Fe por supervivencia
Yo
no me considero católico, no voy a misa. Que vaya el que quiera. Están en su derecho y hay que respetarlo. Cada no es
libre de ello. Pero he aprendido la
tolerancia y el respeto. Igual que hay personas fuera y dentro de los grupos
que gustan de ejercer una religión establecida,
y les respeto por ello, a mi personalmente no me gusta ser, pertenecer,
o ejercitar una religión dada.
¿Entonces
que es eso de espiritual? ¿cómo puedo ser espiritual y no religioso? La
experiencia espiritual para mi ha sido salir de la dinámica de la
autodestrucción mediante una adicción o trastorno de la alimentación, y empezar
a construir, a recuperarme. Pasar de sufrir a disfrutar. De sobrevivir, a
vivir. Pasar de tener todo los sentidos y emociones embotados por la
comida, a tenerlos limpios y claros una
vez que están limpios. A tener mi cerebro para mi, y no para una obsesión
enfermiza.
Este
sentimiento es tal, que me sentí lleno, plenamente realizado, feliz, con mis
emociones en sus sitio y no en una montaña rusa. Me sentí liberado.
Yo
me comía mis emociones, negativas o positivas. Cualquier dolor, ansiedad o
frustración se convertía en un atracón. Para salir de eso, para negar mi manera
autodestructiva de comer, necesitaba paz y calma en mi vida.
La
propuesta de los grupos de doce pasos tal como yo la he entendido al leerla, es
la propuesta de la experiencia espiritual para combatir con ella la enfermedad
de las múltiples formas de adicción. ¿Y por que espiritual? Se trata de entrar
en un estado de paz, calma, y bienestar que el mecanismo de la adicción se
revierta o desaparezca. Como ya no siento dolor, no necesito ejercer la
adicción para huir de ese dolor.
Esto
incluye cambiar mi manera de pensar, y definir yo mismo mis propias creencias y
mi propia experiencia espiritual. Para mi el simple hecho de salir de la
adicción ya fue toda una experiencia en si.
Entiendo experiencia espiritual como crecimiento interior, mejora de mi
mismo, ir hacia un mejor yo, reinventarme. Reconstruir todo lo que la adicción
ha dañado y destruirme. Hacerme participe del estado mental de ascetas,
santones budistas o hinduistas, que en sus meditaciones negaban la comida. Ese
mismo estado mental es el que yo logro acceder cuando estoy en abstinencia. Y así
logro decir que no a todas las
tentaciones de la comida que continuamente me asedian todos los días.
Es
un modo de vida para mi. Es reaprender a vivir sin la adicción. La mala noticia
es que no es permanente, y tal como yo lo siento, continuamente otros adictos
en activo, otras personas, la vida misma, la publicidad, los alimentos que me
rodean, tiran de mi hacia la adicción. Por eso he de vivir día a día ejerciendo
continuamente los principios de recuperación de este programa, y vivir esa
experiencia espiritual de gran bienestar continuamente, para mantenerme alejado
de la adicción. Para mi esta experiencia
espiritual paso a ser cosa de supervivencia. Sobre todo al ver y constatar que
mi adicción a la comida podía hacerme mucho daño, incluso matarme.
A
veces lo llamo como “Fe por supervivencia” y es que no me queda otra opción o
salida. Muchos compañeros de Oa y yo mismo hemos probado todo para salir de la
compulsión por la comida antes de llegar a los grupos. Por supuesto que hay
otras soluciones, y seguramente funcionen para otras personas. Pero para mi que
era un caso de ultimátum a mismo,
desahuciado de mi propio yo, esta era la ultima oportunidad. Mas alla no hay
nada. La destrucción, el abismo.
Otras
personas pueden pensar “pero yo no estoy tan mal”, y tratar de probar otros caminos. Están en su derecho, y por supuesto otras
soluciones les pueden funcionar, y yo me alegro por ello. Yo estoy en Oa por
que lo he probado todo, no me ha funcionado, me desespere, y la experiencia
espiritual de los 12 pasos era lo ultimo que me quedaba por probar, y me
funciono.
Etiquetas: segundo paso
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