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jueves, diciembre 09, 2010

Primer paso, actualizacion de diciembre 2010

Primer Paso:

"Admitimos que éramos impotentes ante la comida y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables."

"En comedores compulsivos anónimos comenzamos nuestro programa de recuperación admitiendo que éramos impotentes ante la comida. Muchos de nosotros nos rebelamos cuando nos desafiaron a admitir la derrota para controlar nuestra forma de comer.

La derrota es un concepto interesante. Creo que yo no me siento derrotado por la comida. Se que necesito ayuda y que yo solo no puedo con ello. Lo que me desconcierta es que para mi la comida o el peso no son el centro de mi vida a pesar de la recaída de 30 kg que llevo a mis espaldas. No me siento culpable por ello. Y solo me duele momentáneamente. No me ha llevado a la depresión extrema de la que vengo y que tenía antes de entrar en oa. Es extraño por que siento que la recaída no me causa sufrimiento y dolor. Y antes si era asi para mi. La comida es astuta desconcertante y poderosa, y el hecho de que ahora no la asocie al dolor puede ser que me esta haciendo la jugada la enfermedad, por que durante mucho tiempo tuve claro que comer compulsivamente era malo para mi y me sentía culpable por ello. No se en que momento deje de verlo como algo peligroso, dañino, o perjudicial para mi. Se que lo es con la razón, pero no lo siento así con el corazón. Antes sufría cuando comía, ahora no. Y eso me desconcierta. Por que sentirme culpable por comer compulsivamente me hizo tocar el fondo necesario para salir adelante. Creo que esto puede ser la negación de la enfermedad, que la comida me tiene colocado…

Cada cierto tiempo en el pasado o periódicamente fuimos capaces de hacerlo. Insistíamos en pensar: Nuestra manera de comer puede estar fuera de control en este momento, pero algún día tendremos la fuerza de voluntad suficiente para controlar nuestros excesos en el comer, y ese día, ya no la volveremos a perder. Sin embargo, para muchos de nosotros, los días de comer controladamente se fueron volviendo menos numerosos y mas lejanos, hasta que al fin, recurrimos a CCA en busca de una nueva solución."

Yo no creo que mi simple fuerza de voluntad me valga para controlar la comida. Yo necesito ayuda, y no hago mas que buscarla con fuerza, por que se que Oa es mi única solución.

"En CCA aprendimos que no es la falta de fuerza de voluntad lo que nos convierte en comedores compulsivos. De hecho, los comedores compulsivos a menudo demuestran poseer una cantidad excepcional de fuerza de voluntad.

No es cuestión de fuerza de voluntad. No es cuestión de no querer comer algo e intentarlo con todas tus fuerzas. En esas luchas interiores la comida siempre gana. Lo tengo comprobado. Es cuestión de no sentir el deseo de comer compulsivamente, que va y viene. Yo puedo desear no querer comer compulsivamente y poner toda mi voluntad en ello, y lo mas normal es que caiga derrotado.

Comer Compulsivamente es una enfermedad que no puede ser controlada por la sola fuerza de voluntad. Ninguno de nosotros escogió tener este desorden más que si hubiera decidido tener cualquier otra enfermedad.

La fuerza de voluntad no me funciona. Yo creo que el programa reeduca mi mente para llegar a no sentir los deseos compulsivos. Y también me enseña a que hacer cuando los siento. Como encauzarlos para no recaer cuando me siento compulsivo.

Podemos dejar ahora de CULPARNOS O DE CULPAR A OTROS a causa de nuestra forma compulsiva de comer.

Afortunadamente yo ya he dejado de culpar a mi familia por mi enfermedad de comer compulsivamente. Igualmente ya no me siento culpable cuando lo hago. Creo que es por que he aceptado que estoy enfermo, y nadie es culpable de tener una enfermedad, igual que nadie es culpable de pegarle al de al lado un resfriado.

La enfermedad de la comida compulsiva es de tres naturalezas: FISICA, EMOCIONAL Y ESPIRITUAL.

Comer compulsivamente no se origina simplemente de los malos hábitos alimenticios aprendidos en la infancia, ni a causa de problemas y desajustes, ni únicamente por amor a la comida, a pesar de que estos tres factores pueden influir en su desarrollo.

Todo esto influirá, y mucho, en ser o no comedor compulsivo. Pero no me soluciona nada. No hay un remontarse hasta el origen y apagar en mi cabeza un interruptor por el cual deje de ser comedor compulsivo.

Es posible que muchos de nosotros hayamos nacido con una predisposición física o emocional para comer compulsivamente. Cualquiera que sea la causa, la realidad hoy es que, en lo concerniente a comida, nosotros no somos como la gente normal."

Igual que los comedores compulsivos, los comedores normales en alguna ocasión encuentran placer y evasión de los problemas de la vida consumiendo comida en exceso. Los comedores compulsivos, sin embargo, a menudo presentan una REACCION ANORMAL: cuando abusamos, no podemos detenernos.

He descubierto hace poco, mas bien me he dado cuenta, de algo que creo que es importante para mi en relación a esto del placer en la comida. Estoy de acuerdo en que la comida es un placer. Pero a mi me resulta dañino. Como todo en la vida en exceso se convierte en peligroso. Además como forma de placer es opcional. Puedo prescindir de ello por que tengo otras cosas en mi vida que me dan bienestar y alegría. No necesito comer compulsivamente para buscar placer. Por que ademas no lo da, si no que me produce dolor antes o despues. El truco de todo esto esta en que me creo que por lo mal que lo he pasado, o lo estoy pasando, necesito algo que compense ese dolor, y entonces es donde se inicia la búsqueda adicta de compensar el dolor con comida. Y esto es un error por que examinandome he aprendido que esa percepcion de dolor de la vida es erronea. La enfermedad ponen la vida mas gris de lo que realmente es. No necesito comer compulsivamente para vivir y afrontar los retos del día a día.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribio...

Supongo que llega el momento de quererse de verdad. El motor hasta ahora había sido el dolor, como me duele no lo hago. Quizá sea el momento de dar un paso más y desarrollar otro motor, el de no lo hago porque no es bueno para mi, aunque no me duela. Quizá sea hora de cuidarse y quererse de verdad. Una compi.

14 diciembre, 2010 17:24  

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