Independencia emocional & huir de la comida
Hoy escribo desde un estado de recaída física, pura adicción a la comida. Soy tan débil, tan impotente, que no puedo decir que no cuando tengo las tentaciones ante mi. Por mucho que lo intento, intento comunicarme con mi ps. Lo noto, lo estoy rozando, casi lo alcanzo. Pero no logro contactar con el.
Este verano tuve periodos largos de abstinencia, pero ahora no duro ni días. Pero hoy meditando me he dado cuenta de que aun en recaída no estoy deprimido. He logrado un estado de serenidad independiente de la comida. O sea cuando como mal, no me pongo triste ni deprimido. Simplemente estoy dolido por que me he fallado a mi mismo. Pero no me deprimo por ello. Hoy me he dado cuenta, de que se ha desligado un poco mi estado emocional de la manera en que como antes, cuando estaba triste emocionalmente recaía en la comida, cuando estaba bien anímicamente estaba en abstinencia.
Ahora no estoy ni bien ni mal. Entro y salgo de abstinencia a recaída a cada instante. Creo que esto es signo, de que ya no depende de mi. Yo siempre intento forzar la abstinencia a pulso
a pura voluntad, negándome a comer mis alimentos compulsivos, por que los tengo delante a diario.
Pero eso es huir de la comida.
Cada vez que estoy en recaída, culpo a mi madre por no comprender mi problema con la comida y tener alimentos compulsivos en casa. Pero no es su culpa, ni es mía, es de la enfermedad que yo padezco, de la compulsión. Me tortura pensar que necesito irme de casa de mi madre para vivir en solitario y controlar que en la cocina no haya nada compulsivo para mi.
Una compañera de mi grupo presencial me comento una vez que ella para poder estar abstinente tuvo que irse de casa de sus padres. Miro como están los alquileres, y me angustio por que esta todo muy caro. Me pregunto si soy tan impotente ante la comida que voy a tener que dejar que la comida controle incluso donde yo vivo, irme de casa de mi madre huyendo de la comida.
Ahora solo me centro en intentar estar abstinente día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo.
Este verano tuve periodos largos de abstinencia, pero ahora no duro ni días. Pero hoy meditando me he dado cuenta de que aun en recaída no estoy deprimido. He logrado un estado de serenidad independiente de la comida. O sea cuando como mal, no me pongo triste ni deprimido. Simplemente estoy dolido por que me he fallado a mi mismo. Pero no me deprimo por ello. Hoy me he dado cuenta, de que se ha desligado un poco mi estado emocional de la manera en que como antes, cuando estaba triste emocionalmente recaía en la comida, cuando estaba bien anímicamente estaba en abstinencia.
Ahora no estoy ni bien ni mal. Entro y salgo de abstinencia a recaída a cada instante. Creo que esto es signo, de que ya no depende de mi. Yo siempre intento forzar la abstinencia a pulso
a pura voluntad, negándome a comer mis alimentos compulsivos, por que los tengo delante a diario.
Pero eso es huir de la comida.
Cada vez que estoy en recaída, culpo a mi madre por no comprender mi problema con la comida y tener alimentos compulsivos en casa. Pero no es su culpa, ni es mía, es de la enfermedad que yo padezco, de la compulsión. Me tortura pensar que necesito irme de casa de mi madre para vivir en solitario y controlar que en la cocina no haya nada compulsivo para mi.
Una compañera de mi grupo presencial me comento una vez que ella para poder estar abstinente tuvo que irse de casa de sus padres. Miro como están los alquileres, y me angustio por que esta todo muy caro. Me pregunto si soy tan impotente ante la comida que voy a tener que dejar que la comida controle incluso donde yo vivo, irme de casa de mi madre huyendo de la comida.
Ahora solo me centro en intentar estar abstinente día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo.