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viernes, marzo 19, 2010

Codependencia

Codependencia



La familia como sistema recibe de manera frontal el impacto de una adicción, de modo que no existe familia que no se afecte y muestre síntomas de disfunción, cuando uno de sus miembros se enferma de adicción.

Paradójicamente además, la familia afectada por la adicción, termina produciendo un sistema de conductas que apoyan al desarrollo de la adicción. A esto le llamamos codependencia.


Definición de Codependencia

La codependencia se define como el ciclo de patrones de conducta, y pensamientos disfuncionales, que producen dolor, y que se repiten de manera compulsiva, como respuesta a una relación enferma y alienante, con un adicto activo o en una situación de toxicidad relacional.



Quienes desarrollan Codependencia?

La codependencia puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con la adicción de otra persona, ya sea un familiar, amigo, compañero, pareja o cliente que sufra de adicción. Ademas existen otros desordenes de conducta y enfermedades que pueden generar codependencia, tales como la esquizofrenia, la violencia, el maltrato y las neurosis. Toda persona expuesta a estos desórdenes, puede desarrollar codependencia.
Muchas veces alguien que ha desarrollado codependencia por crecer en una ambiente disfuncional adictivo, no manifiesta grandes síntomas hasta que se casa o forma una relación de pareja. Por otro lado, con mucha regularidad las hijas de adictos, terminan casándose con otros adictos, aún sin que esto sea una decisión conciente.



Cuales son los síntomas de la Codependencia?

La codependencia se caracteriza por una serie de síntomas tales como:


1.- Dificultad para establecer y mantener relaciones intimas sanas
2.- Congelamiento emocional
3.- Perfeccionismo
4.- Necesidad obsesiva de controlar la conducta de otros
5.- Conductas compulsivas
6.- Sentirse sobreresponsables por las conductas de otros
7.- Profundos sentimientos de incapacidad
8.- Verguenza tóxica
9.- Autoimagen negativa
10.- Dependencia de la aprobación externa
11.- Dolores de cabeza y espalda crónicos
12.. Gastritis y diarrea crónicas
13.- Depresión



Estos síntomas se presentan primero en la relación enferma que produce la tensión, pero luego se transfiere a las demás relaciones del codependiente.



Disfunción Familiar

Las relaciones familiares y la comunicación se van haciendo cada vez mas disfuncionales, debido a que el sistema familiar se va enfermando progresivamente. La comunicación se hace mas confusa e indirecta, de modo que es mas fácil encubrir y justificar la conducta del adicto. Esta disfunción se va convirtiendo en el estilo de vida familiar y produciendo en muchos casos el aislamiento de la familia de los contactos sociales cotidianos. Las reglas familiares se tornan confusas, rígidas e injustas para sus miembros, asi como los roles de cada miembro familiar que se van distorsionando a lo largo del proceso de avance de la adicción. Todos los miembros de la familia se afectan de este sistema de reglas disfuncionales, y es allí, donde los niños van formando su carácter codependiente, que puede facilitar el desarrollo de adicciones o de relaciones enfermas en el futuro.


Facilitación

La conducta codependiente es una respuesta enferma al proceso adictivo, pero además se convierte en un factor clave en la evolución de la adicción. O sea que la codependencia promueve el avance del proceso adicctivo. A este concepto le llamamos "facilitación". Existen diversas formas que toma la facilitación que oscilan entre la colaboración y la agresión. Los codependientes no pueden darse cuenta de que están facilitando el problema, en parte por la negación y en parte porque están convencidos que su conducta esta justificada, debido a que están "ayudando" a que el adicto no se deteriore más, y a que la familia no se desintegre. Tenemos una sección entera que se refiere a este tema.


Maldiagnóstico

Es más frecuente de lo que pensamos, que las personas codependientes acudan en busca de ayuda médica, pero sin mencionar el problema que les aqueja en el seno familiar, por lo que los profesionales de salud encargados de hacer el diagnóstico, terminan etiquetándolo como "depresión" o simplemente "estres". A pesar de que la codependencia cursa con sentimientos depresivos, es importante tener en cuenta de que la depresión en este caso, es un síntoma de la codependencia, y esta a su vez es causada por el proceso adictivo que ocurre en la familia. Si se logra hacer el diagnóstico correcto, es más probable que la familia reciba la ayuda apropiada para resolver la codependencia y la adicción.


Codependencia Profesional

Los profesionales de la salud que trabajamos en esta área del tratamiento de las adicciones, siempre estamos en riesgo de desarrollar condependencia como resultado de la exposición crónica a la adicción de nuestros pacientes. Los que tenemos experiencia, sabemos eso y nos protegemos, manteniendo nuestro cuidado personal y los límites sanos en la relación terapéutica. Sin embargo con alguna regularidad los profesionales se "enganchan" en relaciones codependientes, con las personas que sufren de adiccion o con sus familias. Muchas veces la intención es genuinamente la de ayudar, pero no ayuda en nada establecer una relación codependiente con un adicto. Las manifestaciones de esta condependencia podrían ser muy variadas, desde asumir reponsabilidad por el adicto, hasta protegerlos de las consecuencias de sus decisiones, y darle sermones repetitivos, o nunca referirlos a los servicios de tratamiento para adicciones. Pronto estaremos ampliando acerca de este tema que nos parece de especial relevancia.



Recuperación de la Codependencia

Asi como la adicción es una enfermedad tratable, la codependencia también lo és. El tratamiento de la codependencia puede consistir en una mezcla de psicoterapia y asistencia a grupos de autoayuda, hasta sesiones estructuradas de terapia familiar. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes, sin embargo es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, para que esto ocurra.
Los grupos de autoayuda para familiares de adictos, tales como: Familias Anónimas, Alanon y Codependientes Anónimos son de gran utilidad en el proceso de recuperación familiar y de la codependencia.


La codependencia es el resultado del impacto de la adicción en la familia. Esta codependencia se manifiesta a través de patrones de conducta y relación que son disfuncionales y que facilitan el desarrollo de la adicción. La codependencia es tratable y la recuperación es posible.

Foto escaner de dos mujeres, una delgada y otra obesa



foto escaner de dos mujeres, una obesa y una delgada. Notese la grasa que rodea los organos internos.
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martes, marzo 16, 2010

primer paso de comedores compulsivos anonimos, cuarta parte, marzo 2010

"La segunda parte del Primer Paso, " admitimos que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables", también ha sido muy difícil para muchos de nosotros aceptarla. Pensamos que hemos manejado muy bien nuestra vida a pesar de los problemas con la comida y el peso. Somos personas responsables en el trabajo y manejamos nuestros hogares con éxito razonable. Tenemos buenos amigos, y muchos de nosotros hemos hecho matrimonios bastante buenos. Que nada de esto nos hiciera felices, se debía seguramente al hecho de que éramos o nos sentíamos gordos.




Mi vida es ingobernable cuando estoy comiendo compulsivamente en el sentido en que la obsesión por la comida lo abarca todo. No hay espacio en mi mente para nada más. Todo es buscar la manera de comer. Así que fallo en todo lo demás de mi vida. Noto que cuando como compulsivamente soy incapaz de trabajar por ejemplo, por que no puedo pensar. También como no pienso en lo que hago, mi trato hacia otras personas degenera. Avasallo a quien sea, miento, y me escondo para comer. Mi calidad de vida se degenera por que en mi cabeza solo existe la comida.




Si solo consiguiéramos alcanzar el peso ideal, la vida seria perfecta. Definitivamente, seria exagerado decir que éramos incapaces de manejar nuestras vidas. Probablemente necesitábamos algo de ayuda para controlar nuestra comida compulsiva, pero en los demás aspectos de nuestra vida, lo estábamos haciendo muy bien.




La delgadez no da la felicidad. Estar delgado es muy distinto a no comer compulsivamente. Yo he comido compulsivamente siendo delgado u obeso. La delgadez no va a hacer que todos los otros problemas de mi vida desaparezcan, laborales, familiares por ejemplo. No hay ciudadanos de segunda clase gordos, y de primera clase delgados. Para los delgados no todo es felicidad. Se puede sufrir mucho siendo delgado. Esta es una de las grandes mentiras de mi enfermedad, asociar mi felicidad al peso, lo que me conduce a la obsesión con la comida. Así, pienso que luchando por adelgazar estoy luchando por ser feliz, y me olvido de resolver mis problemas cotidianos que se van empeorando. A parte que la idea de felicidad es un espejismo en si mismo. Nadie vive sin problemas, todo el mundo tiene algo. La felicidad es muy distinta de la serenidad, que lleva implicita una aceptación de las cosas, y no de luchar contra ellas. Es en la serenidad y en la calma, en esta tranquilidad de aceptar las cosas, donde esta el sosiego. No en la falsa idea de felicidad de delgadez y orgullo de ser el mejor en todo.





Yo si no vivo así no puedo vivir. Trato de estar en paz con todos los asuntos de mi vida un día a la vez. Aceptando donde estoy hoy. Me es mucho mas agradable aceptar donde estoy hoy y trabajar por solucionar las cosas que me pasan, que olvidarme de los problemas y darme a una carrera infinita por lograr la delgadez, pensando que cuando sea delgado mis problemas desaparecerán.





Son dos opciones muy distintas, y la primera es la definición de la serenidad que yo necesito para mi abstinencia. La segunda opción es la de vivir en la enfermedad.




De nuevo una HONESTA mirada a nuestro alrededor nos ayudo a aceptar el Primer Paso.




Realmente hacíamos un trabajo excelente o solamente para salir del paso? Nuestra casa era un lugar agradable para vivir o habitábamos en medio de una atmósfera de depresión e ira? Nuestra infelicidad crónica, a causa de nuestros problemas con la comida, no habían afectado nuestras amistades y nuestro matrimonio? Estábamos en verdadero contacto con nuestros sentimientos, o enterrábamos nuestro miedo y nuestra angustia bajo una falsa alegría?".




Me llama especialmente la atención las palabras “enterrar nuestro miedo y nuestra angustia bajo una falsa alegría”. Esto era lo que yo hacía. Buscaba el absurdo y reírme de todo por que no tenía ningún motivo de alegría en mi vida. Eso creí durante muchos años, que solo me quedaba el recurso de reírme de todo.



"Algunas veces reconocimos que teníamos problemas, pero sentíamos que la vida seria mas fácil si solo pudiéramos controlar nuestra forma compulsiva de comer.




La vida se ve de otra manera abstinente. No cambian los problemas, si no mi disposición hacia ellos, y la manera de enfrentarlos. Si solucionarlos, o esconderme en la comida. Incluso muchas veces comer o no comer no tiene nada que ver con los problemas. No los soluciona, los agrava . Es más, mi percepción enferma de las cosas puede crear problemas ficticios en mi cabeza o agravar los que tenga para darme excusas para comer compulsivamente.




Sin embargo, cada vez que nos detuvimos, descubrimos que vivir sin exceso de comida era insoportable.




Dicen que la abstinencia duele. Por que ya no se esconden los problemas y los sentimientos en la comida, si no que se viven a flor de piel. Lo que necesito es una nueva manera de vivir, en la que cuide de mí, en vez de huir.

sábado, marzo 06, 2010

El desprendimiento emocional y la codependencia

El desprendimiento emocional y la codependencia
Por la Dra. María Gómez

Lo primero que debemos definir al hablar del desprendimiento emocional, son los términos "atadura emocional" o codependencia.

Decimos que existe atadura emocional cuando una persona se encuentra aferrada emocionalmente a cosas negativas o patológicas de alguien que lo rodea; sea esposo, hijo, pariente sanguíneo o político, compañero de trabajo, etc. Esta codependencia se manifiesta de dos maneras especialmente: un entrometimiento en las cosas ajenas que no le conciernen y, también, asumiendo las responsabilidades del otro individuo, lo que propicia un comportamiento irresponsable de su parte.

Una de las primeras cosas que uno tiene que hacer cuando se va a curar de la codependencia es empezar el proceso del desprendimiento emocional. No se trata de distanciamiento físico, aunque en los casos de violencia extrema, hay que recurrir a él. Sino, más bien, de no aceptar conductas inadecuadas como: adicción a las drogas, agresividad extrema, actos de rebeldía y maltratos.

Es muy doloroso cuando uno tiene que aconsejar a un padre el desprendimiento emocional de un hijo, y que este lo confunda con desamor, desinterés o ignorancia del problema. La mayoría de las veces, los padres reaccionan mal porque piensan que se les está indicando que dejen a un lado el dolor que la situación les produce. ¡No se trata de eso! Ningún terapeuta puede quitar el dolor a nadie; pero sí le puede quitar la necesidad obsesiva de intervenir, o de pretender tomar el control de una situación que se le ha salido de las manos.

Las personas que están atadas emocionalmente a alguien se sienten responsables por cada una de las cosas que hagan o dejen de hacer los otros. Y piensan que pueden tener el control o pueden evitar que esa persona llegue a actos de irresponsabilidad como por ejemplo: drogarse o conducir en estado de ebriedad. El codependiente, entonces, se vuelve protector. Está siempre tratando de averiguar que pasará, dónde estará, con quien estará, que estará haciendo. Y deja de vivir su vida para vivir en función del otro. Esto afecta su entorno, sus relaciones sociales, familiares y laborales y, hasta su salud. Es un comportamiento patológico. Es una enfermedad.

Entrar en el proceso de desprendimiento emocional es indispensable para mejorar la autoestima de cualquier paciente, pero es necesario también, que esa disposición nazca de sí mismo. ¿Por qué? Porque ninguna persona puede empezar a trabajar autoestima, ni puede cuidarse, ni menos quererse, si primero no hace un distanciamiento de la persona que la está agrediendo. Y por mucho que se preocupe, por mucho que sufra, no va a lograr nada. No hay madre o padre que por medio de amenazas, lloros o ruegos, logre que su hijo deje su adicción a las drogas o las malas compañías. Por eso hay que aprender a desprenderse totalmente.

Una de las primeras cosas para empezar un desprendimiento emocional es tener conciencia de que uno está atado emocionalmente a alguien. Desprenderse emocionalmente es no entrar en el juego, no prestarse para ser abusado, ni de palabra, ni de obra. Si usted ya conoce el problema, no se exponga, corte por lo sano. En muchos casos la solución esta en la oración. Dejar que Dios haga su obra. Él siempre tiene armas más eficaces que nuestras pobres fuerzas. Nosotros tenemos que hacer nuestra parte y, muchas veces, nuestra parte es no hacer nada. O hacerlo de una manera positiva, diferente. Cambiar la estrategia: Mira fulano, ¿sabes qué? He asumido otra postura en mi vida. De ahora en adelante, no te voy a admitir ningún maltrato ni grosería. Te quiero muchísimo y estoy dispuesta a ayudarte en todo cuanto esté a mi alcance, pero no soportaré por más tiempo tu mala conducta. Tú sabes que necesitas una terapia, así que cuanto antes, mejor. Eso es desprendimiento. No hay lamentos, no hay reproches, no hay imposiciones. Das una solución pero al mismo tiempo, tomas distancia del problema.

Desprendimiento no es falta de amor. Desprendimiento es: ya no puedo con esta situación, ya no tengo ningún control sobre ese hijo, sobre ese marido, sobre ese problema. Por más que he tratado de ayudarlo no he podido. Cuando no se pueden cambiar las cosas que suceden a su alrededor, es más sano empezar a mirarlas de otra forma. Al cambiar la percepción de las cosas, logrará que ellas no lo maltraten y sacará provecho de ellas. Eso es crecimiento. Es el momento de empezar a trabajar con uno mismo y la única forma de lograr el cambio de los demás. Un cambio de actitud hace que las personas que nos rodean se movilicen hacia un cambio también, para tratar de amoldarse a la nueva situación. Esto es sano.

Si continúa atado emocionalmente, su vida se desbarata, porque tiende a vivirla desde la anormalidad del otro. Eso es precisamente codependencia. Y el tratamiento es el desprendimiento emocional. Los pasos para ese desprendimiento son:

* 1) Tomar conciencia del problema. Es darse cuenta de que está atada emocionalmente. ¿De qué manera me doy cuenta? Cuando el problema me envuelve todo el día y no dejo de pensar en él, cuando estoy siempre buscando la forma de resolverlo. Es decir, cuando mi mente, mi cuerpo, mi energía, están en función de una situación que atañe a otra persona, y no lo puedo evitar. Estoy viviendo en función de otra persona, y esto es desgastante, negativo, improductivo.
* 2) La determinación de una recuperación. Voy a recuperarme, cueste lo que cueste. Así tenga que curarme del amor, o del desamor.
* 3) Buscar ayuda. Espiritual y terapéutica. Porque, toda persona que se enrede en una atadura no está bien psicológicamente, y mucho menos lo está, quien se deja enredar. O sea que en este paseo hay dos enfermos: el que enreda y el que se deja enredar.

Aunque busque ayuda terapéutica, sin ayuda espiritual nadie puede lograr el desprendimiento emocional. Porque, los que son padres, saben cuan doloroso resulta separarse de un esposo y hacer el desprendimiento emocional correspondiente, cuanto más con un hijo. Resulta desgarrador. Dios es el Único que puede ayudar a pasar ese dolor. Al terapeuta se va una vez. Dios, en cambio, permanece siempre con nosotros, día y noche. Solo Él puede ayudar a desprenderse y sana la herida producida por el maltrato.

Recuerde: no hay amores genuinos hasta que no exista un amor propio verdaderamente sano. Si no nos amamos a nosotros mismos, no podemos amar a nadie y todo lo que demos a los demás será dañino, neurótico; solo servirá para ayudar a crecer la anormalidad de la otra persona.

El desprendimiento no se da de un día para otro, tarda mucho. Pero poco a poco se va logrando. No gaste su vida en cosas ajenas que no puede resolver, o que no le corresponde hacerlo. Esto no es falta de caridad. Mejor dicho, sí es falta de caridad (amor) con usted misma. !Buena! Usted que se pasó el día y la noche, y tal vez la vida entera, ayudando inadecuadamente a una persona.

Esto significa que a la primera persona que usted tiene que ayudar adecuadamente, es a usted mismo, o a alguien que esté atado emocionalmente. Porque la persona codependiente, o la persona controladora, o la persona salvadora, tiende a actuar así con todo el mundo, y nunca deja un espacio para ella. Para cuidarse, para respetarse, para tenerse en cuenta, para decir no. Siempre tiende a subirse en el tren de cualquiera que esté mal. Esto demuestra su baja autoestima.

El remedio está, pues, en valorarse y en aceptar que por mucho que usted haga, no puede evitar el comportamiento inadecuado de la otra persona. Solo esa persona puede hacerlo y, casi siempre, dispone de los medios necesarios. Solo tiene que buscarlos. Solo tiene que querer hacerlo.

Pregunta del público

A una pregunta de una madre angustiada por el comportamiento rebelde de su hijo de doce años, que fue abusado por su padre desde muy pequeño con golpes y gritos, la doctora responde: La agresividad, solo genera más agresividad.

"Recuerden que, en los hogares disfuncionales donde ha habido mucha agresividad, la reacción "normal" de ese niño, pasado por patrones inadecuados, es de agresividad. Y la única terapia para eso es el amor. Con amor se consigue todo. Un adulto puede poner freno al daño que le están causando, un niño no. Si el niño solo recibe ofensas y maltratos, eso es lo que aprende; él no tiene filtro, no tiene defensa. Si encima, al comenzar a actuar como le enseñaron, los padres y maestros lo acusan constantemente por su mal comportamiento, lo único que van a generar en él es una mayor rebeldía. Él no puede entender por qué razón no puede actuar como lo hicieron sus padres.

Hay muchos niños abusados mal diagnosticados como Attention Deficient Disorder, y tomando Ritalin, porque para padres y terapeutas resulta mucho más fácil ponerle ese rotulo al niño, que sentar a los padres en el banquillo de los acusados y buscar la causa del problema. La solución a estos problemas de abuso es buscar ayuda. Con el sacerdote, con el terapeuta, con los distintos grupos donde le den apertura y se permeabilicen para cambios. Para preguntarse: si estoy involucrado en esto, estoy sometido a una atadura emocional. ¿Quiero seguir ahí? O...!Quiero cambiar!

Nota: Este es el resumen de la charla que dio la Dra. Gómez en una iglesia en Miami, Florida, EE.UU. Se reproduce con su autorización. La Dra. es psiquiatra, psicoterapeuta y experta en violencia doméstica y codependencia.

http://www.vidahumana.org/vidafam/violence/desprendimiento.html

Sugerencias para la recuperacion de CODA (codependientes anonimos)

SUGERENCIAS PARA LA RECUPERACION.
Realizado por un comité de Dallas / Fort Worth Metroplex CoDA CSG



1. Me tomo mi tiempo para detener la adicción. Primero, evito “hacerme daño a mí mismo”. Mi recuperación es un proceso que me enseña a ver por mí en primer lugar, y luego por los demás. Cualquiera que sea mi adicción (alcohol, trabajo, juego, comida, sexo, religión, terapia, relaciones), comenzaré por tratarla. No puedo estar allí para alguien más hasta que esté presente para mí mismo. Voy a parar los comportamientos adictivos el tiempo suficiente como para aprender a cuidarme a mí mismo de forma apropiada. Me doy un tiempo ilimitado para cumplir este aprendizaje. Asisto a un grupo de los Doce Pasos que trate esta adicción particular.



2. El aislamiento y la negación pueden haber sido buenas técnicas de supervivencia, pero no son curas para la codependencia. Un grupo de apoyo para la recuperación puede crear la atmósfera apropiada para aprender cómo relacionarme con los demás. Un grupo efectivo me ayuda a definir el punto de equilibrio entre la codependencia, la dependencia, la independencia y la interdependencia. Aunque deje de asistir a las reuniones y de compartir en aras de mi propia seguridad, puedo experimentar el crecimiento, el conocimiento y la recuperación que resultan de trabajar en solitud o retiro.



3. Desarrollar un sistema o red de apoyo es vital para mi recuperación. La asistencia regular a las reuniones es un buen comienzo. Algunas sugerencias para desarrollar mi sistema o red de apoyo son: tratar con otros miembros tras las reuniones; pedirle a alguien del mismo sexo su número de teléfono y llamarle; y encontrar un padrino. El uso de mi sistema o red de apoyo reforzará mi recuperación. Mi presencia física presta apoyo y valentía a los demás.



4. Pido lo que necesito y quiero. Es mi derecho y mi responsabilidad. Aprendo a identificar a una persona que aporte seguridad y comprensión.



5. Confiar es un gran asunto. Confiar puede parecer algo arriesgado si me sentí traicionado por Dios, por mi cónyuge, por mis padres, por el clero, por el profesor o por mi terapeuta. Sin embargo, resulta esencial tener confianza si he de arriesgarme a cambiarme a mí mismo y a mis acciones. Cuando tiendo mi mano y confío en alguien, de nuevo empiezo a tener confianza en mis propios juicios. Con el tiempo, aprendo a confiar en un “poder mayor que yo mismo”.



6. Tan sólo soy responsable del 50% de los éxitos o fracasos de mis relaciones – ¡ni más ni menos!



7. Mi grupo de apoyo y mi padrino son excelentes recursos para comprobar en qué medida soy realista con las metas que establezco con respecto a mi recuperación. Es muy fácil entusiasmarse al ver algún avance en nuestra recuperación, y desilusionarse y desanimarse al recaer en algún antiguo comportamiento. La recuperación no se produce de la noche a la mañana. Mi recuperación se logra despacio, suavemente, y de forma más sabia con la ayuda de un grupo de apoyo y de un padrino.



8. Cuando tenga alguna duda, haré comprobaciones. Si algo parece equivocado, no voy a hacerlo sin haberlo analizado junto con mi padrino o con alguien en quien confíe.



9. Yo tomo mis decisiones, aun cuando puedan ser dolorosas e incómodas. Me pongo en primer lugar, y aquellos por los que me intereso en un cercano segundo lugar. Soy cuidadoso y considerado con mis necesidades y deseos.



10. Los que me rodean pueden reaccionar de forma negativa a mis cambios. Mis cambios pueden resultar molestos a un sistema que estaba acostumbrado al desequilibrio. Algunos sistemas familiares perpetúan la disfunción porque se han acostumbrado a ella, o porque dicho comportamiento resulta cómodo. Un insano sistema familiar puede llegar a desestabilizarse aún más cuando uno de sus miembros busca formas sanas de relacionarse.



11. ¡Celebro! Hago mis propias celebraciones, sin importar cuán grande o pequeño sea el logro. Cuando pueda estaré disponible para las celebraciones de los demás. Los cumpleaños y los aniversarios de CoDA son especialmente importantes. Son un reconocimiento de cosas importantes que pueden haberse considerado triviales en el pasado. Estoy listo para experimentar alegría porque soy un niño precioso.



12. Tengo derecho a mis sentimientos. Nadie puede decirme cómo me he de sentir. Puedo aprender a confiar en mis sentimientos y a expresarlos de forma apropiada. El enojo es un sentimiento apropiado, pero mi expresión o mi reacción puede ser inapropiada o dañina.



13. Me recupero a mi propio ritmo. El programa de recuperación de CoDA es lo suficientemente flexible como para permitirme definir mi propia velocidad de recuperación. Tan sólo me hago cargo de aquello que pueda manejar, de acuerdo a mi propia experiencia, fortaleza y esperanza.



14. Evito obsesionarme con los problemas y defectos de los demás. La obsesión con los demás resulta engañosa. Impide que me concentre en mi propio comportamiento insano y en mis actitudes.



15. La alimentación, el descanso y la recreación también son importantes. Me tomo mi tiempo para descansar, dormir, relajarme y para la recreación. Quiero dedicar tanto tiempo a la recreación como el que utilizo para trabajar y para recuperarme. Este equilibrio es necesario para contrarrestar mi obsesión por el trabajo.



16. El dolor es importante en la recuperación. El dolor es un proceso necesario al tratar con mis pérdidas, desengaños, sueños frustrados y desilusiones pasadas. Si no experimenté dolor cuando tales cosas ocurrieron, es que niego el dolor. Cuando esté listo, experimentaré el proceso del dolor.



17. Cuidado con la “cura geográfica” y la simple “cónyuge-extirpación”. A menos me haya ocupado de mis asuntos en el proceso de recuperación, los mismos problemas reaparecerán donde sea y con quien sea. Lo único que cambiará será el contexto.



18. Sin un proceso de recuperación, la codependencia es cíclica y progresiva. Contribuye enormemente al dolor y a la enfermedad de los que la padecen y de sus familias. Si no se trata, la enfermedad puede ser mortal.



19. La codependencia se hereda. Los patrones de conducta aprendidos se transmiten de una generación a otra. Sin conciencia del problema y sin acción correctiva, el problema continuará en generaciones futuras.



20. Sé que he de evitar comenzar una nueva relación de compromiso cuando recién llego a CoDA. Si ya estoy en una relación, trabajo sobre mí mismo sin esperar que la otra persona cambie.



21. Por el momento no decidiré poner fin a mis relaciones actuales. No he de dañar o destruir relaciones tan sólo porque no pueda identificar el grado de disfunción en mí o en ellas. La recuperación es mucho más fácil si me encuentro en una situación estable. Si algo aún parece bueno en la relación, asegúrate. Puede que merezca la pena conservarla y recobrarla.



22. Necesito establecer buenos límites con los que abusan de mí para evitar más abusos. Si el abuso llega a poner en peligro mi vida, tengo que abandonarlo de inmediato. Si el abuso es sólo menor, hay muchos límites que pueden protegerme y que son menos drásticos y potencialmente menos dañinos para mí que el cortar una relación por completo.



23. Dedico tiempo para rezar y meditar a diario, para alimentar y cultivar mi mente, mi cuerpo y mi alma.



24. Yo decido cómo me siento con respecto a mis experiencias. Si experimento algo en forma dañina o perjudicial con respecto a algo o alguien, quiero contarle a un veterano del programa mi experiencia y aprender cómo ayudarme a mí mismo a relacionarme mejor. Aprendo cómo “cambiarme,” de modo que la situación o la persona no me controle ni a mí ni a mis acciones.



25. Escribir y redactar una memoria son otros aspectos de mi proceso de recuperación. Después del estímulo cariñoso y la aceptación, hago un mejor trabajo en crear mis propias definiciones acerca de quién soy y de lo que quiero ser en este mundo.



26. Si aún espero que alguien perfecto (puede tratarse incluso de un padrino de CoDA) me rescate de mi vida o de mi miseria, es que todavía estoy “usando”. Abandono mi adicción codependiente al llevar a cabo acciones apropiadas que satisfagan mis propias necesidades; al no depender totalmente de que alguna otra persona cubra todas mis necesidades por mí; y al confiar un poco en varias personas dignas de confianza.



27. La definición más importante que necesito realizar es mi definición del “yo.” Siempre he confiado en los demás para que dieran esa definición en mi lugar, lo cual es parte de mi definición de “codependencia.” La “sobriedad” respecto de mi codependencia consiste en reemplazar estas “viejas grabaciones” por mis propios significados y definiciones de quién soy yo.



28. Cuidado con las triangulaciones. Éstas pueden incluirme a mí a ti y a nuestro hijo, a otro interés relacionado con el amor, al trabajo, padres, a alguien compasivo, a CoDA, a un terapeuta, al clero, al padrino, etc. Tengo que reconocer que los triángulos son potencialmente poderosos, nocivos y dañinos para al menos a una de las tres partes involucradas. Este daño potencial se da porque una de las personas es normalmente excluida de la presencia de las otras dos. Si hago cosas que propician recelo con respecto a la otra relación, estaré provocando un sufrimiento adicional a la persona que dejo fuera. Hasta que no se genere confianza con respecto a la otra relación de la que formo parte, será percibido por la persona excluida como una infidelidad emocional, en el mejor de los casos.

Fuente : CODEPENDIENTES ANONIMOS

miércoles, marzo 03, 2010

primer paso de comedores compulsivos anonimos, tercera parte, marzo 2010

Definitivamente, si queremos liberarnos de la esclavitud de la comida compulsiva, tenemos que "abstenernos de todos los alimentos y patrones de conducta en la alimentación que nos causan problemas."

El kit de la cuestión de esto es la diferencia entre prohibirme a mi mismo o elegir no comerlo por que se que me hace daño. El problema es cuando, conscientemente quiero comer compulsivamente para hacerme daño a mi mismo por que creo que merezco sufrir.

"Si nunca comemos en exceso, no dispararemos la reacción que nos hace ansiar mas. Pero esto también se ha comprobado que es imposible de conseguir solo por el poder de la fuerza de voluntad. Antes de encontrar CCA, cada dieta o periodo de control era seguido por un periodo de comida descontrolada.

Mi enfermedad se manifiesta justo como dice aquí: periodos que o dejo de comer, o parece que estoy a dieta, alternados con periodos de atracones descontrolados. Estoy enfermo mi manera de comer esta alterada a extremos.

Esto era a causa de que nuestra enfermedad no es solamente de naturaleza física, sino también emocional y espiritual. Estábamos OBSESIONADOS con la comida, y no había cantidad de auto-control o pérdida de peso suficiente para curarnos. A causa de esta OBSESION, siempre llegaba otra vez el día cuando de nuevo, el exceso de comida, nos parecía tan invitador, que no era posible resistirlo, y nuestras firmes resoluciones eran olvidadas. Tarde o temprano comenzábamos de nuevo a comer en exceso, y gradual o rápidamente, la compulsión empeoraba hasta que quedábamos completamente fuera de control.

Esta OBSESION MENTAL era algo de lo que no podíamos liberarnos por la sola fuerza de nuestra voluntad humana. Otro poder mas fuerte que nosotros tenia que ser encontrado para liberarnos, si deseábamos detenernos en nuestra carrera de comida compulsiva y mantenernos abstinentes."

Si yo no puedo con la comida, alguien podrá, se trata de buscarle y pedirle ayuda. A veces ese alguien, mi poder superior, me ha concedido regalos, incluso en esta ultima recaída: de entrar en un supermercado rezando y no coger ningún alimento compulsivo. De pasar un día entero sin acordarme de la comida.

"Muchos de nosotros nos negábamos a aceptar que teníamos esta enfermedad.

En CCA se nos dio el valor para echarle una buena mirada a nuestra manera compulsiva de comer, a nuestra obesidad y a todas las cosas autodestructivas a las que hemos recurrido para evitarla: las dietas, el ayuno, el ejercicio en exceso o los laxantes. Una vez que somos lo suficientemente HONESTOS para examinar nuestra historia, ya no podemos negarlo por mas tiempo: nuestra manera de comer y nuestras actitudes hacia la comida no son normales, tenemos esta enfermedad."

¿Quién esta más enfermo? ¿Quien esta enfermo y no lo sabe, o quien lo sabe, lo asume y trabaja para curarse? Soy comedor compulsivo, admito que estoy enfermo. Pero no me gusta regodearme en la enfermedad ni caer en la autocompasión. Me gusta ver mi enfermedad con esperanza y con un salida: la mejoría constante y diaria. Si algo he aprendido del solo por hoy es a no pensar en mi compulsión por la comida como algo absoluto. Pensar en que seré comedor compulsivo hasta que me muera para mi es contraproducente. Es como si pensara que no voy a comer ese alimento el resto de mi vida. Soy comedor compulsivo hoy, y hoy no me voy a comer eso. Mañana o pasado mañana no se lo que va a ser de mi. No me gusta jugar al juego de ver quien es el mas comedor compulsivo, o ver quien ha hecho la trastada mas grande con la comida, pensado que asi admito mas que nadie que soy comedor compulsivo. Eso para mi es regodearme en la enfermedad. Hasta que no admita que soy comedor compulsivo, sin autocompasión, no dejare de cargarles a otros mi recuperación, por que claro como soy enfermo tienen que curarme o tienen que curarme otros, que yo no puedo, o tienen que hacer tal cosa por mí. Dios me da la barca, soy yo quien tiene que remar y trabajar por mi recuperación. Aprender de mi enfermedad, de mis conductas enfermas y sobrepasarlas.

Recaía mucho cuando iba a hacer la compra. La comida me derrotaba. Siempre volvía con algo compulsivo con la consecuente recaída, por mucho que fuera pensando en comprar otras cosas. Una vez entre rezando al supermercado y salí de allí sin comprar nada. Fue un milagro. Pero a veces siento que no me puedo enfrentar a un supermercado, así que he aprendido a encargar que me traigan la compra a casa, y ya no tengo que enfrentarme al supermercado, igual que un alcohólico no tiene que ir a un bar. A mi ver mucha comida junta aun me desestabiliza, sobre todo si puedo cogerla libremente sin que nadie me diga nada.