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lunes, marzo 27, 2017

Sin Cadenas - Comedores Compulsivos Anónimos - Radio Costa Rica

La invisible realidad de los comedores compulsivos

miércoles, marzo 22, 2017

INVENTARIO DEL SEXTO PASO SOBRE LA IRA

INVENTARIO DEL SEXTO PASO SOBRE LA IRA:

Para mi la ira es un odio abrasador que me quema por dentro y que me induce a hacer daño a otras personas o grupos de personas. No me suele pasar por que si, esto me ocurre con quien me hace daño, mucho daño, sobre todo emocional. Mi ira se desata con quien me hace sufrir, y surge del resentimiento.

La ira me lleva a hacer daño a quien yo considero que me ha dañado a mi. Las devuelvo como se suele decir. Si me dan doy dos veces y más fuerte. Esto en el pasado me ha llevado a cometer delitos, que se que tengo que reparar, y que es lo que más cuesta arriba se me hace del programa. Ahora he aprendido que la ira y el odio sólo me hacen daño a mi mismo, a hacerme daño, a perder la paz interior. Ya no puedo vivir lleno de ira y odiando

Me enseñaron a odiar odiándome a mi por ser distinto. Me dieron palizas, me hicieron el vacío y me insultaron. Sufrí por mi peso lo que hoy día llaman bullying. Y yo no sabía por qué me pasaba eso a mi. Ahora se que era por mi peso. Así que odie por que me odiaban, aprendí el concepto de venganza, que para mi es la ira recalentada a fuego lento. Devolver el daño que me han hecho. El programa me ha enseñado otro camino, por que vivir lleno de odio a otros me destruye a mi mismo. El camino del perdón, el camino de decir por favor para por que me estás haciendo daño. Es decir el camino de poner límites. Y si aún así siguen, porque hay personas muy crueles y que hacen daño a conciencia y que no atienden a límites, retirarme y que esa persona salga de mi vida.

A veces me descubro a mi mismo lleno de ira y de miedo, buscando a las personas de aquel tiempo, y destruyéndoles la vida. Son fantasías que no pasan más allá de imaginarlas y buscar por internet. La ira, el miedo, el resentimiento no curado, son un motor muy peligroso para emprender acciones que sólo llevarán a más dolor, a más defectos de carácter a más resentimientos sufrimiento, y más delitos. Que yo piense que tal chico es ahora taxista por que le busco por las redes sociales y piense mil formas de joderle el curro, o de buscar su taxi para hablar con el y plantarle cara, todo esto no me lleva a a nada. A más dolor. A la ira, y al final a la comida. A traer al presente el pasado y complicarme para terminar comiendo compulsivamente por el dolor que me produce. Es contrario a la promesa que dice: perderemos el miedo al pasado. Y leo también en el libro de la abstinencia sobre dejar de comer compulsivamente por traer el dolor al día de hoy. Los pasos son curativos en ese sentido.

Para dejar de sentir ira hacia todo y hacia todos, creo que primero tengo que perdonarme a mi mismo por haber sido víctima. Perdonar a quien me dio palizas, en las que yo creía que casi me mataban, no se si seré capaz. Es posible que necesite ayuda profesional para superar todo esto. A veces tengo pesadillas con ello y me despierto lleno de miedo y de ira, de deseos de Justicia y venganza. Creo que perdonar a otros pasa primero por perdonarme a mi mismo. Por ser víctima.

Continuamente me enfrento de nuevo a la figura del abusón o grupo de abusones hacia mi persona, no se cuando las bromas pasan a ser abuso, y la ira es un recurso recurrente, unida al miedo y la codependencia. Es un patrón repetitivo en mi vida: Quiero llevarme bien con un grupo de persona o personas, no me aceptan y/o se ríen de mí, me resiento con ellos, nos peleamos y rompo totalmente con ellos. Me siento expulsado, exiliado, marginado por ellos, y entonces viene la ira y el odio a muerte. Es como la guerra fría. A distancia, pero te odio.te crítico y si puedo me vengo. Nada de esto tiene sentido. Para empezar por que yo género mis expectativas sobre la gente. Es como si la codependencia, la ira, estuvieran conectados con el inmensa hambre de afecto que está en el origen de mi enfermedad, de sentirme aceptado comprendido y apreciado. Y el ego, es como si quisiera obligar a otros a quererme. Eso viene de que desde mi niñez no me sentí querido en mi familia, otros chicos abusaron de mi por mi peso, y crecí odiando y siendo violento, lleno de ira pero de ansia de amor al mismo tiempo. Aún sigo siendo aquel niño que necesita que le quieran.

He tenido en el pasado explosiones de ira con mi familia. Me recuerdo a mi mismo peleándome con mi hermano y rompiendo cosas en la cocina mientras mi madre lloraba al vernos. Fui presa de la disfuncionalidad de la familia en la que crecí. Mi hermano y yo no somos amigos. No tenemos contacto. El también es adicto y lleva una vida desordenada con altibajos en sus adicciones como yo. Me mantengo a distancia, me es imposible localizarle. No le odio, ya no me desata ira, pero no quiero su enfermedad en mi vida.

A mi madre le desee la muerte en alguna ocasión, totalmente llevado por el odio y por la ira. No sabía amar, sólo odiar. Y los que más cerca tenía eran víctimas de mi odio desmedido. Tengo que reparar esto a mi madre, algún día, espero que más pronto que tarde lo haga, por que siento que yo me destruía a mi mismo. Incluso la culpe de mi obesidad. Estaba tan perdido. He recordado por que la odiaba, yo pedía permiso para algo y todo era no, y me trataba de controlar. Cuando comía que no comiera y cuando no comía, que comiera. Era una lucha constante, siempre en oposición. Odio y rebeldía, pura ira sin sentido. Pero yo sentía que me ponían un bozal. Yo compraba libros y cómics y mi madre me decía que no gastara dinero en tonterías. Eso me frustraba, y era así con muchas más cosas, nunca tenía su aprobación. Es como dicen los libros que no se pueden controlar las cosas y las personas por que siempre se rebelan, pues esto era igual, me controlaban me rebelaba y me revolvía con ira.

Con odio e ira he llegado a responder agresivamente a comentarios que yo sentia que me atacaban. Por el bullying en mi pasado, cualquier crítica o broma hacia mi persona no la sé aceptar o interpretar bien, con lo que respondo con una ira desmedida. He respondido a bromas inocentes, con bromas muchísimo peores. He caído en las trampas que ponen los bromistas abusones y luego eso ha hecho que se despertara el odio, la ira y la venganza en mi persona, ese desde de devolver el dolor que sufro como ira convertida en destrucción de sus bienes materiales. Estoy aprendiendo a lidiar con los acosadores, bromistas, abusones, y es respondiendo con humor, ignorando los ataques a mala leche, y en última instancia poniendo límites si me hacen daño: decir te estás pasando, por favor para. La asertividad, poner límites con amor, todo un arte.

A menudo he tenido el deseo de realizar robos como venganza. Una vez lo hice. Estas ideas de robos como venganza son repetitivas, cobardes y totalmente enfermizas. También el destruir o dañar posesiones de otras personas que yo considero que me han hecho daño. Eso no lleva a nada, sólo a más dolor, más resentimientos y más auto destrucción.son pensamientos motivados por la ira, la avaricia. Me justifico en las acciones del otro pensando: Tu me has robado, tu me has hecho daño, tu me has maltratado o engañado, te mereces que te haga esto. Son pensamientos enfermos, y veo ahí mi incapacidad para poner límites, para la asertividad, para responder con paciencia y amor, con tolerancia, con virtudes y motivación espiritual. Lo pensaba hacérselo a quien yo creía que era justificado, y pensaba que era justo. Yo me ponía en el lugar del poder superior, yo juzgaba a otros, yo sabía lo que era lo correcto y justo, y quería compensar mi dolor con daño a otros.

Ira hacia mi mismo he sentido mezclada con autocompasión, lujuria, egocentrismo y pereza. Me recuerdo a mi mismo en ciertos momentos de mi vida enfadado conmigo mi propio yo, juzgándome duramente con dedo acusador, pensando que yo no valía para nada.que era inútil y que solo valía para trabajar. Recuerdo una fiesta en la que todos más o menos se divertían,y como yo estaba solo, me sentía enfadado conmigo mismo, me dio por intentar ser útil y me puse a limpiar aquello a las cuatro de la mañana. Todos habían ligado y yo no, tb tiene su punto de egocentrismo. Tenía tal cortocircuito en la cabeza, tal odio hacia mi mismo, tal pasividad por intentar mejorar mi vida, que me volqué mucho tiempo en el trabajo como manera de sentirme útil. No funcionó.

La agresividad conmigo mismo, para mi es una forma de ira. En mi ha llegado al punto de tener ideas suicidas. Que pasa si me tiro por estas escaleras mecánicas al vacío. Una idea feliz en medio de una recaída. De las que matan y por las que se que han muerto compañeras en oa. No han sido ideas de recurrentes de odiarme a mi mismo y querer matarme para acabar con todo y no sufrir. También he jugado con mi vida como chantaje emocional mezclado con lujuria. Y eso si es para mí ira, puro pataleo, no me das lo que yo quiero, que es a ti, pues me mato. Lo entiendo como ira por la expresión que dicen los libros de oa control mediante la manipulación y la fuerza. Usar agresividad contra mi mismo, para manipular a otra persona, y lograr mi objetivo. Ahora me resulta una idea ofensiva y repugnante, pero entonces una década antes de entrar en los grupos, tenía una idea del amor que es una mezcla extraña de amor-odio, de la lujuria a la ira en nada de tiempo, en plan bodas de sangre. Y creo que esto me pasó por que no crecí en un ambiente de amor, no aprendí el amor verdadero, no a aprendí a amar. Mis padres se odiaban y peleaban continuamente. Aprendí emociones disfuncionales, explosiones de ira. Nunca recuerdo una expresión de amor o felicidad entre mis padres, sólo odio, broncas y agresividad, ira mucha ira. Creo que es el modelo que aprendí, que asimile y sufrí, y que si no hubiera entrado en los grupos seguiría repitiendo, aumentado, como he visto de generación en generación.

A veces, en ciertas ocasiones me pasa que respondo es con ira a otras personas cuando hacen algo que me molesta. Sobre todo cuando es algo que amenaza mi salud o bienestar, y creo que la reacción es más fuerte cuando más cercana es la persona. Veo mi seguridad personal amenazada respondon con defectos de carácter, ira, orgullo, egocentrismo, etc. En frío lo que me dice el programa es que debería poner límites y soltar con amor: por favor no hagas eso que me hace daño, o me molesta, dicho de una manera serena y calmada. Esa es para mí ahora la respuesta. Sin embargo en el pasado mi idea loca y enfermiza, de comportarme con mi familia de origen era que a mi familia les podía hacer de todo que como estaban fijos no pasaba nada. Estaba muy equivocado, ahora veo que ese pensamiento es erróneo, perpetua las relaciones tóxicas y disfuncionales, y va en contra de todas las virtudes y principios espirituales del programa. No puedo estar abstinente haciendo daño a los demás, en virtud de que para niños abstinencia tiene una parte emocional y espiritual, además de la física.

En ocasiones me pasa que no se calibrar mi fuerza y hacer daño sin darme cuenta. Al apretar o abrazar, coger a alguien de la mano o del brazo. Con las subidas y bajadas de peso he perdido mucha masa muscular. Adelgazando a caballo de la enfermedad con ayunos, perdi mucha forma muscular. Eso me despierta la ira hacia mi mismo, por que ahí veo que me hice daño. Pero al recuperar peso, recuperó fuerza, y mi mente sigue pensando que estoy en la escualidez enfermiza. Y al apretar o hacer fuerza pienso que sigo estando más débil y no ajustó bien, puedo hacer daño sin darme cuenta. Esto despierta la ira de otras personas, y la mía propia hacia mi mismo. Como me pude hacer tanto daño físicamente pensando que me estaba haciendo un bien con la delgadez extrema. Por que estaba en las garras de la enfermedad. Y además me enfado conmigo mismo por que rompo el lema vive y deja vivir.

Me duele y se me despierta la ira hacia mi mismo cuando hago daño a otros, sin querer o queriendo. Siento que me he fallado a mi mismo, y que me salgo de los principios espirituales del programa, de una forma espiritual de vida que se que es lo que me salva. Además me recuerdo a mi mismo encajando todo el daño que me han hecho en el pasado en mil situaciones y dañar a otros es una situación que me horroriza. Me sale el impulso, pero para mi la respuesta es la misma que con otros defectos de carácter, no hacer nada. Escribirlos, sentirlo, y dejarlo ir. No emprender ninguna acción.

Criticar no es espiritual, alimenta mi ira, y me destruye por dentro. Es negativo y rompe mi serenidad. A veces no necesito ni siquiera otra persona para hacerlo, pensar mal de otra persona en mi cabeza, para mi ya es criticar. Para mi es muy importante alejar la negatividad excesiva que yo añado a mi vida, y si no pienso mal de mí, no debo pensar mal de otros, por que son como yo, seres humanos, todos tienen su poder superior, su virtudes y defectos, y sus circunstancias. No soy mejor que nadie ni ninguno de ellos es mejor que yo. Entonces, ¿por que criticar? La respuesta es por que estoy enfermo y lleno de ira...

La crítica, cargada de odio hacia otras personas, ha sido para mi una manera de liberar mi ira y mis resentimientos hacia otra persona. Pero no sirve de nada, criticar sólo me sirve para aumentar mis defectos de carácter, mi enfado, incluida mi ira. Es envenenarme yo solo, odiar, cabrearme más y estar peor yo. Enturbiar mis relaciones y empeorarlas. Para mi criticar con ira es falta de aceptación, frustración por no poder controlar a otras personas, codependencia por que no hacen lo que yo quiera, y en última instancia falta de humildad por que yo no soy Dios para juzgar a los demás. Criticar, que lo he hecho y mucho, va en contra de la forma de vida espiritual, Serena y abstinente, por la cual quiero vivir y que me enseña el programa. Va contra la tradición de la unidad por que siembra el odio entre yo y las demás personas, y en última instancia causa dolor emocional y espiritual que yo no puedo gestionar y que como comedor compulsivo convierto en recaídas, primero emocionales y luego con la comida.

Criticar es juzgar a otros. A mi no me gusta que me juzguen, por lo tanto si yo no quiero que me juzguen no debería juzgar a otros. Además de que yo veo la realidad por la pequeña ventanita que me da mi mente enferma, y el programa me ha enseñado que yo no tengo sano juicio, así que quien soy yo para decir nada de nadie. Esto razonarlo está muy bien, pero en el día a día cuesta verlo y me lo tengo que recordar periódicamente. Sobre todo no tomar decisiones por juzgar a las personas o no cargar contra ellas por mis juicios erróneos. El tercer paso me ayuda mucho con esto. Soltarlas personas y aceptarlas como son igual que me dejó llevará mi mismo por el ps soltando mi voluntad y mi vida.

He tenido una amistad que empezó criticando juntos a otras terceras personas. Nuestro único punto en común era un hobby y criticar a otras personas. Me lleno de odio y era vivir huyendo y criticando a otros grupos de personas que me o nos habían hecho daño, grupos de personas que no me habían aceptado. Al final estas amistades las he tenido que dejar por que me pudrían por dentro. La crítica gratuita y fácil, despellejar a otra persona soltar toda mi ira ahí en secreto y por detrás, en contra del principio espiritual del anonimato es peligroso para mi. Asumí que yo no podía vivir así, y es difícil renunciar ,sobre todo cuando me creo con justificación para hacerlo por que me han hecho daño. Pero al criticar salgo perjudicado, y el programa me enseña a no hacerlo. Frases como no hablo de terceras personas si no están presentes, o el desear el bien a las personas que me han hecho daño, me ayudan, pero no siempre recuerdo hacerlo. Aún estoy en el camino. Lo de desear parabienes a las personas que me han hecho daño me ayuda a cambiar la cabeza a positivo, por que odiar es vivir en la ira. Al final la crítica es mi cobardía por no haber sabido poner límites a las personas cuando debía. Y el desear el bien a las personas que crítico es por mi bien, lo hago por mi, por que si está persona está bien, no necesitar ir a hacerme daño a mi.

En una conversación durante con una persona que empezó a criticar, logre reconducir la conversación y no criticar. Cuando tengo una experiencia procuro hablar de mi y no cargar las tintas contra terceros, y no doy nombres. Son pequeños pasos hacia dejar de criticar, pero aún lo sigo haciendo en mi cabeza a solas sin darme cuenta, cuando lo noto empiezo a pedir el bien para estas personas, y mi mente sale de la negatividad. Así ya no me cargo de odio y de ira, pero me cuesta más con las personas cercanas que han entrado en mi vida, que las he dejado entrar y me han hecho daño. Pero tengo que ver mi parte en esto por no saber poner límites en su momento y decir No alto y claro.

Criticar es envenenarle de defectos de carácter, de resentimientos, de generarme más ira. Va contra la tradición del anonimato y saca lo peor de mi. Esto lo se conscientemente, sólo necesito recordármelo cada vez que me salga ponerme a criticar para dejar de hacerlo. He avanzado mucho con esto, pero no siempre lo logro.

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