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domingo, junio 15, 2008

por que el escribir y la literatura son esenciales en mi recuperacion

Desde que era un chaval siempre me salio escribir en momentos emocionalmente tensos. Cuando una emoción se concentraba de tal manera que no la podía soportar, tuve una época en que lograba plasmarla en poesía. Escribir siempre me ayudo en los momentos bajos. Me decía que era un poeta inspirado por el dolor, y que los más grandes solo veían a las musas entre las nieblas de su mente.

Cuando llegue a Oa fui consciente del poder de la lectura como herramienta de recuperación, como poderoso instrumento de autoterapia. Escribir desarrolladas mis emociones me ayudo a verme desde fuera. Me recuerdo a mi mismo saliendo de situaciones emocionalmente destructoras, cogiendo una libreta y escribiendo todo lo que me había pasado. Es como soltarlo, como sacarlo de mi, como aprender a procesar con lápiz y papel lo que antes no sabia procesar y terminaba comiéndomelo.

Empecé un diario, y al irlo leyendo con el paso de los meses veo la evolución en mi. Recuerdo como pensaba antes, y lo tremendamente obsesionado con la comida y el físico que estaba. También veo como eran mis recaídas y como he ido mejorando. Y eso me ayuda mucho. Me da aun mas ganas de seguir trabajando por mi recuperación.

Se que es importante escribir, y el hacerlo ya es un gran paso. Pero aun más beneficioso es escribir con la guía de un padrino o madrina, u otros compañeros del programa. Por que es escribiendo como se trabajan los pasos. Haciendo inventarios, haciendo plan de comidas, escribiendo agradecimientos, listado de impotencias, comentarios de texto sobre la literatura, mi historia con la comida, la guía para salir de una recaída, todo. Así es como yo empecé a meter entre frente y nuca, poco a poco, todo el programa de oa.

Nuestra literatura, la literatura de Oa, para mi es esencialmente prodigiosa. Coger un libro, abrirlo, y que te toque un párrafo que te llega al alma, es un milagro. Una y otra vez pasa lo mismo. Va uno a una reunión. Abre un libro, y te toca leer el trozo que te ayuda según lo que esta pasando en mi vida. Para quedarse sin palabras. Para aprender con solo oler el libro. Con solo verlo o tenerlo en la oficina, ya recuerdo mi compromiso conmigo mismo y el programa, y así se me quitan las ganas de ir a por eso que me llama de la nevera.

Estos libros, son la experiencia condensada de personas que llevan décadas trabajando en esto y libres de la comida compulsiva. Su historia, sus relatos, su redacción de los pasos adaptados de alcohólicos anónimos a comedores compulsivos anónimos, es un viaje a la sabiduría interior cuando estamos perdidos en la comida, y ni los médicos ni los psicólogos saben como hacerte parar.

No puedo privarme de tal fuente de recuperación para mi. Escribir y leer es vital para mi. Son dos maneras más de mantener la cabeza enganchada al programa y a la recuperación. Mientras leo y escribo no estoy pensando en comida, ni en atracones, ni en basculas, ni en ponerme cachas, ni en barrigas ni en nada de eso. Los libros de oa y escribir, para mi, que callan la enfermedad en mi cabeza.

Dicen que cuando una persona llega a los grupos, pasa por tres fases. Concienciación, aceptación y acción. Con la literatura de oa creo que se pueden pasar por estas dos primeras fases, en conjunto con las demás herramientas, grupo, teléfono y padrinazgo. Escribir también puede llevar a aceptar las cosas como son, a sacarlas de uno mismo, a ver en un papel lo que somos incapaces de verbalizar: “soy comedor compulsivo”. Y luego la acción. Empezamos a trabajar por mejorar. Y para eso escribir es vital. Si la recuperación es una estatua, escribir y leer son el cincel y el martillo con los que se forja esa estatua. Y esa estatua es mi nuevo yo, un nuevo yo, distinto, diferente, mejor. Y libre del trastorno por atracon.