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jueves, abril 12, 2007

Mi historia con la comida (actualización)

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El salir de aquella cocina que tantos atracones me ha visto darme fue una liberación. Tener lejos la influencia negativa de mi familia, que para mi es toxica, fue muy positivo en mi desarrollo hacia la recuperación en oa. El saber que solo tengo que comer mi comida, por que la otra que veo en casa no es mía, es de mis compañeros de piso, me ayudo también. Empecé a trabajar el programa mas en serio, yendo a reuniones tres veces por semana. Logre encadenar casi 6 meses de abstinencia. Perdí todo el peso que me sobraba que había ganado en mi época de recaída. Pero era una abstinencia por inercia. Por que había salido del ambiente que me llevaba a comer, y se que realmente no me lo estaba trabajando como se debe. Así pues, al siguiente palo de la vida volví a recaer.

Para mí la combinación de mujeres, trabajo o familia, con comida a la vez, es un cóctel explosivo. Llevaba un verano teniendo resbalones por que no me iba bien en el trabajo y estaba intranquilo. No estaba de atracones, y doy gracias por ello, por que solo estaba teniendo resbalones, pero ahora veo que eso era estar en recaída, solo que no quería verlo. No podía evitar comer alimentos compulsivos, solo que lograba parar y no darme atracones. Y interiormente no tenía paz ni serenidad.

Y se me junto algo muy peligroso. Tenía problemas en mi trabajo. Y en la oficina había una chica que me gustaba, que estaba siendo acosada por un antiguo jefe que me debía un mes de sueldo. En una cena con todos los de mi anterior empresa. No pude soportar la combinación de amor+trabajo, y la angustia me supero. Recaí. Lo vi venir. Las recaídas, al menos las mías yo las veo venir. Llame a mi padrino, e intente no recaer. Pero caí.

Recuerdo el atracón claramente. Se me cerró la mente, me llene de miedo y terror. No veía a los lados literalmente, solo de frente. Me temblaban las manos y tenia el pulso acelerado. No podía articular dos pensamientos seguidos. Estaba hecho polvo mental y emocionalmente. Las manos se me iban y solo quería comer. Me vi otra vez registrando armarios, robando comida que no era mía. Estuve una mañana entera en la oficina que no podía parar de comer. Ahora se que la recaída esta ahí a un solo bocado de distancia y que no quiero estar así por que pierdo mi propio yo. Pero me siento feliz por haber recaído, por que me hizo ver muchas cosas. Como cuales son las cosas que me originan dolor y que me pueden llevar a comer. Me hizo ver que necesito el programa por que estoy enfermo. Me hizo ver que no lo estaba trabajando bien. Y fue tocar fondo otra vez. Un toque de atención de la enfermedad.

Así que agache la cabeza, me trague mi orgullo, y empecé, por fin, a hacer caso de lo que me decían, que tan bien les ha funcionando a otras personas que viven en recuperación. Empecé a escribir agradecimientos y a hacer un plan de comidas. Empecé a meditar / rezar de vez en cuando, según me lo pedía mi estado emocional. Escuche a los que llevaban mas en oa que yo y que su recuperación me gustaba.

Y fui consciente que el cambio tenía que ser profundo a todos los niveles, a todas horas del día. Comencé una reprogramación mental. Comencé a comer tres veces al día, no siendo solo fruta una de las comidas. En el camino de salir de esta ultima recaída, creo que halle mi manera de trabajar el programa. Y mi abstinencia para no perder más peso. Perdí el miedo a engordar si comía más de una vez al día. Me di cuenta que la báscula y el peso pueden ser tan dañinos para mí como un alimento compulsivo por que montarme en la báscula cuando no debo y según el resultado me puedo venir abajo nada mas bajarme. Y también vi como las relaciones afectan mis emociones, y empecé a pensar que por ahora no quería una relación por que me puede destruir. Tome consciencia de que debía aprenderlo todo de cero como un niño vuelto a nacer, empezando por comer, como relacionarme sanamente con otras personas, etc etc.

Sentí lo que en Oa llamamos un despertar espiritual. Alegre de seguir viviendo en recuperación. Aprendiendo todo de nuevo, a vivir de una manera que no me haga daño. Por que para mi estar bien emocional, mental y espiritualmente, es cuestión de supervivencia. Sentí una tranquilidad, una alegría por vivir, una serenidad, que me ayudo, o fue consecuencia, de estar casi seis meses totalmente limpio con la comida.

Pero estoy enfermo. Sufro una enfermedad crónica, degenerativa e incurable. Que se puede detener, ralentizar y vivir con ella con una calidad de vida cercana a la normal, pero que nunca se puede curar por completo. La enfermedad estuvo hay otros casi 6 meses esperando a que yo le abriera la puerta, a que le diera una oportunidad y se desatara mi adicción a la comida. En mi cabeza esta la adicción y la obsesión, hablándome continuamente, para que coma. Cuando estoy abstinente, en sintonía con todo lo que es Oa (los compañeros y compañeras, mi poder superior, etc) la voz de la comida se calla, por que la voz de oa es mas fuerte. Asi pues como voy a tener que seguir comiendo el resto de mis días, a día de hoy, creo que voy a necesitar el resto de mi vida a Oa para que acalle la voz de la comida, la voz de mi enfermedad por la adicción a la comida.

Por que ya lo tengo comprobado, que según los vaivenes de mi vida, hay momentos en los que la voz de la comida se hace mas fuerte y es en esos momentos cuando me juego perder mi abstinencia y recaer. He recaído varias veces desde que entre a Oa. Al principio mucho. Ahora menos. He visto una evolución. Al principio solo lograba estar libre de la compulsión por la comida durante dias, luego semanas, y ahora meses. Poco a poco las recaídas se van espaciando, y tengo la esperanza de que con mi trabajo, esfuerzo, buena voluntad y fe, llegue el dia que ya no recaiga más.

Actualmente, este año, si miro hacia atrás puedo decir que he estado abstinente la mayoría del tiempo que he vivido. Valoro cada segundo que vivo libre de los atracones como si fuera el ultimo. Yo no soy como otros compañeros o compañeras de oa que están abstinentes desde el primer día que llegan a oa, hasta el fin de su vida. Ojala. A mi esas personas me dan mucha envidia. Yo simplemente lo hago lo mejor que puedo y se. Además que no soy perfecto, lo hago lo mejor posible, por que la perfección no existe. Es una fantasía enferma, igual que la búsqueda del físico perfecto a través del control de mi comida, como tantas veces me ha hecho creer mi enfermedad.

Además he aprendido que si recaigo, eso no significa que lo tenga que tirar todo por la borda y abandonarme a la comida. No. Si recaigo y como lo que no debo, me levanto y sigo adelante. Vuelvo a oa, y sigo trabajando. Por que el tiempo que haya estado abstinente antes cuenta.

Esta semana santa de 2007 he recaído. Y que. No pasa nada. No me culpo por ello. Estoy enfermo. Sigo viniendo. Sigo adelante. Aprendo de mis errores. Analizo por que he recaído y pongo medios para que la próxima vez no me vuelva a pasar.

Unas amigas me propusieron viajar conmigo en las vacaciones de semana santa a mi ciudad, por que tenían ganas de echarse unos días de playa. Yo dude inicialmente, pero al final dije que si inconscientemente. En parte echaba de menos mi ciudad, mi tierra. Me prepare espiritualmente lo mejor que se. Me lleve mis libros, medite. Avise a mis compañeros o compañeras a donde iba. Pero como ya he dicho antes, recaí.

Ya me ha pasado antes en las mismas circunstancias. Casi 6 meses de abstinencia. Finalizando el 4 paso de oa. Viajo a Málaga y recaigo. Parece una ecuación, una circunstancia mística en la que se dan estos factores. Pero irónicamente parece que dios me esta diciendo que si voy allí me la juego y recaigo, es como si una voz murmurara, no vayas, no vayas.

El primer día que estaba en casa de mi madre otra vez. Me encontré con comida especialmente preparada para mi, y una pequeña ración de un alimento dudoso que había pasado a compulsivo. Me lo comí por no llevarle la contraria a mi madre. Pero ya se sembró de nuevo en mi interior la semillita de la compulsión.

El segundo día de estar allí, tuve un compromiso social, el rodaje de una película. Me lleve mi comida, me Salí del rodaje para comer. Pero me salte a la torera uno de los lemas de oa: “ni demasiado hambriento, ni demasiado cansado”. La noche antes del rodaje había dormido 4 horas por que tuve que llevar a mis amigas de juerga como buen anfitrión. Con solo 4 horas de sueño en el cuerpo y un desayuno abstinente me fui para el rodaje. Estaba cansado. Me pusieron el disfraz y bueno estuve todo el día haciendo ejercicio. Que si corre para aca, que si rueda para alla. En fin es lo que tiene hacer de extra en una película (aunque la película sea no comercial y hecha por unos amigos). Normalmente, mi plan de comidas esta ajustado para poca actividad física, ya que mi trabajo es muy sedentario. Trabajo sentado y sin apenas moverme delante de un ordenador. El sueño y todo el ejercicio acentuaron mi cansancio. Y además, me abrieron mucho el apetito. Me comí me comida abstinente que llevaba conmigo pero apenas me tapo el hambre. Me sentía muy hambriento, hambre física, no emocional.

Cuando llegue a casa de mi madre estaba solo. Mi familia no estaba. Aquella casa tiene una barra americana, es decir la cocina no tiene puerta y da al salón. Agotado físicamente, y hambriento, vi toda la cocina llena de alimentos compulsivos. No me tocaba cenar hasta unas horas después. Comí un poco. Intente parar. No pude. Seguí comiendo. Aquella cocina que tantos y tantos atracones me ha visto darme, volvió a ser escenario de un nuevo atracón. Extrañamente tenía la cabeza muy fría, por que ha sido una recaída desde el punto de vida físico. Puro hambre. No fue por usar la comida para tapar mis emociones, sino para tapar hambre y cansancio. Y esto creo que fue la primera vez que me ha pasado, por que hasta ahora yo siempre he usado la comida como anestesia ante mis emociones. Me entere de todo, podía pensar, sabia lo que estaba haciendo. Pero no podía parar.

Fueron 4 días de locura. No me sentía deprimido. Ni culpable. Pero ya no sentía la alegría ni la fe que tenia días antes de ir a mi ciudad de nuevo. Eso si, comí alimentos que hacia mucho tiempo que no comía. Y me vi haciendo cosas que yo nunca antes había hecho. Planear atracones. Gastar mucho dinero en comida compulsiva en supermercado y tirarla luego a medio comer. Cuando tire toda esa comida, me decía: “hazte un favor, aleja toda esa comida tan dañina de ti.”

Esta vez que fui a mi ciudad no me lleve mi coche. Con lo que tenía que moverme en trasporte publico. Por lo tanto tenía que llevar dinero suelto en el bolsillo. Por desgracia tampoco vendían allí abonos de trasporte público. Yo con dinero suelto en el bolsillo soy muy peligroso para mí, por que puedo tener la idea de comprar cualquier cosa compulsiva para mi. Así que mi enfermedad aprovecho para salir a flote y querer yo gastar todo ese dinero de sobra en mi bolsillo para prepararme atracones.

En cuatro días de recaída engorde casi 5 kilos, a una velocidad pasmosa.

Pero fue irme de casa de mi madre, volver a donde vivo ahora, y coger de nuevo la abstinencia. Esta recaída me ha hecho ver muchas cosas. Muchas de ellas las había escuchado en el programa y las he visto cumplidas en mí. Como que la enfermedad sigue avanzando aun estando abstinente, por que esta recaída ha sido mucho más fuerte que la anterior, que solo fue un atracón, esta vez han sido 4 días de locura.

He aprendido que aun tengo muchas heridas abiertas que tengo que trabajar, y que si estoy lejos de ellas puedo mantenerme estable, pero volver a los lugares donde esas heridas vuelven a mi cabeza hacen tambalear mi abstinencia y mi recuperación. También he aprendido que allí la voz de la comida se hace más fuerte en mi cabeza, y que yo no puedo controlar ni decidir sobre viajar allí. Ha sido como si dios de una manera misteriosa me dijera que no viaje allí o recaigo. Si allí la voz de la enfermedad se hace más fuerte, necesito que cuando vaya allí la voz de oa sea mas fuerte, por lo tanto solo podré viajar allí, no cuando ni como yo quiera, si no cuando dios quiera, es decir cuando en mi ciudad haya convenciones o eventos de oa. Y además he aprendido también que no debo alojarme más en casa de mi madre, por que soy impotente ante la comida que hay allí. Además allí la enfermedad se hace más fuerte, y la ingobernabilidad de mi vida se hace más fuerte, por que la vida se me acelera. Todos mis amigos quieren verme. Todos quieren quedar para ir a comer o cenar. Y el tiempo vuela.

Además he notado como la comida hace que vuelva poco a poco al estado mental en el que estaba antes de llegar a oa. Me desconecta de mi serenidad, de la tranquilidad, de la alegría de vivir que sentía. Así pues eso me convence que necesito estar con la cabeza conectada al programa, por que si no se me olvida de que soy comedor compulsivo y quiero vivir como antes. Y para eso necesito mis tres reuniones semanales, que cuando viajo me pierdo. Y necesito quien me apadrine con un estrecho contacto diario para estar en constante trabajo del programa y no dejar que la voz de mi cabeza gane terreno y de paso a la enfermedad.

Pero en el fondo creo que debo sentirme afortunado, por que la recaída no ha logrado llevarme a la depresión. No ha hecho que abandonase OA. Y he podido vivir este año la mayoría del tiempo libre de la compulsión por la comida, cuando el año anterior estuve casi todo el año en recaída. Cada recaída me ha hecho acercarme mas al programa, y ahora tengo mas ganas que nunca de seguir trabajando por mi recuperación.