Soy impotente ante la comida
Soy
impotente ante la comida. Ahora no me doy atracones, pero sigo con los pequeños
pecadillos. El día que no como nada, que son los que menos, me siento muy
contento. Mi mente trata de buscarme justificaciones. La de que estoy curado ya
no me la creo ni siquiera me la cuento. No me quiero dar de alta de Oa. Otra
justificación que me cuento es que ya no siento tanta compulsión por que al ir
catando esos alimentos de vez en cuando poco a poco, les he quitado el valor de
alimento prohibido que yo les di en el pasado.
El
libro grande de AA habla de alcohólicos que con una sola copa terminan en un
desastre personal. Esa no es mi experiencia ahora. Como alguna cosa de vez en
cuando, pero no termino con un atracón, ni totalmente obsesionado ni
descontrolado. No me siento en recaída, pero tampoco en abstinencia. Me siento
un peldaño por encima. Pero esta no es la verdadera abstinencia ni la
recuperación que yo he experimentado en el pasado.
Otra
justificación que me cuento es que mi recuperación ha avanzado, y ahora soy
capaz de tolerar alimentos que antes no era capaz sin terminar un atracón. Ya
no me dan tanta compulsión. Es como si hubiera dado un paso atrás y hubiera
vuelto a ser el chico gordito que era antes de dejar de comer, y comprar mi
billete de viaje a la anorexia, que luego se convirtió en compulsión por la comida.
Estar
siempre al borde, no me resulta agotador. No me siento en lucha interna conmigo
mismo por el deseo de comer. Ya no me siento culpable. La compulsión es mínima
y suave, si la ahí, por que muchas veces no. Es un estado muy raro que antes no
había sentido en mi tiempo que llevo en el programa. Si he escuchado hablar a
compañeras que decían que ellas podían comer un poquito, o que podían comer
postre. Habiendo desaparecido la culpabilidad, el reproche a mi mismo por
comer, la obsesión por el físico y la comida, la comida ya no siento que tenga
ese poder destructivo sobre mi.
Es
mas una incomodidad, por que con 40 kilos menos físicamente vivía mas cómodo.
Me cansaba menos, me podía poner cualquier ropa. Pero el hecho de que eso ahora
no sea un objetivo en si, supongo que no
me da alicientes para una abstinencia limpia. Desde luego, por que mi objetivo
ya no es adelgazar. Es no darme atracones.
Lo
único que me preocupa es subir de peso lentamente, por que comer de todo, y
llevar una vida sedentaria, es lo que tiene. Pero se que cuando en mi rutina diaria pueda volver a ir andando a
trabajar, eso mejorara. Además mi plan de comidas también mejorara. En el fondo
todo esto no depende de mi. Esta en manos de dios. Yo lo único que puedo hacer
es seguir trabajando el programa todo lo que pueda y con mi mejor voluntad, y
esperar resultados, por que tampoco se como he llegado a esta situación, ni se
como salir de ello, ya que yo soy impotente ante la comida, no tengo sano
juicio con la alimentación, y como tal lo único que puedo hacer es dejarlo en
manos de mi poder superior. Yo no lo controlo.
Hace
poco tuve un día de abstinencia limpia. Lo pedí a mi poder superior en mi
meditación / rezo y me lo concedió. Creo que para mi el objetivo debe ser tener
un plan de comidas limpio hoy, y olvidarme de todo lo demás. No gano nada
evaluándome ni juzgándome. Realmente eso es todo lo que importa. Pero a veces
soy tan analítico que necesito razonarlo, ¿por qué es eso lo que importa? ¿por
qué no debo comerlo? Me respondo rápido: por que subo de peso con ello, y eso
me haces sufrir el tobillo, cansarme cuando ando. Por que satisface mi gula en
forma de búsqueda de placer en la comida. Por que me puede sentar mal. Por que
es una droga para mi. Por que es un paso mas hacia la obesidad mórbida que hay
en mi familia. Por que daña mi calidad de vida.
En
el fondo soy débil e impotente y siempre
que me ofrecen caigo. Siempre que llevo dinero, caigo. Mi manera de defenderme
es no llevar dinero yo, y creo que comer aparte de otras personas. Ahora estoy
en un punto en el que no me sale naturalmente decir que no cuando me ofrecen,
cuando en el pasado si me salía automáticamente sin pensar el no ante las
tentaciones que me ofrecían. Ese punto ya volverá cuando dios quiera que
vuelva. Yo solo tengo que pedir por el, y seguir trabajando el programa.
Etiquetas: compulsion por la comida, segundo paso