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viernes, octubre 27, 2006

ACTUALIZACION PRIMER PASO (cuaderno de trabajo)

 PRIMER PASO

Soy impotente ante la comida por que:

-solo se comer dándome atracones, o para Vivir a dieta, no se comer para mantenerme estable de peso. Cuando he de comer para mantenerme de peso la duda y la incertidumbre se apoderan de mí. Habré subido, habré bajado, y eso me lleva a pesarme más.

-no puedo comer a la vez que recibo muchos estímulos externos, por que relajo la alerta sobre mi Modo de comer.

-no puedo comer mientras hablo o discuto de un tema que me implique emocionalmente, ya que me altera, estoy al tema de conversación y no a como estoy comiendo.

-prefiero sacrificar un hobby o afición, para no tener que enfrentarme ala comida o a viajes que me alejen de mis reuniones de oa.

-tengo miedo de comer, mejor dicho de comer de una manera que no sea sana para mi. De pesar más o menos del que yo considero mi peso ideal.

-Durante años he vivido preso de un sobrepeso excesivo que me causo muchos problemas emocionales y de salud.

-He sido incapaz de controlar mis emociones, y he acudido a la comida para apaciguar mi dolor, en vez de enfrentarme a los problemas, las situaciones o las personas.

-He vivido obsesionado con mi peso y mi aspecto físico, pesándome de forma compulsiva, una, dos y tres veces al día, creyendo que cuando adelgazara todos mis problemas se solucionarían, ligando mi estado emocional a mi peso.

-He clasificado a las personas según su manera de comer, y me he alejado de aquellas cuya manera de comer no me gustaba, por miedo a que sus hábitos se me pegaran.

-En cuanto a comida no tengo una percepción real de las cantidades. No se lo que realmente es poco o mucho, o cuando estoy saciado o no.

-He asociado el hambre a mi bienestar. Sentía alegría al tener hambre, por que asociaba el hambre a adelgazar.

-He intentado vomitar cuando he comido demasiado y me he sentido culpable por haber comido tanto.

-He sentido resentimiento hacia mi madre por ofrecerme comida y por su manera de alimentarme durante los años de mi niñez en que mi alimentación dependía de ella, y por la educación nutricional que me ha dado.

Mi vida se ha vuelto ingobernable por que:

-No puedo vivir con mi familia, su trato hacia mi me generan tales sentimientos, que huyo hacia la comida.

-no puedo faltar a una de mis tres reuniones semanales de oa, si falto recaigo, ya me ha pasado dos veces.

-confundo el sentimiento de compañerismo de oa con la atracción, cuando se trata de compañeras.

-no se manejar mis emociones cuando hay comida, familia o mujeres de por medio.

-prefiero no ver a mi familia en navidades antes que enfrentarme a todas las emociones que me genera visitarles, y antes que enfrentarme ala comida que se come allí.

-si he de vivir sin hacer planes a largo plazo, viviendo solo al día, aplicando el solo por hoy a mis otras facetas de la vida, no puedo pensar en que hacer con mi vida, ergo yo no controlo mi vida. ¿es esto soltar riendas? ¿o es que mi miedo a la comida controla mi vida?

-si las emociones me superan y las tapo con comida he de cuidar mis emociones, ergo no no puedo sentir emociones fuertes para huir de los atracones. No puedo tener broncas en el curro, peleas con la novia, y en un futuro peleas con hijos. Ergo la comida, o el huir de las emociones malas que me llevarían a la comida, controla mi vida y mi futuro. El no poder pensar en mi futuro me agobia.

No podría soportar p ej la presión de ser cabeza de familia.

-No soy capaz de comer solo un poquito de ciertos alimentos, yo lo quiero todo.

-He rehuido eventos y reuniones, por que sabia que allí habría comida peligrosa para mi.

-Cuando he estado presa de la comida, esta me ha anulado totalmente, y yo solo quería comer y dormir, mi vida desaparecía, y mi rendimiento en el trabajo disminuía.

-No tengo unos hábitos de comidas normales, los míos están alterados a extremos. O como muy poco, o como excesivamente.

-He creído que solo encontraría pareja cuando venciera esta enfermedad y adelgazara x kilos, cosa totalmente falsa.

Recuerdo la sensación de impotencia ante la comida las semanas antes de entrar a OA. Cuando toque fondo del todo, que no fue la ultima vez que lo hice. Estaba tan hecho polvo, subiendo peso de una manera descontrolada. Me maldecía a mi mismo porque apenas un año antes había podido bajar de peso totalmente y en aquel momento no podía siquiera controlar lo que comía.

Antes de entrar a oa, me di un ultimátum. Dije “voy a intentarlo por ultima vez, si no puedo iré a comedores compulsivos” Tenia claro que lo mío era compulsión, adicción. Eso si lo tenía claro. De hecho encontré Oa en Internet buscando en por “compulsión por la comida”. Aun así en los primeros meses de entrar en oa pensaba que yo aun podía con la comida como había podido cuando perdí los 40 kg que perdí, que simplemente estaba allí para refrescarme la memoria. Que yo no necesitaba aquello tanto. Aun no me había dado cuenta de todo lo que se hoy. No quería ver la verdad. Que había un problema mas grave de la comida. Y sin embargo lo tenia ahí, la comida había mantenido mi vida al ralentí en una depresión durante años, y se había agravado cuando había tenido cambios emocionales fuertes, como cuando trabaje  para una persona adicta a la cocaína, o como fui dejado por una mujer.

Recuerdo mi última época antes de mudarme. Cuando toque fondo de verdad. En recaída pero en OA. Fueron unos 15 o 20 días de estar de la cama a la cocina, y de la cocina al ordenador, y vuelta a la cama. Todo se desdibujaba, dejaba de tener sentido. Trabajaba a horas extrañas, de noche (trabajaba en casa). Era un ermitaño en mi cuarto. Me aislaba de mi familia. Sin embargo me llamaron a Madrid (por que estaba fallando en mi trabajo) y esa fue el principio de mi nuevo despertar, conocer los grupos de aquí, y tener la oportunidad de vivir aquí. La propia comida me hizo cambiar mi destino.

Yo tengo una terrible fuerza de voluntad. Una gran valentía y decisión, a veces incluso temeridad. Es un rasgo de mí que aprendí en la escalada. Yo quiero ir del punto a (en el suelo), al punto b (a 30m de altura). Y tengo que tener fe en que puedo llegar, en que el equipo aguanta mi peso, en que no me voy a caer y no me voy a matar. Y voy a subir allí quiera la gravedad o no quiera. Si entras con dudas no subes, así de simple. Aprendí que cuando quería algo si me convencía de que podía lograrlo tenia la mitad del camino hecho. Cualquier cosa que me propuse, lo conseguí. Incluso adelgazar. Pero con la comida llego un punto que perdí el control. No se decir que no. Es superior a mi.

No fui consciente de que esto era una enfermedad de verdad, hasta que la vi en un escrito a la misma altura que la bulimia y la anorexia. Con todos sus síntomas, y reconocida clínicamente. Y señalada como una enfermedad mental. Hasta que he sabido que otra compañera ha atacado la enfermedad con ayuda de médicos psiquiatras y medicación.

Ya no culpo a mi madre, ni a mi padre, ni a su familia, ni a mi herencia genética, ni a la sociedad, ni a mi mismo, ni a la comida, por esta enfermedad. Se que yo soy un resultado de todos estos factores, y he de vivir con ello. Doy gracias por saber lo que me pasa, por que otros muchos no lo saben, y viven perdidos.

La enfermedad de la comida compulsiva es de tres naturalezas: FISICA, EMOCIONAL Y ESPIRITUAL.

Físicamente la enfermedad se ha manifestado en mí de las siguientes maneras:

La enfermedad ha destruido mi salud y mi cuerpo. Tengo estrías a docenas, flacidez, y una barriga vacía que jamás desaparecerá y por la que siempre me veo gordo. Tengo la columna desviada por que de niño me inclinaba para ocultar mi barriga, por que tenia complejo. A parte tengo cinco puntos en una mano por una vez que rompí un cenicero por que mi madre no me dejaba comer mas. Acabe en el hospital con un cólico por un atracón. He vomitado por comer demasiado. He intentado provocarme vómitos. He estado días sin comer. Después de haber adelgazado tantos kilos me he quedado algo débil.

Emocionalmente:

Mi personalidad ha sido presa de la marginación, discriminación, maltratos y acoso de otros chicos de niño por ser diferente y gordo, lo que marco mi personalidad y mi desarrollo como persona.

Siempre he tenido complejo de mi cuerpo. Miedo a enseñarlo, a quitarme la camiseta. He estado veranos enteros sin pisar una piscina o la playa por vergüenza de mi cuerpo, a pesar de vivir en la costa con veranos de seis meses.

Siempre tuve la autoestima por los suelos. Viví la mayor parte de mi vida preso de una depresión continua. Cuando estaba mejor lograba estar solo melancólico.

Todo esto ha generado en mi cierta incapacidad emocional para relacionarme con personas del sexo opuesto. Con la autoestima por los suelos, y un aura de depresión a mí alrededor, nadie se iba a acercar a mí. Yo era (o soy) incapaz de atraer a nadie si no me quiero a mi mismo. Esa aura de negatividad se me notaba, y ellas la regían.

No quería salir de noche ni divertirme Ni celebrar mi cumpleaños ni nada. Simplemente no le veía color a la vida. Pensaba que jamás podría gustar a una mujer, así que las actividades que se hacen para relacionarse con mujeres, yo las obviaba. Pensaba que no eran para mí, de que me iban a servir. Así que yo hacia otras cosas diferentes.

Mis emociones están tan dañadas que estas tienen picos, suben y bajan, como un carrusel. Y no lo controlo. Lo mas mínimo me altera y me pone en el cielo o en el infierno. Mi cabeza es un hervidero de obsesiones y fantasías, que solo logro detener a rachas.

Espiritualmente:

Intranquilidad, paranoia, miedo a la comida, miedo a mis emociones, miedo a salirme de la rutina. Solo he conocido momentos de plenitud, de realización y de paz de la mano de oa, durante el breve tiempo que he estado abstinente.

Mi familia paterna tiene un alto grado de obesidad mórbida y antecedentes de enfermedades nerviosas. Mis tíos por parte de padre, incluso mi padre, han tenido que estar todos en psiquiátricos durante su adolescencia. Mi padre perdió una vez la cabeza con 40 años por una adicción a un fármaco y al ejercicio físico. Crecí en una familia emocionalmente rota por infidelidades de mi padre. A los 20 años sufrí un divorcio. Crecí rodeado de relaciones personales enfermas y dolorosas. Mi madre me ha educado lo mejor que ha sabido, ha sido la mejor madre que ha podido. Para ella eso significa que “niño gordito, niño feliz” por que se crió en un ambiente de hambruna y penurias en la posguerra en el campo andaluz.

Se que no soy una persona normal, pero me niego a aceptarlo. Aun quiero mantener cierto libre albedrío a la hora de decidir que comer, dentro de mis alimentos permitidos “no compulsivos”. Me cuesta por que después de tantos años perdido en la obesidad, ahora que he perdido todos lo kilos, quiero vivir. Me niego a aceptar que no pueda vivir tan plenamente como los demás, que la comida me haya robado parte de mi vida, de mi desarrollo como persona. Pero he aprendido que debo disfrutar cada momento de vida que le robe a la enfermedad por que puede ser el último, y vivir agradecido es mejor que vivir asustado. Dar gracias por lo que se tiene y no llorar lo que no se tiene. Si me cuesta vivir agradeceré lo que logre, y no llorare lo que no tengo. Por la comida he tenido que sacrificar muchas cosas.

Ciertamente mi manera de comer y de relacionarme con la comida no es como la de una persona normal. Una persona normal no se tira años comiendo solo una vez al día. Una persona normal no se salta comidas, se tira días en ayuno. Ni se pega atracones de miles de calorías.

Yo cuando empiezo a comer, no se parar, y como todo lo que haya por delante. He usado la comida como droga para anestesiarme de dolor de la vida. He comido por aburrimiento y por soledad. Y por perspectiva de soledad en el futuro. La comida es un placer fácil lo tienes a mano, y te proporciona un placer rápido. Es mucho mas fácil no solucionar un problema, no sentirlo, que afrontarlo. Sin embargo cuando se pasa la anestesia, el problema sigue ahí, y quieres volver a seguir anestesiado. Es un círculo vicioso. Aprendí en oa que si tienes un problema y comes, tienes dos problemas.

Yo he comido cantidades ingentes de comida, y sin poder parar. He vomitado por que no me entraba más en varias ocasiones, sintiéndome terriblemente culpable después. Luego esto lo alternaba con periodos de ayuno “para compensar” preso de mi culpabilidad. Sensación de saciedad tengo, pero muy distorsionada. No se realmente lo que es poco o mucho comida. Ahora creo que cuando como bien me quedo igual que como estaba antes de comer antes de comer igual que después de comer, con la misma sensación. Odio sentirme muy lleno y pesado, por que me trae recuerdos de los atracones y me hace sentir mal.

A mi el comer determinadas cosas o de determinada manera me manda a un estado mental alterado parecido a la depresión, donde mi mente se cierra y no veo nada a los lados, no veo las cosas con claridad y me siento fatal. Los alimentos compulsivos los tengo claramente definidos y han ido evolucionando con el tiempo, según ha cambiado mi enfermedad y mi abstinencia. Pero no solo son los alimentos compulsivos, si no la manera y las situaciones de comer ciertos alimentos:

LISTADO DE ALIMENTOS COMPULSIVOS.

-Dulces y chucherías en general.

-Helados.

-Quesos, yogures y lácteos envasados.

-Leche

-Pasta

-Pan

-Patatas fritas, tanto de bolsa, como hechas en plato.

-Cualquier cosas que lleve harina o azúcar o su combinación.

-Snacks y picoteo, frutos secos.

-Cierto tipo de zumo cuyo edulcorante es muy fuerte.

-Espárragos blancos de lata.

-Cualquier cosas que venga a granel y se coma con la mano.

-Cereales de desayuno.

-Bebidas gaseosas o energéticas.

En general cualquier alimento que venga en bolsa a granel y se coma con la mano me es compulsivo. Cualquier cosa que venga en una unidad grande y haya que cortarlo en porciones mas pequeñas para servirme yo.

Comportamientos compulsivos:

-Comer de pie a nevera abierta.

-Comer entre o fuera de horas.

-Saltarme comidas.

-Beber directamente de los cartones tetrabrik.

-comer comida que no es mía, que es de otras personas.

-comer mientras cocino.

Hemos descubierto a través de muchas experiencias compartidas, que no importa por cuanto tiempo nos abstengamos de comer compulsivamente, y no importa cuan aptos nos hayamos vuelto para enfrentar los problemas de la vida, nosotros siempre tendremos estas tendencias anormales. Aquellos de nosotros que hemos regresado a nuestros comportamientos de comida compulsiva, aun años después de habernos recuperado, hemos descubierto que detenernos se vuelve más difícil que nunca.

La recaída ha hecho que lo que sabia del programa se me olvidase. Compañeros y compañeras me han tenido que recordar cosas que yo ya sabia. La enfermedad hace que el programa se olvide, se deje de trabajar y me abandone a los brazos de la comida, a su dulce inconsciencia y que al final me niegue como persona.

Creo que aun no estoy rendido del todo. Quiero seguir manteniendo un cierto libre albedrío a escoger lo que quiero comer dentro de mis alimentos permitidos. A veces toco algo de mis alimentos compulsivos en pequeñas cantidades por que es la única manera que se de no adelgazar mas. Lo de erradicar los comportamientos o malos hábitos como el comer de pie, o no comer deprisa me cuesta mas. Comer solo me ayuda por que puedo concentrarme en ello. El desayuno con las prisas me desata el comer de pie y el picoteo. Durante un tiempo no he logrado hacer un plan de comidas por escrito, pero si tengo una manera de comer mas o menos fija. A veces puedo decidir con antelación que voy a comer. Tras año y medio de programa por fin he logrado escribir por adelantado lo que voy a comer, y aun así lo altero para meterle siempre algún alimento mas, pero luego escribo lo que he comido de mas.

Yo tengo mucha fuerza de voluntad, pero no puedo luchar contra mi vida entera en un solo segundo, puesta en una balanza. Por que no es cuestión de que pueda o no pueda parar de comer. Yo soy incapaz de tomar decisiones sobre mi manera de comer por que mis hábitos de alimentación están alterados a extremos. Solo se comer de dos maneras. O darme atracones, o restringirme las comidas a muerte para perder peso. No se encontrar un termino medio para mantenerme equilibrado. Con otras cosas de mi vida he logrado siempre lo que me he propuesto, pero con la comida no. Por que mi problema con la comida, mi enfermedad, es superior a mí.

Ahora lo se. Ya soy consciente de que los atracones me surgen de mis emociones, de todos mis traumas del pasado. La época en que estado bien conmigo mismo, no he usado la comida como anestesia. Sin embargo cuando mis emociones, y mi vida en general, me han superado, he usado la comida como droga para no sentir nada, autodestruyéndome en el proceso, una espiral de comida y depresión.

La obsesión para mí en mi vida, primero, fue un ansia voraz por comer todo lo que pillaba. Mis kilos y la comida era lo único que tenía. Me volqué en el trabajo por que no tenia afectos ni de familia ni de pareja. O era lo que yo sentía en aquel momento.

Luego se convirtió en un odio hacia mi mismo por haberme hecho mucho daño con la comida, por haber destruido mi físico durante tantos años.

Después fue el no poder parar de comer, el miedo a la comida. Huir de sitios y reuniones sociales por la comida que había, escoger amistades en función de su manera de comer. Hasta tal punto estaba yo obsesionado por la comida.

Mi cabeza no para de bullir con fantasías, obsesiones, y toda clase de pensamientos que no vienen a que.

Recuerdo el no poder parar de pensar en comida, en dialogar con ella, como me atrapaba me envolvía. Como de repente no veía nada a mi alrededor y todo era comida. Esta obsesión mental también se manifiesta en mi como una especie de radar. Siempre me doy cuenta cuando alguien esta comiendo cerca de mi, aunque sea a mi espalda, o a 20 metros, o solo sea un leve masticar por debajo de la música de un restaurante. Así pues mis sentidos y mi libre albedrío están alterados por la enfermedad, infectados, dentro de mi hay una bestia voraz que lo único que quiere es comida, y que yo tengo que acallar con fe, y paz espiritual.

Mi poder superior siempre esta ahí. Soy yo el que a veces no quiere ponerse en contacto con el, soy yo quien no le dedico tiempo, a el. Me ayuda a parar la obsesión. Pienso en él, que haría el en mi situación, y si estoy en sintonía, me viene la respuesta.

También poner decisiones importantes en sus manos me funciona, aunque no sean de comida, y aceptar el resultado tal como venga, por que es la voluntad de dios y yo no puedo hacer nada, solo aceptarla, adaptarme y vivir con ella. Así las cosas que no puedo hacer en mi vida no me pesan, se que dios me quiere, me protege y yo le quiero también, por que somos uno. Cuando se abre el canal entre los dos, y siento su paz, somos uno, y entonces estoy abstinente, y no quiero dañarme con la comida, por que no siento dolor en mi alma, que es lo que en el fondo lo que me lleva a comer.

Admitir que se es enfermo es el primer peldaño para mi para empezar a subir la escalera de mi recuperación. A día de hoy he aceptado esto en mi vida. En mi ultima recaída me auto compadecí de mi por no comer poder igual que las personas normales, y eso me llevo a comer. No soy una persona normal, tengo una enfermedad grave, degenerativa, crónica e incurable, que se manifiesta en mi a nivel físico, emocional, y espiritual. No puedo comer lo mismo que una persona normal y sana, no puedo hacer muchas cosas que hacen las personas normales. Y he de aceptarlo y vivir con ello.

En el pasado he hecho de todo para autodestruirme con la comida, para tapar el dolor de mi vida con la comida, con lo que no solucionaban mis problemas, y añadía uno mas a todo el conjunto, la obesidad. He comido en exceso, he vomitado, he dejado de comer, he hecho excesivo ejercicio, he tenido pataletas por querer comer mas y no me dejaban. Mis hábitos de comida están alterados a extremos, y solo por hoy busco el punto medio en mi manera de comer, y en mi manera de terminar el día, por que los extremos son malos. Como con cualquier droga, la comida, produce extremos en mi persona como adicto, de colocón y depresión.