Notas sobre la sexta tradición

Yo al principio de la recuperacion tambien cai en lo que llaman el pasodoble, es decir hacer solo el paso uno y doce. Aun pago los errores de aquella época. Cometí errores con un par de personas que luego me señalaron y me arrinconaron. Hable con dos chicas, con un problema de obesidad mórbida evidente, mezclado con depresión, medicación, etc. Yo pensaba que eran comedoras compulsivas. Una chica pensó que me estaba metiendo en su vida, y la otra chica  lo malinterpreto como que queria una relacion con ella, y cuando la rechace, en su despecho hablo de mi para lograr que fuera un apestado social. Ese es el precio que pago por mis errores. De un margen de un par de años de mi vida, he perdido el contacto con todas aquellas personas, por salir a la búsqueda de personas que yo creía comedoras compulsivas para enseñarles la luz de OA. Entonces aprendí que el paso doce es el ultimo por algo, por que hay que estar muy recuperado, muy preparado, para saber enfrentarse a la enfermedad de otras personas en bruto y en vivo y en directo, sin tiempo para pensar las reacciones.

Ya no hago el pasodoble. He aprendido que el mejor paso doce que hay es el ejemplo de mi propia recuperación. Y que mucha gente no está preparada mentalmente para escuchar según qué cosas. Sobre todo sobre poder superior y trastornos de la alimentación. Cada uno está en su viaje personal, e inmiscuirme en el de los demás es ponerme en el lugar de su poder superior.

Al llegar a oa y aceptar la enfermedad, en la euforia de los inicios muchos sentimos el impulso de salvar el mundo de la compulsión por la comida. Lleva tiempo aceptar que la industria alimentaria o la de la publicidad no son el enemigo, y que nuestros esfuerzos contra entes tan grandes, ricos y poderosos son inútiles. Por qué no puedo cambiar el mundo, pero lo único que puedo cambiar soy yo. Creo que la mejor opción es enfocar ese impulso en hacer servicio como información pública, que puede ser útil a oa como un todo.

Mi tarea no es salvar el mundo. A veces no puedo ni conmigo mismo, cómo me voy a poner a salvar el mundo entonces. La tarea de las hermandades de doce pasos no es salvar el mundo, solo transmitir la recuperación de las distintas adicciones a sus miembros.

No apoyar causas ajenas a oa es para no perder la independencia como hermandad. Esto en mi vida personal lo traduzco en no tomar partido por nadie, ni entre partes enfrentadas, ser neutral en política, no apoyar públicamente ninguna causa. Puedo tener mis ideas, pero mejor en privado. Me salva de poner en riesgo mi serenidad.

Apoyar una causa, centro, libro, personalidad, o lo que sea, externo a oa, afecta a oa como un todo. Se puede dar a entender que oa aprueba eso. Y mezclarnos en asuntos externos, nos aleja de nuestro objetivo último, que es la recuperación de la compulsión por la comida. Cuando leo la lucha que tuvieron los primeros alcohólicos con la industria del alcohol hasta que aprendieron las tradiciones y decidieron que eso era un asunto externo, pienso en OA y en la industria alimentaria, en los alimentos procesados y en el azúcar como analogía. Creo que de nada nos servirá en OA emprender una caza de brujas contra la industria de la producción de alimentos. Para empezar hay gente que no les es compulsiva el azúcar, por que son de salado. Así que no podemos generalizar. Y cargar las tintas en los alimentos, sería centrarnos en la parte física de la enfermedad, y olvidarnos de la emocional y espiritual. Sería tratar de cambiar el mundo sin cambiar nosotros. Y el programa a mi me dice que tengo que cambiar yo por que el mundo es como es y no lo voy a cambiar. Además ya existen organismos médicos y asociaciones de consumidores que se encargan de esa tarea. Luchar contra la industria alimentaria seria una perdida de tiempo, dinero, y esfuerzo. Aunque vencieramos, al final nos daríamos atracones de alimentos sanos, por que la compulsión convierte en compulsivo todo alimento, hasta los sanos.