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martes, febrero 21, 2012

inventario sobre mis aficiones y viajes como comedor compulsivo

Durante un tiempo pensé que tendría que renunciar a mis aficiones, a las cosas que me gustan, si quería estar abstinente. Por que siempre recaía al hacerlas.

Ahora se que la renuncia no implica decir no. No se trata de eso. Si no de dejarlo en manos de dios, de mi poder superior, tal como yo lo entiendo. No será cuando yo quiera, si no cuando el quiera. No será ni si ni no. Sera si dios quiere. Esa es la manera de soltarlo.

Mis aficiones son muy absorbentes (o yo me lo tomo así), y tienen un gran componente de fuga de la realidad. De jugar a ser otro yo y dejar de ser yo mismo, de poner otro mundo a mi alrededor. En estos puntos veo mi carácter adictivo y obsesivo compulsivo. A lo mejor como adicto que no puede con la realidad, escojo cambiarla y poner otra ante mis ojos, en vez de anestesiarme.

El viajar es lo que siempre he llevado peor, por que me trastoca los horarios de comida, de sueño, la forma de comer. Últimamente me he dado cuenta de que la recaída es amiga de la improvisación. Las cosas que hago para divertirme incluyen a veces el viajar. Antes de entrar en oa viajaba de vez en cuando. A raiz de ser consciente de mi naturaleza como comedor compulsivo vi que los viajes me hacían recaer. Así que por eso pensé que debía dejar de viajar. Los buffets, los cambios de horario, la falta de sueño, las emociones encontradas, el desconectar de una rutina segura que me mantiene abstinente... Todo eso hizo que durante años, y creo que aun hoy, hace que los viajes sean para mi un momento de peligro. Otra cosa es viajar tranquilamente a una ciudad donde haya oa, y pueda ir a grupo, y pueda tener mi propia cocina. He aprendido que de esta manera me es mas fácil. Pero me cuesta mucho mas cuando es un viaje a un albergue u hotel, con comedor, con menús cerrados, y aislado de lo que es OA.

También me cuesta mucho compartir coche o trasporte con personas que comen durante el viaje. No por que sea un viaje en si, si no por que es algo ante lo que he descubierto que soy impotente. Estar en un lugar cerrado con alimentos a la mano y personas cuya conversación me distraiga. El paso del tiempo, de los minutos, de las horas, va minando mi resistencia al alimento compulsivo y al final caigo. Por esto mismo para mi los viajes en grupo son delicados, igual que ir de visita a casa de alguien, o simplemente jugar a unos inofensivos juegos de mesa. Con comida de por medio, me siento en zona de peligro.

Yo lo llamo el fenómeno "la olla a presión" encerrado en poco espacio, con comida a la mano, personas dándome conversación y tiempo de sobra para que se alargue la situación, al final acabo recayendo. Esto es algo que limita mucho mi vida social, y por lo tanto aficiones y ocio. Soy un comedor social, ahora lo se. Como en sociedad, como el que bebe o fuma en sociedad. Y no puedo evitarlo. Así que ahí esta el límite para mi. La línea roja que no he de cruzar. Procuro no ponerme en esa situación, por que se que la recaída va detrás.

Supongo que como el trabajo, las aficiones, me llevan a relacionarme con personas y por lo tanto a exponerme a sus defectos de carácter.

Gracias a esto he descubierto que la mentalidad de la gente es mas cerrada de lo que yo pensaba. O que yo tengo la mente mas abierta que los de alrededor. Siempre he tenido la inquietud de crear, de hacer cosas nuevas, y en cierto ámbito eso requiere la participación de muchas personas. Sin embargo el inmovilismo de mucha gente me desespera. Están acostumbrados a lo que ven habitualmente y no quieren salir de ahí. No quieren conocer nada nuevo. Y yo mientras tanto veo como en otros países se hacen cosas distintas, con una originalidad y un nivel de diversión que aquí solo soñamos, y me tengo que morder la lengua. Voy dando pasito a pasito siguiendo el ejemplo de lo que veo fuera, pero me es muy difícil. Creo que los españoles nos pensamos que somos muy abiertos, pero en el fondo no lo somos. tengo que renunciar continuamente a mi orgullo, y a querer mandar y controlar a los demás, que es algo que oa me ha enseñado que solo lleva a la frustración y al dolor. Trato de predicar con el ejemplo y demostrar, con las cosas que yo, hago que hay otros mundos, y otras maneras. El que quiera que me siga, y el que no, pues no. No se lo impongo a nadie. Y así muchas veces tengo la sensación de dejar atrás a las personas, que no cambian.

Por ejemplo una idea que tuve de algo divertido para hacer en grupo, lo comente y una persona me dijo directamente que no, que era imposible. Tras mucho tiempo de investigar, de ver vídeos de eso montado en otros países, al final esa personan ha levantado su muro y ahora cree que se podría hacer, pero con ciertas condiciones. Yo creo que aquí somos demasiado cerrados y no estamos preparados, directamente, y por eso tengo que seleccionar las personas adecuadas para que no sea un fiasco. Prepararme, plantearlo, y soltar riendas, y que sea lo que dios quiera. Organizar eventos y tratar de controlarlo todo al milímetro es un imposible. Yo hago mi parte y los asistentes hacen el resto.

A veces pienso que en todo lo que hago busco la reconstrucción de mi propia autoestima perdida. Es como el hábito que hace al monje. Como si inconscientemente buscara reconstruirme por fuera vistiéndome de otro yo. He tenido sueños sobre eso. Supongo que es mas fácil eso que buscar la recuperación trabajándola. Otra vez sale la mente de adicto que busca el camino rápido y fácil.

Renunciar a viajes y eventos me lleva a la autocompasion, a sentirme inferior a las personas normales, amigos mios, que si pueden ir. Es ahi donde noto mis limites de mi enfermedad como comedor compulsivo, y cuando me siento agobiado. Es una paradoja. Si no voy, me hago daño con la autocompasion. Si voy, me arriesgo a recaer por que me expongo a cambios en mi rutina y mi plan de comidas, que es lo que me mantienen abstinente. Lo que si se es que en el pasado he ido a viajes, y me he mantenido abstinente por que usaba las herramientas y estaba alerta. Creo que el kit de la cuestion es que con los viajes bajo la guardia y quiero ser uno mas, y me creo las mentiras de la enfermedad en mi cabeza.  Y asi no me dejo vivir, ni no yendo, ni yendo y recayendo. La solucion, decidir no teniendo en cuenta mi enfermedad, si no los factores de tiempo y dinero, como hace cualquiera. No decidir ir o no a viajes en funcion de la comida y como este con mi abstinencia. Por que puedo secuestrarme a mi mismo, este abstinente o no. Yo solo se que no se nada, y que lo que tengo que hacer es usar las herramientas a diario para salir adelante. Y en un viaje mas. ¿y por que se todo esto? Por que he ido de viaje y he vuelto abstinente, usando las herramientas y pidiendo alimentacion especial para mi. Asi que se que se puede. Tengo que dejar de medir estas cuestiones por los defectos de caracter del miedo (a recaer) o la autocompasion (me quedo en casa solo y mis amigos por ahi viajando en los eventos).

Creo que ya me encerre para comer compulsivamente demasiado tiempo. No me deje vivir huyendo de la comida. Creo que por ahi no esta el camino. Pero tampoco puedo soltar las campanas al vuelo e ir donde me de la gana. Los grupos tienen la prioridad. Si puedo respetar el horario de loo grupos mejor. Y con las herramientas igual. Si viajo tengo que llamar, que escribir, que leer, igual que si estuviera en mi casa, si no mas. Y no tengo excusa con los telefonos moviles y las tarifas baratas que hay hoy dia. Si puedo comprometer la llamada con algun compañero o compañera de oa mejor.

La moraleja de todo esto es que yo uso el programa para recuperarme y vivir una vida mejor, mas plena. Se trata de romper el aislamiento y el encerrarme en mi mismo, siempre con miedo a todo por la comida. Se que mi poder superior me cuida este donde este, y que puedo ir donde sea y hacer lo que sea que siempre tendre a mano la ayuda del programa. Y esa es la cuestion, usar el programa para vivir, incluyendo un viaje.

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