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jueves, junio 07, 2007

El proceso mental de un comedor compulsivo

El comedor compulsivo en activo que no sabe que es comedor compulsivo cree que puede controlar la comida, que puede decidir que comer, en que cantidad y cuando. Sin embargo la comida siempre le puede en última instancia, le acaba ganando la mano, y le vence, llevándole al atracón.

Cuando yo y otros como comedores compulsivos nos dimos cuenta de que la comida siempre gana, nos dimos cuenta del terrible poder que ejerce la comida sobre nosotros. Ella es mi ama, mi dios, mi todo. No hay otra cosa mas que comida. Y empieza la lucha por controlarla, a ver quien puede mas, si yo o la comida. Y como ya he dicho antes la comida siempre gana.

¿Por qué? Hay comida en todos sitios a todas horas, barata, rápida, fácil y accesible. Ela la droga mas comúnmente aceptada y no hay conciencia de que una persona se pueda destruir con la comida, de que se pueda ser adicto a la comida. Los anuncios de tv presentan la comida asociándola a mujeres esbeltas que comen y se dejan llevar por placeres intensos de paladar al hacerlo. El placer de la saciedad y el sentirse lleno, esa es la droga del comedor compulsivo y la sensación que engancha a un adicto a la comida como yo.

Luego una vez despertado este enganche del paladar a los alimentos que nos gustan y nos provocan ese placer, empieza la degradación de la persona. Puede aumentar mucho peso. Destruye su físico y su salud, y se odia por ello. Puede caer en la preocupación más fuerte por su imagen corporal y aun así no ser capaz de parar de comer. Y esto lleva a la culpabilidad de estar destruyéndose así mismo. Al placer del atracón sigue el dolor de la culpabilidad, el intento de control, las promesas a uno mismo, que luego se volverán a romper.

Muchos piensan que podrán comer solo un poquito, o solo de esto pero no de aquello, o que empezaran de nuevo la dieta el lunes. Esta es la enfermedad de la mentira a uno mismo. Los comedores compulsivos nos decimos que compramos este alimento para nuestros allegados, pero esa es la excusa para comerlo nosotros. No sabemos decir que no cuando nos ofrecen. No tenemos control ni mesura con la comida, por que esta nos controla y nos obsesiona incluso desde el subsconsciente.

Cuando el comedor compulsivo esta tan mal que no puede parar de comer, empieza una actividad frenética en su cabeza donde todo es comida. Mira la comida de los demás. Vigila por si alguien le sobra algo comérselo el. Busca comida gratis. Sabe todas las tiendas y supermercados de su entorno. Piensa complicados planes para esconder comida, comer a escondidas, etc etc etc. Todo gira en torno a la comida. Descuida su vida, sus hábitos personales. Su personalidad se pierde y se degrada. Las relaciones con los que le rodean se resienten.

Más adelante, los atracones son tan intensos que el comedor compulsivo toca fondo. Ya ni siquiera es capaz de salir de su casa. La soledad es tan intensa que huye del mundo. Se encierra en su mundo preso del sedentarismo y los atracones. La subida de peso puede dispararse, o algunos intentan miles de dietas que solo agravan el problema mas aun. La persona esta tan degradada y sola, que su mundo es la cama, el sofá y la cocina. La culpabilidad y la depresión están ahí. Muchos se suicidan por desesperanza extrema, si no mueren por complicaciones asociadas a la enfermedad, como deterioro del sistema digestivo, o infartos por colesterol alto, diabetes.

Nuestra enfermedad de comer compulsivamente es una muerte lenta.

En todo este tiempo el comedor compulsivo tiene en su cabeza la idea de mejorar, de huir, y solo lo logra hacer evadiéndose con la comida, que por unos instantes de placer en la boca, le da días enteros de dolor, tanto físico como emocional como espiritual.