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miércoles, marzo 20, 2013

Soy impotente ante la comida


Soy impotente ante la comida. Ahora no me doy atracones, pero sigo con los pequeños pecadillos. El día que no como nada, que son los que menos, me siento muy contento. Mi mente trata de buscarme justificaciones. La de que estoy curado ya no me la creo ni siquiera me la cuento. No me quiero dar de alta de Oa. Otra justificación que me cuento es que ya no siento tanta compulsión por que al ir catando esos alimentos de vez en cuando poco a poco, les he quitado el valor de alimento prohibido que yo les di en el pasado.

El libro grande de AA habla de alcohólicos que con una sola copa terminan en un desastre personal. Esa no es mi experiencia ahora. Como alguna cosa de vez en cuando, pero no termino con un atracón, ni totalmente obsesionado ni descontrolado. No me siento en recaída, pero tampoco en abstinencia. Me siento un peldaño por encima. Pero esta no es la verdadera abstinencia ni la recuperación que yo he experimentado en el pasado.

Otra justificación que me cuento es que mi recuperación ha avanzado, y ahora soy capaz de tolerar alimentos que antes no era capaz sin terminar un atracón. Ya no me dan tanta compulsión. Es como si hubiera dado un paso atrás y hubiera vuelto a ser el chico gordito que era antes de dejar de comer, y comprar mi billete de viaje a la anorexia, que luego se convirtió en compulsión por la comida.

Estar siempre al borde, no me resulta agotador. No me siento en lucha interna conmigo mismo por el deseo de comer. Ya no me siento culpable. La compulsión es mínima y suave, si la ahí, por que muchas veces no. Es un estado muy raro que antes no había sentido en mi tiempo que llevo en el programa. Si he escuchado hablar a compañeras que decían que ellas podían comer un poquito, o que podían comer postre. Habiendo desaparecido la culpabilidad, el reproche a mi mismo por comer, la obsesión por el físico y la comida, la comida ya no siento que tenga ese poder destructivo sobre mi.

Es mas una incomodidad, por que con 40 kilos menos físicamente vivía mas cómodo. Me cansaba menos, me podía poner cualquier ropa. Pero el hecho de que eso ahora no sea un objetivo en si,  supongo que no me da alicientes para una abstinencia limpia. Desde luego, por que mi objetivo ya no es adelgazar. Es no darme atracones.

Lo único que me preocupa es subir de peso lentamente, por que comer de todo, y llevar una vida sedentaria, es lo que tiene. Pero se que cuando en  mi rutina diaria pueda volver a ir andando a trabajar, eso mejorara. Además mi plan de comidas también mejorara. En el fondo todo esto no depende de mi. Esta en manos de dios. Yo lo único que puedo hacer es seguir trabajando el programa todo lo que pueda y con mi mejor voluntad, y esperar resultados, por que tampoco se como he llegado a esta situación, ni se como salir de ello, ya que yo soy impotente ante la comida, no tengo sano juicio con la alimentación, y como tal lo único que puedo hacer es dejarlo en manos de mi poder superior. Yo no lo controlo.

Hace poco tuve un día de abstinencia limpia. Lo pedí a mi poder superior en mi meditación / rezo y me lo concedió. Creo que para mi el objetivo debe ser tener un plan de comidas limpio hoy, y olvidarme de todo lo demás. No gano nada evaluándome ni juzgándome. Realmente eso es todo lo que importa. Pero a veces soy tan analítico que necesito razonarlo, ¿por qué es eso lo que importa? ¿por qué no debo comerlo? Me respondo rápido: por que subo de peso con ello, y eso me haces sufrir el tobillo, cansarme cuando ando. Por que satisface mi gula en forma de búsqueda de placer en la comida. Por que me puede sentar mal. Por que es una droga para mi. Por que es un paso mas hacia la obesidad mórbida que hay en mi familia. Por que daña mi calidad de vida.

En el fondo soy débil e impotente  y siempre que me ofrecen caigo. Siempre que llevo dinero, caigo. Mi manera de defenderme es no llevar dinero yo, y creo que comer aparte de otras personas. Ahora estoy en un punto en el que no me sale naturalmente decir que no cuando me ofrecen, cuando en el pasado si me salía automáticamente sin pensar el no ante las tentaciones que me ofrecían. Ese punto ya volverá cuando dios quiera que vuelva. Yo solo tengo que pedir por el, y seguir trabajando el programa.

Me asusta mi despreocupación y falta de culpabilidad ante los alimentos compulsivos. No se si es que han perdido su poder sobre mi, o que como ya no me producen atracones, no les doy importancia. Me preocupa mi peso, si, pero ya no es el centro del universo. Creo que he tenido un cambio de mentalidad, y que ya no me mido a mi mismo por el rasero de la bascula. Y después de tener ese reloj como indicativo de la felicidad en mi vida, y ahora ya no tenerlo, ni creer en el, me siento un poco desorientado.

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