercanos, en realidad son solo compañeros de actividades. No son tan cercanos como yo pensaba. Van a lo suyo. Solo se acuerdan de mi cuando quieren algo, o vamos a participar juntos en alguna actividad. 

Tras el confinamiento hubo un tiempo en que tuve miedo salir a la calle. Es porque en la calle hay comida. Era por el miedo a la recaída y eso me llevaba a no querer salir. Pero eso me lleva a la soledad. Y eso es uno de los síntomas de la enfermedad del aislamiento. Aislarme para no comer o aislarme para comer. La soledad es mi peor miedo. Creo por que revivo la época en la que me hacían bullying y me sentía rechazado, y todas las veces que me he sentido rechazado por otras personas, tanto amigos como pareja. Este miedo consiste en futurizar que es algo que he aprendido con el programa que no debo hacer. El solo por hoy me dice que viva hoy, no el el futuro que me angustia por que me da miedo estar solo cuando sea mayor, o vivir sufriendo por lo vivido en el pasado.

Despues de la pandemia, cuando se pudo volver a hacer vida normal, encontre un club de juegos donde no se permite comer nada, por mantener aquello limpio. Para mi fue mi salvacion, por que pude practicar mi hobby de los juegos de mesa sin tener alimentos de por medio. 

Este club, como era autogestionado, pagando un alquiler entre todos, y limpiando entre todos, tenia una norma que a mi me gusto mucho: NO SE PODÍA COMER DENTRO DEL CLUB. Para evitar problemas de limpieza y olores. Por que el club se cerraba normalmente de lunes a jueves, y si te dejabas algún resto en el cubo de basura o la papelera, podía haber plagas u olores. A mi esto me dio la misma vida, vi el cielo abierto. Un club de juegos donde no se podía comer. Incluso con el tiempo se averió la maquina de latas de refrescos. Pronto hice amigos, y me dio una vida social. Lo único es que estaba a una hora de tren o metro de mi casa, y a veces las sesiones se podían alargar. A veces alguien traía algo. Pero siempre podía yo decir, chicos, las normas del club. Y de vez en cuando alguien se las saltaba y se montaba una pequeña polémica. Con lo que me sentía protegido. Ademas así salia de mi casa, por que después de la pandemia seguía con el teletrabajo y sin vistas de cambiar. A veces iba una vez a la semana al club, a veces dos, a veces ninguna, dependiendo de las quedadas de la gente. 


Y cuando se extendía un día en el club solíamos comer o cenar fuera, pero había muchos restaurantes por la zona, y con variedad, como para poder elegir algo sano no compulsivo. De hecho nos aficionamos mucho a un sitio cercano, barato y de comida sana. Aunque íbamos muy de vez en cuando. Al principio tuve problemas por que eran muy de tapeo y llegue a renunciar a quedarme a las tapas, pero saliendo un domingo a las dos de la tarde del club, una hora de tren, llegar a casa a las tres muerto de hambre y pasar por delante de las tiendas era peligroso.  Aprendí que mejor llevarme un tentempie o volver comido. Podía soportar mucho mejor la tentación de entrar en un supermercado con el estomago lleno de alimentos abstinentes. Y los compañeros del club no siempre quedaban para comer fuera. Aprendí a llevarme una manzana para comer a las dos, dos y media hasta que llegara a las cuatro. Aprendí que si ellos comían en la mesa yo no tenia por que hacerlo, y podía estar bebiendo agua fresquita en un termo que me llevaba de casa y que rellenaba allí en el club.

Puntualmente alguien ha llevado algo, como dulces para celebrar un cumple o algo asi, pero yo no suelo comer nada. Solo a veces hacemos una parada a media tarde, ellos meriendan sus cosas, yo me llevo lo mio. A veces me llevo fruta, a veces me compro yo algo. Sobre todo por que ahora que me he ido a vivir lejos tardo como dos horas en volver de alli, y puedo volver muy tarde a casa, y para evitar el deseo compulsivo de volver a casa tarde, solo, cansado y hambriento, prefiero merendar algo alli. Pero procuro que sea algo sano. Mi limite esta en los frutos secos, de ahi ya no paso, y por que es lo unico que se puede encontrar medio sano por la zona.

Comida extra: Aceptar comida que me ofrezcan  o añadir comida que no esta en mi plan de comidas. 

En cuanto a comida no tengo una percepción real de las cantidades. No se lo que realmente es poco o mucho, o cuando estoy saciado o no. Mis conductas compulsivas con esto son siempre que cuando me sirvo yo tiendo a servirme de mas, o siempre tiendo a querer comer menos. Así que tengo que utilizar una bascula para ponerme la cantidad justa, y saber que lo que voy a comer es la cantidad adecuada dentro de los limites que he establecido como sanos. Soy adicto al exceso de comida, que luego me lleva a la restricción, y luego el hambre al exceso. Y asi rebotando, es el ciclo de la adicción de exceso-defecto: hambre y atracón. Por eso mi recuperación ha consistido en marcarme unos margenes en cuanto a las cantidades, pesar la comida, y mantenerme ahí. Y me costo años hacer esto, pero ahora me salva la misma vida, todos los días,y me da mucha tranquilidad. Yo peso la comida servida en plato, para no irme al exceso. No podría pesar 200 de esto, de 100 esto y 100 de lo otro, por que me suena a dieta impuesta y me lleva a la locura. La única comida que no peso es la ensalada, que tengo la medida cogida con mis fuentes, y la fruta, que la mido por piezas de fruta. 1 pieza en la comida, 1 pieza en la cena. Por ahora, solo por hoy, puede que en un futuro aumente la cantidad de fruta.


Mi adicción al exceso de comida se ha expresado siempre a traves del deseo de las grandes cantidades. Asi que mi mente enferma siempre ha hecho cosas para añadir comida adicional cuando durante mi recuperacion intentaba ponerle coto y frenar las cantidades excesivas.


Una de las cosas que hacia era comer o picar mientras cocinaba. Al principio de vivir yo solo o con mi pareja, mientras cocinaba lo iba probando. Una cucharadita mas, luego otra, luego otra, y asi todo el rato mientras estaba la sarten al fuego. No me daba cuenta de que asi estaba comiendo un plato adicional y pasadome mucho con las cantidades. Escuche hablar de esto a una compañera en los grupos y eso me hizo darme cuenta. Tambien tuve un ahijado que era cocinero y me dijo que el empezo a confiar en sus subordinados o pinches para que probaran la comida y no estar el asi comiendo todo el rato. Yo para salir de esta conducta lo que hize fue que mientras cocinaba me servia un te o una infusión. Y asi deje de comer mientras cocinaba.


Una conducta que no hacia inicialemte cuando llegue a los grupos era repetir, servirme mas veces. Le escuche a una compañera veterana decir que su plan de comidas incluia no repetir, y lo incorpore al mio rapidamente. Pero poco antes de la ultima recaida larga que tuve, en la epoca en la que me estaba deslizando poco a poco, una de las cosas que me he dado cuenta que hacia era repetir. Me paso con un alimento seguro para mi, pero tal como lo cocine resulta que se convirtio en compulsivo. Hice unos guistantes con zanahoria y cebolla, y los saltee con sofrito de tomate frito y cebolla. Yo no sabia que el tomate frito muchas veces lleva azucar. Y tambien la cebolla cuando se frie queda dulzona. Asi que me comi mi plato, y luego mientras lo estaba guardando segui comiendo a cucharadas de la sarten, hasta que decidi servirme todo lo que habia sobrado, por que total era muy poco. Y asi me comi dos raciones completas, en vez de una sola y guardar lo que habia sobrado. No me llevo a mas, pero me senti muy raro. Esto me paso un par de veces hasta que lo hable con mi madrina y deje el tomate frito. Ahora solo lo como cuando encuentro uno que no lleve azucar, que los hay pero son raros de encontrar.


Comer de la olla o sarten mientras la estaba guardando tambien es otra de estas conductas que hacia al principio de estar en oa sin darme cuenta. Paro cuando empeze a pesar. Por que pesar fue para mi una liberacion de todas estas pequeñas maneras de engancharme al exceso. Pero volvio puntualmente durante la ultima gran recaida que tuve. Esto creo que me pasaba por que al vivir solo, cocinaba para mi, y me salia comida para dos o tres personas. Una compañera me sugirio que en vez de dejarlo todo en la sarten o en la olla que lo repartiera en tapers y los congelara. Esto me ayudo muco, y me sirvio para dejar atrás la tentacion de repetir o de servirme mas. Y ademas me facilitaba el plan de comidas para otros dias.


Recuerdo que durante una epoca, durante los primeros años de mi recuperación, como tenia miedo de quedarme con hambre, lo que hacia era ponerme muchas cosas añadidas al lado del plato. Como pequeñas tapas, o para picar o guarniciones. Como yo que se, una pequeña tapa adicional. Que si un tazon pequeño de aceitunas, que si un taper de lo que sobro ayer. Cosas asi.  Y claro la cantidad de comida aumentaba exponencialmente. Era mi miedo al hambre lo que me llevaba al exceso. Esto deje de hacerlo cuando empece a pesar la comida.




Servirme de mas.


Recuerdo que al principio de mi recuperacion, viviendo con mi novia, cuando hacia la comida, servia unos platos enormes para mi y para ella. No pesaba. Simplemente lo que hubiera cocinado lo servia en dos platos iguales. Aun no era consciente de mi adiccion al exceso de comida, ni a las grandes cantidades. Recuerdo unos platos de arroz con verduras enormes. Fue por un cambio en el trabajo que tuve que empezar a llevarme comida a la oficina, que reduje las cantidades. Ahora tenia que reservar comida para mi para el dia siguiente. Asi que lo que hacia era que dividia la comida en tres. Ponia dos platos y un taper, y hechaba con el cucharon grande en cada plato y el taper hasta que se acababa. No pesaba, pero asi creo que reduje cantidades, sin darme cuenta. 


No recuerdo cuando empeze a pesar la comida exactamente. Pero si recuerdo que surgio de mi. Fue como una necesidad. Nadie me lo impuso. Alguna vez recuerdo que según el tipo de comida pensaba, esto es muy poco, y luego me hechaba mas, y ma pasaba de la cantidad que yo habia decidido. Asi que empece a darme una horquilla, no un peso exacto. Estuve mucho tiempo pesando entre 500 y  600 gr de comida pesada ya en el plato, y luego lo baje a entre 400 y 500. El darme ese margen a mi me ayudo a no estar con la obsesion de que tuviera que ser una cantidad exacta o si no me volvia loco. Me libero del perfeccionismo y la obsesion.


A veces me puede pasar que me sirvo un poco mas, por no dejar un resto muy pequeño. Me da no se que coger un taper para solo 50 gramos mas. A veces si lo dejo, aunque sean 50 o 100 gr y lo añado a la comida siguiente. No me obsesiono con las cantidades, y si me paso un poco no pasa nada. He aprendido a ser flexible. A veces me pasa lo mismo pero por debajo, que me sale muy poca cantidad de algo cocinado. Ya no trato de compensar la cantidad dejandome el postre o sirviendome mas de otra cosa. No tiene sentido. Simplemente se que nunca sale perfecto y que mañana sera otro dia.


Aceptar comida  fuera de mi plan de comidas cuando me ofrecen.

En esta conducta compulsiva incluyo lo tipico de ir varios a un restaurante y que te digan quieres probar de lo mio. O alguien que es su cumpleaños y va por la oficina o por cualquier lugar donde estemos ofreciendo dulces a todos, y situaciones asi. Es de educacion ofrecer comida a los demas, pero para mi eso es una trampa mortal.


Las personas normales no saben que soy comedor compulsivo, y muchos tampoco lo entienden. Recuedo que durante una epoca en los grupos hablabamos de como decir no. Aprendi frases, “no puedo comer eso”, o “no que me sienta mal”, etc. Me he encontrado algunas personas, como por ejemplo mi madre, que cuanto mas les dices que no, mas insisten. Pero la mayoria de personas son respetuosas y con decir no, lo dejan ahi.


De unos 10, o 5 años para aca, como ahi tantas alergias e intolerancias alimentarias la gente se ha vuelto mas comprensiva y respetuosa. Antes no era asi, y recuerdo que mucha gente intentaba coaccionar para que comiera lo que todos comian y cuando todos comian. Como ahora se sabe de las alergias e intolerancias y hay mucha información sobre ellas en internet y television, las personas ya no insisten, a excepcion de los que tienen la mente muy cerrada.


Antes de entrar en programa, hara unos 20 años, cuando habia adelgazado por mi cuenta, fui a casa de un amigo de visita y me quede unos dias. Les dije a el y a su madre, que me conocian desde pequeño, que era vegetariano y que eso me habia ayudado a perder mucho peso y que ya habia muchas cosas que no comían. Sin embargo el no se lo creyo, y me insistio en ofrecerme jamon. Cuando lo rechaze por fin varias veces, lo admitio, y dijo “pues si va a ser verdad que eres vegetariano”.


Trabaje en una empresa muy grande. Era todo un edificio para 200-300 personas. Solo en la sala en la que yo estaba eramos 20-30 personas. Siempre era el cumpleaños de alguien. Eso fue a los dos tres años de estar en oa y todavia no tenia un programa fuerte. Asi que recai mucho en esta situación. Hasta que aprendi de las compañeras en los grupos a dar diferentes razones, y poco a poco fui rechazando aquel surtido constante de alimentos compulsivos. Finalmente me fui de aquella empresa, y eso me libero de esa tentacion continuada.


Y finalmente con los años que llevo ya haciendo teletrabajo esta tentacion se acabo. Ahora cuando alguien ofrece algo siempre digo lo mismo “no gracias, por que me sienta mal, yo por problemas de salud tengo que comer muy sano” y la gente no dice ni pio.





1.d) ¿He vuelto a mis antiguas conductas de comer compulsivamente después de años de recuperación?

Si. Explicar los cómos y los porqués es demasiado complejo. He hecho un inventario extenso de la última recaída. Y son muchos los factores que me llevaron a ella. De los 18 años que llevo en OA el máximo tiempo que he estado abstinencia han sido 8 años. Y creo que esos años no fueron con una abstinencia totalmente limpia, porque no lograba alcanzar un peso saludable. Creo que nunca he tenido una buena recuperación como otras que he visto en otras personas de lograr alcanzar un peso saludable y mantenerlo en el tiempo. Pero si he tenido un gran avance a nivel emocional y espiritual. 


Sólo en los últimos años he tenido la abstinencia limpia y muy buena. Sin embargo en todos aquellos años aunque mi abstinencia no era perfecta, si tuve grandes momentos de despertar espiritual.


Porque he vuelto a recaer, después de años de abstinencia imperfecta. Primero porque no tenía un plan de comidas limpio, y me permitía licencias. Segundo, porque he sido muy irregular en mi trabajo de los pasos. Tercero, porque me he dejado temas pendientes de trabajar en los pasos centrales del programa del cuarto al séptimo. Sobre todo en lo referente a las mujeres y la sexualidad, la infancia y mis sentimientos con mi familia y las mujeres. Y por ultimo, el hecho de ver a mi familia me ha revelto emocionalmente tanto, me ha hecho tanto daño, y mi madre me ha inducido tanto a comer, que he vuelto al revivir momentos de mis inicios en oa. Y por tenia muchas facilidd de conseguir comida cerca de casa. Tenia la recaida servida rapidamente si yo queria.


Hablando con compañeras me han sugerido ir a otra hermandad, hijos adultos de alcohólicos para afrontar las heridas de mi infancia. Porque siempre que me acerco a mi familia, siempre que visitó a mi madre, nuestra relación tóxica y codependiente con ella me hace recaer. Ademas de que ella tambien es comedora compulsiva, esta en activo, y es alimentadora, me induce a comer y a la obesidad, por que tiene esa idea de que yo tengo que ser asi.


Tengo un plan de comidas que me funciona, sé cómo perder peso. Incluso se como mantenerlo. Pero las emociones de mi pasado no curado me desbordan. Aún tengo mucho trabajo por hacer y heridas que curar. Y esto es lo que me ha llevado a recaer despues de haber estado muy bien.


Otra circunstancia que me ha llevado a recaer, o que incluso ha hecho que la recaida se alargara mas de lo necesario era vivir rodeado de sitios donde conseguir comida facil y rapidamente. Me ha pasado dos veces.  La primera vez vivia con mi pareja en un barrio que para ir y volver al transporte publico yo tenia que pasar por delante de tres supermercados. Volver del trabajo era un suplicio. Por que volvia a casa cansado y hambriento, y era incapaz de no recaer alli. El no saber manejar mis emociones todavia con el programa fue lo que me llevo a esa recaida de 4 años al principio de mi llegada a oa. Y vivir alli hizo que la recaida se alargara. Cuando encontramos aquel piso, no tuve en cuenta la zona y lo que habia alrededor. Aun no era consciente de lo adictivos que son para mi los supermercados. Cuando nos mudamos tiempo despues, cogi una abtinencia que me duro ocho años .Incluso tiempo despues estando abstinente de años fui a vivir a sitios donde tenia sitios cerca, pero como ya llevaba tiempo abstinente y yo seguia trabajando el programa lo mejor que sabia, pues estaba abstinente y estos sitios no me llamaban nada la atención.

La segunda vez que me paso esto fue cuando con la pandemia volvi a vivir una situación repetida, como si mi enfermedad se reiniciara, y volviera a vivir lo mismo otra vez. Fue un paralelismo.  Solo que esta vez no me encerre en casa de mi madre voluntariamente para adelgazar, si no que nos confinaron a todos para evitar contagios por la pandemia de corona virus. Ese encierro me vino muy bien por que no habia tentaciones. Estuve mucho tiempo abstinente. Perdi peso hasta llegar a un peso normal. Entonces como hacia mucho tiempo que no veia a mi familia, fui a ver a mi madre. Fue un error, por que recai. Mi madre se porto muy mal conmigo. Queria imponer su voluntad conmigo, con la comida, y con todo, incluido hasta como dormia. Llego a agredirme fisicamente. Aquel viaje me revolvio muchisimo. Y a la vez mi madrina de por aquel entonces desaparecio. Y entonces recai. Pero lo que hizo que la recaida se agravara y se alargara, fue el hecho de que vivia en un sitio, que primero no habia escogido yo, y que tenia varios supermercados y tiendas en la esquina de casa. Volver a casa tarde, solo cansado y triste, me ponia compulsivo. A veces incluso estaba trabajando, estresado,y como tenia la tienda a 2 minutos (1 uno era de ascensor), me escapaba a comprar y comia trabajando, por que estaba solo en casa y nadie me veia, ni me podia decir nada. 


Salir de esa recaida me costo mucho trabajo, pero me mantuve fiel a mis principios de seguir trabajando, seguir yendo a los grupos. Y al final hize lo que en la ocasión anterior, me fui a un sitio, que esta vez si escogi yo, y donde no habia nada alrededor que me pudiera llevar a recaer al volver a casa. Me fui a un pueblecito donde no hay ni bar. Esa situación de “el retorno”, como lo llama una compañera, se soluciono para mi. Ahora se que soy muy sensible en mis rutinas diarias. Estos dos pisos anteriores no los escogi yo, no mire por mi bienestar primero. Simplwmente fue lo que encontre, y me deje llevar.

Fueron muchos los factores que tambien me llevaron a la recaída en esta ultima ocasion, algunos físicos, pero la mayoría emocionales. Cometí muchos errores y no lo vi venir. Creo que me confié, por que me sentía muy bien. Y el principal error fue ir a ver a mi familia. 


Pero también cometí otros errores. Fue una conjunción de todo. Cuando ya había vuelto a mi casa, se me colo un alimento con azúcar. Normalmente suelo revisar muy bien las etiquetas y evito tomar nada que lleve azúcar o edulcorantes. Pero ya no veo bien de cerca con la edad. Cuando la letra es muy pequeña no puedo ver todos los ingredientes. Y me paso con una bolsa de frutos secos, que llevaba unos arándanos con azúcar. Y al tomarlos ya note que los quería mas, y vino la compulsión muy fuerte. Los comí sin saber que llevaba azúcar. 


También pague muy cara mi inexperiencia para mantenerme de peso. Es decir que he pasado la mayoría de mi vida o engordando o adelgazado. No se vivir estando delgado, y manteniéndome de peso. Solo se vivir dándome atracones o adelgazando. Pensaba que al ir llegando a mi peso tendría que ir introduciendo alimentos sanos pero con hidratos de carbono para ir frenando la bajada de peso. Como la patata hervida, o el arroz. Esto ha resultado ser un desastre. He descubierto algo que ya sospechaba. Que soy adicto a los alimentos ricos en hidratos de carbono. El arroz, me he visto comiendo tres platos de arroz seguidos, o dos o tres platos de patatas hervidas. Son alimentos que pensaba que no me son compulsivos, pero descubrí que si lo son. El hecho de vivir solo hace que cuando cocino me sale mucha mas cantidad de la que necesito en el momento, y la compulsión me hizo ponerme a repetir y comer directamente de la olla, hasta terminar de una sola vez lo que normalmente me duraría varios días. Esto me enseña claramente que la enfermedad de la compulsión va avanzando a la par que yo voy avanzando en mi recuperación. Es degenerativa.

El mal ambiente en el trabajo ha sido una cosa que siempre me ha llevado a comer. Me di cuenta en un momento de mi recuperacion que el estress en el trabajo lo pagaba con la comida. Por eso ahora se que un buen ambiente de trabajo, sano y cordial, con relaciones personales sanas, es vital para mi abstinencia.

Antes de entrar en OA, el momento en el que se desato mi compulsion por la comida de manera activa, aunque siempre habia estado ahi latente, fue cuando trabajaba en una empresa del mundo de la noche que resulto ser una patadera de trafico de drogas. Mi jefe se drogaba y vendia, y yo para soportarlo, comia compulsivamente. Coincidio en el tiempo con otros temas emocionales. Pero aquí veo como soy adicto por simpatia, coadicto que le llaman. Absorbo la adiccion de otras personas. La adiccion en activo de otros a mi me activa la compulsion por la comida. Si me rodeo de adictos, yo uso mi adiccion a la comida para soportar estar con ellos.  Aquella empresa la deje y al poco tiempo entre en OA.

Mi primera abstinencia larga, al año o dos años de estar en oa, y despues de irme de casa de mi madre, la perdi tambien por temas de trabajo, mezclados con lujuria. Estaba en una empresa que me estaba pagando en negro, sin tenerme contratado. Nos obligaron a trabajar un verano por que habia mucha carga de trabajo por que la empresa, que era nueva, no terminaba de despegar y afianzarse. Y en la oficina había una chica que me gustaba, que estaba siendo acosada por un antiguo jefe que me debía un mes de sueldo. Sucedió en una cena con todos los de la empresa. No pude soportar la combinación de amor+trabajo, y la angustia me supero. Recaí. Lo vi venir. Las recaídas, al menos las mías, yo las veo venir. Llame a mi padrino, pedí ayuda e intente no recaer. Pero caí. Al final, esa empresa tambien la deje, buscando unas mejores condiciones economicas para mi, y por que veia que aquello no iba a ningun lado, y tambien buscando un mejor ambiente emocional para mi.

Hubo un momento de mi vida que tenia dos trabajos. Vivia con mi pareja y pagabamos un alquiler muy caro. Asi que yo tenia dos trabajos. Ademas de mi trabajo de oficina de ocho horas, despues por las tardes, a mi ritmo  y horarios hechaba unas horas. Podia hacer esto por que trabajaba cerca de casa. Normalmente descansaba hasta despues de cenar, y luego me ponia delante del ordenador. Hacia paginas web por encargo, y tambien llevaba el mantenimiento del programa de facturación de unas escuelas infantiles. A veces me llamaban por la mañana cuando yo estaba trabajando para avisarme de algun problema y a mi esto me ponia muy tenso, por que no se lo podia arreglar en el momento ya que yo estaba haciendo otras cosas. Y si quedaba con alguien fuera de casa, recuerdo estar siempre mirando el reloj pendiente de volver a casa por que tenia que trabajar. Solo me paraba para ir a los grupos. Aquello hizo que mi ritmo del trabajo del programa bajara. Ademas pagaba ese estress con la comida, por que el piso en el que viviamos estaba rodeado de supermercados y tiendas. No cogi una abstinencia buena hasta que nos fuimos de alli. Pero si me ayudo mucho dejar el segundo trabajo, por que para lo poco que me pagaban, no me merecia la pena todo este estress y sufrimiento. Preferia estar mas tranquilo y sereno, y que mi abstinencia fuera mas fácil.


Tiempo despues trabaje en la que era en una empresa de espectáculos, restaurantes temáticos y despedidas de soltero. Pagaban bien, y tenia buen horario. La elección parecía lógica, y además tenia el tema de la organización de eventos, algo que siempre me ha gustado hacer. Pero con el tiempo me di cuenta de que con esta elección me equivoque. Por que deje la elección a mi libre albedrío, no consulte con compañeras del programa, ni pedí ayuda a mi poder superior, ni lo solté dejándolo en sus manos. Elegí yo, tome la decisión yo, y como siempre que me pongo al cargo de mi vida, me equivoco y todo sale mal. Por que elijo desde los defectos de carácter. El año que estuve en esta empresa fue un año horroroso de no parar de comer, y mucha ansiedad, aunque logre periodos cortos de abstinencia, de un mes o dos.


Como siempre que escojo yo, escoge mi libre albedrío infectado por la enfermedad. Fui a terminar en un lugar que favorecía a mi enfermedad. La “Fauna” que me rodeaba (y los llamo fauna por que menudo grupo de personas mas locas y enfermas) creaban un ambiente que fue para mi totalmente agresivo y disfuncional emocionalmente hablando.  Una olla a presión a punto de estallar. Una guerra soterrada de todos contra todos, de todos criticándose y mal metiendo. Llegue nuevo y todos querían ponerme de su lado, detectaron que yo sabia escuchar y empezaron a verter sobre mi su veneno, su malestar, ese que yo no puedo soportar. En aquel momento para estar abstinente necesitaba estar bien con las personas a mi alrededor. Cualquier problemilla mi enfermedad lo magnifica y lo convierte en un mundo, para que el dolor me sobre pase y ejerza mi adicción comiendo. Pues bien. Allí todos, o casi todos, eran adictos, y estaban usando adicciones varias para vivir y soportarse. Y esto hacia que sus actitudes enfermas resonaran unas con otras y se multiplicarán. No había semana que una de las compañeras terminase llorando, o se gritasen los unos a los otros. Un horror. Una convivencia malísima. Caldo de cultivo de adicciones. El peor ambiente en el que he estado jamás, sin contar donde crecí que ya llegaban a la agresión física y el miedo atroz. No voy a entrar a analizar a cada una de las personas y sus relaciones tan dañinas, por que eso seria caer en el resentimiento fácil, pero allí estaban mis peores pesadillas: el alcoholismo, la drogadicción, el culto exacerbado al cuerpo, la compulsión por la comida, etc. La empresa la habían montado entre dos señores que se habían dedicado al striptease para despedidas de solteros que cuando se vieron mayores hicieron que otros trabajaran para ellos haciendo lo mismo. Uno de ellos era adicto a la cocaina. El otro era adicto a su cuerpo, es decir al ejercicio físico. Recuerdo que un dia cuando se fueron las compañeras de trabajo a su casa a comer, en seguida se pusieron a ver porno, y a comentarlo como quien ve un partido de futbol.


Considero que me mintieron. Cuando hice la entrevista dije: “lo que mas valoro en una empresa es un buen ambiente de trabajo”. Me dijeron que lo había. Y al mes de entrar ya sabia que allí estaban todos fatal, peleados entre ellos hasta un nivel irreconciliable y que tenia que salir de allí cuanto antes. Tarde año y medio en lograrlo.


Además la empresa hacia dinero con el objeto de mis dos mayores adicciones: la comida y la lujuria. Muchos días tenia que escuchar hablar de menús, ver fotos de comidas, de chicas. Y aunque no me afectaba demasiado, sumar esto al agresivo entorno emocional si hacia que fuera una gota mas en un vaso que se llenaba poco a poco amenazando con desbordarse.


En este periodo hubo varias cosas que lleve muy mal. Un compañero de trabajo, alcohólico, consumidor de drogas, y comedor compulsivo se convirtió en mi abogado del diablo. Detecto que mi punto débil era el azúcar y no paraba de presionarme con ello. Hasta que le tuve que poner en su sitio y decir que no me ofreciera comida. 


En este trabajo solo tenía una hora para comer y no me daba tiempo a volver a mi casa a comer. Tenía que andar llevándome comida al trabajo o salir a comer fuera. Eso para mi fue un desajuste en el plan de comidas. Primero por que me costo hacerme con el tema de las cantidades. Cocinaba por la noche lo que iba a cenar, pero tenia que guardar la mitad para el día siguiente en el trabajo. Así que luego en la oficina la cabeza se me llenaba de mentiras y excusas para salir a comprar lo que fuera adicional, por que siempre “era muy poca comida”. 


Si un día por lo que fuese no guardaba comida para el día siguiente, ya tenia que comer fuera en la oficina o comprar comida. Y eso era una recaída segura. Así fue prolongándose la recaída mes tras mes. Ademas recaia tambien al volver a casa, saliendo de la oficina estresado. Por que al volver pasaba por una gasolinera antes de entrar al metro. Y al llegar a casa tenia que pasar por delante de varios supermercados.

Al final deje el trabajo y me busque otro. La gota que colmo el vaso fue que una compañera de trabajo y mi jefe usaban mi trabajo como excusa para pelearse. Y no era por que mi trabajo estuviera mal o algo. Si no por que habían tenido un lio, y ella había querido algo mas serio y el no. Y como seguían trabajando los dos en la misma empresa, ella estaba siempre de morros y buscaba motivos para pelearse con el, lo que fuera. Y me tocaba a mi estar por medio.


2. ¿Como ha afectado y afecta esta enfermedad a mi vida no solo fisica, sino emocional y espiritualmente tambien?

Creo que la compulsión por la comida me afecta a todos los niveles. Como enfermedad que es, primero me degrada, me va quitando calidad de vida sin que yo me de cuenta, y en ultima instancia trata de matarme.


Emocionalmente:


Emocionalmente tuve una depresión que empezó en la adolescencia y que no se me quito hasta que entre en programa y empece a trabajar los pasos. Estaba roto por dentro por haber crecido en una familia disfuncional, por odiar mi cuerpo, y por extender tal negatividad a mi alrededor que espantaba cualquier posibilidad de pareja. En mi fase mas restrictiva antes de entrar en oa, cuando me encerre en casa de mi madre para perder peso y me retire de todas mis amistades, recuerdo que se me iba la cabeza. En el sentido de que tenia cambios de humor muy bruscos. Cualquier cumplido o cosa bonita me subia al cielo, y cualquier critica o negatividad me hundia y me hacia llorar. Sentia todo muy intensamente. Ahora se que la hipersensibilidad es uno de los sintomas de la enfermedad. Por que asi tengo excusas para comer por todo. En la recuperación aprendi que me importara todo lo justo y necesario.


La primera vez que me note estos cambios brusdos de humor fue un año antes de entrar en OA. Por aquel entonces acaba  de dejar el trabajo, aquella empresa que era una tapadera de drogas,y empece a trabajar desde casa en formato freelance, por libre, sin horarios, sin tener que ir a la oficina. Así que estaba todo el día en casa. Me podía separar poco del ordenador. Al levantarme tarde, no desayunaba. Bajaba de mi cuarto a comer y mi madre aprovechaba para hablar conmigo y hablarme como es ella, de dinero y de sus problemas, con lo que yo me agobiaba. Me soltaba toda su basura emocional puesto que no tenia con quien hablar. La hora de comer siempre era para mí una fuente de conflicto y dolor, que yo por supuesto mitigaba comiendo. Y por la noche no cenaba por que me pillaba trabajando delante del ordenador hasta altas horas de la noche.


 Durante mi recuperacion he aprendido  como las relaciones afectan mis emociones y esto se refleja en mi comida. Un mala relacion personal, del tipo que sea, me puede destruir. Hubo algun momento de mi recuperacion que empecé a pensar que por el momento no quería una relación de pareja por que me si me sale una pareja toxica, me puede destruir. Tome consciencia de que debía aprenderlo todo de cero como un niño vuelto a nacer, empezando por comer, como relacionarme sanamente con otras personas, hacer amigos, relacionarme en el trabajo, viajar, etc etc. Y las relaciones de pareja va los ultimo. Por mi bien. Por que para mi estar bien emocional, mental y espiritualmente, es cuestión de supervivencia.


Aprendí que aun tengo muchas heridas emocionales abiertas con mi familia que tengo que trabajar, y que si estoy lejos de ellos  puedo mantenerme estable, pero volver a los lugares donde esas heridas vuelven a mi cabeza hacen tambalear mi abstinencia y mi recuperación.


Al principio de estar en OA senti que los viajes me descolocaban, hacen que los pilares de mi abstinencia se tambaleen, y además provocan en mí una serie de emociones que hacían que perdiera la serenidad. También en la incertidumbre sobre lo que voy a comer y cuando, lo que me lleva a la recaída. Eso fue antes de empezar a viajar por servicio en OA, que me lo que me ayudo a recuperar esta faceta de mi vida. Aprendi a viajar abstinente y de manera serena.


También aprendí como soy muy sensible además de codependiente y absorbo las emociones de los demás, sobre todo las que son negativas, y las siento como mias, por que tengo un alto nivel de empatia. Y por eso necesito tener mi mente conectada al programa mediante la fe en mi recuperación y mi poder superior. Las actitudes enfermas de personas que no saben relacionarse unos con otros y lo hacen haciéndose daño a mi me afectan y me duelen sobre manera y me llevan a recaer, por que se me activa el mecanismo de tapar el dolor con comida. Pero rodearme de personas que están en la enfermedad (sea del tipo que sea) y que no están en recuperación, o tratando de mejorar, a mi me hace mucho daño. Un lema que decian mucho en oa por aquella epoca era: “la unica persona con la que voy a estar el resto de mi vida soy yo”. Esto lo interiorice de manera que si alguien noto que me hace mucho daño, que tengo muchos resentimientos muy rapido y muy seguidos con una persona, es mejor que esa persona salga de mi vida. Aprendi a poner mi abstinencia por encima de las personas. Cuando llegue a ese punto, se acabo el comer por codependencia.


Al principio de la mis años en oa, recuerdo haber pagado pequeñas peleas con mi pareja con la comida. Aun no habia avanzado los suficiente como para avanzar en los pasos y saber procesar estas situaciones de otra manera. De once años que tuvimos de relacion, tuvimos 3 peleas, y 2 fueron al principio de estar yo en OA, y coincidieron viajando, con lo que estaba mas vulnerable de lo normal. Afortunadamente no fueron cosas graves y se solucionaron rapido. Pero aun tenia muy grabado a fuego como acto reflejo el que me pasara algo y luego ir a la comida. Años despues me pasaba lo contrario, cuando me pasaba algo, y estaba tenso, mas limpio tenia el plan de comidas, y mas en alerta me ponia con el programa. Por que ya me conocia y sabia como podia reaccionar ante estas situaciones.


La recaida fisica tambien me destruye emocionalmente. Una vez que recai, tuve un colico biliar y termine en el hospital. Me atendieron y resulto que tenia cólico biliar. Normal, yo mismo me lo habia causado habiendo estado comiendo en exceso durante los días anteriores. Lo mismo que había tenido muchos años antes después de un gran banquete. Por un exceso de comida. Tumbado en aquella camilla me vi otra vez como al principio. Años atrás con mi cuerpo sobresaturado de comida y pasándome factura. Me vine un poco abajo y sentí mis emociones ir y venir como en un carrusel. Me fije en el gotero y cada gota me hacia gracia. Me reí y la enfermera se fijo en ello, quedándose extrañada conmigo. Cuando me dejaron solo casi me eché a llorar por que sentía que había recaído, que otra vez me había fallado a mi mismo, que estaba en la misma situación de años antes cuando también estuve en un hospital por otro cólico biliar. Eran los mismos cambios de humor bruscos que había tenido antes de entrar en OA. Pero no me deje llevar. Recompuse los pedazos rotos de mi alma, llore un buen rato solo en el aparcamiento mientras me iba, y me fui a mi casa. Sentí la enfermedad de la compulsión por la comida tan pesada como una losa, y sentía que estaba conmigo fastidiándome la vida, y que estaría ahí toda mi vida. Que no me dejaba vivir.


Yo no puedo vivir estresado por el trabajo o estar sobrecargado, por que pago el estress con comida. Yo necesito un ritmo de trabajo y una vida tranquila. Tambien necesito un buen ambiente de trabajo, no puedo estar rodeado de personas toxicas, por que lo absorvo todo.


He tenido problemas en los trabajos, por personas que me he encontrado que han sido toxicas en su comportamiento conmigo. Esto me ha pasado varias veces. La primera vez, aquel jefe que tuve que consumia drogas, y usaba la empresa como tapadera para  vender drogas. Otra vez tuve una compañera que se entero que yo ganaba mas que ella, y por envidia y avaricia, me hizo la vida imposible. Tambien tuve unos compañeros que por envidias y errores, me criticaron frente a los jefes, e incluso uno de ellos me grito. Al final tuve que salir de alli por que no soportaba trabajar con ellos, y ese ambiente me tenia muy en tensión.


Ahora con mis emociones estoy mucho mejor. Tengo una estabilidad, una paz, una calma, una serenidad, que para mi es clave para mantenerme abstinente. Sin esto no podria. Muchas compañeras lo llaman “sobriedad emocional”. Veo compañeras que llevan tiempo abstinentes, pero que aun siguen dando bandazos con su vida, peleandose con las personas, sufriendo. Estan sobrias, abstinentes con la comida, pero emocionalmente no lo estan. Sus defectos de carácter las siguen dominando. A mi eso no me pasa. Vivo una vida muy tranquila. Por supuesto no me puedo comparar, por que a cada persona le llega la recuperación de una manera o de otra, pero yo tengo suerte en esa faceta emocional.




Fisicamente:


Físicamente la enfermedad me ha hecho mucho daño. Estoy de salud bastante peor de lo que debería estar para mi edad. Tengo dolores de espalda, de tobillos y de rodillas. De haber subido y bajado de peso tengo muchas estrías. Mi sistema digestivo es muy sensible y tengo dolores de estomago fácilmente si no como muy sano. Y si me paso con ciertos tipos de alimentos, tengo cólicos biliares y renales que me pueden llevar al hospital. 


La primera vez que recuerdo haberme hecho daño a mi mismo fue cuanto aun era estudiante. Recuerdo que una vez, mas o menos cuanto estaba terminando el instituto, vino una visita a casa, y mi madre sirvió una tapa de comida típica de mi pueblo para agasajar a los visitantes. Se fue la visita y yo me la quise terminar, ya que había sobrado medio plato. Me encabezone. Aquella clase de embutido grasiento me gustaba mucho.  Mi madre me lo negó. No, no y no. Era todo su freno ante mi compulsión, como a muchas otras cosas. Ella no quiso, y yo reventé un cenicero contra el suelo de rabia. El cenicero se rompió y me corto la mano. Cinco puntos y veinte minutos de hemorragia. Y aquel año por que no podía escribir por tener el canto de la mano lleno de puntos, no me pude presentar a los exámenes de mis estudios. Me ofrecieron hacer los exámenes oralmente, pero yo dije que no asustado, por que hablándole al profesor no me daba tiempo a pensar. Fue un año de estudios tirado a la basura. Todo por medio plato de chorizo, un curso al traste. Ahora veo que era muy compulsivo. Pero todavia me contentaba con pequeñas cantidades.  No me enfade conmigo mismo, ni mi madre me hecho la bronca. Mas que nada por el susto que se llevo la pobre mujer por tenerme que llevar a urgencias a que me cosieran la herida. Yo simplemente asumí el hecho y no pensé demasiado en ello. No me daba cuenta de como me hacia daño con la comida. 


Otro momento en el que me he hecho daño con mi enfermedad, sin darme cuenta de ello, fue en la epoca que quise ponerme a adelgazar por mi cuenta antes de entrar en OA. Recuerdo salir de casa de mi madre e irme a andar y hacer caminatas de kilometros, de estar ocho horas andando. La obsesion era tal que pensaba que en aquel momento, que estaba parado, mi trabajo era adelgazar. A dia de hoy pago las secuelas de los excesos de ejercicio de aquella epoca, por que tengo muchos problemas de articulaciones, sobre todo de tobillos, rodillas y pies. El peso tampoco ha ayudado a esto. Tengo desgaste de los tendones de las rodillas, y aunque no me resta movilidad, mi dia a dia es muy doloroso. Sobre todo en las escaleras y en las epocas de humedad.


El exceso de peso no me deja vivir con la calidad de vida que a mi me gustaria. Es increible lo distinto que me ha tratado la gente con un peso o con otro. Recuerdo la primera vez que adelgaze antes de entrar a OA. Note como las cajeras del super me trataban distinto, eran mas agradables conmigo.


Años despues, tuve una recaida larga y recupere todo el peso. Estaba saliendo de la recaida cuando alguien me dijo que estaba pasado de peso para participar en una actividad y eso fue un mazazo para mi. Me dejo hecho polvo emocionalmente. Esto es un ejemplo de como lo fisico afecta a lo emocional, y al reves.


Y mas o menos por la misma época empezaron los dolores relacionados con problemas articulares. Recuerdo correr por un aeropuerto para no perder un avión y después sentir pinchazos en la rodillas. Especialmente en la izquierda. También empezó el dolor crónico en el talón derecho, por una inflamación de los tendones de la planta del pie. Algo conocido como fascitis plantar y que es una dolencia crónica de hombres con sobre peso de mediana edad, o de personas que trabajan mucho tiempo de pie. Perder peso hizo que esto mejorara. En la rodilla me tuvieron que pinchar tres veces antiinflamatorio, y mejoro, pero aun asi sigue molestando. El talon mejoro con un cambio postural y plantillas, y ya es raro que me duela.


Colicos biliares he tenido muchos a lo largo de mi vida. Mi madre tambien los tiene. Y ha dado igual el peso que tuviera. Lo que si he visto y asumido, que alimentos muy caloricos con muchas grasas, no los digiero bien y tienen toda la posibilidad de causarme un colico. Empezaron de joven, cuando aun no era consciente de mis atracones. Y aunque el exceso de comida los puede provocar, es mas los alimentos procesados o llenos de grasas, como carnes grasas o embutidos. 


La primera vez que tuve un colico biliar fue en el trabajo. Un compañero trajo una tortilla de patatas enorme que habia hecho su madre. Yo me comi mi comida, y tambien parte de aquella tortilla. Termine en el hospital. Luego estuve un par de dias sin poderme mover de los dolores. Y mi jefe se cabreo conmigo por no ir a trabajar.


Otro colico lo tuve volviendo de viaje de mi ciudad con mi novia. Aquel viaje me habia removido mucho emocionalmente, y habia recaido. Habiamos estado 15 dias en un apartemento de la playa de la familia de ella. La primera semana bien, pero la segunda tuvimos una pequeña pelea,  y poco a poco mi plan de comidas se fue ensuciando.


Recuerdo que en el viaje de vuelta a casa me empezo a doler la espalda. En cuanto llegue a casa el “supuesto” dolor de espalda se agudizo. Eran sobre las dos de la mañana y llovía a mares. Avise a mi novia a su trabajo, y me fui a urgencias. Apenas si podía caminar hasta la puerta del centro medico. Me paraba presa del dolor cada pocos pasos. Todo esto bajo la lluvia, y había un paramédico en la puerta fumándose un pitillo, que ni se inmuto cuando me veía llegar a lo lejos. Supongo que los médicos están acostumbrados a ver de todo, y nada les impresiona.


Me atendieron y resulto que tenia cólico biliar. Normal, yo mismo me lo habia causado habiendo estado comiendo en exceso durante los días anteriores. Lo mismo que había tenido muchos años antes después de un gran banquete. Por un exceso de comida. Tumbado en aquella camilla me vi otra vez como al principio. Años atrás con mi cuerpo sobresaturado de comida y pasándome factura. Me vine un poco abajo y sentí mis emociones ir y venir como en un carrusel. Me fije en el gotero y cada gota me hacia gracia. Me reí y la enfermera se fijo en ello, quedándose extrañada conmigo. Cuando me dejaron solo casi me eché a llorar por que sentía que había recaído, que otra vez me había fallado a mi mismo, que estaba en la misma situación de años antes cuando también estuve en un hospital por otro cólico biliar. Eran los mismos cambios de humor bruscos que había tenido antes de entrar en OA. Pero no me deje llevar. Esto es un ejemplo de como la parte fisica tambien afecta a la emocional. Recompuse los pedazos rotos de mi alma, llore un buen rato solo en el aparcamiento mientras me iba, y me fui a mi casa. Sentí la enfermedad de la compulsión por la comida tan pesada como una losa, y sentía que estaba conmigo fastidiándome la vida, y que estaría ahí toda mi vida. Que no me dejaba vivir.


Al día siguiente estaba tan desecho que no me podía ni levantar. Todo el ajetreo del viaje, el malestar del cólico, y la noche sin dormir me tenían hecho polvo en la cama. Y tenia que ir a ver a mi novia a un evento de su trabajo muy importante para ella. Yo no podía ni con mi alma e hizo falta que me llamara cuatro veces al móvil para despertarme. Le dije que intentaría ir pero que no le prometía nada, puesto que me encontraba muy mal. Al final hice un esfuerzo y fui. Pensé que no podía dejar que esa recaída dañara mi relación con ella, pensé en la gran desilusión que se llevaría, y no me deje influir por los hechos de la noche antes. Así que fui, y me lo pase bien viéndola ilusionada en su trabajo y con sus compañeros y el ambiente de fiesta que tenían.


Recuerdo una vez que fuimos al campo con amigos a patear por el bosque. Paramos a comer y compartimos comida. Comi lo que no debia, por que el caminar me abrio el apetito, y llevaba poca comida. Comi algo que me ofrecieron, y me pase con ello. Era un alimento muy graso, chorizo de pueblo. Recuerdo que todos habian parado, y yo seguia comiendo. Un amigo iba cortando y me iba dando poco a poco. Y volviendo a casa, pensaba que me dolia la espalda de cargar la mochila, y no era eso. Era un colico biliar y termine en el hospital.


Solo la abstinencia palia y mejora mucho el tema de los colicos biliares. Pero aun asi tengo que tener cuidado. En las recaidas largas que he tenido, he podido tener varios colicos biliares. Recuerdo un colico que fue especialmente doloroso, por que las ultimas veces ya estaba tan hecho polvo que vomitaba todo. Al verme tan destrozado eso me dio fuerzas para poder estar abstinente por que no queria vivir asi mas tiempo, ya que sentia que me hacia daño fisicamente comiendo asi. En la ultima recaida larga que pase cuando desaparecio mi madrina despues de viajar a ver a mi familia, tuve dos o tres colicos seguidos, cada varios meses. Y cada vez peores, por que terminaba vomitando de lo malo que me ponia. Al final me dieron medicacion de sobra, y ya tengo en casa para cuando noto que me duele. Pero aun los medicos no se deciden a operarme quitarme la vesicula.


En mi peor momento fisico, estando en mi peso maximo despues de una recaida larga, he notado como la obesidad me quitaba calidad de vida. Sentia que me afectaba como el tabaco afecta a un fumador cronico. Notaba que me  cansaba subiendo escaleras o subiendo una cuesta. Notaba que me ahogaba, me axfisiaba, despues de tramos cortos de escaleras. Asi que empece a ir siempre por los ascensores. Tambien las rodillas y los tobillos me dolian mas. Pero lo mas humillante y doloroso era notar que no podia agacharme a atarme los cordones, hacer esto me suponia un incordio. Mi abultado vientre me impedia agacharme bien para cualquier cosa. No solo atarme los cordones, si no por ejemplo ponerme de rodillas para cualquier cosa, luego ponerme de pie era muy doloroso e incomodo.


Ademas otro sintoma fisico durante la recaida era el dolor de estomago continuo, que me mantenia en un malestar continuo, por que me estaba machacando el sistema digestivo.


Espiritualmente:


Espiritualmente la comida y mi vida ingobernable me llevaron a sentir un vacío interior imposible de llenar con nada. Ni con comida, ni con posesiones, con nada. Comer compulsivamente solo hacia desaparecer ese vacío temporalmente. Pero luego todo era dolor, como si la comida sustituyera ese dolor del vacío por el dolor de haber comido compulsivamente.


Sentía que mi vida no merecía la pena. No tenia ninguna clase de creencia, ni fe, ni esperanza. El suicidio era una opción que se me paso por la cabeza en alguna ocasión, pero que nunca intente.

Estaba totalmente desesperanzado. Habia partes de la vida que pensaba que no eran para mi, como por ejemplo, tener pareja. Sentia tal vacio interior, que habia perdido toda clase de esperanza y no tenia ninguna clase de creencia. Mi madre me inculco una creencia fatalista con una frase lapidaria. “A esta vida se viene a sufrir”. Esto era lo que me decia y se encargo de borrar de mi mente cualquier clase de fe, esperanza o alegria. Por que mientras me lo decia, veia como mi familia se desintegraba por el matrimonio tan toxico que tenian mis padres. 

Estaba tan vacio, y tan lleno de negatividad, que cualquier posible pareja se alejaba de mi en cuanto notaba esa negatividad. No podia querer a nadie, por que no me queria a mi mismo. Dios no existia para mi, por que pensaba que vivia en un infierno. No sabia vivir. No sabia lo que era tener esperanza y fe.

Recuerdo una noche de fiesta en un piso de unos amigos, y al final de la noche, de madrugada, todos los cuartos terminaron llenos de parejitas. Yo fui el unico que me quede solo. Pense: nadie me quiere, yo no valgo para nada, para lo unico que valgo es para trabajar y limpiar. Y me puse a limpiar los restos de la fiesta. Al dia siguiente los amigos me lo decian, que que hacía limpiando de madrugada. Y yo les dije que bueno al quedarme solo asi por lo menos me entretenia y me sentia util.

Cuando llegue a los grupos, me resisti durante un tiempo a la idea de la fe y de creer en un poder superior a mi. Pero como no tenia ninguna clase de creencia previa, no tuve que deshacer mis creencias para hacerlas de nuevo. Solo tuve que trabajar en empezar a creer. Y no me costo mucho. Empeze a creer en el programa cuando lo vi funcionar en otras personas.

2A) ¿He hecho las cosas lo mejor que he podido en mi trabajo o simplemente he ido tirando?

Yo creo que he trabajado lo que he podido, lo que la enfermedad me ha dejado. No solo por la obsesion por la comida, si no por los defectos de carácter que me han lastrado, sobre todo la pereza, la autocomplacencia, y la autocompasión.

Una forma en la que mi yo compulsivo adictivo se ha manifestado ha sido en la incapacidad para concentrarme. Siempre me he distraido con una mosca que pasaba. Estar todo el dia sentado delante del ordenador, conectado a internet, ha hecho que mi mente se fuera a otras cosas que no eran el trabajo continuamente. Es una expresion de mi autocomplacencia. Como adicto pienso mas en las cosas que me distraen o me dan placer que en mi trabajo. Tambien he recaido mucho en el trabajo. Y ha habido momentos en los que tenia la cabeza mas en la comida que en el trabajo.

Cuando estaba estudiando, recuerdo que a mi me costaba la programacion un poco mas que a los demas. Como que a mi me costaba entederlo todo, o que necesitaba mas tiempo. No se por que. Supongo que por que termine en la informatica de rebote, a mi lo que me gustaba era el cine. Pero tambien justo cuando estaba estudiando mis padres se estaban divorciando y tenian toda la guerra montada. En aquel momento para mi era muy dificil concentrarme en nada. Tambien estaba comiendo mucho y subiendo muy rapido de peso.

Cuando empeze a trabajar,  uno de mis primeros trabajos fue en un cibercafe. Tenia a mi cargo una sala enorme donde la gente venia a navegar, jugar, chatear, y pasar el rato. Unos clientes me preguntaron algo y yo me sente con ellos a explicarselo. El jefe se enfado y me hecho la bronca. No me podia sentar con los clientes. Supongo que por que tenia que verse siempre que habia alguien encargado, o para que no perdiera el tiempo. Pero por lo demas, mi relacion con aquel jefe y aquella empresa fue buena. Me fui por que tenia mal horario aquel trabajo, de 4 a 12 de la noche, y por que lo estaba alternando con una tienda de informatica por las mañanas. Al final era demasiado tirar con dos trabajos y me quede con la tienda, que ademas estaba mas cerca de mi casa.

En aquella tienda de informatica no me fue bien. Al principio si. Pero no se que paso ni por que, que mi jefe la tomo conmigo y no hacia mas que presionarme. Siempre estaba encima mia. No era personal, simplemente pensaba que yo no rendia lo suficiente o yo que se, pero el caso es que siempre andaba detras mia. Me criticaba todo lo que hacia. Por mi parte recuerdo dos situaciones problematicas. La primera era que cuando mi jefe venia de la capital con el coche cargado de cajas de piezas de informatica, nos tocaba ayudarle a descargarlas. Y una o dos veces, yo puse las cajas sobre el coche en vez de ponerlas en el suelo, y el coche se le rayo. Mi jefe se enfado muchisimo y me hecho una buena bronca. Ademas el coche era nuevo y era su orgullo. En aquella tienda tambien haciamos servicio tecnico a domicilio, asi que alguna vez me tocaba ir a casa de la gente a montarles ordenadores, o a hacerles reparaciones. Recuerdo una vez que lleve un ordenador nuevo a una familia que eran extranjeros. Aquel ordenador no lo habia montado yo. Pero era enchufarlo en casa de aquel cliente y el ordenador fallaba. Lo llevaba de vuelta a la tienda, lo probabamos en el taller y funcionaba bien. Asi hasta un par de veces. La situacion era muy tensa, tan tensa, que yo sentia que estaba como en una pelicula de terror. Despues de aquello mi jefe seguia presionandome. Fue en este trabajo donde tuve mi primer colico biliar despues de comer demasiado. La presion que sentia era tan grande que no la pude soportar, hasta que un dia revente. Mi jefe aquel dia cerro la tienda y nos llevo a todos a comer y a un circuito de karts. Yo estaba alli hecho polvo, intentando recuperarme del bajon, y sin embargo estaba haciendo algo supuestamente divertido, pero no me lo estaba pasando bien. Por fuera intentaba sonreir, pero por dentro estaba destruido. No importaba lo mucho que me esforzara o lo que lo intentara, para aquel hombre nunca era suficiente. Al final decidi irme de la empresa. Recuerdo que me fui sin derecho a paro por que ya no soportaba mas estar alli.


En otra ocasión trabaje en una empresa de espectaculos, que tenia restaurantes tematicos, y tambien hacian despedidas de solteros. Fue un ambiente muy toxico para mi por que estaba rodeado de adictos. Y ademas la empresa hacia dinero con la comida y con la lujuria, y esos son defectos que a mi me destruyen. Ademas de que habia un ambiente de trabajo muy toxico. El resto de los compañeros tenian un horario de tarde noche. Como yo era el unico que trabajaba en la oficina siempre, no tenia mismo horario que ellos. Yo llegaba a las 9 y me iba a las seis. Ellos estaban de 10 a 2, y de 4 a 8. Esa primera hora de diferencia, como yo vivia muy lejos, empezo a hacer que yo llegara tarde. Mi jefe me controlaba, llamaba al fijo de la oficina a primera hora para ver si estaba alli y para darme instrucciones. Con mis problemas de sueño tuve una racha en la que llegaba tarde. Tambien hubo otra racha de tiempo que me rompi un dedo del pie por un resbalon en la ducha, y tardaba en llegar. Asi que el portero del edificio me dio el toque. Mas que nada por que mi jefe le habia preguntado a el para controlarme. Seguramente para ver que pasaba por que a veces llamaria a la oficina y yo aun no estaba. Nunca llegue mas tarde que el resto de los compañeros. Y mi jefe nunca me dijo nada directamente. Me recupere de esta racha de llegar tarde, y empece a llegar a mi hora, y la cosa no fue a mayores. Al final me fui de esta empresa huyendo del mal ambiente que habia en la oficina. Tambien yo tenia muy mala combinacion de transporte publico para llegar a la oficina y eso afectaba a mi puntualidad, y eso hizo que me buscara otro trabajo mas cerca de casa.

Hubo una empresa de la que me hecharon a la semana por quedarme dormido. Fue durante la epoca en la que vivia en una zona rodeada de supermercados y que estuve 4 años en recaida, hasta que me fui de alli. Una de las cosas de mi cuerpo o mi existencia que noto que se alteran más cuando estoy en recaída es el sueño. Tras casi dos años en paro, y en plena recaída, no estaba durmiendo muy bien. Tenía en aquel momento un poco de insomnio por el cual no dormía hasta que por puro agotamiento, tras dos o tres días, caía rendido de cansancio. Supongo que el estar comiendo compulsivamente y el llevar dos años en mi casa sin tener que madrugar para ir a trabajar tampoco ayudaron mucho.

El caso es que un día fui a trabajar solo con un par de horas de sueño en el cuerpo. Recuerdo estar cabeceando delante del ordenador, luchando por mantenerme despierto. Muchos compañeros, chateaban o veían películas. Creo que nadie hacía nada. Entro mi jefe por la puerta del fondo y creo que me vio. Pero no me dijo nada. 


En unos días vi por la mesa de este señor el curriculum de una persona mucho más experimentada que yo. Y también en un cajón de mi mesa, vi la nomina de la persona que estaba en el puesto antes que yo. Yo ganaba más. 


En la primera semana de trabajo, justo el viernes, cuando ya me iba a casa, me llamaron por teléfono para comunicarme que no querían que siguiera más trabajando allí. El responsable de mi en la empresa original que me cedía como consultor, no podía dar crédito. Me echaron por quedarme dormido, esa era la excusa que ponían. Yo pienso que quizás habían encontrado una persona mejor que yo. Dios no me quería allí, tenía algo mejor reservado para mí. Naturalmente me resentí mucho con las tres empresas y el mundo de la consultoría. Y seguí comiendo compulsivamente. Tenía la excusa para ello. El desempleo. El miedo a la inseguridad económica. Me iba perdiendo poco a poco en el pozo de la recaída. Estaba subiendo mucho peso. Creo que en esta ocasión, la enfermedad afecto a mi trabajo, por la racha de insomnio que tenia.


En aquella empresa que ocupaba un edificio entero y que eramos 300 personas, siempre habia comida rondando comida por que siempre era el cumpleaños de alguien. A mi eso me ponia tenso  y no estaba a lo que estaba. Recuerdo una vez que le pregunte a una compañera de trabajo que como lo hacia ella para estar siempre tan concentrada por que yo me distraia mucho. Ella me dijo que por que era la unica manera de hacerlo. Cuando mi jefa directa, con la que yo hacia equipo, se fue de la empresa, no tardaron tiempo en ponerme a mi en la mira. Recuerdo que me sentaron justo de espaldas al jefe del departamento. Creo que para que este pudiera ver lo que yo estaba haciendo. Me tenian vigilado. Al final me terminaron hechando, tambien por que choque con la nuera del dueño de la empresa.

Desde la pandemia empeze a teletrabajar en remoto desde mi casa. En mi ultima recaida, como trabaja en casa, y tenia mucha comida compulsiva a la mano, podia comer compulsivamente y nadie se enteraba. Los disgustos y el stress del trabajo los pagaba con la comida, por que a 2 minutos tenia una tienda donde podia comprar de todo. Y un minuto era de ascensor. Ademas al volver a casa me era muy dificil evitar recaer. En esta epoca, no estuve todo lo centrado que debia en el trabajo por que estaba pensando mas en comida que en otra cosa. Ademas era capaz de estar trabajando en el ordenador y estar comiendo compulsivamente cualquier cosa mientras tanto. Llego un momento que el volver a casa, o simplemente estar en casa, ya me ponia compulsivo por que sabia que tenia la comida ahi a la mano. Esto se soluciono cuando empeze con un padrino nuevo, empeze a trabajar duro, y al final me mude a un pueblo muy tranquilo sin nada de comida alrededor, lo que hizo que mi compulsion se rebajara muchisimo.


El teletrabajo ha hecho que no siempre tuviera el mejor rendimiento en mi trabajo.

La primera vez que tuve teletrabajo fue cuando trabajaba para una empresa de la capital estando yo en casa de mi madre. En aquella empresa no tenia horarios, y eso me hizo polvo. Fue justo cuanto entre en oa, durante mi primer año de programa. Venia de la epoca de haberme aislado de todo y de todos para perder peso. Como no tenia horarios, trabajaba por las tardes noches hasta bien tarde. Me levantaba tarde, no desayunaba, hacia solo la comida central del dia, y por la noche trabajaba por lo que no paraba para cenar. Sin embargo era la primera vez que yo trabajaba a distancia. Y me distraia mucho. Tambien el hecho de estar comiendo compulsivamente no ayudaba. Al final la empresa me dijo que no estaba funcionando bien como trabajador en remoto, y que si queria seguir tenia que ser presencialmente. Y asi lo hice, me fui de casa de mi madre. Y eso fue para mi una gran oportunidad.

Ahora mi trabajo es muy irregular. Puedo estar dias sin tener nada que hacer. Y luego tener tanto trabajo que no doy abasto. Depende de muchos factores. En las epocas en las que no tengo trabajo, a veces aprovecho para estudiar, para trabajar el programa, o estoy viendo series o peliculas, o jugando, pero delante del ordenador, atento por si me escriben. Es como si estuviera de guardia. A veces incluso me da para hechar una cabezada con el ordenador encendido al lado.  Y ahora tengo mi horario, y cuando se acaba, cierro el ordenador del trabajo. Asi estoy pendiente y no me disperso, y ademas eso me da una sensacion de rutina, de orden. He conocido gente que se iba de su casa, que quedaba con gente, cuando no tenian trabajo. Eso me parece ya demasiado. Por que no se si la racha de no tener nada de trabajo me va a durar dos dias o dos semanas, y en cualquier momento me puede escribir alguien para pedir algo. Asi que me lo tomo como estar de guardia, tengo que estar pendiente del ordenador. He asumido que me pagan por estar delante del ordenador de la hora que empiezo a la que termino, aunque no este haciendo nada. Si el cliente o la empresa no me dan trabajo, es su problema.


2B) ¿como ha sido la vida conmigo en casa?

De niño, adolescente y joven con mi familia de origen.

MI madre me sobrealimentaba. Me pegaba tambien pero lo tipico que hacian las madres a la antigua, pero llego un momento que yo ya era buen niño y me di cuenta de que habia dejado de hacerlo.

Mi madre siempre iba en contra de todo lo que me gustaba. Mi padre tambien. Yo era un niño introvertido y aislado. Me gustaba leer. Con la paga me compraba comics. Mi madre siempre luchaba conmigo para que no los comprara por que decia que eran muy caros y que eran una tonteria. Y yo le respondia, que si le parecia mejor que me comprara tabaco o cerveza. Mi padre una vez que tuve malas notas, me tiro a la basura muchos de mis libros, por que decia que me distraian de los estudios. Nunca he visto unos padres tan enemigos de la cultura y de que sus hijos lean.

Una vez me pelee con mi hermano, ya tenia yo como veinticinco años. Mis padres ya se habian divorciado. Y estabamos en la voragine de toda la disfuncionalidad toxica de la enfermedad. Mi hermano ya estaba consumiendo sus drogas. No recuerdo por que fue aquella pelea, pero si recuerdo que llegamos a las manos, y que mi madre que nos vio y termino llorando. Mi hermano y yo no somos amigos, cada uno hace su vida, y no tenemos contacto casi ninguno.



Durante el divorcio.

Mi familia siempre fue una guerra, nunca recuerdo actos de amor o cariño entre mis padres. Siempre les recuerdo peleando. Siempre reproches de mi madre hacia mi padre. Una vez tuvieron tal bronca, que me pillo a mi enmedio, y les dije que a mi no me tenian que demostrar que se querian, que se lo tenian que demostrar el uno al otro.

Cuanto mis padres se estaban divorciando yo les dije que yo era neutral, que yo no queria entrar en sus guerras. Aun asi lo intentaron. Aun asi lo lograron con su actitudes. Primero mi padre empezo a hacer cosas raras y se puso agresivo. No hasta el punto de ser violento, pero si era avaricioso y trataba de imponer su egoismo. Queria la casa y el coche. No pude por menos que dejarle de lado por su mal comportamiento. Ademas nunca fue conmigo un padre cariñoso y cercano. Yo tuve mucho miedo de que llegara a ser violento.

Años despues se empezaron a caer por su propio peso las mentiras y manipulaciones de mi madre, y me di cuenta de como me habia puesto en contra de mi padre. Mi madre no era de fiar, de hecho era ella la que habia roto el matrimonio culpando a mi padre. Retome el contacto con mi padre y le vi algunas veces, pero el se volvio a casar, tiene una nueva familia, y ya no hablamos nunca. Mi madre, según fui entrando en programa, me di cuenta de que era esa clase de persona de la que hablan los libros que se resiste a que uno cambie cuando se recupera, por que esta tan en la enfermedad que quiere que yo siga enfermo comiendo con ella. Asi que he tenido que tomar distancia con ella.

El consumo de drogas de mi hermano se desboco mas o menos por la epoca del divorcio. Tenia muy malas amistades. A mi nunca me escucho. No podiamos controlarlo. Empezo a robar dinero a mi madre, y cosas para venderlas para poder consumir. Al final mi madre lo hecho de casa y lo mando con mi padre, por que no podiamos meterlo en cintura. A mi esto me dio mucha pena. Cuando mi hermano se recupero, alguna vez fui con el a su comunidad. Era una especie de iglesia cristiana que trabajaba con jovenes. Fui con el y con sus amigos de su grupo a jugar al baloncesto. Pero mi hermano no se limpio del todo. Con los años su adiccion se volco en el tabaco y luego salto a la lujuria. 

Cuando he ido de visita, he visto que mi hermano metia en casa continuamente grupos de personas para compartir cama con ellos. A veces un chico, a veces dos. Y mi madre, que de nunca se fiara jamas de el, a eso la vuelve loca, por que sabe las amistades tan dañinas que tuvo mi hermano en el pasado. Yo por esta guerra que tienen montada, de adictos en activo conviviendo, una con la comida, y el otro con la lujuria, prefiero no aparecer por alli, por que cuando lo hago me arrastran a la enfermedad, no lo soporto, y recaigo.

Con compañeros de piso

El primer piso compartido en el que estuve cuando me fui de casa de mi madre, tenia que poner limites continuamente con la comida porque los compañeros me ofrecían comida y trataban de obligarme a comer cosas que no quería. 

Tambien este compañero de piso se cabreo conmigo por que decia que yo no limpiaba. Y sin embargo si recuerdo barrer y fregar mi cuarto, los pasillos y el salon. 

Un error que cometi en aquel piso. Fue que lleve alguna chica a aquel piso compartido, por que estaba disfrutando de mi delgadez, de que ahora ligaba, lleve al menos tres chicas distintas. Fue poco, solo una o dos veces cada una y en temporadas muy separadas cada  vez. Creo que esto fue de mal gusto, por que aquel amigo mio, dueño del piso, lo acababa de dejar con la chica con la que se iba a casar por que ella le puso los cuernos.  Y  mi amigo que era el dueño del piso y me alquilaba una habitación, creo que le sentó mal, por que era el piso que tenia con su pareja que se había roto. Le pedí perdón por esto durante un paso 9. 

En otro piso me cruze con dos alcoholicos en programa. Uno no estaba sobrio, ni trabajaba el programa. El otro si. Vino primero el que no estaba sobrio. Era como un torbellino. Cuando le conte que yo tambien estaba en programa, le hizo mucha ilusion y me dio un gran abrazo. Recuerdo que incluso intercambiamos una prenda de ropa, unos pantalones de chandal. Pero aquel hombre no estaba sobrio. Se metia a su habitación paquetes de latas de cerveza. Destrozo el parquet de su cuarto abriendo cables para sacar el cobre para venderlo. Estaba liado con la hija de otro compañero de programa. Y el le pegaba a ella. Has que un dia montaron una gran pelea en el piso, y vino la policia. Yo no vi nada por que estaba en mi habitacion. Preferi mantener las distancias con esta persona, por mi propia cordura y estabilidad emocional. Con esta persona aprendi lo que es convivir con un adicto en activo. Yo no quiero vivir asi, ni quiero ser el motivo del caos emocional a mi alrededor.

Tenia otro compañero de piso que era un señor mayor, que trabajaba en una funeraria y tenia la dentadura fatal por que fumaba. Este señor hacia turnos de noche. Su habitación y la mia daban pared con pared. Los fines de semana venia mi novia a verme y estabamos juntos como cualquier pareja. Este señor que me rallaba el coche cada vez que venia mi novia. En vez de decirme nada, o hablar conmigo, cuando yo salia me encontraba con un rayon nuevo en el coche. Rayones hechos con llaves como de un metro o mas de largo, que todavia tengo. Nunca pude demostrar que era el, pero creo que me los hacia en venganza por no poder dejarle dormir. Y entonces un dia el metio tambien una mujer, y yo los escuche. Me lo cruze saliendo de la habitacion y no dije nada. Salude y me fui. Creo que no fui considerado con este señor y que a lo mejor hizimos demasiado ruido. Pero creo que se paso dejandome rayado el coche por valor de reparacion de cientos de euros, reparacion que no he hecho.

El otro compañero alcoholico vino mas tarde y apenas le conoci. Pero estaba sobrio y era un gusto tratar con el. Se dedicaba a la meditacion y al yoga y a mi me transmitia mucha paz. Era como la otra cara de la moneda.

Por el altercado con la policia y pegarle a su pareja, la dueña del piso compartido, que era como una pension, decicio cerrar el piso y yo me fui a vivir con la que era por aquel entonces mi novia.

Con mi ex-pareja con la que convivi 10 años

Al principio con ella la convivencia fue buena. Luego la comida que ella traía a casa a escondidas o que se olvidaba me hacia recaer, por que me generaba un deseo irrefrenable. Tuvimos muy pocas peleas en 10 años de convivencia. Teníamos los mismos hobbies, los mismos amigos. Pero al final ella se fue distanciando de mi. Yo subí de peso por las recaídas, y note que yo ya no le atraía. Se hecho un nuevo grupo de amigos. Yo intentaba seguirla, pero en aquella época tenia un trabajo en el que me iba de casa a las 7 y volvía a las 8 de la tarde. Y ella nunca estaba. Como ella terminaba de trabajar a las tres, se iba de casa por que se aburría. Algunos días volvía muy tarde. Al final nos distanciamos, yo ya no le gustaba, ella hacia su vida, y me dejo.

Le cogia comida a ella. Eso estuvo mal.

Solo tuvimos tres peleas en 11 años de pareja. Y las dos primeras fueron al principio. Ni siquiera cuando me dejo yo monte una pelea ni nada. Por que ya tenia el ejemplo de mis padres, de como termino su relacion, y yo no queria algo asi en mi vida, valoraba demasiado mi paz y serenidad.

La primera vez que nos peleamos fue por que ella se encabezono en un tema, entro en bucle y no salia de ahi, por mucho que yo le explicara que era de otra manera. Mas tarde me lo reconocio, y me pidio perdon. Otra vez que nos peleamos no recuerdo por que fue, pero si me acuerdo que estabamos de viaje. No fue nada grave, pero me altero las emociones, y estando de viaje en mi ciudad, con la familia cerca, le di mas importancia de la que realmente tenia. No recai en el momento, pero mi plan de comidas se fue ensuciando. Y lo que me dio la puntilla fue volver a casa y encontrarme la nevera vacia despues de 15 dias de vacaciones. Tuve que sobrevivir como pude comiendo en la calle, no lo hice bien, no pedi ayuda,  y recai.

Y la ultima vez que me pelee con ella fue tambien volviendo de un viaje. Veniamos de un evento y yo tenia muchas ideas en la cabeza. Asi que queria tomar notas de todas estas ideas. Como yo iba conduciendo, le pedi a ella que escribiera lo que decia. Pero me equivoque, me salio el orgullo, y tampoco estaba teniendo un plan de comidas limpio. Yo solo queria que ella apuntara lo que yo le decia, pero ella queria añadir sus ideas tambien y aportar. Y yo le dije que no, y se cabreo. Fue muy egoista por mi parte, y le pedi perdon un poco despues. No tenia la cabeza en mi sitio, por que no estaba comiendo bien, y aun no habia trabajado bien del todo la parte central del programa sobre los defectos de carácter. Veo que alli me pudo la codependencia, el orgullo y el egocentrismo.

Con otra pareja que tuve, que estuvimos dos años pero no llegamos a convivir, siento que estuvimos en un tira y afloja por que el que yo no estuve dispuesto a ceder en los temas que ella queria, por que sentia que queria controlarme.


2.c) Mi infelicidad crónica a causa de mis problemas con la comida, ¿ha afectado a mis amistades o a mi matrimonio? ¿Como?


Durante mi adolescencia y juventud, como creci con una infelicidad cronica severa, era incapaz de atraer a nadie. Es decir mientras todos mis amigos entre los 15 y 25 estaban con unas chicas y con otras descubriendo la sexualidad y las relaciones, yo estaba o bien sufriendo por el divorcio de mis padres, o bien sufriendo por el bullying que me hacian por mi peso, o bien comiendo compulsivamente para compensar todo ese dolor. Recuerdo tener un aura de negatividad a mi alrededor que cualquiera que se acercaba salia espantado. Recuedo que conoci a una chica en el instituto y le conte un poco de mi vida, y se quedo boquiabierta, como sorprendida de todo el dolor de mi vida.


Y si alguien se acercaba demasiado, mis defectos de carácter se encargaban de hacer que yo metiera la pata y alejar a quien fuera, por que no sabia relacionarme.


Antes de entrar en programa, adelgace mucho por mi cuenta de la mano de la restriccion. Hubo un amigo mio que no acepto esto. No aceptaba que yo hubiera cambiado de ser el tipico gordito del grupo, a de repente estar delgado, y recibir atencion de las chicas. No por que fuera a competir con el en este aspecto, si no por que le costaba aceptar los cambios o eso me dijo una amiga que mas tarde seria su novia. Fueron 40kg los que perdi y si que senti que la gente me trataba distinto y yo no estaba preparado para asumirlo. Habia algunas personas que me criticaban, ya no era el gordito tonto manipulable, si no que ahora recibia mas atencion femenina que ellos. Y eso les chocaba.


Nunca he estado casado pero si he convivido con una pareja diez años. Yo fui muy sincero con mi enfermedad desde el primer momento. Al principio no le importo. Por que yo estaba en un peso saludable. Note que ella tenia miedo de que yo recayera en la comida, por que una vez en el coche tenia unas toallitas para limpiar y ella confundio el envoltorio como si tuviera algo de comida escondida en el coche.


Mi adiccion a la comida fue un problema entre los dos. En casa cocinaba yo, y yo servia dos platos iguales. Pero ella como era pequeñita y delgadita, siempre le sobraba. Asi que yo siempre terminaba cogiendo de su plato, llevado por mi gula, y por mi adiccion al exceso de comida. Ella se dio cuenta. Y protegia su plato. Y a mi eso me enfadaba. Con el trabajo de programa aprendi que respetar la comida de una persona es respetar a una persona. Y cuando empeze a pesar deje de hacer esto. Pero creo que esto sembro una semilla de desconfianza entre los dos.


Mas tarde con las recaídas subí de peso, y yo deje de gustarle, ella le cambio el carácter, se distancio de mi, y me dijo literalmente: “estas viejo, gordo, calvo, ya no te quiero”. Y tiempo después se fue con otro hombre que era exactamente igual que yo cuando era mas joven. Veo como mi enfermedad destruyo esa parte de mi vida. Yo ya no era lo que ella quería. 


Mi enfermedad se ha encargado de aislarme, y no he tenido muchos amigos cercanos muy duraderos. Algunas amistades que he tenido han sido muy toxicas y las he tenido que sacar de mi vida.  Ahora veo mi codependencia. Creo que inconscientemente metia personas en mi vida que me hicieran daño para asi tener excusas para comer compulsivamente.


En un momento de mi vida, estando ya en recuperacion tuve un grupo de amigos con el que compartía una afición en común. Pero poco a poco me fui dando cuenta de que el mas cercano a mi, siempre que quedaba con el terminabamos comiendo fuera. Era como si celebrásemos la amistad comiendo. No me di cuenta de que era un compañero de atracones. Cuando esta persona se hecho pareja, resulto que ella era muy toxica, y chocaba por la que entonces era mi pareja. Vi claramente los defectos de carácter en estas personas, con unos egos y resentimientos desmedidos, y problemas mentales fuera de control (claustrofobia, miedos irracionales, etc). Yo no soy nadie para juzgar a otros. Pero estas personas empezaron a malmeter en mi relación, por envidia entre ellas. Otra tercera amiga se metió en mi pareja y querían manipularme de tal manera que yo dejara a mi pareja, por que a mi me aceptaban, pero a ella no, por sus envidias. Y vi claramente que mi “amigo”, no lo era tanto. Por que yo hablaba con el, calmaba las cosas, quedábamos bien, y luego su novia después estaba hecha una fiera por que a saber lo que el le contaría. Eran tres personas toxicas. Al final decidí poner mi abstinencia y paz mental primero, y sacar esas personas de mi vida. Me sentí liberado. Incluso tuve un pequeño despertar espiritual. Creo que sentí la misma liberación que cuando deje atrás a mi madre, que para mi es mi principal persona compulsiva.


Pase todo este mal trago abstinente. Trabaje mucho el programa. Escribí un cuarto paso de urgencia para procesar los resentimientos y no comérmelos. Me ayudo mucho el libro de oa en busca de un camino espiritual. A día de hoy no les odio, pero me dan mucha lastima por que viven de una manera muy toxica, sufriendo a todas horas.


Con otra pareja que tuve , que estuvimos juntos dos años, hubo un momento, que yo recai. Durante una comida con su familia para celebrar el cumpleaños de sus hermanas, trajeron tarta helada, muy compulsiva para mi. Yo no comi en aquel momento, pero verlo me desperto la obsesion y aquel alimento se me quedo grabado en el cerebro. Aguante 15 dias abstinente y recai. Mi pareja no se entero, y procure que no le afectara a ella. Pero me di cuenta, de que la usaba a ella para comer mucho fuera de casa. Cuando venia para estar conmigo siempre terminabamos comiendo fuera, con la excusa de no estar siempre metidos en la cocina. Y tambien cuando yo iba a su casa, como ella tenia algunos alimentos compulsivos mios (como queso o cereales) yo notaba que cuando estaba alli con ella comida demasiado de estos alimenos y se me despertaba el deseo de comerlos. 


El profesor de karate se reia de mi, por que como yo estaba gordo no era bueno, y sin embargo trataba de ponerme el primero para enterarme de las explicaciones, y eso a el le parecia gracioso, que el gordo y lento que lo hacia todo mal tratara de enterarse de lo que habia que hacer, que le pusiera interes. Yo le ponia interes al tema por que sabia que era mas lento que los demas, y que siempre perdia. Al final con el tiempo deje de ir a las clases de karate.

De joven hacia escalada. Conoci un amigo que fue el que me enseño. Yo llevado por mi necesidad de hacer deporte me apunte sin dudarlo. Incluso con mis kilos encima. Hacia lo que podia, y solo podia escalar por los sitios mas faciles, pero para mi era todo un reto. Pues un dia estabamos en una tienda de deportes viendo equipo de montaña y mi compañero de escalada que me presento a otro escalador como  “su asegurador”. Por mi peso yo me senti inferior, no me veia como otro escalador, si no uno que le aseguraba para que el no se cayera por que por mi peso podia hacer bien de contrapeso en la cuerda. Fue un golpe a mi autoestima y no me gusto. No le dije nada, me lo trague, y segui con lo mio. Tiempo despues esa amistad se romperia por que se metio por medio la hermana de el.


Esa fue otra relación personal que se vio afectada por mi peso, mi compulsion por la comida, y mi infelicidad cronica. Por aquel entonces yo tenia mucho sobre peso. Aun asi yo seguia haciendo el deporte que podia, pero comia con un apetito desenfrenado y sin limite. El caso es que la hermana de mi amigo se vino un dia a escalar con nosotros, pero como tenia un crio pequeño de una relacion anterior y no tenia con quien dejarlo, se lo trajo al campo con nosotros. Yo no me acerque a ella, fue ella la que vino a mí. Buscaba un padre para su hijo y ella se acerco a mí con la intención de usarme, por que le llamo la atención que a mi tan inocente y estaba tan deslumbrado que no me di cuenta. Yo hasta entonces había pensado que siempre estaría solo por que no me gustaba mi cuerpo y pensaba que jamás iba a ser capaz de gustarle físicamente a nadie. Y efectivamente así fue, ella quería mi mente y mis sentimientos, pero no mi cuerpo. Me vieron sus amigas y le dijeron algo parecido a “como te puedes ir con el gordo ese”. Fue muy cruel. No me lo dijo claramente, pero no quiso ser mi pareja por que no le gustaba mi cuerpo. Mi amigo me dijo que su hermana estaba esperando que yo hiciera “algo”, como que adelgazara, me pusiera a dieta, me operara o algo.


En otra ocasión charlando con otro amigo, me dijo que a el no le importaba mi peso, que eso a el le daba igual. De su tono saque que el consideraba mi  peso como un defecto, como si me hiciera menos persona, o fuera una tara que tenia. Lo que me molesto fue el tono condescendiente conmigo, como si yo tuviera un defecto y tuviera que ir por la vida pidiendo perdon por mi peso. O como si el se considerara mejor que yo por mi peso. Ironicamente, esta persona, siempre que quedaba con el terminabamos yendo a comer o cenar, por que era muy de estar siempre metido en locales de hosteleria.


Otra vez que senti que me trataban distinto y que alguien se consideraba mejor por el fisico y el peso fue la vez que quise participar en una sesión de fotos para una revista militar. Yo tenia un uniforme muy chulo de una tematica muy concreta. La organizaba un conocido. Pedi participar y le mande unas fotos. En aquel momento acababa de coger la abstinencia despues de 4 años en recaida y mudarme a un sitio donde no tenia que pasar por la zona de supermercados y tiendas que siempre me hacia recaer al volver a casa. Esta persona me dijo que el uniforme estaba muy bien, pero que estaba pasado de kilos y no podia participar. Este chico era ademas una atleta de alto rendimiento, hacia triatlon, maratones y cosas asi. Y note por sus comentarios que pensaba que era mejor que yo, y me miraba por encima del hombro. Se creia mejor que persona que otras como yo que no teniamos un fisico de deportista. Tuve que asumir el golpe emocional, fue duro para mi autoestima, pero decidir ponerlo atrás mia y tomarlo como una motivación. Esta persona fue saliendo poco a poco de mi vida sin yo hacer nada.


Mi primera pareja estable, la conoci estando delgado pero estando ya en OA. Fui muy sincero con ella desde el primer momento con mi enfermedad. Su padre era medico, traumatologo. Despues de dos o tres años de estar con ella, que ya viviamos juntos, yo habia recaido. Estabamos en aquel piso rodeado de supermercados que tanto me hacia recaer al volver a casa estresado del trabajo. Fuimos de visita a ver a la familia de ella y el padre de mi novia que lo vi despues de un tiempo y me dijo “no veas como te has puesto”. Me senti juzgado y dolido. Me deje de sentir comodo con su familia. Y vi que alli tambien habia mucha disfuncionalidad.


Tengo unos amigos con los que voy de viaje a Francia de año en año. Un amigo de este grupo, que tambien tenia problemas con su peso, tras no verme en mucho tiempo, como yo si habia subido de peso, me dijo que no lo habia hecho bien. Luego solto un dicurso sobre controlarse, la salud y no se que mas. Todo esto venia a que cuando ibamos a Francia haciamos mucho ejercicio, y estabamos todo el dia para arriba para abajo por el campo.  Con su comentario senti como que me evaluaba, que se creia mejor que yo, y que me juzgaba. Tambien senti como si me impusieran la obligación de adelgazar, y eso para mi como anorexico es una cosa muy peligrosa por que puede despertar mi lado adictivo hacia la delgadez.


Mi segunda pareja, con la que estuve un par de años, era una chica que tambien habia adelgazado peso comiendo sano por otra enfermedd que tenia por la que debia cuidarse. Ella me conocio teniendo sobrepeso y no le importaba. Era una de esas pocas mujeres a las que les gustan los hombres con kilos de mas, creo que quizas por que ella tambien los habia tenido. Hubo una vez que me llamo “gordi” en plan cariñoso y a mi me sento mal. Revivi todos los momentos de bullying de mi pasado. Creo que reaccione de manera demasiado seca, pero le dije que no me llamara asi, que no me gustaba. Y que mejor que no me llamara asi por que como tengo un trastorno de la alimentacion, me puede hacer daño toda esa clase de nombres o motes referentes a mi peso. Reaccione asi por que no tolero bien esta clase de comentarios sobre mi peso por que se han reido mucho de mi por mi peso en el pasado. Y aunque la chica no tenia la menor mala intencion, creo que me toco un punto sensible.


2.d) ¿Estoy en contacto con mis sentimientos o he enterrado mi ira y mis miedos bajo capas de falsa alegría? Explícalo.


Durante mi infancia y adolescencia, creci con un miedo muy intenso por el bullying. Lo sentia muy intensamente. Hasta el punto de llegar a aislarme de los demas por miedo a ser agredido. Creo que no lo escondia ni lo tapaba, lo sentia para mis adentros como algo muy real, pero tampoco lo decia abiertamente. Creo que por orgullo, por no ser visto como el debil, por tratar de ser uno mas. Y tambien por miedo a no ser señalado aun mas. Pero no era precisamente la alegria de la huerta.


En mi adolescencia y juventud, despues de vivir un rechazo tras otro y ser ignorado continuamente por las chicas, si llego un momento, cuando pasaron los 20 años que empeze a ignorar mis sentimientos de atraccion y enamoramiento. Pensaba que el tener pareja no era para mi, no comprendia por que, sufria por ello, y pensaba que yo era feliz solo. Llegue a pensar que el amor dolia por que siempre me rechazaban. Para mi amor era dolor. Y tambien tenia el ejemplo del matrimonio toxico y disfuncional de mis padres. Asi que me abandone a la soledad y pensaba que asi era feliz, en mi  ignorancia de las relaciones con el sexo opuesto. Era una negación total de mi sexualidad y afectividad.


La lujuria ha hecho que enterrara o me desconectara de mis propios sentimientos. Primero por el miedo a sufrir por ser rechazado. Y despues cuando ya adelgaze, y de repente las chicas me hacian caso, la lujuria le dio la vuelta a esto. Era capaz de irme con alguien que no me gustaba, simplemente por estar con alguien y tener la experiencia. Ignoraba el hecho de que ella no me gustase por que estaba deseoso de tener una experiencia con el sexo opuesto. Esto fue una trampa por que me hizo meterme en una relacion con una chica que me utilizo para vengarse de su exnovio, que era amigo mio, y me hizo mucho daño. Y fue aquí cuando estallo mi compulsion por la comida, justo a la vez que los problemas que tenia en el trabajo.


Antes de llegar a programa si vivía fingiendo. Pero estaba roto en el fondo. Y a la mínima que me divertía me daban ataques de risa y me dejaba llevar, por que necesitaba desesperadamente sentirme feliz. Recuerdo haber estado riéndome durante horas. Sin embargo en mi día a día estaba muy deprimido. Era vivir en los excesos de subir a la euforia y bajar a la depresión. Siempre he sido así, incluso antes de empezar a comer compulsivamente de manera consciente.


A veces pienso que soy demasiado sensible. Que todo me afecta demasiado. Ahora se que es el carácter adictivo compulsivo. La enfermedad hace que sienta todo como con mucho dolor o mucha alegría, y así use el mecanismo de comer para no sentir. Solo que cuando como compulsivamente, no siento nada, no se lo que siento, y estoy siempre hecho polvo, en vez de saber identificar mis sentimientos.


Mi madre me lo decía, hijo a ti te pasa como a mi, nos lo tomamos todo muy a pecho. En mi familia vivian lo sentimientos de manera muy intensa, a sangre y fuego, de desgarrarse la camisa, de gritar y llorar por todo. Aprendí a vivir asi en la niñez y en la adolescencia con sentimientos muy intensos, por el bullying, por el rechazo de mi cuerpo de otras personas, por mi odio a mi mismo, por la familia disfuncional en la que crecí rodeado de adictos, y por el divorcio de mis padres que remato la faena. En aquellos años vivía amando y odiando en extremos, teniendo amigos que un día los quería como hermanos y al día siguiente los odiaba a muerte por la excusa mas tonta. Ahora se que la recuperación es el termino medio. 


Mi madre siempre luchaba conmigo por mi peso y por mi manera de comer. Siempre al contrario. La mayor parte de mi vida, que he tenido sobre peso, siempre ha estado detras mia para que no comiera, incluso escondiendo comida. No me decia que adelgazara. Y sin embargo su orgullo era que de pequeños, cuando eramos bebes, mi hermano y yo comiamos mucho y no eramos delicados con la comida. Y cuando he estado delgado, todo lo contrario, luchando por que comiera, y diciendome que gordo estaba mejor y que me preferia con mas kilos encima. Ella no sabia el daño que me hacia mi sobrepeso. Incluso una vez me dijo por telefono: “me ha dicho tu tia que ha visto una foto tuya y que estas mas gordito y muy bien.” Eso me agobio, siempre encima mia, vigilandome, vigilando mi peso, como si fuera un niño pequeño que tiene que subir de peso para no morirse. Y eso a mi me sacaba de quicio, y me hacia mas si cabe o restringir o comer compulsivamente. Al final me di cuenta de que mi madre tambien es una enferma, y su enfermedad la proyecta sobre mi, y lleva jugando conmigo toda mi vida. Asi que en temas de comida y de peso he decidido ignorar a mi madre. Una vez le dije que no admitia consejos sobre comida de una persona que fuma. Cuando le dije a mi madre que era vegetariano, se obsesiono con ello, y estuvo luchando por que comiera lo que ella queria. Y me hacia trampas. Como decirme que algo no llevaba carne, cuando si la llevaba. Su ignorancia, miedo, control y codependencia hacia mi me hizo polvo  con la comida. Las ultimas veces que la he visitado, siempre quiere sacarme a comer, y llevarme a sitios donde tengo que comer lo que ella quiere, por que asi se queda contenta. Frituras, pan, y cosas asi. No admite un NO por respuesta, no comprende, y su idea de como tengo que ser y comer trata de imponermela. No solo como tengo que comer, lo que tengo que pesar, si no como tengo que vestir, o que tengo que hacer con mi vida. Mi madre es excesivamente controladora conmigo, y a mi eso no me gusta.


Despues de trabajar el programa esta manera de sentir las emociones ha cambiado. Puede que tenga dificultades, problemas, vivencias, pero como todo el mundo. Mucha gente seguramente pase por lo mismo que yo o incluso peor, y no por ello come compulsivamente. Asi que he llegado a la conclusion, de que trabajando el programa puedo pasar abstinente por cualquier cosa.


3) ¿He creído que mi vida seria gobernable si los que están a mi alrededor hicieran lo que yo quería? Explicalo.


Hubo un momento de mi recuperación que parecía que inconscientemente me salía como exigirle a la gente a mi alrededor que estuviera recuperada, y que solo me díera buenas emociones. Esto es falta de aceptación por mi parte. Creo que es un mecanismo de defensa que he desarrollado contra la enfermedad de otros. Siempre he sido muy coadicto. Empece a comer compulsivamente por que estaba rodeado de adictos en activo, para compensar el dolor de convivir con ellos. Como yo estaba mejor, queria que la gente a mi alrededor estuviera mejor, y no tuviera relaciones toxicas, si no relaciones sanas.  No me di cuenta de que fuera de programa es muy dificil que las personas cambien. Y que tengo que tener suficiente capacidad de aceptacion, para aceptar a las personas tal y como son, no luchar por cambiarlas. Y simplemente alejarme de las personas que me resulten negativas o me hagan daño.


Al año de estar en OA me fui de casa de mi madre. Con los años, la distancia, y el trabajo del programa por mi parte la relación mejoro mucho. Por telefono parecia que todo iba bien. Las primeras veces que volvi de vuelta, como iba con pareja, mi madre se contenia. Pero en cuanto volvi una vez solo mi madre desato sobre mi todo su control y codependencia, volcando sobre mi todos sus resentimientos y defectos de carácter con mi padre y mi hermano.  Su codependencia le hacia usarme como valvula de escape y querer controlarme para tenerme cerca y asi poder desahogarse conmigo. Como yo estaba mejor pensaba que ella tambien estaria mejor y nuestra relacion seria mejor. Pero no fue asi. Tuve unas falsas expectativas con mi madre. Pensaba que si ella estuviera mejor nuestra relación seria mejor, pero las continuas recaidas (tanto emocionales como fisicas) al visitarla, me han enseñado que solo puedo por ahora mantener la distancia, por que es una persona que me hace mucho daño.


Mi primera relación de pareja larga, que duro 11 años, ella a raiz de conocerme a mi y saber las reuniones a las que yo iba y el programa que yo trabajaba, decidio que tambien queria ir a reuniones. Le costo encontrar una hermandad que se  ajustara a ella. Fuimos a varias, a ACA, a jugadores anonimos, a CODA, a Alanon. Tuvo una epoca al principio, de quiero pero no puedo, no se si este es mi sitio, y fue rebotando por hermandades hasta que se quedo fija en alanon. El caso es que al principio, solo iba a reuniones y no trabajaba el programa. Yo tenia la expectativa de que si ella trabajaba el programa ella estaria mejor y nuestra relación de pareja mejoraria. Y trate de animarla a que trabajara el programa y se buscara una madrina. Y como no lo hacia a mi eso me hacia estar impaciente y expectante.


Ella tuvo una racha de llegar entre semana a las cuatro o cinco de la mañana, teniendo que entrar a trabajar al dia siguiente a las siete y media. Era los dias que iba a los grupos. Se quedaba despues de las reuniones cenando con compañeras y charlando. Era su sesion de terapia post grupo. O eso es lo que me decia ella. Cuando me lo hizo varias veces sin avisar yo me preocupe mucho inicialmente. Cuando me dijo que se quedaba charlando con compañeras de grupo y le daban hasta las tantas, y luego volver sin metro se le complicaba la cosa, me quede mas tranquilo, pero seguia siendo exceptico. Por supuesto yo no le dije que no lo hiciera, es su vida y ella podia hacer lo que quisiera, solo le dije que si iba a venir tarde o no iba a venir, que me avisara para quedarme tranquilo. Y tambien le dije que tuviera cuidado de noche sola por la ciudad. Que si la pasaba algo a la primera persona que iban a buscar era a mi. Y que a ver que explicaciones le daba yo a su padre. La gran ciudad no es un sitio muy seguro que digamos de noche a altas horas. Poco a poco dejo de hacerlo. Solo fue una racha que tuvo. Pero yo pensaba que seria mejor para mi si ella volviera pronto a casa. Y si fuera al reves, y yo fuera un hombre adicto que estuviera de borracheras y malas mujeres, seria una conducta muy reprochable hacia mi. Pero yo a ella no le podia decir nada. Aunque considero que fue una falta de respeto hacia mi como su pareja.


Otra vez me enfade con ella por que no hacia nada en casa. No limpiaba, no cocinaba, no ponia lavadoras. No hacia literalmente nada. La gota que colmo el vaso fue que era yo siempre el que se encargaba de la ropa. Yo soy una persona mas bien casera, pero ella estaba siempre en la calle. Volvia de trabajar a las tres o cuatro. Se hechaba la siesta, y cuando se despertaba, como yo aun no habia vuelto, ella se aburria y se iba por ahi. Y no hacia nada en la casa. A mi no me molestaba cocinar, por que lo preferia por que me venia bien para mi enfermedad. Pero me di cuenta de que siempre ponia yo las lavadoras. Empeze por no doblarle la ropa. Luego un dia hable con ella le dije que ella no hacia nada, y que no le ponia mas lavadoras, que pusiera ella lavadoras con su ropa. Igual con la comida. Se acostumbro a que yo cocinara. Ella no sabia, ni mostraba interes. Creo que en 10 años de convivencia si cocino para los dos, tres o cuatro veces mucho es. Asi que en un momento le dije que se cocinara ella para si misma. Sobre todo por que yo según la epoca estaba o no a la hora de la comida en casa. Asi que se espabilo y empezo a cocinarse tapers enormes de las cosas cosas que sabia hacer, que ademas eran cosas compulsivas para mi.


Creo que tuve la espectativa de que mi vida seria mejor si ella colaborase en casa, o si no almacenara tapers de comida compulsiva para mi en casa. Esperaba que ella cambiase a mejor, y no lo hizo. Todo lo contrario, se distancio de mi con el tiempo. Ahora veo que teniamos una relacion muy codependendiente. Y que cuando se paso la pasion inicial, yo daba , y daba, y daba, pero no recibia nada a cambio. Sentia que no nos cuidabamos mutuamente.


Por ejemplo, ella nunca me regalaba nada. Decia que por que era muy indecisa y no sabia que regalarme. Su enfermedad y sus miedos le hacian comportarse asi (el miedo a la inseguridad economica). Creo que solo me regalo tres o cuatro cosas en 10 años juntos, y todas por sugerencia mia. Yo cuando me di cuenta de que ella no me regalaba nada, ni por cumpleaños ni navidad ni nada, deje de comprarle nada a ella, y fue como un punto por el que me senti frio y alejado de ella. Sin duda creia que seria mas feliz y que mi vida seria mejor si ella fuera mas cariñosa y cercana conmigo. Pero la verdad era que como habia subido de peso yo ya no le atraia y el amor se estaba apagando poco a poco.


Durante una revisión medica detectaron que mi cancer se habia vuelto a reproducir. La cicatriz de la primera operación me dolia mucho y se seguia hinchando. Asi que me hicieron una ecografia y resulto que el cancer se habia reproducido, habia saltado de la piel y se estaba comiendo el musculo. Me dieron una cita para operarme en menos de una semana. Era antes de navidad. Y ella ya tenia comprados billetes de tren para ir a ver a su familia. Yo me quede recien operado, con la espalda llena de puntos y solo. Ni siquiera vino connmigo al hospital. Me dijo que gracias al programa estaba recuperando a su familia y que se iba. Ella tenia descuento en los billetes de tren, asi que por dinero no era, por que comprar otros le hubiera salido muy barato. Pero yo me quede sin nadie que me acompañara al hospital, o que me ayudara a cambiarme los vendajes o a las cosas mas basicas, por que con la espalda con puntos me resultaba dificil moverme. Reucerdo que hice el esfuerzo de ir a un grupo (todavia no habia reuniones de zoom) y los puntos me tiraban mucho y me dolian. Fue una compañera del grupo la que me llevo a su casa, pasando por una farmacia y me ayudo con la primera cura.


Tenia la idea de que ella se quedara conmigo, de que me acompañara al hospital, de que me cuidara y se quedara conmigo. Pero no hizo nada de eso. Si ya de por si la navidad es una epoca muy dura para mi, aquellas fueron especialmente duras. Sin duda pienso que si la hubiera tenido a ella conmigo en aquel momento, aquel trago hubiera sido mucho mas facil de pasar para mi.


Conoci un grupo de varios amigos que tenian una asociacion de una actividad que a mi gustaba. Consistia en vestirnos como soldados de la segunda guerra mundial e ir al monte a participar en juegos de guerra simulados. A mi la actividad me encantaba y empece a participar con ellos. Yo quise ser socio de aquella asociacion, pero no cogian a todo el mundo. Solo me dejaban participar como un allegado, pero externo. A mi esto no me gusto, no me senti aceptado, sino rechazado. A un amigo mio si le ofrecieron ser socio. El agravio comparativo fue muy doloroso. Por que el si y yo no, me preguntaba. Sin embargo con el tiempo me di cuenta de que bebian mucho alcohol. Habia muchos tiras y aflojas, muchas rencillas, sobre todo por dinero. Eran un grupo toxico. Con el tiempo mucha gente se fue de aquella asociacion sin mirar atrás. No solo se rieron de mi, si no que alguno de ellos tambien intento tirarle los trastos a mi novia, hasta el punto que tuve que llegar a cabrearme. Eran asi con todo el mundo. No solo eran asi conmigo. Arrasaban como una plaga de langostas.


Recuerdo que estabamos en un museo, y habia tanto publico, que el bar estaba desbordado. No habia comida ni bebida para todo el mundo. Esos señores se colaron y se quedaron con la comida y bebida de otro grupo amigo de otra asociacion que habian llegado antes. Ironicamente un tiempo atrás les habian dado un diploma de agradecimiento por organizar todo lo que hay que montar para que podamos ir a estas cosas, y luego sin embargo se quedaban con su comida.


Asi que yo pensaba, queria, que me hubieran aceptado en su grupo, pero creo que fue una bala esquivada, algo de lo que me libre. Por que mucha gente se fue muy quemada de alli. Muchos picados por dinero, por que habian comprado un par de vehiculos historicos haciendo derrama entre todos. Y hubo una gran pelea por lo que se. Asi que esta vez me libre de una buena, de estar en el centro del huracan. No siempre lo que yo quiero es lo mejor para mi. Y si mi hubieran aceptado, mi vida no hubiera sido mejor, todo lo contrario, hubiera sido mas ingobernable.


Siguen haciendo sus eventos, incluso en una zona cerca de donde yo vivo ahora, pero yo ya no voy por alli.


Tiempo despues de perder el contacto, me los cruce una vez en otro evento que montaban otras personas y uno de ellos se disculpo conmigo, y me dijo que se habian pasado conmigo. Me lo tome como una disculpa, pero yo no me merece la pena ir a lo que ellos hacen. Voy a lo mismo, pero organizado por otras personas o grupos que no tienen nada que ver.


Tenía un grupo de amigos con quienes compartía una afición. Pero me di cuenta de que el más cercano a mí siempre quería comer fuera cada vez que nos encontrábamos. Parecía que celebrábamos nuestra amistad comiendo. No me di cuenta de que era adicto a la comida. Este amigo y yo nos volvimos muy cercanos. Siempre íbamos juntos, él, mi pareja y yo, a eventos relacionados con nuestra afición y nos divertíamos. Pero me di cuenta de que esta persona siempre criticaba. Nuestra amistad comenzó con críticas hacia el grupo que no me había aceptado. Incluso mi pareja se dio cuenta y me lo mencionó. Esta persona me arrastraba hacia la crítica.


Además, era muy manipulador y codependiente. Por ejemplo, no tenía una cuenta para hacer compras en línea, siempre le pedía a su hermana que lo hiciera por él. Esto para mí era codependencia y pereza. Pasé por alto todas estas señales porque finalmente tenía un amigo cercano.


Cuando esta persona comenzó a salir con alguien, resultó que esa persona era muy tóxica y chocaba con mi pareja en ese momento. Vi claramente los defectos de carácter en ellos, con egos desmedidos, resentimientos y problemas mentales fuera de control. No soy quien para juzgar a otros, pero estas personas empezaron a afectar mi relación, por envidia entre ellas. Se pelearon por un tema de chicas, pero básicamente, la nueva novia de mi amigo era tan orgullosa y egocéntrica que siempre tenía que destacar sobre las demás. Como no lo conseguía, sembraba discordia, hasta que un día pelearon por una compra de maquillaje. Otra amiga se involucró en la relación y querían manipularme para que dejara a mi pareja. Vi claramente que mi "amigo" no lo era tanto. Hablaba con él, calmaba las cosas, quedábamos bien, y luego su novia estaba enfadada, probablemente por lo que él le contaba. Eran tres personas tóxicas. Al final, decidí priorizar mi bienestar y sacar a esas personas de mi vida. Me sentí liberado. Incluso tuve un pequeño despertar espiritual. Sentí la misma liberación que cuando dejé atrás a mi madre, que es mi principal persona compulsiva.


Pasé por todo este mal trago abstinentemente. Trabajé mucho en el programa. Escribí un cuarto paso de urgencia para procesar los resentimientos y no quedarme atrapado en ellos. Me ayudó mucho el libro de OA en busca de un camino espiritual. Hoy en día, no los odio, pero me dan mucha lástima porque viven de una manera muy tóxica, sufriendo todo el tiempo. Muchas personas los conocen y los evitan.


Sin duda, si hubiera sabido identificar la toxicidad de estas personas o si me hubiera puesto límites a mí mismo y a mi amigo desde el principio en cuanto a las críticas, no me habría dejado arrastrar a esa situación. Y me habría ahorrado mucho dolor. Y si estas personas no se hubieran entrometido en mi relación, quizás habría funcionado. Pero creo que sin ellos en mi vida, todo habría sido mucho mejor.


Una de las expectativas que me he dado cuenta que tengo es que espero que en el ambito laboral los compañeros de trabajo me ayuden, que nos ayudemos mutuamente, y tengamos un ambiente de trabajo cordial y amigable. Lo que seria lo normal y lógico. Pero esto no siempre es asi.


He tenido muchos problemas en algunos puestos de trabajo, por chocar con gente que ahora que lo veo en retrospectiva, veo que cada uno tenia lo suyo. O estaban tambien en manos de su adiccion, o tenian defectos de carácter muy fuertes.


Tuve una compañera que me hizo la vida imposible por que se entero que yo ganaba mas, estando los dos en el mismo puesto de trabajo, cuando en realidad el sueldo lo negocia cada uno con la empresa. Estuvo mintiendo a mis espaldas y poniendome zancadillas un tiempo. Decia por ejemplo que yo no queria hacer horas extras, por que queria hacerlas ella para ganar mas dinero. Hable con mi jefe, y encima me culpo a mi por no saberme imponer. Hasta que me harte y me fui de aquel trabajo.


Después de que me despidieran injustamente de mi anterior trabajo por ser hombre, ya que la jefa decidio quedarse solo con las mujeres ante recortes de presupuesto, llegué a un nuevo proyecto en otra parte de la empresa. Al principio, me costó adaptarme a la tecnología complicada que estábamos usando. Durante el verano, tuvimos una tarea difícil de añadir puntuaciones de tiendas a un mapa, lo cual subestimé al principio. Un compañero me dio un consejo equivocado y, aunque intentamos avanzar, nos estancamos.


Pedí ayuda, pero otro compañero nuevo me gritó sin razón. Traté de calmar la situación, pero me sentí muy molesto. Finalmente, esta persona se disculpó y empezamos a avanzar un poco más. Sin embargo, aún cometía errores.


Cuando nos quedamos sin tiempo y no pudimos terminar el trabajo, hubo tensiones y se buscaron culpables. Yo seguí las instrucciones que me dieron, pero el compañero que me aconsejó mal admitió su error más tarde. Durante un viaje de trabajo a Alemania, este compañero me culpó de todos los problemas del verano, lo cual me afectó mucho.


Después de esto, me sentí incómodo en el equipo. Cuando se me preguntó en privado sobre mi desempeño, mencioné los problemas que había tenido con mis compañeros. Aunque me dijeron que mis compañeros reconocían mi actitud positiva, me afectó que se quejaran de mí.


Decidí enfocarme solo en mi trabajo y dejar de participar en bromas o juegos. Esperaba un cambio de equipo o, si no, prefería que me despidieran.


Más tarde, mis compañeros me confrontaron en una reunión privada, pero parecía una trampa. Les mencioné cómo me habían tratado mal y que no estaban siendo honestos sobre ello. Aunque intentaron disculparse, sentí que no era sincero.


Además, una compañera nueva se sintió abrumada y dejó el proyecto. Finalmente, decidí también dejarlo y encontré otro trabajo en la misma empresa, pero era menos interesante y más rutinario.


Si estos compañeros de trabajo no me hubieran puteado, si algunos jefes no me hubieran exprimido, sin duda mi vida hubiera sido mejor, mas serena o tranquila. Pero yo tengo que ver mi parte. Yo tambien me equivoque y facilite a esas personas que se comportaran asi conmigo, o no supe pararles los pies a tiempo.


Tras pasar por todas estas experiencias negativas, me he dado cuenta de que para mi es muy importante un buen ambiente de trabajo. Por que el estress y la negatividad que absorvo en el trabajo, me han activado la enfermedad en el pasado y me han hecho comer para tapar esas emociones.


Desde la pandemia para aca he notado que algo en OA ha cambiado y en mi opinión para peor. Creo que si las personas volvieramos a como era OA antes, mi vida seria mejor, mas gobernable, mi abstinencia mas fácil… Si pero la realidad no es eso. No soy la unica persona que opina asi. La custodio dijo alto y claro, en castellano, en la ultima convención que hay que volver a los grupos presenciales. La gente sigue empeñada en los grupos virtuales, que para mi estan bien si no tienes otra opcion, para miembros aislados, para grupos tematicos… Pero que si tienes un grupo al lado de casa al que puedes ir, y prefieres ir a los virtuales, ahi detras esta la pereza. Y eso le esta pasando a mucha gente. La virtualizacion excesiva esta haciendo mucho daño por que la gente se mantiene en el aislamiento. Es ridiculo una reunion hibrida con 3 personas en la sala y 15 en su casa. Mi egocentrismo, orgullo, perfeccionismo, codependencia, me dice que si OA fuera como yo quiero que sea, como antes, mi vida seria mejor, mi abstinencia seria mas sencilla. Pero yo no soy el poder superior de oa y tengo que soltar. Y recuperarme con el oa como este, no depender de como este oa aquí, si no de mi propio trabajo personal. Por eso ultimamente no voy a tantas reuniones y me centro mas en un trabajo diario constante y continuo de trinchera, por que es lo que me recupera a fondo.


Por no hablar de las roturas continuas de tradiciones. A veces parece que no hay nadie al volante que tome las decisiones correctas. Todo es polemica y contradicciones. Parece que los defectos de carácter mandan en la hermandad aquí. Compañeras que en reuniones de recuperación son un amor y transmiten mucha recuperacion, a la hora de hacer servicio sacan el cuchillo y van a machete. Es el miedo a que desaparezca la hermandad lo que creo que les hace actuar asi. Son muy controladoras del servicio. No comprenden como funciona una asamblea. Yo ya me he desencantado del servicio en OA a nivel nacional. Gracias a dios he visto otro OA, con mucho mas amor en el servicio, con serenidad, paz y calma, mucha recuperacion, y donde hacer servicio es incluso divertido y gratificante. Aqui al que hace servicio se le vigila y se le critica constantemente.


Junto con la custodio de la region 9 y otra compañera, la actual delegada, planteamos un taller de servicio para que la gente aprendiera a hacer servicio. Por que cuando lo hacen rompen continuamente las tradiciones, y lo hacen mal, desde  los defectos de carácter. Se hizo el taller y no se hasta que punto fue util o tuvo efecto. Lo que si tengo claro es que somos varios los que coincidimos en esta opinion de que oa españa a nivel de servicio esta que da pena.


Asi que yo he decidido seguir el lema “unete a los vencedores”. Con todas las polemicas que hubo por temas de dinero, no senti recuperacion en la ultima convencion nacional a la que fui. Asi que he decidido irme a las de la region 9 y a las de reino unido, y desvincularme de oa españa y preocuparme de mi recuperacion. Por que lo contrario seria quemarme, y he visto a varias compañeras quemarse con el servicio e irse de oa. Y no quiero que eso me pase a mi.


Con mi segunda pareja, yo proyecte unas expectativas sobre ella que yo consideraba necesarias para tener una relación sana. Queria que no fuera codependiente. Al principio de la relacion le regale el libro de “las mujeres que amaban demasiado” sobre la codependencia. Pero a medida que avanzaba la relacion, vi que yo me convertia en el centro de su universo. Me usaba como pañuelo de lagrimas. Descargaba sus emociones negativas sobre mi, por que no tenia otro hombro sobre el que llorar. Y a mi que tambien soy codependiente y empatico, esto me fue erosionando poco a poco. Yo queria que no fuera codependiente, y que no descargara sus emociones negativas sobre mi. Por que llego un punto que a mi me sobrepaso. Ella era sanitaria en una residencia, y durante los meses que no nos vimos durante el encierro de la pandemia, me llamaba todos los dias sin falta para contarme cosas de su trabajo. Yo la puedo escuchar, pero hasta cierto punto, y pasado de ahi necesita ayuda de verdad, de un profesional, algo que yo no lo puedo dar.


Tambien esta chica vivia sufriendo y castigandose asi mismo con una enfermedad que tenia, la epilepsia. Estaba obsesionada con curarse a toda costa, y como no lo lograba, se machacaba a si misma. Yo intentaba transmitirle que aceptara su enfermedad y dejara de sufrir. Yo queria tener como pareja a alguien que me diera paz, no alguien que estuviera sufriendo. No hubo manera. Tenia la expectativa de que cambiara.


Yo queria casarme, ella no. Yo queria tener hijos, ella no queria y lo tenia muy dificil. Y sin embargo estaba empeñada en venirse a vivir conmigo. Y yo como ya habia convivido con otra pareja 10 años, sabia lo que era, y no tenia prisa. Asi que queriamos cosas distintas. Ella proyectaba sus expectativas sobre mi, y yo las mias sobre ella. Y queriamos cosas distintas.


Otra cosa que paso es que empezo a controlarme. Ella solo libraba un finde de cada mes. Y ese finde tenia que ser para ella si o si, y no podiamos quedar con nadie mas ni hacer nada que no fuera estar juntos. Si yo tenia algo con amigos, y la incluia en el plan, como ir al cine en grupo, se enfadaba. Se volvio celosa y posesiva, monopolizadora de mi tiempo, y a mi eso me hecho muy para atrás. Me fue agotando emocionalmente. Ademas era imposible hablar con ella, por que lo negaba todo, sacaba el orgullo y la ira, y se ponia hecha una fiera.


Cuando la deje le dije que ojala las cosas fueran distintas. Por que a pesar de todo era buena persona y se merece lo mejor. Pero yo no podia estar con alguien asi, por que me estaba haciendo daño yo.


Si ella no hubiera sido codependiente, celosa y posesiva. Si me hubiera escuchado o cambiado, la relación aun seguiria. No me hubiera dirigido directamente a la soledad que despues me llevo a recaer. Por eso pienso que en este caso si se cumple el enunciado de la pregunta “pensamos que si los demas hicieran lo que nosotros queriamos seriamos mas felices o nuestra vida seria mejor”.


Los chicos del barrio y del instituto, que me hicieron tanto daño, yo solo queria que me aceptaran como uno mas, que no me excluyeran ni me hicieran el vacio.


Durante mi infancia, sufrí abusos y maltratos por parte de otros niños debido a mi sobrepeso. Experimenté la marginación y el acoso constante por ser diferente. Desde pequeño, mi hermano y yo éramos señalados y objeto de burlas por nuestra condición física. Ser excluido y tratado de manera diferente me afectaba profundamente, ya que era muy sensible. Mi timidez y miedo me llevaban a evitar a otros niños, limitándome a salir de casa solo para ir y volver del colegio. A pesar de todo, logré tener algunos amigos, aunque en ocasiones me culpaban por ser tan sensible y tener sobrepeso.


Durante los veranos en el pueblo de mis padres, era constantemente etiquetado como "el gordo" por los vecinos de mis tíos y los primos con los que jugaba. Aunque en las fotos de esa época veo que tenía algo de barriga, no considero que tuviera un gran sobrepeso, sobre todo porque también era más alto que los demás. A diferencia de los chicos del barrio, quienes llegaron a agredirme físicamente, estos vecinos eran crueles en sus palabras pero no llegaban a la violencia física.


Hubo un chico en el colegio que me paso el mote que a el le llamaban y por eso me hicieron bullying muchos años. Yo me entere años despues, durante un reencuentro de todos los compañeros de colegio, pero no hice nada, no tenia sentido. 


Llego un momento que todo esto me sobrepaso. Y primero yo me volvi tambien agresivo con otros niños. O me aislaba en mi casa la mayoria del tiempo, o cuando les veia venir me ponia superagresivo por que sabia a lo que venian. Estaba harto, y la violencia se convirtio en un lenguaje que yo tambien hablaba por que yo tambien lo recibia. Me dieron una o dos palizas, pero la tercera la di yo. Y como luego me buscaban para vengarse, busque juntar a un monton de gente contra mis abusones. Y lo logre, pararon. Algunos incluso parecian aceptarme, pero su jefe, el mas maton del barrio estaba dolido por que le habia destronado. Y seguia amenazandome. Y yo le dije tocame un pelo y mas te vale matarme, por que mañana tienes otra vez aquí a los 50 que vinieron la otra vez buscando tu cabeza. Aquel chico debia tener muchos problemas en su vida para ser tan agresivo con todo y todos, y lo unico que entendia era la violencia y el miedo. Por esto digo que creci en una pelicula de terror. Todo por pesar que, 10 o 20 kilos mas que el resto y sacarles una cabeza. Lo pienso y es totalmente absurdo.


Si todo esto no hubiera pasado, si las personas me hubieran tratado con respeto, no hubiera crecido con miedo como viviendo en una pelicula de terror. Hubiese tenido mejor autoestima y no odio hacia mi mismo. Hubiera sido mas feliz, no me costaria sentirme integrado en los grupos de personas que conozco a los que llego nuevo. Y sobre todo no tendria un gran factor de autoaislamiento como mecanismo de defensa. Asi que aquí tambien pienso que si las personas hubieran hecho lo que yo queria, mi vida hubiera sido mucho mejor.


Otra situacion en la que he esperado algo de otras personas, y que creo que mi vida hubiera sido mejor, mas gobernable, si las otras personas hubiesen hecho lo que yo pensaba ha sido en oa. Siempre he esperado que en oa me aceptaran como uno mas, pero por mis problemas de aceptacion y por ser un perfil distinto al habitual, hombre, joven y anorexico, algunas compañeras me hicieron sentir no bienvenido, o me trataron distinto.


Yo me quede por que en el grupo al que yo llegue habia muchos hombres. Casi la mitad. Habia incluso parejas que iban juntas a oa. Pero cuando me mude a la capital, estaba solo rodeado de mujeres. Aqui me costo mucho encontrar madrina, y normalmente me rechazaban.


Como hombre a veces he sentido que los hombres como minoria en oa en algunas ocasiones no tenemos las mismas oportunidades o el mismo trato. 


Una recien llegada la primera vez que vino a una reunion me vio moderando y se penso que yo era como el psicologo o el orientador del grupo. Penso en mi como en una autoridad o posición de poder que realmente no tengo, ni yo ni nadie en los grupos. Cuando pienso en esto pienso en la tradicion que dice “nuestros lideres no son mas que fieles servidores, no gobiernan”. Y para mi es un recordatorio a la humildad, yo no soy ni mas ni menos que nadie, soy uno mas, por eso no me gusta que me den un trato distinto, como en este caso que la compañera penso que yo era alguien que no soy. Entiendo que esto surgio de su desconocimiento. La chica fue sincera y tiempo despues me lo comento admitiendo con sinceridad su error. Pero es un ejemplo de como a veces algunas personas me han tratado distinto dentro de oa.


Una vez en un grupo que estabamos preparando unas convivencias propuse de hacer una reunion sobre hombres, pues como se hacen otras reuniones tematicas como anorexia/bulimia, u sobre otros temas. La idea era compartir pasando el testimonio varios compañeros para que ellas pudieran comprender como es ser un hombre en oa. Las compañeras se rieron de mi, y hubo una que no quiso que esta reunion se hiciera, con un rechazo frontal muy agresivo que me hizo sentir incomodo. Ese rechazo creo que viene de que creo que se estaba divorciando, y tenia mucho odio e intolerancia hacia su exmarido en aquel momento, asi que eso lo proyectaba sobre todos los hombres. Eso tiene un nombre. Si la misogina es el odio a las mujeres y es totalmente deleznable, la misandria es el odio hacia los hombres, y deberia ser igual de rechazable en oa. Pero algunas compañeras expresan posturas de odio hacia mi genero, como en esta ocasión, y no pasa nada. Y yo me tengo que agachar, retirarme y mirar por mi propia serenidad. Me ayuda mucho la tradición de “no entrar en polemicas”, ni entrar en controversia, por que asi mantengo mi paz y serenidad que es mucho mas valiosa




Hubo una compañera que pregunto que es lo que yo que hacia en un grupo de OA que los hombres no tenemos transtornos de la alimentación. Otra una vez dijo que los hombres no tenemos estrias. Esta clase de comentarios, expresan una negación muy grande y rechazo hacia los hombres. Una falta de comprensión total. Esta es la clase de negación a la que me he tenido que enfrentar en oa de parte de compañeras de manera puntual. Y lo achaco a su desconocimiento y negacion sobre la enfermedad.


Una vez hablando en una reunión dije que uno de mis miedos era el miedo a las mujeres por todo el rechazo y el daño que me habian hecho en el pasado. Pues una de ellas me dijo fuera de la reunión que no tuviera miedo de las mujeres, como dejando entrever que ella pensaba que todas las mujeres son buenas. Y eso es un error, y mete otra ideologia, el feminismo en OA, que dice que los hombres somos malos por naturaleza, y las mujeres buenas. Y yo creo que esto no es asi, en los dos generos habra buenas y malas personas. Esta fue una de esas veces que senti manipulación de las compañeras hacia mi. Hasta aquel momento habia pensando en las compañeras de oa como mis hermanas, compañeras en el camino de recuperación, pero en este momento me di cuenta, de que puede haber personas que su enfermedad las haga agresivas hacia los demas y que puede que me tenga que defender de ellas, por que al ser distinto en oa, al destacar, puedo ser el blanco de los defectos de carácter de personas que aun no tienen recuperacion o algo de sano juicio y puedo ser el blanco de sus resentimientos, control, miedos e intolerancias.


Después de enterarme de que una compañera difamaba sobre mí en los grupos de apoyo y me había asignado un mote, decidí alejarme de ella. Yo estaba pasando una mala racha con la comida, y ella decia que yo solo iba a los grupos a llorar. Aunque la saludaba si la veía en los grupos, preferí no entablar más conversaciones con ella. Fue una gran decepción para mí, ya que la consideraba muy recuperada y su comportamiento no reflejaba eso. Posteriormente, supe que estaba pasando por momentos difíciles en su vida personal y lidiaba con otras adicciones además de la comida.


Esta persona había tomado el control del grupo que ayudé a fundar, así que opté por dejar de asistir y buscar otros grupos de apoyo disponibles en la ciudad. Afortunadamente, había variedad de opciones, aunque la mayoría eran híbridos o virtuales debido a los cambios en el formato de las reuniones. En una ocasión, se generó controversia cuando algunos miembros del grupo propusieron volver al formato presencial exclusivo. A pesar de que la votación fue a favor, esta compañera manipuló la situación para mantener el formato híbrido o virtual, argumentando la necesidad de inclusión de personas fuera de la ciudad. Muchos, incluyéndome a mí, decidimos dejar ese grupo debido a la controversia.


A pesar de los esfuerzos por mantener el grupo activo, decidí dejar de asistir debido a las tensiones y desacuerdos en la dinámica del grupo. 


Yo esperaba mucho mas de esta persona, por el tiempo de abstinencia que tenia. Pero a veces la recuperación creo que no se mide solo en tiempo de abstinencia. Si no en no tener aptitudes enfermas para con los demas. Y hablandolo con otras personas llegue a la conclusion de que esta persona es tóxica para los demás, y no esta abstinente del todo. Puesto que aun recae con otras cosas, y sigue teniendo actitudes de adicto en activo, asi que yo creo que esta en una especie de borrachera seca. Asi que por eso decidi alejarme de ella. Una pena.  No se me puede olvidar que la gente en oa esta tan enferma como yo y que tengo que tener muy buena voluntad y extremo cuidado al tratar con ellos.


Otro problema que tuve en oa fue el hecho de tener expectativas con el servicio. Mas alla de por mi propia recuperacion, esperaba que el hecho de hacer servicio, y hacer servicio a nivel internacional, fuera tenido en cuenta como un factor de respeto, como dicen los libros que hablan de los veteranos, de los ancianos, gente en oa con experiencia a la que consultar, sin que gobiernen, etc. Sin embargo me encontre que en mi entorno las personas me criticaban por hacer servicio. Yo solo queria ser aceptado y recuperarme. Y no ser señalado  como alguien distinto, o con intencion de sobresalir. Por que siempre supe que ser una estrellita de oa es muy peligroso, pero de ahi a ser atacado por hacer servicio, hay una gran diferencia.


En una reunión a la que asistía, surgió una gran controversia cuando algunos miembros del grupo propusieron regresar al formato presencial exclusivo. Después de una votación a favor, una compañera, quien previamente me había difamado y se burlaba de mí a mis espaldas, manipuló la situación para mantener el formato virtual o híbrido. Argumentó que personas fuera de la ciudad quedarían excluidas si la reunión era solo presencial, aunque estas tenían acceso a otras reuniones virtuales en sus localidades.


Durante esta situación, se plantearon preguntas sobre los procedimientos de votación y el tiempo de espera entre decisiones del grupo. Finalmente, lograron revertir la decisión y mantener el formato híbrido. Sin embargo, muchos, incluyéndome, optamos por dejar el grupo para evitar más controversias. Aunque el grupo eventualmente prosperó, no me sentí cómodo con el tono de las reuniones y decidí dejar de asistir.


Me uní a otro grupo que había estado al borde del cierre, donde fui recibido con los brazos abiertos. Sin embargo, me sentí incómodo cuando me asignaron tareas de moderación y liderazgo para las que no me sentía preparado, y lo hacian por defecto, por que claro como yo habia hecho mucho servicio, ya tenia que hacer ese servicio por defecto. Además, enfrenté tensiones con una compañera que se mostraba resentida conmigo por ofrecer sugerencias sobre el servicio de moderacion  y de literatura del grupo. Esto culminó en una situación donde sentí que mi anonimato fue violado. Dar mi opinion en temas de servicio era ser señalado, y me arriesgaba a despertar las iras de las personas que estaban haciendo servicio, aun incluso cuando las compañeras pedian orientacion sobre como hacer las cosas.


Tras esta experiencia, decidí no regresar al grupo y me uní a otro por zoom donde me sentía más cómodo y valorado. A pesar de que las compañeras del grupo anterior me contactaron, ninguna mostró arrepentimiento por la situación. Por lo tanto, decidí no volver, ya que no me sentía bienvenido y no estaba de acuerdo con la dinámica del grupo. Opté por un entorno donde me sentía seguro y donde la recuperación era evidente.


Yo solo quiero vivir tranquilo y no me den por saco. Las relaciones sociales me cuestan mucho. Me falta desprendimiento emocional, es decir no dejar que otras personas me hagan daño tan fácilmente. Y también asertividad, para decir NO y poner limites. Que me cuesta darme cuenta de que tengo que hacerlo y cuando pongo limites lo hago muy bruscamente.


Al final creo que lo mejor que puedo hacer es ocuparme de mi, y dejar que los demás hagan, digan o piensen lo que quieran. Y poner tope a toda emoción que entra en mi cabeza, por que absorbo las emociones de los demás sin darme cuenta, y eso no es bueno para mi.


4) ¿Cuando y como ha sido mi vida ingobernable?


Siempre he sentido mi vida ingobernable por que nunca mi vida era como yo quería. Todo lo que tenia era dolor y sufrimiento y no sentía la felicidad. Especialmente en mis primeros años de vida.


Durante mi niñez, fui acosado por mi peso, discriminado, insultado y atacado físicamente. Recibí palizas. Yo me defendía como podía, y me convertí en igualmente violento. Pero también en miedoso y huidizo. No salia a la calle, no me relacionaba con casi nadie. Ahí veo como la comida y mi peso me hacían la vida ingobernable, por que me impidieron llevar una niñez normal.


Con mi familia disfuncional sentí que mi vida era ingobernable, por que no era lo que en teoría debía de ser una vida familiar sana y normal. Me recuerdo a mi mismo con 17-18 años escondiéndome para llorar por que mis padres se habían vuelto a pelear a grito pelao. Otra vez se pelearon con una visita en casa, y parecía que estaban como compitiendo el uno con el otro intentando demostrar a los vecinos que se querían. Yo les dije que a quien se tenían que demostrar que se querían era el uno al otro. En otra ocasión decidieron pelearse justo el día antes que yo tenia un examen importante. Al día siguiente se lo dije, que con el disgusto que me habían dado, era imposible que yo me concentrara estudiando y que no esperaran que aprobase. En definitiva, todo ese dolor hacia que no tuviera una vida familiar feliz, si no todo lo contrario. Y como no podía cambiarlo, me sentía totalmente impotente ante ello, frustado y dolido, roto emocionalmente. Y lo que es peor, no se como, interiorice que el amor era eso, tortuoso y a gritos, y me di cuenta que después he buscado parejas que me maltratasen emocionalmente. Me gustan las chicas con carácter fuerte, me decía. Mentira, repetía el patrón de comportamiento de mi familia, por que aprendí de ellos que una relación de pareja era así. A día de hoy se que me dieron el ejemplo de lo NO debe de ser.


Cuando me empezaron a interesar las chicas, yo quería también tener pareja, pero nunca era capaz. Me daba muchísimo miedo acercarme a alguna y decirle algo por que siempre me rechazaron. Recuerdo una vez que salimos con amigos a una discoteca, y llego un grupo de chicas,  todas escogieron y yo me quede solo. Me sentí rechazado, dejado de lado. En aquel momento no sabia por que. No me daba cuenta como mi sobrepeso me estaba robando un desarrollo normal de la sexualidad y el mundo afectivo.


Otro momento en el que sentí que mi vida era totalmente ingobernable fue cuando mi trabajo, mi fuente de ingresos, estaba en manos de un adicto y yo tenia una gran deuda por que me acababa de comprar un coche. Yo era el único trabajador de aquella empresa y me di cuenta de que la empresa no hacia dinero. Mi jefe no me daba las nominas. Me pagaba parte en negro y me decía “que no se entere mi mujer”. La empresa se dedicaba a la música y trabajaba en el mundo de la noche. Cuando me di cuenta de que mi trabajo peligraba, y que no solo mi sueldo estaba en peligro, si no mi libertad, me sentí totalmente impotente, como arrastrado a un agujero del que no podía salir. Y lo que hice fue compensar con comida. Pero deje aquel trabajo y entre en oa poco después.


Con la anorexia y los primeros atracones, me sentí anulado con la comida. La amiga de un amigo mio, que estaba divorciada y tenia un crio, se acerco a mi. No por que yo la buscara. Si no por que un día se vino a escalar con nosotros, se trajo el niño, y yo se lo cuide mientras ella escalaba. Como a mi me encantan los críos pase un rato agradable y esta pensó que me lo podía encasquetar como padrastro. Así que ella se acerco a mi. Pero un día me vieron sus amigas, me juzgaron por el físico, y se que le dijeron “pero como te vas a ir con el gordo ese”. Así que me rechazo a la hora de la verdad poniendo como excusa mi sobrepeso. Hasta aquel momento yo nunca había tenido pareja, y pasaba de los 25 años. Asi que me di cuenta de que mi obesidad era un problema para tener pareja. Me encerré en casa de mi madre. Deje de comer. Salia a caminar durante periodos de 8 horas por unas cuestas larguísimas. Mi vida desapareció. Todo era adelgazar. Mi madre se volvió en contra mía, obviamente se preocupo, pero me criticaba por querer adelgazar. Y recuerdo que tenia estados emocionales alterados, pasaba con cualquier comentario negativo a la mas profunda depresión, pero cualquier comentario positivo era una alegría extrema. Creo que perdí la cabeza. Y me quite de encima 40kg. Lo hice no por aquella chica, si no por mi,  para que la siguiente que viniera no me pusiera mi cuerpo como excusa. Pero cuando ya no quise adelgazar mas, empezaron los atracones, por que empece a comer alimentos que antes no me permitía, y esos me abrieron el apetito mas voraz. Justo en esa época llegue a oa. Estaba destruyendo la perdida de peso que tanto me había costado, y estaba alternando ayuno con atracón. Y eso fue muy peligroso para mi. Recuerdo que tenia rachas de solo levantarme de la cama para ir a comer compulsivamente. Estaba anulado como persona. Si eso no es una vida ingobernable, perdida, sin rumbo, yo no se lo que es. Pero peor que la muerte seguro que si. Fueron las paradas en el ordenador lo que me salvaron, por que encontré OA.


Antes de entrar en oa y después de haber adelgazado con la anorexia, sentí que mi vida ingobernable cuando he tenido parejas que han sido toxicas para mi, por que sentía que me manejaban y jugaba con mis emociones. Esto me ha pasado con parejas estables por no saber decir NO y poner limites, así como con posibles parejas. Una vez hubo una chica que yo no quería nada con ella por que era la ex de un amigo mio. Pero ella removió cielo y tierra y me persiguió. Aunque yo no le hacia caso, la chica insistía e insistía. Hasta que le di una oportunidad. Estuvimos juntos solo un verano, y luego me di cuenta de que ella me había juzgado, y usado, por que solo quería darle celos a su ex liándose con todos sus amigos uno tras otro. Esa chica me hizo mucho daño y me sentí totalmente hundido.


Hubo otra que también me rompió el corazón e hizo que sintiera mi vida totalmente ingobernable. Esta chica era la novia de toda la vida de un amigo mio, un compañero de escalada que fue el que me enseño a escalar. Yo conocía a la chica desde que tenia 16 años. La había visto crecer y hacerse mujer. Vamos que sabia como pensaba en todo. Y me anticipaba a sus pensamientos. Eso a ella le alucinaba, esa conexión creo que fue lo que la atrajo, sin embargo. No fue hasta que adelgace que ella no se acerco a mi. Y fue ELLA la que vino a mi. Se vino varias veces a mi casa, se metió en mi cama, pero no hicimos nada, mas que nada por que yo no me creía que ella fuera en ese plan conmigo, o mas bien yo no tenia experiencia. Pero luego si hubo algo, pero ella me pidió que lo mantuviera en secreto. Mas que nada por que no queria ser juzgada por irse con uno tras otro. Estaba a la vez de conmigo con otro chico. Y yo era “el otro”. Me sentí fatal, dejado de lado, poco hombre. Era imposible robarle un beso. Otra vez fuimos a una discoteca juntos como pareja y se lio con otro tío delante mía, y de aquello salio una pelea con otro chico, cuando la culpable era ella. No me valoraba como hombre, estaba jugando conmigo. Y yo que aun no estaba en programa no sabia verlo. Resulta que ella se venia a mi casa a dormir para huir de su familia también rota y toxica. Ella consumía drogas, pero no las compraba, se iba con cualquiera que la invitase a cocaína. Como yo no quería entrar en ese rollo de drogas, y por que prefirió a otros hombres, yo me sentí dejado de lado, usado, y menos preciado. Me puso la miel en los labios y luego se hecho atrás. Mi mundo emocional-afectivo se convirtió en un caos de manos de una adicta como ella. Tuve la oportunidad de ver mi parte y repararla en un paso 9. Pero de ahí a que la meta de nuevo en mi vida hay un gran camino que no pienso recorrer.


El miedo a la inseguridad económica, del que habla el programa, también es una de las circunstancias que me ha hecho y me hace sentir la vida ingobernable. Yo trabajo como programador, y normalmente trabajo para una empresa que me cede a otra empresa a la que le cobra por mi. Hace muchos años que no estoy contratado por la empresa para la que realmente trabajo. Es una circunstancia de subcontrata y que me genera mucha inseguridad, por que en cualquier momento la empresa final se cansa de ti o decide que no te necesita, y no hay seguridad de nada. Llevo toda la vida cambiando de trabajo cada 2 o 3 años por una circunstancia u otra.


Tuve un trabajo que era una empresa de fiestas temáticas, despedidas de solteros, y restaurantes temáticos. Yo era el informático de la empresa y por suerte no tenia ninguna clase de contacto con la comida. Pero era un ambiente muy cargado de resentimientos, defectos de carácter y lujuria. Mis jefes eran dos señores que habían dejado de desnudarse por dinero para pasar a montar la empresa y que otros lo hicieran ganando ellos dinero. Estaban obsesionados con la lujuria. Uno de ellos se acostaba con todas las clientas de los restaurantes que podía. Y el otro tenia un escarceo con una de las compañeras de trabajo. Y esto era lo que me afectaba a mi. Por que recuerdo que el la había usado para sexo simplemente, y ella quería algo mas serio, y como estaban peleados y no la despedía a mi me pillaba en medio. Recuerdo reuniones de trabajo que los dos usaban mi trabajo para pelearse. Y yo en medio. Recuerdo que estaba en recaída en esa época. Era salir de la oficina, parar en una gasolinera que había cerca para comprar comida. Volver a casa y pasar por delante de una zona de supermercados y ser incapaz de no entrar. Recupere todo el peso que había perdido y mas aun. Fue una recaída larga de cuatro años. Con una sensación continua de perdida de control y autodestrucción, mi vida totalmente ingobernable. Como ya estaba en programa, tenia periodos cortos de abstinencia entre medias, por que yo iba a los grupos e intentaba levantarme continuamente.  Finalmente deje el trabajo, y años después me mude a otra zona donde no había tantos supermercados, y deje atrás esa recaída.


En el pasado recuerdo que estuve en una empresa de abogados, de informático también, y la empresa tenia muchos departamentos. El presidente y dueño de la empresa vivía en america y venia a la capital a la empresa cada 15 días exigiendo resultados. Y cada varios meses rodaban cabezas. Cada dos por tres echaban a un mando intermedio por que la empresa no iba bien. Ademas cada departamento luchaba con los otros, como si aquello fuera juego de tronos. Y había en la empresa gente colocada con los apellidos del dueño que mejor no tener problemas con ellos. Y efectivamente eso me paso. Tuve que colaborar con la nuera del jefazo en escribir un articulo, y como le dije que aquello no estaba bien escrito para internet me pusieron la cruz. Tiempo después migro la tecnología de la web, me liaron en sus juegos de poder, alguien se acordó de aquella discusión con la nuera del jefazo y me largaron. Y yo tan contento. No era feliz allí. Y pase por aquello abstinente. Y me sentí liberado. Para mi aquel sitio era emocionalmente agresivo, y preferí salir.


En otro trabajo dure una semana por que un día llegue muy cansado a la oficina, y estaba delante del ordenador cuando llego mi jefe luchando por mantenerme despierto. En aquella época no estaba abstinente, estaba luchando por mi abstinencia. Tenia insomnio a rachas, por que tenia la vitamina b-12 por los suelos. Y eso a mi me descolocaba totalmente los ciclos de hambre y sueño. Era un trabajo nuevo. Y como era consultoría, mi jefe no comprendió que acababa de entrar en la empresa y oye a lo mejor me estaba costando acostumbrarme madrugar. Y me echaron. Una semana dure. Me sentí muy culpable, y muy enfermo. Fui al medico, le conté lo que me pasaba, me receto vitamina b-12. Y esta me abrió mucho el apetito, por que la tenia por los suelos. Esto fue mucho antes de que se pudiera comprar esta vitamina fácilmente como lo hago ahora. Ahí considero que la enfermedad me destruyo el trabajo. Y me hizo tanto daño hasta el punto de perder el puesto de trabajo.


Al principio de estar en oa hubo otro momento en el que sentí mi vida ingobernable por que intente hacer el paso doce s personas y salio mal. Recuerdo una chica que yo la había conocido delgada, pero que estaba subiendo peso muy rápidamente. Recuerdo verla a ella y a sus amigos en un parque sentados en el césped rodeados de comida. Intente transmitirle lo que era el programa pero salio mal. Ella decía que comía mucho, y que a la vez estaba deprimida y tomaba medicación para la ansiedad. Se da también al circunstancia de que esta chica pertenecía a un grupo de amigos al que yo había llegado nuevo a  través de una o dos personas que conocía. Era el chico nuevo en la ciudad. La novedad, que venia de fuera. Y varias chicas de ese grupo se me fueron acercando e insinuando, o mandarme a sus amigas para preguntarme si tenían alguna posibilidad conmigo. Por aquel entonces yo estaba en mi peso, y me sentía joven y atractivo. Yo las rechace a todas, por diferentes motivos. Pues el caso es que entre que rechace a dos o tres de ellas como parejas. Y que la otra chica se sintió ofendida cuando intente hablarle del programa, al final me hicieron el vacío. Me dejaron de hablar, me hicieron el ostracismo. Hablaron mal de mi y me tuve que alejar. Se da la circunstancia de que conocía a estas personas de un hobby en común, y al final con el tiempo lo tuve que dejar. Me sentir rechazado y marginado, como cuando me hacían bullying por mi peso. Aprendí por las malas que muchas mujeres llevan muy mal sel rechazadas. Y que el paso 12 es el 12 por algo, y que tengo que haber trabajado mucho el programa antes para hacerlo. Yo por aquel entonces estaba al principio de mi recuperación y no tenia experiencia en paso 12. Aun rezo por esta chica, por que algún día ponga un pie en los grupos. Pero sigue afrontando su enfermedad solo desde la faceta física, haciéndose tratamientos y terapias, poniéndose excusas, y a la vez haciendo de su obesidad su orgullo. Trabaja como modelo de tallas grandes, pero su obesidad mórbida es evidente. Aprendí que yo no puedo salvar a todo el mundo y aunque yo tuve mi mejor buena voluntad, los pasos doce no siempre salen bien. Todo esto hizo que sintiera mi circulo social destruido y mi vida ingobernable.


En otro trabajo la jefa también era un mujer. Y realmente me trato mal, en el sentido de que me tenia abandonado. No me explicaba las cosas, no hablábamos, no me daba instrucciones, y luego aparecía reclamando el trabajo para ayer. Cuando le reclamaba información e instrucciones me decía “tienes que ser mas independiente”. Esta persona solo me daba los trabajos que ella no quería hacer, repetitivos y aburridos, con los que no aprendía nada. Me di cuenta de que me habían cogido por que ella se había quejado de que estaba desbordada. Estaba allí para quitarle las tareas mas tediosas. Cuando me di cuenta esto no me gusto, y me sentí que estaba perdiendo el tiempo. Tiempo después hubo recortes y fue ella la decidió quedarse solo con las mujeres del grupo y nos hecho a los hombres. A otro compañero y a mi. Me sentí discriminado como hombre y como profesional. Pase por esto abstinente, y me fui sin mirar atrás. Trabaje mucho el cuarto paso con esta persona, y escribí varios resentimientos con ella. Pero era desesperante tirarme sin hablar con nadie (por que era en la pandemia trabajando desde casa), días, y semanas, sin tener trabajo, tener solo que encender el ordenador, saludar y aparecer como conectado por si decían algo. Yo ese tiempo lo dedique a trabajar el programa, y a mis cosas. Pero ahora pienso que podría haber estudiado o hacer otras cosas mas útiles. 


Lo que yo mas valoro de un puesto de trabajo no es el dinero. Es el buen ambiente de trabajo, por encima de todo. Por que necesito tener una tranquilidad y una serenidad. Ir tranquilo a trabar, y saber que puedo estar tranquilo. Creo que es por que proyecto en el trabajo uno de mis miedos que es el miedo a  la gente, que surge del bulling que me hicieron en la niñez y adolescencia.


En un trabajo al que llegue, me di cuenta rápido que teníamos una jefa toxica. Todos los compañeros la evitaban. Ella por sistema le hacia la vida imposible a los nuevos hasta que aprendían la programación y se podían defender. Pero había que hacerlo todo a  su manera como ella decía, hasta la ultima coma, aunque no funcionara. Yo empece a pasar de ella y preguntarle a otros compañeros. Se dio cuenta y no le gusto. Yo no quería enfrentarme a una persona así. Me di cuenta por lo que me decían los compañeros que no era por mi, si no que esta persona era así. Los compañeros me dijeron que era por que estaba amargada, por que quería estar ya contratada por el cliente, y no tener que programar mas. No pase el periodo de prueba, y salí de allí encantado. Y pase por aquello abstinente. Y cuando me fui lo dije claramente al supervisor: “aquí tenéis un problema de liderazgo, esta persona hace la vida imposible a todo el que llega nuevo.”


He tenido amistades muy toxicas en mi vida, que me han hecho la vida ingobernable y las cuales he tenido que sacar rápidamente cuando me di cuenta. Al final yo creo que las personas adictas como yo atraemos a otros adictos. Y tener amistades así es peligroso para mi. Por que suelen tener los defectos de carácter muy disparados y los adictos generamos el caos emocional a nuestro alrededor.


Tenía un amigo que conocía de tiempo atrás, con el que coincidíamos en un hobby común. Pero era un tío muy criticón. Siempre estaba criticando a otras personas. Al principio coincidimos en eso por que unas personas nos habían hecho daño. Pero yo ya luego pare de hacer eso por que estaba en programa. Pero el seguía y seguía, y siempre había alguien nuevo a quien criticar, o quien con malmeter.


Y se cumplió lo que he aprendido de quien critica a otros delante mía, me criticara a mi por la espalda.


Este chico se hecho una novia, y era tan toxica como el. La chica tenia unos miedos muy fuertes muy marcados, hasta el punto de ser patológicos: tenia claustrofobia hasta el punto de no ser capaz de entrar en un ascensor. Y un ego desmedido. Pues esta chica y mi novia de entonces chocaron, y a mi me pillo en medio. Se pelearon las dos por que fueron un día a comprar maquillaje y mi chica no quiso comprarse lo que la otra le aconsejaba, por que le parecía caro.


Me di cuenta de que la novia de mi amigo estaba molesta, intente mediar y arreglarlo. Que hablaran las dos y se solucionara. Fue peor. Me di cuenta de que este chico me criticaba. Que yo hablaba con el y todo muy bien, no hay problema. Pero lo que le contaba a ella era otra historia. Deformaba la realidad para hacerlo todo mas oscuro y alimentar sus odios. Así que al final decidí salir de la situación cortando toda relación, y me quite un peso de encima. Sentí una liberación muy grande. Trabaje un inventario de los pasos con estas personas, y lo supere, quedaron atrás. Si me los cruzo. Me comporto como si no los conociera y me voy a otra cosa. Y todo esto lo pase abstinente por que ya estaba en programa. Me enganche al libro del camino espiritual, y aunque las circunstancias me empujaban a lo ingobernable y el caos emocional, el programa me salvo. Aunque nuestra relación de pareja se resintió y ella me dejo tiempo después, por otras cosas, pero esto también ayudo.


5) ¿He tratado de controlarme a mi mismo y he acabado herido y desmoralizado? Incluso cuando lo he conseguido, ¿ha sido suficiente para hacerme feliz? Explicalo.


Las veces que he tratado de conseguir algo por que lo quería muchísimo, lo mas común perdida de peso o pareja, y he tratado de controlarlo, o de mover mi vida hacia eso, fuera lo que fuera, siempre se me ha escapado. Me gusta mucho una canción cuya letra dice: “la vida no te dará nunca todo lo que quieras”. Así que he aprendido que el truco es dejar las cosas sueltas y si tienen que pasar, pasaran. Y si no pasan, pues no pasa nada, lo acepto y sigo adelante.


Muchas veces me he frustrado y sufrido por algo que quería en mi vida y que no pasaba. Por ejemplo, adelgazar, tener pareja.  Uno de los temas en los que siempre he tratado de controlarme por mi mismo, era con la comida y el peso. Y sin embargo siempre he terminado totalmente hundido cuando lo he hecho. Quise llegar a un peso normal y saludable, para que eso no fuera un impedimento para encontrar pareja, por que siempre me habían rechazado por mi físico. Y sin embargo termine totalmente destrozado emocionalmente y comiendo compulsivamente.


Cuando la primera chica se acerco a mi y me dijo que no quería estar conmigo por mi cuerpo obeso, emplee toda mi fuerza de voluntad y control sobre la comida. Adelgace mucho, y muy rápido. Pero cuando salí al mundo y empece a buscar pareja, todas ellas tenían mas experiencia que yo. Sentía que me toreaban. Que sabían mas que yo. Que jugaban conmigo. Acabe herido y desmoralizado. Así que a pesar de haber logrado adelgazar y tener pareja, descubrí la felicidad no estaba ahí. 


Con un peso normal, y heridas emocionales por varias relaciones infructuosas, empece a usar la comida para tapar ese dolor. Estaba hundido por que estaba subiendo de peso muy rápido. Estaba destruyendo muy rápido la perdida de peso que tanto esfuerzo me había costado lograr. 


Antes de entrar en oa, después de perder mucho peso por mi cuenta, como ya no quería adelgazar mas, empece a comer alimentos que durante un tiempo no me había permitido. Empezaron entonces los atracones. Fue la cosa a peor por que subía y subía de peso. Intente controlar la compulsión por mis propios medios, pero no lo conseguía. Esto me llevo a alternar periodos de ayuno total con atracones. Le tenia incluso miedo a la comida, por que cada vez que comía no podía evitar el atracón. Pasaba del hambre mas extrema al apetito mas voraz. Y aquello me tenia totalmente hundido.


Hubo un momento de mi recuperación que empece a basar mi abstinencia en huir de la comida, o en negarme la posibilidad de acceso a la comida. Me di cuenta de que recaía con monedas en las maquinas de comida del metro o de la empresa. Empece a dejar de llevar monedas. Una vez me deje el dinero olvidado a posta en el tren para no enfrentarme a la comida de estas maquinas en la estación. Otra vez le di las vueltas que me sobraban a un conocido y el se lo tomo mal. Pero controlar el dinero como manera de no ir a la comida fue peor. Por que del efectivo salte a la tarjeta de crédito. Y con una tarjeta se compra mas cantidad de comida que con unas pocas monedas. Las recaídas fueron peor. El control hizo los atracones mas graves. Después empece a salir de casa sin mi tarjeta. Solo tengo una. Un par de veces amigos han tenido que invitarme ellos, y en los grupos en el café de después mil veces las compañeras, por que yo no llevaba ni dinero ni tarjeta ni podía pagar nada. Así me he sentido como inútil, absurdo, como si fuera menos. Como si el dinero me quemara y el simple hecho de tener dinero me abriera las puertas de la compulsión.


Salia de casa y me dejaba la tarjeta en casa. Pero mi compulsión era tan fuerte al volver, con los cuatro demasiados activos (cansado, solo, hambriento, triste), que volvía a casa tarde, subia por la tarjeta, bajaba y me iba a la tienda en frente de mi casa que abre hasta las 11 de la noche. El simple hecho de vivir rodeado de sitios donde comprar comida ya me ponía compulsivo, al volver a mi casa. Empece a extenderme en mis salidas fuera de casa para volver mas tarde cuando ya estaba todo cerrado. Unas compañeras me comentaron que ellas usaban una caja cerrada con temporizador para evitar los atracones nocturnos. Ponían la comida en esa caja, y se bloqueaba hasta la mañana siguiente. Compre una y yo ponía ahí mi tarjeta. Primero un día, luego dos, luego una semana. Eso me duraba la abstinencia. Pero hubo una racha que esperaba con ansia que la caja se abriera. He llegado a tener la tarjeta bloqueada durante una semana. Sin embargo no me dio por comprar comida compulsiva por internet a domicilio, hoy que se puede hacer de todo por internet. Me puse a mi mismo ese tope, por ahí no paso. Lo que veo de todo esto, es que el control sobre mi mismo con la comida no funciona, siempre habrá un escalón mas. Y que no puedo controlarme a mi mismo, y frenar por mi yo solamente mis hábitos compulsivos de comida si no tengo ayuda externa. Y menos sin trabajar los pasos y usar las herramientas a diario. Ahora se que huir de la comida no funciona. Lo que me funciona es trabajar los pasos y usar las herramientas por que eso se lleva mi compulsión por la comida y hace que el deseo imperioso desaparezca.


Siempre que he intentado controlarme a mi mismo, o controlar mi vida, o mi manera de comer, o mi peso, era para intentar ser feliz. Y sin embargo acababa hecho pedazos y desmoralizado. Despues de haber trabajado los pasos, ahora se que la felicidad es un estado mental, un estado de paz y serenidad. Una aceptación de la vida y un fluir con las cosas, las personas, los hechos. Ser feliz para mi no es mas tener posesiones, ser quien yo quiero ser, o vivir alguna clase de experiencia. La felicidad para mi es un estado mental. Lo se por que cuando adelgace fuera de programa, por que pensaba que no tendría pareja si no estaba delgado, y luego salí a la vida, me hicieron mucho daño. Así que para mi ya delgadez no es felicidad automática. La felicidad es otra cosa mas profunda, y no depende para mi de un numero en la bascula.


Esa falsa felicidad de posesiones, relaciones y estatus no se puede comparar a la intensa felicidad de un despertar espiritual. Durante mi tiempo en OA yo he tenido varios, y los podria describir como “epifanias”, episodios de gran claridad mental, de alegria infinita, y de una paz y una calma serenas. Nada se puede comparar a eso. Nada material se le puede siquiera acercar. Es sentir la intensa presencia del poder superior y saber que todo va a ir bien. A lado de esto, cualquier concepto de felicidad mundana palidece, se queda corto, y ni se le acerca. Asi que ahora se que la felicidad para mi esta en vivir hoy una vida espiritual.


6) ¿Creo que solo una sincera admisión ante mi mismo de la realidad de mi situación puede salvarme de mi forma destructiva de comer?


Creo que puedo salvarme de la compulsión por la comida un día a la vez por muchos motivos. El primero es que ya lo he vivido. El segundo por que veo como otras personas lo logran con este programa. Y si ellas pueden, yo también puedo. Y por que veo que tengo muchísima ayuda de todo lo que es oa. Si estuviera solo, no podría. Pero con oa y trabajando a diario he comprobado que salgo adelante. Tengo que alzar la voz y pedir ayuda. Antes de entrar a oa me di un ultimátum. Voy a parar y si veo que yo solo no puedo, ire a comedores compulsivos. Y efectivamente no pude. Y aquí estoy. De esto me quedo con el ejercicio de honestidad de reconocer que realmente tengo una enfermedad con la comida. No lo puedo llamar problema por que seria rebajarlo o suavizarlo.  Llamarlo por su nombre, trastorno de la alimentación, me hace asumirlo, admitirlo, ser honesto conmigo mismo, y admitir que necesito ayuda.


Creo que solo si soy honesto conmigo mismo, con lo que como, con los demás, y tengo buena voluntad, creo que puedo salir adelante. La honestidad para mi es el camino de la recuperación, por que la enfermedad he aprendido que vive en los secretos y en las mentiras. Yo antes de entrar al programa tenia muchas caras, era una distinta para cada ambiente social o grupo de personas en el que me movía. Era un esfuerzo titánico mantener tantas fachadas.


Se que los pasos funcionan por que los he visto funcionar en mi mismo y en otras personas. Tengo mucha fe en el programa. La fase esa que mucha gente pasa al principio de llegar a oa en la que no creen que el programa funciones, yo ya la he pasado. Mi entrega es total. No tengo ningún deseo de dejar oa. Se que voy a necesitar un programa de recuperación toda mi vida. Y lo acepto. Por que he comprobado lo que dice el párrafo del primer paso que los que recaen después de estar abstinentes, luego les resulta mas difícil levantarse. 


La primera vez que admiti que era impotente ante la comida fue siendo joven adolescente. Llegue por mi mismo a la conclusion de que era adicto a la comida, mucho antes siquiera de empezar a darme atracones. Por que con los quilos que tenia encima, era incapaz de perder peso, y de dejar a un lado ciertos alimentos.


La primera vez que trabaje los pasos lo hice yo solo sin padrino ni madrina. Hice una lista de 10 motivos por los que pensaba que mi vida era ingobernable y 10 motivos por los que pensaba que era impotente ante la comida. Recuerdo escribirlo en un bloc de notas volviendo a casa en el autobus.


Mi deseo de recuperación era tan fuerte que no espere a tener un padrino o madrina para trabajar los pasos. Asi que me puse por mi cuenta por que no encontraba a nadie. Por supuesto lo hize a mi manera, pero escribi mucho. Y luego quedaba con alguna compañera para leerle lo que habia trabajado.


Otra vez que senti fuerte mi impotencia y que la comida me estaba ganando fue en dos ocasiones que ya estando en programa termine en el hospital con un colico biliar despues de un atracon. Recuerdo estar en la camilla del hospital. Después de ser atendido, resultó que tenía cólico biliar. Normal, me lo había causado yo mismo habiendo estado comiendo en exceso durante los días anteriores. Lo mismo que había tenido muchos años antes después de un gran banquete. Por un exceso de comida. Tumbado en aquella camilla me vi otra vez como al principio. Años atrás con mi cuerpo sobresaturado de comida y pasándome factura. Me vine un poco abajo y sentí mis emociones ir y venir como en un carrusel. Me fijé en el gotero y cada gota me hacía gracia. Me reí y la enfermera se fijó en ello, quedándose extrañada conmigo. Cuando me dejaron solo casi me eché a llorar porque sentía que había recaído, que otra vez me había fallado a mí mismo, que estaba en la misma situación de años antes cuando también estuve en un hospital por otro cólico biliar. Eran los mismos cambios de humor bruscos que había tenido antes de entrar en OA. Pero no me deje llevar. Recompuse los pedazos rotos de mi alma, lloré un buen rato solo en el aparcamiento mientras me iba, y me fui a mi casa. Sentí la enfermedad de la compulsión por la comida tan pesada como una losa, y sentía que estaba conmigo fastidiándome la vida, y que estaría ahí toda mi vida. Que no me dejaba vivir.


Otro momento que senti que tenia que era impotente totalmente ante la comida, que no podia salir de la recaida y que no encontraba salvacion fue durante la ultima recaida.


Cuando me dejó mi madrina, me vi en aprietos. Estaba solo en uno de los peores momentos. La verdad, fue como si se esfumara de repente. Dejó de contestar mis llamadas y mensajes, como si su vida se la hubiera tragado. Supongo que cayó de nuevo en su problema, o simplemente tenía cosas más importantes que atender que ser madrina y trabajar los pasos. A pesar de que yo también había tenido una recaída, no quería dejar OA ni detener mi progreso en los pasos. Así que decidí seguir adelante por mi cuenta. El problema fue que no encontraba a nadie dispuesto a apadrinarme. Entonces, decidí seguir adelante en solitario, cayendo en la trampa del orgullo de la autosuficiencia. Llegué a pensar que podía recuperarme solo, sin la ayuda de nadie más. Pero eso era una ilusión. Por mucho que escribiera y reflexionara, si no compartía mis pensamientos con alguien y no recibía orientación, me encontraba a merced de mi mente enferma. Sin un apadrinamiento, avanzar en mi recuperación se volvía mucho más complicado y lento. Así que decidí resolver este problema y buscar un nuevo padrino.


Pero hasta que encontre padrino, fue un periodo muy largo de infierno que sentia que mi enfermedad era mas fuerte que nunca. Tenia comida literalmente en la puerta de casa. Y ademas descubri el comprar comida por internet, lo que hizo que la sobreingesta compulsiva fuera mas seguida y mas destructiva. Estaba casi a atracon diario. Los colicos empeoraron hasta el punto de que me sentia enfermo al comer, y vomitaba por que mi cuerpo no lo soportaba. Subi todo el peso que habia perdido en mi periodo de abstinencia anterior, que habia llegado a un peso normal  saludable. Y hasta que no encontre padrino, no pude salir adelante, por que yo solo por mi mismo era incapaz. Y este acto de pedir ayuda y rendirme fue lo unico que me saco adelante. Y sobre todo me ayudo mucho alejarme fisicamente de la comida compulsiva.


Mi enfermedad es para toda la vida por que he comprobado que cada vez estoy peor. La ultima recaída ha sido peor que la anterior. Solo tengo una opción y es vivir abstinente y trabajando el programa. Por que la otra opción es la muerte lenta. He visto como mi fondo con la comida puede ir un poco mas abajo cada vez. Comiendo compulsivamente me destruyo físicamente, no solo en el peso, sino en la salud. En un año de recaída, he tenido tres o cuatro cólicos biliares. La subida de peso hace que me duelan mas las rodillas. No tengo otra opción que vivir en abstinencia. Y eso solo en la faceta física, en la emocional volví al caos total del que había salido. Consumido por la soledad, la tristeza y la autocompasión. Solo trabajar los pasos con ayuda me saca de ahí. No tengo otra opción.


Creo que puedo aprender a comer para vivir y usar la comida como gasolina para mi cuerpo, y no como una droga o vía de escape, por que veo cuales son los motivos que me llevan a comer compulsivamente. Creo que puedo cambiar yo, mi manera de ver la vida, y las cosas que pueda de mi vida para aceptar como soy y como vivo, y dejar de caer en la tristeza, la soledad y la autocompasion que es lo que en esta ultima recaída me ha llevado a destruirme comiendo compulsivamente.


Haciendo un ejercicio de honestidad, estoy empezando a ver que tengo que renunciar a pensar que debería ya tener pareja e hijos. Eso no depende de mi. Soy incapaz de hacer que eso ocurra. He recibido la intuición de mi poder superior que a lo mejor mi propósito en la vida no es formar una familia, si no ayudar a otros a recuperarse de la compulsión por la comida, y así ayudarles a ellos mientras me ayudo a mi mismo. Esto es un acto de valor y honestidad por mi parte, de renuncia a la búsqueda de satisfacción inmediata a través de otros, con la lujuria y la codependencia. 


Mi enfermedad me dice que tengo que buscar una pareja rápido para tener hijos, y así ser feliz como padre por que no pude ser feliz como hijo en mi familia de origen. Y así tapar con otras relaciones nuevas la falta de amor y el dolor de relaciones antiguas. Pero esto es una gran mentira de la enfermedad. Hay muchísimas familias que son infelices. Como la mía de origen. Nada me garantiza que si empiezo una familia yo, no vaya a ser disfuncional. Por que yo ya estoy bastante tocado, y suelo atraer a personas también bastante insanas. Así que lo mejor es dejar eso a la voluntad del poder superior, y yo dedicarme a recuperarme yo, centrarme, hacer las cosas que me gustan, crecer como persona. Y lo demás dios dirá. No esta en mi mano conseguirlo o no. Y ya ni siquiera se si lo quiero o no.


He visto como amigos han tenido que sacrificar su vida durante años para centrarse en sus hijos. Como han estado meses sin dormir bien. Yo no se si esto del sueño podría soportarlo, por que soy muy sensible a los cambios de horarios con la comida. Así que a lo mejor el poder superior no me lo da, por que no es para mi. Estoy aprendiendo a valorar mi autonomía e independencia. No dependo de nadie, no tengo que mantener a nadie, mi dinero y mi tiempo es mio. Puedo hacer lo que quiero cuando quiero. Y eso es una gran libertad. Ya no me siento obligado ni atrapado con nada. Y eso me da tranquilidad, pero tiene el peligro de la soledad que es uno de mis grandes miedos. Sobre todo la soledad futurizando. El ser mayor y no tener familia que cuide de mi, y estar solo hasta mis últimos días. Pero procuro no pensar en eso. Y solo no estaré, por que siempre tendré los grupos a donde ir, donde hablar y escuchar a otros como yo.




7) ¿Reconozco que mis métodos corrientes para ir viviendo no han tenido ningún éxito, y que necesito encontrar una nueva forma de enfrentarme a la vida? Explicalo.


Uno de los métodos que tenia para ir sobreviviendo era huir de las personas y las relaciones, es decir aislarme. Por ejemplo cuando en el trabajo sentía que se ponía la cosa difícil o que me trataban mal, me buscaba otro trabajo y me iba.


Estuve en un trabajo en el que mis compañeros no fueron todo lo correctos que yo esperaría conmigo. Uno me grito apenas entrar al proyecto sin apenas conocerme, como exigiéndome. Luego se disculpo. Después le vi gritarle a una azafata en un avión y me di cuenta de que esa persona se lo hace a todo el mundo, por que es así.


Otro compañero me dejo en evidencia delante de los jefes y otros compañeros, culpándome de un problema, cuando habíamos decidido asumirlo entre todos.


Ante estas situaciones un jefe hablo conmigo y yo le dije que quería irme, que me buscara otro sitio. Es mi yo enfermo huyendo de las situaciones emocionalmente tensas.


En el trabajo anterior, me fui por que una compañera que hacia el mismo trabajo que yo, se entero que yo ganaba mas que ella y empezó a competir conmigo, a hacerme la vida imposible por que ella quería ganar mas. Ademas esta compañera en cierto momento decidió reírse de mi sobre algo que no me gustaba y me amenazo con hacérmelo siempre. Así que deje de hablarle unos días en vez de decir claramente que no me hiciera eso. Al final no soporte la carga de intrigas, criticas y mal ambiente y decidí irme a otro trabajo. Y fue lo mejor, por que la empresa era de viajes, justo el turismo se estaba parando por el covid 19, y la empresa hecho a muchísima gente. Pase por todo esto abstinente y trabaje los pasos con esta compañera, para dejar los resentimientos a un lado.


En aquella ocasión el poder superior me cuido.


Pero si miro hacia atrás, veo que no he durado mas de dos o tres años en un trabajo. Y estoy un poco cansado de tanta inestabilidad. Sobre todo porque con mi edad ya no es tan fácil encontrar trabajo. En tecnología siempre buscan gente más joven.


Esto me hace la vida ingobernable por el hecho de que tanto cambio de trabajo me hace no tener una estabilidad, una seguridad con la que me pueda sentir tranquilo como para meterme en un préstamo o en una hipoteca. Tengo que vivir de alquiler, y eso ha significado que llevo rebotando por la capital de un piso a otro 15 años. Y estoy cansado de mudanzas. Ademas no se si a mi solo me alquilarían algo con lo que han subido los precios. En el piso en el que estaba antes el alquiler figuraba a mi nombre y al de mi ex, pero yo solo puedo pagarlo. Ella se fue después de dejarlo, 6 meses después de terminar. Al final encontre un sitio mejor para mi, mas barato, grande, pero lejos de la ciudad.


Lo que pienso que me falto en estos momentos es saber decir que no, poner limites. Esto me cuesta hacerlo, por que siempre que pongo limites, me sale de una manera muy brusca, y no lo hago con suavidad. Y eso suele empeorar la situación.


Creo que esta dificultad para sentirme integrado en los trabajos viene del bullying que sufrí al principio de mi vida durante años. Creo que he interiorizado que solo me siento cómodo siento el rarito, el que esta aparte, el que no tiene amigos. Si es de otra manera, me siento raro. E inconscientemente lo reproduzco en otros ambientes a los que asisto. Incluso me pasa en oa, donde a veces me cuesta sentirme integrado. Inconscientemente soy muy sensible a los comentarios negativos de otras personas, y siempre estoy muy alerta a como me tratan. Es una mezcla de miedo a las personas, autocompasion y egocentrismo.


Este mismo mecanismo de huir de las personas y de las situaciones que me resultan emocionalmente desagradables, me paso también con una ex-novia. Estuve con ella dos años y al final la deje.


Ella tenia una enfermedad, distinta a la mía, tenia epilepsia. No curada, pero si bastante controlada. El caso es que estaba bastante obsesionada con curarse. Se notaba que sufría, y todo para ella en su vida girara en torno a eso. Ademas ella trabajaba en una residencia de ancianos, durante la pandemia. Estaba en primera linea durante la época en que hubo tantas muertes en las residencias. Todo este dolor y frustración, yo sentía que lo proyectaba sobre mi. Me llamaba todos los días una hora por teléfono para autocompadecerse y que la escuchara. Y si no, se dedicaba a criticar a su familia, a sus amigas, o a sus compañeras de trabajo. Sentí que esta chica me estaba usando como salvavidas emocional. Que si no estuviera conmigo, estaría en una depresión, por que me estaba usando para mantenerse ella a flote. Yo le decía que hablara con otras personas. Que hablara con la gente y solucionara los problemas. Que buscara una asociación de personas con su misma enfermedad para que la apoyaran. Pero no me hacia caso. Al final llegue a la conclusión de que ella era muy codependiente de mi. Y me estaba empezando a controlar, a ponerme condiciones que no me gustaban. Tenia que dedicar mi tiempo libre para ella en exclusiva o se enfadaba.  Así que la gota que colmo el vaso fue que ella se dio cuenta de como se desbloqueaba mi móvil, y eso no me gusto. Así que decidí dejarla. Creo que la hice mucho daño, por que no se lo esperaba.


Creo que mi error con esta chica, fue que tendría que haber hablado con ella claramente, y ponerle limites. Pero era imposible, por que siempre que lo intentaba se ponía a la defensiva y tenia respuestas emocionales bruscas, como enfadarse o culparme. Así que al final salí huyendo. Con la comida en aquel momento estaba bien, me mantuve abstinente en todo momento. Fue como quitarme un peso de encima, sentí mucha liberación. Pero luego tuve que enfrentarme al enemigo de la soledad tiempo después.


Una conducta, sentimiento o comportamiento que aprendí durante la primera parte de mi vida y que luego he podido cambiar con el trabajo del programa ha sido el odio por mi mismo. Recuerdo que en el instituto tenia un profesor de literatura que era muy exigente y quería que escribiesemos comentarios de texto todos los días. Y luego preguntaba al azar, y si no lo habías hecho, te restaba nota del examen final. A mi siempre me pillaba. Y me hacia sentir fatal. Era un juego del gato y el ratón por que lo hacia y no me tocaba leer, y luego cuando no lo hacia, me tocaba y no lo tenia y me cascaba un negativo. Recuerdo haber escrito en la mesa de la clase de literatura “soy un miserable”. Aquello me hacia sentir fatal conmigo mismo. Con aquel profesor no pude aprobar literatura. Fue cuando repetí y me cambiaron con otro profesor con otro método distinto, que pude aprobar esa asignatura.


Durante la adolescencia me gustaron varias chicas, y nunca me atrevía a decir nada. Recuerdo que al finalizar el colegio todos los de la clase fuimos a un parque de atracciones. Nos montamos en una montaña rusa de agua y nos mojamos. El guaperas de la clase se quito la camiseta y todas las chicas suspirando, admirandole,  y como locas. Me la quite yo, y no obtuve ninguna reacción. Ahí fue cuando empece a notar que algo pasaba conmigo.


Tiempo después a base de enamorarme y que me rechazaran por mi cuerpo, empece a odiarme. Llegue a un punto que cuando me miraba en el espejo, mi cuerpo no existía de cuello para abajo. Nunca salia a la piscina de casa de mi madre cuando había mas personas, solo cuando estaba solo. Repudiaba mi cuerpo. Lo había aprendido a base del bullying por mi peso y por el rechazo de varias chicas. Fue cuando una se acerco, me dejo ver una posibilidad, pero al final se hecho para atrás por consejo de sus amigas, que me di cuenta que mi cuerpo era un obstáculo para muchas personas. Y eso lo converti en control, hambre, y luego un trastorno de la alimentación.


Trabajar los pasos me ha hecho ver que esa mentalidad es errónea. Que hay toda clase de gustos para toda clase de cuerpos. A mi mismo me han gustado chicas que también tenían sus kilos, no solo delgadas. He visto compañeros de oa con su sobrepeso, con parejas da igual el peso que tuvieran. El trabajar los pasos me llevo a dejar de odiar mi cuerpo. Ahora pienso que es un vehículo que el poder superior me ha dado para que viaje por esta vida hasta el día de mi muerte. Solo tengo uno y no hay repuesto. Tengo que cuidarlo lo mejor posible, por que vamos a estar juntos toda la vida. Así que he dejado de odiarme físicamente.


El programa también me ha llevado a dejar de lado el perfeccionismo, la autoexigencia  y la obsesión como forma de vida. Ahora llego donde llego, y no me voy a matar ni dejarme los cuernos para llegar a mas.


Me di cuenta de que el perfeccionismo es sufrir por alcanzar un horizonte al que nunca llego. Por que cuanto mas me esfuerzo por ir hacia el, mas lo alejo de mi. El perfeccionismo es vivir en el deseo de lo que no tengo, y no en el agradecimiento de lo que tengo. 


Por ejemplo, yo quería una vida perfecta por que solo así pensaba que podía ser feliz. Queria ser guapo, rico y famoso. Todo eso son condicionales inalcanzables. Alejo la felicidad de mi, y no me doy cuenta. Empiezo a intentarlo, no lo logro, me frustro, y todo ese dolor, lo vuelco en la comida. Mi dolor surge por que percibo que mi vida es justo lo opuesto de la fantasía que tengo en mi cabeza con un deseo imperioso y que me he montado no se en base a que. Me he montado una idea irreal de felicidad a base de ideas de películas, y la realidad nunca es así. Y como no llego, me lo auto exijo. Y me impongo. Me frustro, por que no llego, trato de controlar, imponer. Una espiral de descenso.


Y no me doy cuenta de lo afortunado que soy. Que puedo mantenerme a mi mismo. Que mi cuerpo funciona, y puedo trabajar, andar, caminar, y vivir sin demasiados problemas. Trabajar los pasos me saca de esa espiral de descenso a la negatividad, y me pone en el aquí y en el ahora. La humildad me permite ver quien soy, como soy, y no vivir deseando ser quien no soy. Me permite dejar de exigirme a mi mismo un éxito condicional de ser, tener, o hacer, basado en conceptos materialistas. Y me permite abrir una vía espiritual donde la felicidad es otra cosa, un estado mental, un apreciar las cosas pequeñas, en vivir un día a la vez, y aprovechar cada momento al máximo.


Una de las cosas que hacia para llegar a ese supuesto éxito era tener dos trabajos. Un trabajo normal de 8 horas, y luego echaba otras 4 horas por las tardes noches en mi casa. Pero el poco dinero de mas, no me compensaba. Me di cuenta de que no descansaba y que el dinero no me compensaba el estress. Me comía ese estress. Nunca tenia tiempo de nada y vivía agobiado. Me exigía a mi mismo mucho en tiempos y plazos. Otras personas vivían persiguiéndome continuamente para que les entregara trabajos. Finalmente decidí dejar este segundo trabajo por que no era manera de vivir. Siempre que quedaba con alguien estaba pensando que tenia que irme para trabajar. Era vivir siempre agobiado persiguiendo una riqueza material que me diera reputación y prestigio como profesional. Así que deje de tener dos trabajos y ahora vivo a un ritmo mucho mas tranquilo y relajado, que me permite tener mucho tiempo libre, descansar bien, trabajar el programa, y no estar agobiado siempre.


8) ¿Estoy dispuesto a cambiar y aprender? ¿Por que?


Yo creo que la recuperación es el arte de cambiar. Me he dado cuenta de que mi vieja forma de vivir y de pensar, solo me llevo a un infierno de sufrimiento y atracones. Así pues mi antigua forma de vivir no me vale. Necesito una nueva forma de vivir, de pensar, que me lleve a no vivir destruyéndome con la comida. Y esta es la forma de vivir de los doce pasos.


Si no cambio mi antigua manera de pensar que me llevo a la enfermedad, esa mentalidad me va a seguir llevando a la comida una y otra vez. Yo soy un comedor emocional, y un comedor social. Esto lo entiendo como que mis dañadas emociones, y mi disfuncional forma de vivir me llevan a un dolor tal que huyo a la comida compulsiva para no sentir dolor. 


Recuerdo antes de entrar en oa que me llamo un compañero de trabajo para comentar algo del trabajo, y aquello me puso muy tenso, por que era un tema de dinero. Fue colgar y salir corriendo a la comida. Ahora cuando me pasa algo parecido recurro a las herramientas. A escribir lo que me pasa, a llamar, a la literatura. Recuerdo que años despues  estando ya en programa, mi ex-novia y yo tuvimos una bronca con amigos por culpa de que una de ellas se peleo con mi novia de aquel entonces, y en vez de huir a la comida, lo que hice fue escribir los resentimientos, leer literatura (me refugie en el libro de un camino espiritual), y al final me aleje de esas personas tan dañinas. Pase por todo esto abstinente. Esto es un gran cambio después de un aprendizaje de un tiempo en los grupos. Ya no tengo que procesar todo lo que me pasa con la comida, tengo la alternativa de usar el programa para vivir en vez de comerme todo lo que me pase.


Así pues tengo que cambiar y aprender una manera distinta de procesar mis emociones que no sea comiendo compulsivamente. Y como comedor social, que tiendo a relajar mi manera de comer cuando me rodeo de personas normales que comen, tengo que cambiar mi manera de relacionarme con las personas para mantener a salvo mi abstinencia.


He cambiado mucho en todo el tiempo que estoy en oa. Soy mas honesto. Aprendí que este es un programa de honestidad, y estaba harto de mentirme a mi mismo, y de mentir a otros. Sobre la comida, sobre mi peso, sobre mi mismo. Todo con el ansia de agradar, por la necesidad de ser aceptado. Así que la honestidad me ha llevado a que ahora solo soy una versión de mi mismo, no 50 caras distintas para según que persona. Trato a todo el mundo por igual, es decir bien, y soy honesto y transparente siempre. Eso me da mucha paz y serenidad. Solo me cuesta cuando se que puedo hacer daño a otras personas siendo demasiado directo, entonces he aprendido a tener precaución.


Antes si tenia un problema, o algo me dolia emocionalmente, huía a la comida para no sentir. Recuerdo estando en recaída, volvía a casa y vi una chica con un niño pequeño en el autobús. Esto a mi me activo la autocompasión, la soledad, los pensamientos enfermos de soledad, lujuria y codependencia. Los miedos absurdos y el futurizar. El otro día se me dio la misma situación. Iba en el autobús camino a sacar mi coche del deposito municipal por que la grúa se lo había llevado. Había una chica con dos niños pequeños. Y no pensé en nada. Seguí a lo mio. No se me activo esta soledad y autocompasión devastadora. Ahí veo que he tenido un cambio en mi. Y que el tema pareja, hijos se lo dejo al poder superior. No esta en mi mano el solucionarlo. Es superior a mi. 


He aprendido mucho trabajando los pasos sobre mi mismo, sobre como relacionarme con los demás, sobre como ser mejor persona. Y también he aprendido mucho sobre lo que es oa haciendo servicio. Como funciona, lo grande que es la hermandad, como es el proceso interno democrático, la creación de literatura, etc.



He aprendido que no puedo trabajar el programa solo por mucho que yo me piense que si, por que ese es el error de la autosuficiencia. No puedo recuperarme solo, necesito ayuda. He aprendido a desprenderme del orgullo del “yo solo puedo”. No puedo controlar la comida, ni mi peso, ni mi enfermedad, ni mi recuperacion.  No puedo recuperarme a mi manera, ni decidir como va a ser mi recuperacion. Lo unico que puedo hacer es trabajar los pasos, usar las herramientas y dejar los resultados a dios.


También he aprendido mucho con las tradiciones. A no entrar en discusiones estériles, no entrar en polémicas, y no tratar de cambiar las opiniones de otros. Yo era de los que le dejaba de hablar a las personas por política. Años antes de entrar en oa descubrí que un amigo era de ideas políticas totalmente opuestas a las miás. Así que por eso y otras cosas decidí dejar de hablarle. En eso veo que hay mucho orgullo e intolerancia por mi parte. Con el programa, las tradiciones y el servicio, he aprendido que puedo tener ideas distintas a una personas, no coincidir y que no pasa nada. He aprendido a no discutir, a no tratar de cambiar las ideas de otras personas, pensando que mis ideas son las correctas y todo el mundo tiene que pensar como yo o lo hacen mal. He salido de ese orgullo y egocentrismo. 


Ahora ya no discuto con nadie por temas de política por ejemplo. Tengo mucho amigos cuyas ideas son opuestas a las miás. Y no pasa nada. Yo no voy a perder el tiempo luchando para que cambien. Por que es perder el tiempo. Se van a rebelar contra eso, y nos vamos a pelear. Ahora valoro mas la amistad de las personas que sus ideas políticas. Y se que llevar la contraria y discutir es perder la relación con las personas. Ahora acepto a las personas tal como son, y valoro mas llevarme bien, que tratar de cambiarlas o imponerles mis ideas. Y sobre todo he aprendido que yo no tengo la visión única verdadera y correcta de todo. Solo veo el mundo por mi pequeña ventanita, y hay muchas cosas que no se, como para tratar de vivir imponiendo mi realidad incompleta a los demás.


Sobre aprender en el trabajo he de decir que mi trabajo es tremendamente complicado y requiere que este muy atento y tenga la mente despierta. Tengo que estar siempre estudiando y aprendiendo cosas nuevas por que la tecnologia cambia continuamente. Yo estoy abierto a aprender pero noto que me cuesta, quizas por la pereza, quizas por la edad. Sin embargo aprendo mucho trabajando con otras personas cuando trabajamos juntos y compartimos conocimientos. 


He tenido compañeros de trabajo de los que he aprendido mucho y que me han enseñado cosas, y a los que yo he enseñado cosas tambien. Me gustan cuando la colaboracion y el conocimiento se transmiten asi. Pero me he topado con otras personas que competian por ver quien sabia mas, o que me han discriminado por que pensaban que yo sabia menos que ellos.


Aprender cosas en la vida para mi es muy importante sin llegara a ser una obsesion, me ayuda estar ocupado para no sentir soledad. Me gusta sobre todo aprender manualidades, mecanica y bricolaje, por que como trabajo con el ordenador creando cosas etereas, no fisicas, me gusta y echo de menos trabajar con las manos y crear cosas tangibles.


Aprender cosas de servicio, sobre programa y sobre recuperación para mi es una cosa que me sale innata, como el respirar. Ya no entiendo mi vida sin trabajar los pasos, sin los grupos, y el servicio es la manera de amarrarme a la hermandad a largo plazo. He hecho servicio a nivel de grupo, de intergrupo, de junta nacional, de region y en oa mundial. 


La dificultad que tiene esto es que aquí no hay cultura de servicio, y a nivel de junta nacional y de intergrupo, se rompen las tradiciones continuamente. Asi que he determinado que para mi lo mejor es hacer servicio a nivel de region donde hay mucho mejor ambiente, amor por el servicio, y buena voluntad. Me encanta el servicio pero no puedo dejar que el servicio sea todo lo que hago en oa, o hacerme daño haciendo servicio por tener que enfrentarme a personas sin recuperacion, sin trabajo de tradiciones, o estar en el centro de polemicas. Asi que siento que lo que me da mas paz es servir donde hay mas recuperación, comprensión y conocimiento de las estructuras de oa. La hermandad es muy grande. No es AA que llena estadios, pero es mas grande que otras. Y el programa es muy amplio. No puedo pensar que lo se todo sobre oa por que no es asi. Cada dia descubro cosas nuevas. Lo ultimo que he aprendido es que la hermandad tiene 5 trabajadores pagados en la sede central en Nuevo Mexico. Yo sabia que habia varios, pero no sabia cuantos.




9) ¿He hecho una valoración honesta de mi experiencia y estoy convencido de que no puedo funcionar en la vida solamente con fuerza de voluntad? Explicalo.


Hubo un verano hace unos años que iba a dos grupos híbridos. Me empece a sentir incomodo en esas reuniones por varios motivos. Uno de ellos era que algunas compañeras con la excusa del formato híbrido hacían continuamente conversaciones cruzadas, se metían en medio del turno como si estuvieran moderando ellas, etc.  Yo lo dije varias veces, incluso propuse al grupo incluir en el formato del grupo una nota sobre las conversaciones cruzadas. Nadie me escucho y me canse de ser el pepito grillo de la reunión. Salia de las reuniones muy revuelto y muy inquieto. Tiempo después en uno de esos grupos han tenido polémica por la decisión de hacerse presenciales e híbridos, y mucha gente ha dejado de ir allí. Afortunadamente tenemos grupos donde escoger. 


Asi que decidí no ir durante una temporada a esos grupos, y me pase a grupos online en ingles, donde escuche mucha recuperación. Y testimonios de hombres, que era algo que necesitaba mucho escuchar. Pero era como ser un miembro aislado, necesitaba ir a un grupo presencial.


Entonces me di cuenta de que aun quedaban un par de grupos presenciales, y decidí ir a ellos. Y fue como volver de nuevo a un oa que era igual al que yo llegue. Con mucha paz y serenidad, sin interrupciones, con reuniones que me daban fuerzas para seguir adelante.


Lo que vengo a decir con esto es que no puedo controlar mi recuperación. No puedo recuperarme a mi manera, ni puedo decidir dejar de ser comedor compulsivo. Eso seria tratar de imponer mi fuerza de voluntad sobre la enfermedad y nunca me ha funcionado. Necesito escuchar la recuperación de otros, dejarme ayudar, escuchar hablar programa. La recuperación viene en los tiempos y en los términos del poder superior no en los míos. Así que estar dispuesto a pedir ayuda es muy importante para mi.


Y también que mi forma de reaccionar ante las cosas de la vida hasta ahora solo me llevaba a comer compulsivamente. Necesito vivir de otra manera, aprender a gestionar las emociones y todo lo que me pasa de otra forma alternativa que no sea comiendo compulsivamente.


En cuanto a la comida, el control obsesivo para lograr un peso ideal, solo me ha llevado después al exceso mas destructivo. Me paso esto justo antes de entrar a oa. Primero estuve un tiempo restringiendo,  luego cuando quise parar de perder peso, me fui al exceso mas aberrante y empezaron los atracones. Así que el control no me funciona. Y en ese proceso queme mi fuerza de voluntad con la comida. Ya no tengo mas. Se me acabo. No puedo fiarme de mi mismo en cuanto a tomar decisiones con la comida. Siempre tengo que pedir ayuda externa, a los grupos,  los compañeros, a oa, y a través de ellos al poder superior; para que me presten la fortaleza que yo no tengo para ser capaz de parar un dia a la vez y decir no. Todo lo que creía saber con la comida hasta llegar a oa, no me vale, por que me llevo a un infierno de restricción y atracones. Necesito encontrar una moderación, un punto medio, y ahí solo he llegado trabajando los pasos, poniéndome unos limites, unos parámetros, tanto para el exceso como para el defecto. Y usar las herramientas y trabajar los pasos que es lo que me da la capacidad de estar estable con la comida un día mas.


Y si extrapolo estos extremos de los que hablo con la comida, al resto de mi vida, funciona igual. Mi personalidad era de extremos. O feliz, o depresivo. O te amo, o te odio. O lo quiero hacer todo ya, o no quiero hacer nada. Ahora veo que el equilibrio es el camino de la recuperación. Soltarlo al poder superior y no querer controlarlo todo. Muchas cosas, por no decir la mayoría no necesitan mi intervención. Se resuelven por si solas cuando yo no las mangoneo. O hago mi parte,  le dejo los resultados al poder superior. No trato de forzar los resultados, no trato de hacer que las cosas sean como yo quiero, por que nunca lo logro. Así vivo mucho mas tranquilo,  me ahorro esfuerzos inútiles. No podia vivir a base de fuerza de voluntad, por que eso era vivir a base de empujones y cojones. De ir al extremo y cansarme y luego no hacer nada. Así era muy inconstante y poco de fiar. A parte que al final me cansaba de dar tirones y terminaba no haciendo nunca nada, por que la fuerza de voluntad se me agotaba. Terminaba agotado.


Cuando llegue al programa, al principio, como no encontraba padrino ni madrina, lo que hice fue trabajar el programa yo solo a mi manera. Preguntaba a las compañeras como se trabajaban los pasos, luego escribia por mi cuenta, y luego quedaba con alguna antes de las reuniones para leerle mi trabajo. Era mejor que nada. Asi llegue hasta el cuarto paso. Me ayudo, pero no me dio la recuperacion solida a prueba de bombas que yo quiero y he visto en otras personas. No me puedo recuperar a mi manera. Me faltaba la herramienta del apadrinamiento.


En otra ocasión que me paso esto, fue cuando recai justo a la vez que mi madrina desaparecio en el momento en el que estaba mas revuelto emocionalmente, despues de ir a visitar a mi familia justo despues de la pandemia. Como me quede solo, trate de trabajar el programa a mi manera. Pero no funciono. No pude evitar la recaida. Trabajar el programa solo sin ayuda ni guia es un parche, un roto para un descosido. No funciona igual de bien que si lo haces con apadrinamiento.


He aprendido que las cosas nunca salen como yo quiero. Por ejemplo, me han hecho ir a la oficina un lunes. Por que tenia que coincidir alli con un compañero para probar un ordenador para ver que tal iba de rendimiento. El ordenador aun no estaba preparado, y ademas, en aquel momento los lunes tenía clase de ingles a primera hora, por lo que lo mismo no daba tiempo. En vez de decirle al jefe que no, que otro día, y luchar y mangonear para no tener que madrugar, lo que he hecho es aceptar la situación, madrugar un poco mas, ir a la oficina cuando no suelo ir habitualmente, pedir ayuda, y para media mañana ya estaba el tema solucionado. Mi yo perezoso quería quejarse y manipular para hacerlo el martes y no ir a la oficina hoy. Esto es un ejemplo de como mi manera antigua de pensar y actuar no me vale y solo me lleva a chocar con las personas. Esta manera antigua de pensar y actuar veo que se guía por defectos de carácter, motivaciones primarias como pereza, envidia, avaricia, ira, etc. 


El camino que necesito para vivir es el opuesto, el que surge de los principios espirituales, como generosidad, amor, fe, esperanza, buena voluntad, honestidad, etc.… Si me paro y pienso las cosas con esos principios en mente seguro que sigo el camino del poder superior, por que para mi estos principios espirituales surgen de el. Y también puedo escribir siempre para aclararme las ideas, meditar, rezar para pedir al ps su guía, o consultar con compañeros de programa para pedir una guía espiritual. Esta es la nueva manera de actuar que he aprendido en oa cuando antes lo único que hacia era actuar desde el calentón llevado por los defectos de carácter, liarlo todo, resentirme, hacer daño a los demás y en ultima instancia comer para no sentir todo ese dolor que yo había creado.