Reflexiones de finales de Abril de 2008
A mi la enfermedad de la compulsión por la comida me anula, la enfermedad me roba mi cabeza, el poder pensar, el ser yo , el poder vivir. Solo abstinente de comer compulsivamente puedo pensar, ser yo, y vivir. Para mi abstinencia es vida.
A los esquízófrénicos leves, además de la medicación, les enseñan, a vivir con sus voces, a aceptarlas e ignorarlas, ser conscientes que son su enfermedad y que no deben hacerlas caso. para mi vivir con mi enfermedad es un poco lo mismo, vivir con mis pensamientos irracionales, aceptarlos, y seguir con mi vida sin actuar conforme a ellos. Esto es la esencia del paso 3. Lo que llamamos en el programa “Soltar riendas”.
También se trata de dejar de tratar de controlar mi vida y a otras personas, y empezar a vivir adaptándome a las cosas que me pasan, y asi vivir fluyendo por la vida, no yendo en contra de toda ella.
Para mi, en mi humilde opinión, siempre detrás de un comedor compulsivo hay una familia disfuncional o con relaciones dolorosamente enfermas, y las adicciones. El carácter adictivo compulsivo se trasmite de unos a otros en el trato doloroso que nos damos unos a otros. No voy a hablar de mi madre comedora compulsiva o al menos muy obesa, de mi padre adicto a las mujeres, comida y fármacos, de mi abuelo y tías adictos a la comida y obesos mórbidos. Para que, es la misma historia de horror de siempre. La cosa es que llevo su legado en mi, y yo lo acepte y lo hice mío. Ahora con Comedores compulsivos anónimos he elegido sacar ese legado de mi. Mis hijos (si los tengo alguna vez) llevaran el legado de recuperación de una enfermedad, no solo la enfermedad.
En el programa hay varias barreras que hay que saltar para seguir avanzando. La primera es encontrar los grupos y quedarse. La segunda es el primer paso. La tercera es el tercer paso, y la cuarta el cuarto paso que es donde ando yo ahora.
Muchas personas sabiendo de comedores compulsivos anónimos ni siquiera son capaces de llamar o venir.
Muchas personas vienen y se van de comedores compulsivos anónimos pero no se quedan. Prefieren seguir perdidos en sus vidas.
Muchas personas miembros de comedores compulsivos anónimos, no son capaces de coger una abstinencia y de dar el primer paso, y uno los va viendo desesperados en los grupos, subiendo de peso lentamente, destrozados, contando sus atracones, haciendo compartires negativos o no compartiendo, sin padrino o madrina, y sin trabajar los pasos. Han visto la luz, saben que aquí esta la solución, pero no saben como o no están dispuestos a trabajar.
Muchos miembros de comedores compulsivos anónimos sienten tal animadversión hacia el concepto de dios, fe y poder superior, que su egocentrismo les pierde. Sus conflictos de fe les hace incapaces de creer. Viven un programa de paso 1 y 12. Son borrachos secos que basan su abstinencia en su voluntad. Los que son asi recaen continuamente, solo es cuestión de tiempo.
Muchos miembros de comedores compulsivos anónimos ven el 4 paso con mucho miedo. Piensan que es agitar un avispero. Remover el pasado y revivir el dolor que sintieron. No quieren hacerlo. Revivir el dolor de su pasado es tan doloroso que cuando se acercan al 4 paso incluso recaen a propósito para volver al primero. Estos miembros de comedores compulsivos anónimos no son capaces de mantener una abstinencia solidad y duradera de largos periodos de tiempo, solo unos meses hasta que terminan de nuevo el tercer paso. El terror a ver su interior y sacar los esqueletos del armario les paraliza. Quieren estar abstinentes pero no quieren cambiar su vida a mejor ni profundizar en su interior. Quieren la abstinencia pero no la curación interior. Son como las personas que quieren adelgazar pero que su vida no cambie.
Y hasta aquí es donde he llegado yo, se que hay mas obstáculos en el camino, como las reparaciones por ejemplo. Pero el beneficio obtenido de cada paso es mayor que lo que cuesta darlo.
La pregunta es cuando se cansaran estas personas de dar vueltas y como único acto de rendición tomar el hacer el primer paso como lo han hecho otros que les ha dado resultado. ES algo tan sencillo como eso, no abarcar toda mi vida, no cuestionarlo todo. Solo hacer lo que se me dice, por que admito hasta ahora no me ha funcionado de otra manera. Se trata de seguir solo el camino que otros han recorrido que les ha funcionado.
Cuantos kilos, cuantos atracones serán necesarios para que una persona se ponga y haga un primer paso guiado por un padrino o madrina. Sin mirar los resultados, sin querer los efectos ya, simplemente hacerlo y ya esta. Este es el único acto de rendición que se necesita. A mi me costo año y medio.
Rendirse al programa también significa que cuando uno se pone compulsivo y viene el ansia por comer la respuesta es programa: llamar o leer. Eso es toda una victoria. Ya en si a la compulsión no le sigue la respuesta del atracón. Eso es dejar que sea el programa quien lidie con la compulsión y no yo a solas, por que a solas la comida siempre gana.
Si algo funciona, ¿Por qué dejarlo? Eso le dije el octubre pasado a una persona hablando también de los antidepresivos. Para mi personalmente es pasar de la una dependencia a otra (de la comida a las pastillas) y la adicción a los fármacos esta ahí. Pero al menos los fármacos no destruyen el cuerpo de uno como lo hace la comida, se supone que ayudan, y que los médicos saben que ayudan. No como la comida, que te montas la película en la cabeza de que dan placer para compensar el dolor de la vida, y en realidad lo que hacen es acentuar mas el dolor. Asi pues esto es lo que me digo cada vez que se me pasa por la cabeza el dejar el programa, si me funciona y me mantiene libre de los atracones ¿para que voy a dejarlo?
Yo tengo suerte, por que viniendo de una familia con antecedentes psiquiátricos y con una depresión crónica hasta los 25 años, logre salir de ella sin fármacos.
También hay que tener en cuenta que muchas veces la compulsión por la comida los médicos la pueden confundir con depresión o ansiedad, por que no están debidamente formados en trastornos de la alimentación.
Igualmente hay depresiones endógenas por motivos químicos en el cerebro de la persona que solo pueden ser tratados por medico y fármacos. Se trata de desequilibrios químicos endógenos del cerebro que son un misterio. Una persona así aunque viviera en el paraíso seguiría siendo infeliz.
Yo creo que tuve suerte y que en mi caso no era depresión endógena si no inducida por mis circunstancias sociales, personales y laborales, que cuando mejoraron puede ir saliendo lentamente del hoyo. Lo que ya me mantuvo a flote del todo es encontrar los grupos.
A los esquízófrénicos leves, además de la medicación, les enseñan, a vivir con sus voces, a aceptarlas e ignorarlas, ser conscientes que son su enfermedad y que no deben hacerlas caso. para mi vivir con mi enfermedad es un poco lo mismo, vivir con mis pensamientos irracionales, aceptarlos, y seguir con mi vida sin actuar conforme a ellos. Esto es la esencia del paso 3. Lo que llamamos en el programa “Soltar riendas”.
También se trata de dejar de tratar de controlar mi vida y a otras personas, y empezar a vivir adaptándome a las cosas que me pasan, y asi vivir fluyendo por la vida, no yendo en contra de toda ella.
Para mi, en mi humilde opinión, siempre detrás de un comedor compulsivo hay una familia disfuncional o con relaciones dolorosamente enfermas, y las adicciones. El carácter adictivo compulsivo se trasmite de unos a otros en el trato doloroso que nos damos unos a otros. No voy a hablar de mi madre comedora compulsiva o al menos muy obesa, de mi padre adicto a las mujeres, comida y fármacos, de mi abuelo y tías adictos a la comida y obesos mórbidos. Para que, es la misma historia de horror de siempre. La cosa es que llevo su legado en mi, y yo lo acepte y lo hice mío. Ahora con Comedores compulsivos anónimos he elegido sacar ese legado de mi. Mis hijos (si los tengo alguna vez) llevaran el legado de recuperación de una enfermedad, no solo la enfermedad.
En el programa hay varias barreras que hay que saltar para seguir avanzando. La primera es encontrar los grupos y quedarse. La segunda es el primer paso. La tercera es el tercer paso, y la cuarta el cuarto paso que es donde ando yo ahora.
Muchas personas sabiendo de comedores compulsivos anónimos ni siquiera son capaces de llamar o venir.
Muchas personas vienen y se van de comedores compulsivos anónimos pero no se quedan. Prefieren seguir perdidos en sus vidas.
Muchas personas miembros de comedores compulsivos anónimos, no son capaces de coger una abstinencia y de dar el primer paso, y uno los va viendo desesperados en los grupos, subiendo de peso lentamente, destrozados, contando sus atracones, haciendo compartires negativos o no compartiendo, sin padrino o madrina, y sin trabajar los pasos. Han visto la luz, saben que aquí esta la solución, pero no saben como o no están dispuestos a trabajar.
Muchos miembros de comedores compulsivos anónimos sienten tal animadversión hacia el concepto de dios, fe y poder superior, que su egocentrismo les pierde. Sus conflictos de fe les hace incapaces de creer. Viven un programa de paso 1 y 12. Son borrachos secos que basan su abstinencia en su voluntad. Los que son asi recaen continuamente, solo es cuestión de tiempo.
Muchos miembros de comedores compulsivos anónimos ven el 4 paso con mucho miedo. Piensan que es agitar un avispero. Remover el pasado y revivir el dolor que sintieron. No quieren hacerlo. Revivir el dolor de su pasado es tan doloroso que cuando se acercan al 4 paso incluso recaen a propósito para volver al primero. Estos miembros de comedores compulsivos anónimos no son capaces de mantener una abstinencia solidad y duradera de largos periodos de tiempo, solo unos meses hasta que terminan de nuevo el tercer paso. El terror a ver su interior y sacar los esqueletos del armario les paraliza. Quieren estar abstinentes pero no quieren cambiar su vida a mejor ni profundizar en su interior. Quieren la abstinencia pero no la curación interior. Son como las personas que quieren adelgazar pero que su vida no cambie.
Y hasta aquí es donde he llegado yo, se que hay mas obstáculos en el camino, como las reparaciones por ejemplo. Pero el beneficio obtenido de cada paso es mayor que lo que cuesta darlo.
La pregunta es cuando se cansaran estas personas de dar vueltas y como único acto de rendición tomar el hacer el primer paso como lo han hecho otros que les ha dado resultado. ES algo tan sencillo como eso, no abarcar toda mi vida, no cuestionarlo todo. Solo hacer lo que se me dice, por que admito hasta ahora no me ha funcionado de otra manera. Se trata de seguir solo el camino que otros han recorrido que les ha funcionado.
Cuantos kilos, cuantos atracones serán necesarios para que una persona se ponga y haga un primer paso guiado por un padrino o madrina. Sin mirar los resultados, sin querer los efectos ya, simplemente hacerlo y ya esta. Este es el único acto de rendición que se necesita. A mi me costo año y medio.
Rendirse al programa también significa que cuando uno se pone compulsivo y viene el ansia por comer la respuesta es programa: llamar o leer. Eso es toda una victoria. Ya en si a la compulsión no le sigue la respuesta del atracón. Eso es dejar que sea el programa quien lidie con la compulsión y no yo a solas, por que a solas la comida siempre gana.
Si algo funciona, ¿Por qué dejarlo? Eso le dije el octubre pasado a una persona hablando también de los antidepresivos. Para mi personalmente es pasar de la una dependencia a otra (de la comida a las pastillas) y la adicción a los fármacos esta ahí. Pero al menos los fármacos no destruyen el cuerpo de uno como lo hace la comida, se supone que ayudan, y que los médicos saben que ayudan. No como la comida, que te montas la película en la cabeza de que dan placer para compensar el dolor de la vida, y en realidad lo que hacen es acentuar mas el dolor. Asi pues esto es lo que me digo cada vez que se me pasa por la cabeza el dejar el programa, si me funciona y me mantiene libre de los atracones ¿para que voy a dejarlo?
Yo tengo suerte, por que viniendo de una familia con antecedentes psiquiátricos y con una depresión crónica hasta los 25 años, logre salir de ella sin fármacos.
También hay que tener en cuenta que muchas veces la compulsión por la comida los médicos la pueden confundir con depresión o ansiedad, por que no están debidamente formados en trastornos de la alimentación.
Igualmente hay depresiones endógenas por motivos químicos en el cerebro de la persona que solo pueden ser tratados por medico y fármacos. Se trata de desequilibrios químicos endógenos del cerebro que son un misterio. Una persona así aunque viviera en el paraíso seguiría siendo infeliz.
Yo creo que tuve suerte y que en mi caso no era depresión endógena si no inducida por mis circunstancias sociales, personales y laborales, que cuando mejoraron puede ir saliendo lentamente del hoyo. Lo que ya me mantuvo a flote del todo es encontrar los grupos.
1 Comentarios:
estoy bastante de acuerdo contigo hay compañeros/as que se han acostrumbrado a ir a las reuniones a quejarse de sus atracones pero luego tampoco se ponen con el programa en serio simplemente van a las reuniones como si fueran a autocompadecerse en vez de a querer recuperarse
pues esto me paso a mi y hasta que no tome la decision de tomarmelo en serio no funciono
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